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                                                                                                                                  Sequía, deforestación y llamas: la Amazonía vive una “tormenta perfecta”

                                                                                                                                  Mientras el río Amazonas en Colombia y Perú ha llegado a niveles mínimos históricos por la intensa sequía, en el sur de la región, en Brasil, millones de hectáreas de bosque y humedales han sido arrasadas por los incendios. Para los científicos todo lo que está sucediendo está relacionado y está poniendo en serios problemas esos ecosistemas.

                                                                                                                                  Catalina Sanabria Devia

                                                                                                                                  Periodista de Amazonia y Ambiente
                                                                                                                                  No solo el río Amazonas enfrenta una grave sequía. El río Paraná do Manaquiri (en la foto), en la Amazonia brasilera, también llegó a niveles muy inquietantes.
                                                                                                                                  Foto: EFE - Raphael Alves

                                                                                                                                  Un desierto. Así se refiere José Bastos, bombero forestal indígena de Leticia, a las zonas que solían estar cubiertas por el río Amazonas. Según cuenta, el nivel del agua ha bajado a tal punto que los botes ya no pueden navegar, y si lo intentan, quedan encallados. Los jóvenes, que antes se movían en lancha, deben caminar distancias de hasta seis kilómetros en medio de un calor sofocante para poder ir a los centros educativos a estudiar su bachillerato.

                                                                                                                                  Durante septiembre, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) usó equipos especializados para medir el agua del Amazonas en las estaciones hidrológicas entre Leticia y Puerto Nariño. En la de Nazareth, el caudal disminuyó un 82% desde abril de este año. “Según nuestros análisis, los niveles del río han alcanzado mínimos históricos”, comunicó Tatiana Sierra, funcionaria del IDEAM. Tanto en Perú como en Colombia, la situación ha llevado a que se declare alerta roja por la sequía.

                                                                                                                                  De acuerdo con estimaciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el abastecimiento de agua de alrededor de 3.000 personas se ha visto afectado. “Nosotros, como indígenas, consumimos el agua de lluvia y ya no hay de dónde extraerla. Hoy ya ni llueve”, dice Bastos.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  La sequía también ha golpeado la economía local, pues si el río está seco, se dificulta el transporte y todo sube de precio. La principal fuente de alimento de las comunidades son los peces que ahora mueren por la falta de agua y de oxigenación y por las altas temperaturas. “Vemos un cambio total en el que debemos comprar los que provienen de Brasil o de Perú”, expresa el bombero.

                                                                                                                                  Además, la pérdida de conexión del Amazonas con Lagos de Tarapoto, el primer humedal de la región en ser protegido internacionalmente, está poniendo en riesgo al delfín rosado (Inia geoffrensis), una de las especies emblemáticas de la zona y que se encuentra en peligro de extinción. Ante cinco reportes de delfines de río muertos desde agosto en el departamento, Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, dijo, según un comunicado emitido por dicha organización, que “cuando baja el agua, desafortunadamente se coloca una gran cantidad de redes atravesadas, de lado a lado, en los caños, y cuando los delfines intentan pasar, quedan atrapados y pueden morir”

                                                                                                                                  La disminución del Amazonas, considerado el río más caudaloso del mundo y al cual los indígenas describen como una potencia mundial de agua dulce, es un problema que no empieza ni termina en la frontera de nuestro país. Según explica Fabio Bernal, de la subdirección de hidrología del IDEAM, las pocas lluvias que ha habido en la Amazonia peruana han hecho que el caudal del río alcance mínimos históricos, lo que, inevitablemente, incide en lo que está sucediendo en territorio colombiano.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  En Brasil, de los 62 municipios del estado de Amazonas, 21 declararon situación de emergencia en septiembre a causa de la sequía extrema que ha perjudicado a, aproximadamente, 330 mil personas.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En Bolivia, la situación es parecida. Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, advierte en su página web que para 2024, las emisiones de carbono en ese país, consecuencia de los incendios forestales, ya son el total anual más alto, con 76 megatoneladas de carbono registradas a mediados de septiembre. El humo de los incendios ha llegado a cubrir, incluso, otros países, como Argentina y Paraguay. La crisis ambiental es generalizada.

