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Por años, la deforestación se ha consolidado como una de las mayores amenazas de la Amazonía. Aunque en 2023 se registró una reducción del 70 % entre enero y septiembre, en comparación con ese mismo periodo de 2022, con corte a esa fecha se deforestaron 17.909 hectáreas en la Amazonía colombiana, según el Ministerio de Ambiente. (Lea: Restauración ecológica en La Mojana tendrá una inversión de $2.1 billones: Minambiente)
Si bien, esta es una situación preocupante, hay otra amenaza que está creciendo y que tiene impactos cada vez más graves en este bioma conformado por ocho países: la minería de oro y otros minerales. Según la Alianza Amazónica para la Reducción de Impactos de la Minería de Oro, esta actividad extractiva, que se extiende por los ríos de la región, tiene impactos irreversibles para la salud de los ecosistemas y de las comunidades locales, y es la principal amenaza para los pueblos indígenas en aislamiento.
La Alianza conformada, por Parques Nacionales Naturales de Colombia, WWF, Amazon Conservation Team, la Fundación GAIA Amazonas, la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible y la Sociedad Zoológica de Frankfurt, sostiene que la minería implica nuevos y crecientes vínculos con otras dinámicas ilegales y de violencia en la región. “Los efectos de esta actividad extractiva se han estudiado en áreas fronterizas con Perú y Brasil, y en Colombia en ríos como el Caquetá, Puré, Cotuhé y Purité. Los hallazgos incluyen cambios drásticos en la calidad de las aguas, presencia de mercurio en varias especies de animales y seres humanos, deforestación de los bosques ribereños, además de transformaciones que ponen en riesgo la integridad cultural de las comunidades”, informan.
Las instituciones explican que la minería de oro aluvial genera efectos prácticamente irreversibles a la diversidad hidrobiológica del bioma amazónico, debido al uso de metales como el mercurio, que al terminar en el agua, se transforma en metilmercurio, un compuesto tóxico que se acumula en peces y se transfiere a otros animales y seres humanos a través de su consumo. (Lea: En Colombia nacieron las primeras crías de periquito aliamarillo, bajo cuidado profesional)
A este riesgo que representa para la biodiversidad, se suman las amenazas a las comunidades, especialmente a los pueblos indígenas. “Estudios en comunidades indígenas han encontrado que los niveles de mercurio superan por mucho las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Una situación especialmente crítica en el caso de mujeres gestantes y niños”, menciona la Alianza.
Según un informe de WWF Brasil, la mayoría de las exportaciones de oro de la Amazonía llegan a Norte América (44 %) y Europa (39 %), y del total de exportaciones de países amazónicos, cerca del 75 % corresponde a los países de la triple frontera Perú, Brasil y Colombia.
Por esto, el llamado que hacen las diferentes organizaciones que conforman la alianza, con ocasión al Día Internacional de los Bosques, que se celebra el 21 de marzo, es a involucrar otros actores y comprender dinámicas globales más allá de lo local, para hacerle frente a esta problemática.