Nace el G9 de los pueblos indígenas de la Amazonia en la COP16
En medio de la COP16, organizaciones de los países que comparten la Amazonia presentaron un nuevo grupo para hacer incidencia los encuentros de biodiversidad y cambio climático y defender su territorio.
Sergio Silva Numa
La COP16 ha sido también una COP de la Amazonia. Más allá de las herméticas negociaciones que se llevan a cabo en la Zona Azul, Cali ha sido un escenario para quienes viven en esta región y para quienes tratan de sumar esfuerzos por protegerla. Hace unos días, por poner un ejemplo, cuatro conocidas organizaciones de Estados Unidos, Brasil, Colombia y Perú, presentaron siete propuestas a los gobiernos para frenar la minería ilegal de oro, que está acabando con la selva.
Este sábado, 26 de octubre, también hubo una manifestación en la Zona Verde, en el Bulevar del Río, en la que las personas pedían una Amazonia libre de la explotación de combustibles fósiles. En la Casa Humboldt, un espacio de la Caja de Compensación Comfandi que adaptó el Instituto Humboldt para hacer exposiciones y conversatorios, han sobrado las charlas sobre la Amazonia.
Al otro lado de la ciudad, donde se hacen las negociaciones, tampoco han hecho falta los encuentros sobre la Amazonia. Aunque había sido formada unos meses antes, allí se presentó la Red Bioamazonia, que reúne a 8 institutos científicos de 5 países (Colombia, Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador) y está coordinada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Su directora es Luz Marina Mantilla, quien está al frente del Instituto Sinchi. En los conversatorios que han hecho no han dejado de resaltar el valor que tendrá ese grupo para hacer ciencia, compartir conocimiento, preservar la biodiversidad y desarrollar la bioeconomía amazónica.
“Somos 44% Amazonia”, “Amazonia por encima de todo”, se lee en unos afiches que la Fundación Gaia, de Colombia, pegó en la ciudad de la COP16.
Todo parece un gran esfuerzo para evitar el colapso de una región clave para el planeta, que, poco a poco, se está acercando a su punto de inflexión, ese momento en el que ya no habrá marcha atrás. Científicos como Carlos Nobre, que también está en Cali, nos decía antes de llegar a Colombia que, pese a todo, cree que es posible salvarla. “Claro que mantengo la esperanza”, repetía.
No es el único que tiene una buena dosis de esperanza. Los pueblos indígenas que conforman la Amazonia también creen que aún queda un gran chance de protegerla. “En nuestro caso, nos está acechando el narcotráfico y la minería ilegal de oro; por eso, es hora de organizarnos mejor y encontrar caminos para cuidarla”, dice a El Espectador Miguel Guimaraes Vázquez.
Guimaraes es el vicepresidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) y viajó a la COP16 por un motivo: presentar un grupo que reúne a las organizaciones de los pueblos indígenas de la Amazonia. Tanto los de Perú, como los de Colombia, Bolivia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Surinam, Guyana y Guyana Francesa. El “G9″ lo llamaron.
¿Qué busca un G9 de la Amazonia?
Cuenta Oswaldo Muca Castizo, coordinador general de la Opiac —la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana— que no fue tan difícil juntarse entre todas las organizaciones para crear esa coalición. “Empezamos los diálogos en agosto y todos estábamos de acuerdo en que es el momento de formar una coalición real y presentarla mundo oficialmente”, asegura.
“Es que entre nosotros no es difícil llegar a un consenso. Nuestras demandas son muy parecidas y compartimos una agenda común. Por ejemplo, queremos que los gobiernos implementen políticas claras contra el crimen organizado”, añade Guimaraes.
Después de todo, como dijo esta semana en Cali, Melina Risso, directora de Investigación del Instituto Igarapé, en Río de Janeiro, en Brasil, actividades como “la explotación ilegal de oro no reconoce fronteras”.
Tras tener una “pre-COP16″, como la llama Guimaraes, acordaron unos puntos fundamentales, que presentaron este 26 de octubre, junto a Maloka que construyeron en la Zona Verde.
Además de Muca y Guimaraes, en el evento participaron Justo Molina Barrancos, de la Confederación de Naciones y Pueblos Indígenas del Chaco, Oriente y Amazonía de Bolivia (CIDOB), de Bolivia; Elcio Manchineri, coordinador General de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB); Lemmel Thomas, presidente de la Asociación de Pueblos Ameríndios de Guyana (APA); Josien Aloema, presidenta de la Organización de Pueblos Indígenas de Surinam (OIS); y Annia Arana, vicepresidenta de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Amazonas (ORPIA), de Venezuela.
“Este es un espacio técnico y político. Lo que queremos es unificar el movimiento indígena de la Amazonia, para hacer incidencia en la COP de la biodiversidad y de la COP30 de cambio climático —que se hará en 2025 en Belém, en Brasil—”, aseguró en la presentación Manchineri, de Brasil.