                                                                                                                                  Elementos de fondo

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                                                                                                                                  Lea también: Hay una reducción histórica en los caudales del río Amazonas: Ideam

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Cuando los incendios son inusualmente grandes, persistentes y a lo largo del borde del bosque, es probable que se trate de incendios de deforestación. La deforestación y la agricultura de tala y quema siguen siendo una influencia importante en la actividad de incendios en América del Sur”, señala un estudio publicado el pasado 26 de septiembre en Communications, Earth and Environment, de Nature, y liderado por Sarah Feron, investigadora de la Universidad de Groningen en Países Bajos

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Le puede interesar: Estos son los frutos con los que puede conservar la Amazonia y aportar a su economía

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Lea también: Evaluaron la salud de los delfines de río en la Amazonía en medio de la sequía

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Para Germán Mejía, biólogo con maestría en gestión ambiental e integrante de la organización Amazon Conservation Team, debido a la deforestación, fenómenos que siempre han ocurrido, como el Niño, se exacerban, pues “al reducirse la selva amazónica, su capacidad para regular el clima y el agua disminuye”. Entonces, la sequía y los incendios también se vuelven más extremos. Todo esto, a ojos de Roa, es una “cascada de eventos desafortunados”.

                                                                                                                                  La conexión de la selva y de la crisis

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  “La Amazonia está interrelacionada”, subraya Armenteras. “Las diferentes partes de esta región son un todo”. Es por ello que, mientras en Brasil y Bolivia las llamas no dan tregua, en Colombia se vive una sequía sin precedentes. Los incendios en el sur tienen un efecto en el equilibrio de todo el bioma amazónico. A través de ellos se genera más CO2 y a su vez, con la pérdida de árboles, hay menor capacidad para capturar esas emisiones que contribuyen al calentamiento global. El humo, además, dificulta la lluvia.

                                                                                                                                  Le puede interesar: La contaminación del aire en Guaviare podría ser similar a la de Bogotá

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                                                                                                                                  Luego, explica Roa, estas precipitaciones terminan por “escurrirse” e ir de vuelta a la Amazonia. Son los llamados “ríos voladores”, “uno de los fenómenos climáticos más maravillosos del planeta”, los calificó Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) en una columna de opinión publicada en la página web de esta organización.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Un asunto global

                                                                                                                                  “Este es un fenómeno que no podemos decir que es solo nuestro, es mundial”, expresa José Bastos. En efecto, de la regulación hídrica y climática que ejerce la Amazonia dependen millones de personas en el planeta. Por ejemplo, de acuerdo con la FCDS, esta región produce diariamente 20 millones de toneladas de agua que abastecen a grandes ciudades de Suramérica como Quito, Lima, São Paulo, La Paz, Buenos Aires y Montevideo.

                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  Lea también: Disminuye cauce del río Amazonas y envían comisión técnica de emergencia

                                                                                                                                  En Bogotá, dice Mejía, lo que está sucediendo con el racionamiento también es consecuencia de que “si se queman los bosques allá abajo, no hay quien retenga el agua y, por lo tanto, no va a haber lluvia”. Además, si el bioma amazónico, como un sistema integrado, deja de funcionar, también habrá implicaciones en el clima global, afirma Armenteras.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Necesitamos entender las causas reales de este problema, bien sean sociales, políticas, demográficas, que provocan estos motores de deforestación, y esas razones las tenemos que atacar con educación, con trabajo, con gobierno en el territorio”, dice.

                                                                                                                                  Le puede interesar: El internet de la Amazonia brasilera en manos del impredecible Elon Musk

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                                                                                                                                  Por su parte, Armenteras hace énfasis en que, antes que atender incendios, la prioridad debería ser prevenirlos a través de unas medidas de conservación más estrictas y la reducción de la deforestación ilegal en la Amazonia.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En video: Gastronomía ancestral amazónica: gusanos, hormigas, casabe y tucupí

                                                                                                                                  Desde Leticia, Bastos pide apoyo a Perú y Brasil, pues cuando las llamas se expanden rápidamente, los incendios se pueden volver transnacionales. Se requiere trabajar en conjunto, dice, pues “el aire no tiene frontera, los árboles no tienen frontera, el río no tiene frontera”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜

                                                                                                                                  No solo el río Amazonas enfrenta una grave sequía. El río Paraná do Manaquiri (en la foto), en la Amazonia brasilera, también llegó a niveles muy inquietantes.
                                                                                                                                  Foto: EFE - Raphael Alves

                                                                                                                                  Un desierto. Así se refiere José Bastos, bombero forestal indígena de Leticia, a las zonas que solían estar cubiertas por el río Amazonas. Según cuenta, el nivel del agua ha bajado a tal punto que los botes ya no pueden navegar, y si lo intentan, quedan encallados. Los jóvenes, que antes se movían en lancha, deben caminar distancias de hasta seis kilómetros en medio de un calor sofocante para poder ir a los centros educativos a estudiar su bachillerato.

