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Continúa la crisis de los incendios en Brasil, en donde, en los últimos 18 días, se han registrado más de 61.000 focos de conflagraciones en diferentes zonas del país, según datos el Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Catástrofes Naturales (Cemaden). Esto ocurre en medio de la peor sequía que experimenta el gigante sudamericano desde 1950, en una situación que afecta a más de la mitad del territorio nacional.
Según el reporte de las autoridades locales, amplias zonas de Brasil, país que posee más de una décima parte del agua dulce del planeta, están en llamas. Entre las zonas afectadas se encuentran regiones de la selva amazónica, bosques atlánticos y, uno de los mayores humedales del mundo, el Pantanal.
Además de esto, el humo ha cubierto, en septiembre, gran parte del Suramérica, con cielos ennegrecidos que se han reportado en ciudades como Brasil y Buenos Aires (Argentina). De hecho, en algunas zonas de Brasil se ha reportado “lluvia negra”, con precipitaciones cargadas con el hollín de los incendios.
De acuerdo con la ministra de Ambiente de Brasil, Marina Silva, estos incendios, son “una demostración de la gravedad del cambio climático”, a pesar de ser desatados, en su mayoría, por “manos criminales”.
Según datos recopilados por satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), un organismo público de Brasil, desde principios de año se han identificado 188.623 focos de incendios en Brasil. La cifra ya alcanza casi el total del año pasado, alrededor de 189.926 eventos.
La situación en Brasil supera significativamente la ola de incendios forestales que se registran actualmente en el continente, con más de 6,7 millones de hectáreas (ha) afectadas en los últimos meses, lo que representa una cifra inferir a los registrados en Bolivia (4 millones ha), Paraguay (175.000 ha), Perú (63.000 ha), Argentina (30.000) y Colombia (20.000), según cifras divulgadas por WWF.
La crisis climática está agravando los incendios descontrolados en varias partes de Suramérica 🌎🔥
— WWF Colombia (@WWFColombia) September 19, 2024
La devastación de nuestros bosques y ecosistemas afecta la vida de millones de especies y personas.
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Vale señalar que en Brasil, la temporada de incendios se suele presentar en esta época del año, pues agricultores realizan quemas de vegetación en medio de un clima seco. No obstante, en 2024, las conflagraciones han sido más catastróficas de lo acostumbrado.
De hecho, según datos del INPE, diez ciudades de las regiones del norte y centro-oeste del país concentran el 20,5% de los incendios que azotan el país desde principios de año. Además, en la Amazonia, el número de fuegos desde principios de mes ya es significativamente superior al de todo septiembre de 2019 (31.412 frente a 19.925), cuando los incendios en la mayor selva tropical del planeta provocó indignación mundial.
Las cifras de 2024 aún están lejos del récord de 2007 (393.915 focos en todo el año, con un pico mensual de 141.220 en septiembre). Pero esta vez, los incendios ocurren “casi al mismo tiempo en varias regiones de Brasil, lo que dificulta el abordaje del problema”, explicó a AFP Ane Alencar, directora científica del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (Ipam), ONG que integra el Sistema de Estimativas de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG) del Observatorio del Clima.
Por su parte, los incendios desatados entre junio y agosto en la Amazonía brasileña emitieron 31,5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) equivalente, un volumen 60 % superior al registrado en el mismo período del año pasado.
Los datos corresponden a un estudio divulgado este martes por el Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (Ipam), que desde 2013 publica anualmente los datos de gases contaminantes en Brasil. Según la organización, el volumen de emisiones en el bioma en tres meses es casi el mismo que Noruega semana en un año.
Por su parte, la Corte Suprema de Brasil defendió esta semana su decisión de levantar los límites fiscales para la atención de la histórica ola de incendios forestales que castiga al país como una forma de “evitar el fin del mundo“. Vale señalar que el juez del Supremo Tribunal Federal autorizó al gobierno a emitir créditos extraordinarios “sin cálculos de techos ni metas fiscales, exclusivamente” para combatir el fuego, que ha arrasado un área similar a Paraguay.
¿A qué se deben los incendios?
“Influye el cambio climático, conjugado con el fenómeno de El Niño”. Esto favorece que “el país viva un período de sequía prolongada desde junio del año pasado”, explicó Suely Araujo, coordinadora de políticas públicas del Observatorio del Clima, una red de ONG.
En estas condiciones de sequía extrema, “para que un incendio se propague basta una chispa, pero esa chispa la enciende un ser humano”, señala Alencar. Por lo tanto, se estima que la mayoría de estos incendios tienen un origen delictivo. Uno de los casos más comunes es el de los ganaderos que utilizan las quemas para limpiar los pastos. Normalmente, esta práctica tradicional únicamente se permite previa autorización del estado en el que se encuentran las tierras. La crisis actual llevó a su prohibición absoluta en todo el país.
Con la sequía, un incendio que debería quedar acotado escapa del control del agricultor que lo provocó, con consecuencias catastróficas.
Por último, hay un perfil más difícil de precisar: el individuo que, por motivaciones aún por determinar, busca “sembrar el caos”, según el director de la Policía Federal encargado del Medio Ambiente, Humberto Freire. “Algunas personas utilizan el fuego como un arma, cometiendo delitos para apropiarse de tierras o para llamar la atención”, resume Alencar.
¿Estaba Brasil preparado?
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva admitió el martes que Brasil “no estaba 100% preparado” para hacer frente a esta ola de incendios, antes de liberar 514 millones de reales (93 millones de dólares) para la respuesta.
“No estábamos 100% preparados. Hay muy pocos estados con defensa civil, bomberos y brigadas contra incendios. Casi nadie los tiene”, indicó Lula en una reunión con los jefes de los tres poderes en Brasilia.
“Si tienes incendios provocados por el hombre y no actúas para detenerlos, las tierras seguirán ardiendo hasta que llueva. Y la previsión es que la sequía dure hasta octubre”, advierte Karla Longo, investigadora del INPE. “Se supone que la temporada de lluvias comienza en la segunda quincena de octubre (...), pero es posible que se retrase dada la excesiva sequedad del suelo y las condiciones de baja humedad atmosférica”, advierte Ricardo de Camargo, profesor de meteorología de la Universidad de Sao Paulo.
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