Para Molina Barrancos, de Bolivia, haber logrado reunirse y concretar la formación de ese grupo significa un gran día para la Amazonia. “Es que todos son amantes de la sombra, pero, ¿quién hace algo para conservar un árbol? Lo que proponemos es la defensa de nuestro territorio”, añadió.
Aunque, como afirma Muca, aún no tienen una agenda muy específica, sino que esperan definirla en reuniones posteriores a la COP16, hay unos temas que son de especial interés para el G9. La idea, dice, es discutir cómo hacer incidencia como grupo y establecer una estrategia.
Entre esos puntos que quieren abordar está la exigencia de mecanismos de financiación directa para los pueblos indígenas de la Amazonia; robustecer la seguridad jurídica de sus territorios con, entre otras cosas, titulación y creación de resguardos; exigir que las decisiones globales respeten sus derechos y reconozcan su papel en la conservación de la biodiversidad; y, claro, un espacio de articulación para que los pueblos indígenas de la Amazonia puedan influir en las negociaciones internacionales.
“Estamos unidos porque creemos que la unidad es poderosa y fuerte para proteger la Amazonia que está en problemas y queremos encontrar soluciones. Salvar a la Amazonia también es salvar al mundo”, resaltó en su intervención Lemmel Thomas, de la Asociación de Pueblos Ameríndios de Guyana.
Tras una breve intervención de cada uno, Muca, de la Opiac, en Colombia, leyó la primera declaración del G9 (ver completa más abajo), en la que recordó que las organizaciones reúnen a los 511 Pueblos Indígenas de la gran región amazónica y que “han defendido el bosque más grande del mundo durante milenios”.
“Somos los dueños ancestrales de nuestros territorios, guardianes y administradores de la biodiversidad, los bosques amazónicos y la vida del planeta. Sin nuestra participación, cualquier diálogo sobre biodiversidad y acción climática carece de fundamento”, señaló más adelante para recordar luego que sin titulación y demarcación de los territorios, no habrá “Paz con la Naturaleza”, pues esos lugares son fundamentales “en la lucha contra la crisis climática y de biodiversidad”.
También pidieron a los Estados que protejan a los pueblos aislados y que garanticen su seguridad y su territorio. Otra de sus solicitudes tiene que ver con uno de los temas claves en las negociaciones de la COP16, el artículo 8J, que se refiere a la participación plena y efectiva de comunidades indígenas. Lo que quieren, aseguraron, es que haya un “Órgano Subsidiario para el artículo 8J que reconozca nuestras contribuciones a los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica”.
Esta es la declaración completa:
*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
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La COP16 ha sido también una COP de la Amazonia. Más allá de las herméticas negociaciones que se llevan a cabo en la Zona Azul, Cali ha sido un escenario para quienes viven en esta región y para quienes tratan de sumar esfuerzos por protegerla. Hace unos días, por poner un ejemplo, cuatro conocidas organizaciones de Estados Unidos, Brasil, Colombia y Perú, presentaron siete propuestas a los gobiernos para frenar la minería ilegal de oro, que está acabando con la selva.
Este sábado, 26 de octubre, también hubo una manifestación en la Zona Verde, en el Bulevar del Río, en la que las personas pedían una Amazonia libre de la explotación de combustibles fósiles. En la Casa Humboldt, un espacio de la Caja de Compensación Comfandi que adaptó el Instituto Humboldt para hacer exposiciones y conversatorios, han sobrado las charlas sobre la Amazonia.
Al otro lado de la ciudad, donde se hacen las negociaciones, tampoco han hecho falta los encuentros sobre la Amazonia. Aunque había sido formada unos meses antes, allí se presentó la Red Bioamazonia, que reúne a 8 institutos científicos de 5 países (Colombia, Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador) y está coordinada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Su directora es Luz Marina Mantilla, quien está al frente del Instituto Sinchi. En los conversatorios que han hecho no han dejado de resaltar el valor que tendrá ese grupo para hacer ciencia, compartir conocimiento, preservar la biodiversidad y desarrollar la bioeconomía amazónica.
“Somos 44% Amazonia”, “Amazonia por encima de todo”, se lee en unos afiches que la Fundación Gaia, de Colombia, pegó en la ciudad de la COP16.
Todo parece un gran esfuerzo para evitar el colapso de una región clave para el planeta, que, poco a poco, se está acercando a su punto de inflexión, ese momento en el que ya no habrá marcha atrás. Científicos como Carlos Nobre, que también está en Cali, nos decía antes de llegar a Colombia que, pese a todo, cree que es posible salvarla. “Claro que mantengo la esperanza”, repetía.
No es el único que tiene una buena dosis de esperanza. Los pueblos indígenas que conforman la Amazonia también creen que aún queda un gran chance de protegerla. “En nuestro caso, nos está acechando el narcotráfico y la minería ilegal de oro; por eso, es hora de organizarnos mejor y encontrar caminos para cuidarla”, dice a El Espectador Miguel Guimaraes Vázquez.
