Día del Medio Ambiente: lágrimas de un gigante, la Amazonia llora por su futuro

La sabanización de la Amazonia es resultado de procesos de deforestación que no dan tregua.

Gloria Ulloa*
06 de junio de 2024 - 01:40 a. m.
La Amazonia es el bosque tropical más grande del planeta con 390.000 millones de árboles, pero también es el hogar de 34 millones de personas, incluyendo más de 500 pueblos indígenas.
La Amazonia es el bosque tropical más grande del planeta con 390.000 millones de árboles, pero también es el hogar de 34 millones de personas, incluyendo más de 500 pueblos indígenas.
Foto: Daniel Martínez
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El mundo se une nuevamente este 5 de junio para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente. La celebración estará centrada en la restauración de la tierra, la desertificación y la resistencia a la sequía. La desertificación se produce especialmente en las zonas secas como la Orinoquía, el Caribe y la región Andina. Podría pensarse que la Amazonia se encuentra a salvo de las consecuencias que produce la desertificación porque se trata de un ecosistema húmedo. Grave error creer esto.

La Amazonia no vive un proceso de desertificación, pero sí de “sabanización”, esto es, de transformación de la selva en sabanas que se caracterizan por su vegetación abierta y discontinua y por el predominio de pastos y de árboles escasos, dispersos y de menor altura. La desertificación y la sabanización son procesos de degradación ecológica que comparten tres características: degradación del suelo y pérdida de diversidad biológica.

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La sabanización degrada el suelo como consecuencia de la pérdida de materia orgánica y de la compactación. La pérdida de diversidad biológica se produce, en ambos casos, por la carencia de agua, la reducción de la cobertura vegetal y la fragmentación del hábitat. La sabanización y la desertificación amenazan, por igual, la seguridad alimentaria de las comunidades.

La sabanización de la Amazonia es resultado de procesos de deforestación que no dan tregua. Cuando las tendencias de la deforestación parecían desacelerarse, súbitamente volvieron a crecer.

La deforestación de la Amazonia colombiana presentó en 2022 una disminución del 25% en comparación con 2021. Esto significa que se deforestaron alrededor de 85.000 hectáreas, una cifra menor a las 112.899 hectáreas de 2021. Los departamentos con mayor reducción de deforestación fueron Guaviare (-34%), Meta (-25%) y Caquetá (-31%). A pesar de la disminución general, el ecosistema amazónico se mantiene como la región más afectada por la deforestación en el país: concentra el 68,2% de la deforestación total.

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Los datos preliminares indican que durante el primer trimestre de 2024 se deforestaron 41.142 hectáreas en la Amazonia colombiana. Esta cifra a cifra es inferior a la de 2021, pero representa un aumento del 12% en comparación con el primer semestre de 2023.

De hecho, la ministra de Ambiente informó en los primeros meses de 2024 al Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación que durante enero y septiembre de 2023 la deforestación había presentado tasas decrecientes, pero que durante el último trimestre las cifras parecían ser mayores a las que se observaron en 2022 y que, por ello, se hacía aún más urgente reforzar las medidas de control durante 2024.

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La Amazonia se encuentra demasiado cerca del punto de no retorno, esto es, del punto en el que no podrá prestar los servicios ecosistémicos indispensables para detener el cambio climático. Las estimaciones científicas calculan que el punto de no retorno de la Amazonia, o umbral de deforestación, se encuentra entre el 17% y el 25% de pérdida de su cobertura forestal total. La deforestación de la Amazonia se encuentra alrededor del 17% así que estamos en el límite del punto crítico.

La batalla contra el cambio climático estará prácticamente perdida si permitimos que la Amazonia supere el umbral de deforestación. Parece alarmista, pero así es. Sin embargo, aún podemos actuar para evitar ese punto de no retorno.

Los miembros de la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales IRI, de la mano con muchas organizaciones y aliados, estamos actuando para hacer de la protección de la Amazonia una prioridad ética de la sociedad. Estamos creando conciencia sobre la urgencia de entender que el futuro de la Amazonia, y de la humanidad, depende de nuestras acciones.

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«Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración» es el lema del Día Mundial del Medioambiente 2024. En IRI somos futuro e invitamos a ser futuro. Somos parte de la generación de la restauración e invitamos a ser #GeneraciónRestauración para salvar la Amazonia.

*La reverenda Gloria Ulloa es presidenta del Consejo Mundial de Iglesias para América Latina y el Caribe, y miembro del Consejo Asesor de la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales- IRI Colombia).

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Por Gloria Ulloa*

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