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La gran sequía que afecta una vez más a la Amazonia brasileña tiene en alerta a las autoridades locales. En una reciente visita del presidente de ese país, Lula Da Silva, a las comunidades de Manaquiri y Tefé, en el estado de Amazonas, para conocer los efectos de la extrema sequía, afirmó que “la situación es muy grave”.
Según los datos del gobierno nacional, de los 62 municipios de Amazonas, 21 han declarado situación de emergencia como consecuencia de los bajos niveles que registran los cuerpos de agua. Aproximadamente, 330 mil personas han resultado damnificadas por la situación de emergencia en los municipios del estado amazónico.
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“La actual temporada de incendios, agravada por el cambio climático, se produce en un escenario de uno de los peores estiajes (nivel de caudal mínimo que alcanza un río) en la Amazonia desde mediados de 2023″, ha dicho el gobierno nacional.
Esta situación ha perjudicado el traslado de medicinas y alimentos, y también ha aislado a decenas de comunidades rurales. A esto se suma que ha influido en los incendios que se han registrado en diferentes zonas, incluidas ciudades como Brasilia y Sao Paulo.
Desde que inició este año, los incendios han afectado más de seis millones de hectáreas de la Amazonía brasileña, lo que representa un 1,6 % del bioma, según datos de las autoridades oficiales. En total, la Amazonía en este país sumó 63.189 focos de incendio entre enero y agosto de este año, el doble de los registrados en el mismo periodo del año pasado.
Según el mandatario, estos incendios serían provocados por personas. “Hasta ahora no hemos podido detectar ningún incendio provocado por rayos, lo que significa que hay gente prendiendo fuego en la Amazonia, en el Pantanal y en São Paulo”, dijo Da Silva durante la reunión que sostuvo con la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, y representantes del Gobierno federal.
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La sequía además ha afectado la producción de energía hidroeléctrica. Por ejemplo, la central de Santo Antônio, que tiene capacidad para abastecer de electricidad a 45 millones de personas, funciona solo con siete de sus 50 turbinas, el 14 %, según el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS).
El nivel del Madeira, el más largo afluente del Amazonas y uno de los más caudalosos, rondaba los 70 centímetros este martes a su paso por Porto Velho, la capital de Rondonia, un estado fronterizo con Bolivia.
Ante esta situación, el presidente Lula recordó que próximamente enviará al Congreso una iniciativa para establecer el Estatuto Jurídico de Emergencias Climáticas con la intención de “crear y acelerar” políticas públicas de enfrentamiento a los eventos extremos. Ese plan también incluye crear una “autoridad climática”, con un comité científico.
*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
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