Guimaraes es el vicepresidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) y viajó a la COP16 por un motivo: presentar un grupo que reúne a las organizaciones de los pueblos indígenas de la Amazonia. Tanto los de Perú, como los de Colombia, Bolivia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Surinam, Guyana y Guyana Francesa. El “G9″ lo llamaron.
¿Qué busca un G9 de la Amazonia?
Cuenta Oswaldo Muca Castizo, coordinador general de la Opiac —la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana— que no fue tan difícil juntarse entre todas las organizaciones para crear esa coalición. “Empezamos los diálogos en agosto y todos estábamos de acuerdo en que es el momento de formar una coalición real y presentarla mundo oficialmente”, asegura.
“Es que entre nosotros no es difícil llegar a un consenso. Nuestras demandas son muy parecidas y compartimos una agenda común. Por ejemplo, queremos que los gobiernos implementen políticas claras contra el crimen organizado”, añade Guimaraes.
Después de todo, como dijo esta semana en Cali, Melina Risso, directora de Investigación del Instituto Igarapé, en Río de Janeiro, en Brasil, actividades como “la explotación ilegal de oro no reconoce fronteras”.
Tras tener una “pre-COP16″, como la llama Guimaraes, acordaron unos puntos fundamentales, que presentaron este 26 de octubre, junto a Maloka que construyeron en la Zona Verde.
Además de Muca y Guimaraes, en el evento participaron Justo Molina Barrancos, de la Confederación de Naciones y Pueblos Indígenas del Chaco, Oriente y Amazonía de Bolivia (CIDOB), de Bolivia; Elcio Manchineri, coordinador General de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB); Lemmel Thomas, presidente de la Asociación de Pueblos Ameríndios de Guyana (APA); Josien Aloema, presidenta de la Organización de Pueblos Indígenas de Surinam (OIS); y Annia Arana, vicepresidenta de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Amazonas (ORPIA), de Venezuela.
“Este es un espacio técnico y político. Lo que queremos es unificar el movimiento indígena de la Amazonia, para hacer incidencia en la COP de la biodiversidad y de la COP30 de cambio climático —que se hará en 2025 en Belém, en Brasil—”, aseguró en la presentación Manchineri, de Brasil.
Para Molina Barrancos, de Bolivia, haber logrado reunirse y concretar la formación de ese grupo significa un gran día para la Amazonia. “Es que todos son amantes de la sombra, pero, ¿quién hace algo para conservar un árbol? Lo que proponemos es la defensa de nuestro territorio”, añadió.
Aunque, como afirma Muca, aún no tienen una agenda muy específica, sino que esperan definirla en reuniones posteriores a la COP16, hay unos temas que son de especial interés para el G9. La idea, dice, es discutir cómo hacer incidencia como grupo y establecer una estrategia.
Entre esos puntos que quieren abordar está la exigencia de mecanismos de financiación directa para los pueblos indígenas de la Amazonia; robustecer la seguridad jurídica de sus territorios con, entre otras cosas, titulación y creación de resguardos; exigir que las decisiones globales respeten sus derechos y reconozcan su papel en la conservación de la biodiversidad; y, claro, un espacio de articulación para que los pueblos indígenas de la Amazonia puedan influir en las negociaciones internacionales.
“Estamos unidos porque creemos que la unidad es poderosa y fuerte para proteger la Amazonia que está en problemas y queremos encontrar soluciones. Salvar a la Amazonia también es salvar al mundo”, resaltó en su intervención Lemmel Thomas, de la Asociación de Pueblos Ameríndios de Guyana.
Tras una breve intervención de cada uno, Muca, de la Opiac, en Colombia, leyó la primera declaración del G9 (ver completa más abajo), en la que recordó que las organizaciones reúnen a los 511 Pueblos Indígenas de la gran región amazónica y que “han defendido el bosque más grande del mundo durante milenios”.
“Somos los dueños ancestrales de nuestros territorios, guardianes y administradores de la biodiversidad, los bosques amazónicos y la vida del planeta. Sin nuestra participación, cualquier diálogo sobre biodiversidad y acción climática carece de fundamento”, señaló más adelante para recordar luego que sin titulación y demarcación de los territorios, no habrá “Paz con la Naturaleza”, pues esos lugares son fundamentales “en la lucha contra la crisis climática y de biodiversidad”.
También pidieron a los Estados que protejan a los pueblos aislados y que garanticen su seguridad y su territorio. Otra de sus solicitudes tiene que ver con uno de los temas claves en las negociaciones de la COP16, el artículo 8J, que se refiere a la participación plena y efectiva de comunidades indígenas. Lo que quieren, aseguraron, es que haya un “Órgano Subsidiario para el artículo 8J que reconozca nuestras contribuciones a los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica”.
Esta es la declaración completa:
*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
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