La selva amazónica emite más CO2 del que es capaz de absorber
Un estudio, publicado en Nature, señaló que las emisiones generadas por la selva ascienden a mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Una de las principales causas de estas emisiones son los incendios, provocados para despejar la tierra para la ganadería.
Durante años, la selva amazónica fue uno de los principales sumideros de carbono y absorbía gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, los mismos que hoy en día son los principales causantes de la crisis climática. Pero, un nuevo estudio demostró que este ecosistema está emitiendo más dióxido de carbono - uno de los principales gases de efecto invernadero - del que es capaz de absorber. (Lea: Deforestación en la Amazonía brasileña batió nuevo récord en junio)
Las emisiones que emite esta selva, el bosque tropical más grande del mundo, ascienden a mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Una de las principales causas de estas cifras tan alarmantes son los incendios forestales, muchos de ellos provocados para despejar la tierra y abrir paso a la ganadería. El incremento en la temperatura y las sequías también han desempeñado un rol fundamental.
Luciana Gatti, profesora del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil y directora de la investigación, señaló a The Guardian que “la primera mala noticia es que la quema de bosques produce alrededor de tres veces más CO2 de lo que absorbe el bosque. La segunda mala noticia es que los lugares donde la deforestación es del 30% o más muestran emisiones de carbono 10 veces más altas que donde la deforestación es inferior al 20%“. (Puede leer: Premios Goldman: Desde Asia hasta el Amazonas, los líderes ambientales de 2021)
Para esta investigación, publicada en la revista Nature, los investigadores utilizaron aviones pequeños con los que recopilaron 600 mediciones de los niveles de dióxido de carbono (CO2) y monóxido de carbono en este bosque durante 2010 y 2018 y se centraron en cuatro sitios en la Amazonía brasileña. Los expertos encontraron que, en promedio, los incendios vertieron alrededor de 1.6 mil millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año, mientras que los árboles sanos absorbieron solo alrededor de 500 millones de toneladas.
Los árboles producen gran parte de la lluvia de la región, por lo que menos árboles significan sequías y olas de calor más severas, más muertes e incendios. “Lo más probable es que sea el resultado de la deforestación y los incendios de cada año que hacen que los bosques adyacentes sean más susceptibles el próximo año”, dijeron los científicos. (Le puede interesar: La Amazonia se expone a severas sequías por el cambio climático)
“La retroalimentación positiva, donde la deforestación y el cambio climático impulsan una liberación de carbono del bosque restante que refuerza un calentamiento adicional y una mayor pérdida de carbono, es lo que los científicos temían que suceda”, dijo Gatti. “Ahora tenemos buena evidencia de que esto está sucediendo. La historia del sumidero hasta la fuente del sudeste del Amazonas es otra advertencia clara de que los impactos climáticos se están acelerando”, añadió.
Durante años, la selva amazónica fue uno de los principales sumideros de carbono y absorbía gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, los mismos que hoy en día son los principales causantes de la crisis climática. Pero, un nuevo estudio demostró que este ecosistema está emitiendo más dióxido de carbono - uno de los principales gases de efecto invernadero - del que es capaz de absorber. (Lea: Deforestación en la Amazonía brasileña batió nuevo récord en junio)
Las emisiones que emite esta selva, el bosque tropical más grande del mundo, ascienden a mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Una de las principales causas de estas cifras tan alarmantes son los incendios forestales, muchos de ellos provocados para despejar la tierra y abrir paso a la ganadería. El incremento en la temperatura y las sequías también han desempeñado un rol fundamental.
Luciana Gatti, profesora del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil y directora de la investigación, señaló a The Guardian que “la primera mala noticia es que la quema de bosques produce alrededor de tres veces más CO2 de lo que absorbe el bosque. La segunda mala noticia es que los lugares donde la deforestación es del 30% o más muestran emisiones de carbono 10 veces más altas que donde la deforestación es inferior al 20%“. (Puede leer: Premios Goldman: Desde Asia hasta el Amazonas, los líderes ambientales de 2021)
Para esta investigación, publicada en la revista Nature, los investigadores utilizaron aviones pequeños con los que recopilaron 600 mediciones de los niveles de dióxido de carbono (CO2) y monóxido de carbono en este bosque durante 2010 y 2018 y se centraron en cuatro sitios en la Amazonía brasileña. Los expertos encontraron que, en promedio, los incendios vertieron alrededor de 1.6 mil millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año, mientras que los árboles sanos absorbieron solo alrededor de 500 millones de toneladas.
Los árboles producen gran parte de la lluvia de la región, por lo que menos árboles significan sequías y olas de calor más severas, más muertes e incendios. “Lo más probable es que sea el resultado de la deforestación y los incendios de cada año que hacen que los bosques adyacentes sean más susceptibles el próximo año”, dijeron los científicos. (Le puede interesar: La Amazonia se expone a severas sequías por el cambio climático)
“La retroalimentación positiva, donde la deforestación y el cambio climático impulsan una liberación de carbono del bosque restante que refuerza un calentamiento adicional y una mayor pérdida de carbono, es lo que los científicos temían que suceda”, dijo Gatti. “Ahora tenemos buena evidencia de que esto está sucediendo. La historia del sumidero hasta la fuente del sudeste del Amazonas es otra advertencia clara de que los impactos climáticos se están acelerando”, añadió.