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Durante el fenómeno de El Niño, que se extendió desde los últimos meses de 2023 y hasta los primeros meses de 2024, la Amazonía colombiana se vio afectada por incendios forestales en varios puntos. A esta problemática se suman las quemas no controladas que se hacen de manera ilegal en gran parte de este territorio.
Esto, además de generar impactos en la cobertura vegetal del bosque tropical continuo más grande del mundo, también puede afectar a los animales que habitan allí y a las comunidades que encuentran su sustento en los servicios ecosistémicos que presta la selva.
Desde el programa Amazonía Mía, que lidera la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se está implementando una estrategia con la que buscan reducir el riesgo de que se presenten incendios en esa región del país y mitigar los impactos de estos cuando se presenten.
Se trata de un proyecto de “Salva Bosques” que consiste en capacitar a personas de las comunidades que habitan en zonas de la Amazonía con pocos o nulos recursos en cuerpos de bomberos. Lo que se busca es que estas personas tengan la capacidad de atender incendios primarios, prestar primeros auxilios a animales afectados y puedan manejar equipos de comunicación para dar aviso sobre las conflagraciones.
Este jueves terminó la capacitación de los equipos voluntarios en las veredas La Tagua, El Triunfo, Nueva Esperanza y San Pedro, que hacen parte de Leguízamo, Putumayo. Los equipos se suman a los que han capacitado en Puerto Guzmán, Putumayo, en esta segunda fase, y en Guaviare, donde se desarrolló la primera fase del proyecto. Ahora, se espera que también capaciten a comunidades en Caquetá.
“Lo que buscamos es proteger los bosques del arco noroccidental Amazónico, dejando personas calificadas y entrenadas, con habilidades de prevención, detección temprana y reporte de los incendios; de esta forma pueden apoyar a los cuerpos de bomberos voluntarios para dar una respuesta integral a esas emergencias ambientales”, dijo Roberto León Gómez, director de Amazonía Mía.
Como parte de la iniciativa, se entrega a los voluntarios trajes especiales para la atención de incendios, bombas de espalda, batefuegos, rastrillos, mangueras, motobombas, camillas y botiquines. Además, en Leguízamo se llevó a cabo una jornada de práctica junto al cuerpo de bomberos.
*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
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