                                                                                                                                  Durante septiembre, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) usó equipos especializados para medir el agua del Amazonas en las estaciones hidrológicas entre Leticia y Puerto Nariño. En la de Nazareth, el caudal disminuyó un 82% desde abril de este año. “Según nuestros análisis, los niveles del río han alcanzado mínimos históricos”, comunicó Tatiana Sierra, funcionaria del IDEAM. Tanto en Perú como en Colombia, la situación ha llevado a que se declare alerta roja por la sequía.

                                                                                                                                  De acuerdo con estimaciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el abastecimiento de agua de alrededor de 3.000 personas se ha visto afectado. “Nosotros, como indígenas, consumimos el agua de lluvia y ya no hay de dónde extraerla. Hoy ya ni llueve”, dice Bastos.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  La sequía también ha golpeado la economía local, pues si el río está seco, se dificulta el transporte y todo sube de precio. La principal fuente de alimento de las comunidades son los peces que ahora mueren por la falta de agua y de oxigenación y por las altas temperaturas. “Vemos un cambio total en el que debemos comprar los que provienen de Brasil o de Perú”, expresa el bombero.

                                                                                                                                  Además, la pérdida de conexión del Amazonas con Lagos de Tarapoto, el primer humedal de la región en ser protegido internacionalmente, está poniendo en riesgo al delfín rosado (Inia geoffrensis), una de las especies emblemáticas de la zona y que se encuentra en peligro de extinción. Ante cinco reportes de delfines de río muertos desde agosto en el departamento, Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, dijo, según un comunicado emitido por dicha organización, que “cuando baja el agua, desafortunadamente se coloca una gran cantidad de redes atravesadas, de lado a lado, en los caños, y cuando los delfines intentan pasar, quedan atrapados y pueden morir”

                                                                                                                                  La disminución del Amazonas, considerado el río más caudaloso del mundo y al cual los indígenas describen como una potencia mundial de agua dulce, es un problema que no empieza ni termina en la frontera de nuestro país. Según explica Fabio Bernal, de la subdirección de hidrología del IDEAM, las pocas lluvias que ha habido en la Amazonia peruana han hecho que el caudal del río alcance mínimos históricos, lo que, inevitablemente, incide en lo que está sucediendo en territorio colombiano.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  En Brasil, de los 62 municipios del estado de Amazonas, 21 declararon situación de emergencia en septiembre a causa de la sequía extrema que ha perjudicado a, aproximadamente, 330 mil personas.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En Bolivia, la situación es parecida. Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, advierte en su página web que para 2024, las emisiones de carbono en ese país, consecuencia de los incendios forestales, ya son el total anual más alto, con 76 megatoneladas de carbono registradas a mediados de septiembre. El humo de los incendios ha llegado a cubrir, incluso, otros países, como Argentina y Paraguay. La crisis ambiental es generalizada.

                                                                                                                                  Elementos de fondo

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                                                                                                                                  Lea también: Hay una reducción histórica en los caudales del río Amazonas: Ideam

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Cuando los incendios son inusualmente grandes, persistentes y a lo largo del borde del bosque, es probable que se trate de incendios de deforestación. La deforestación y la agricultura de tala y quema siguen siendo una influencia importante en la actividad de incendios en América del Sur”, señala un estudio publicado el pasado 26 de septiembre en Communications, Earth and Environment, de Nature, y liderado por Sarah Feron, investigadora de la Universidad de Groningen en Países Bajos

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Le puede interesar: Estos son los frutos con los que puede conservar la Amazonia y aportar a su economía

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

                                                                                                                                  El Panel Científico por la Amazonia (PCA), compuesto por los principales investigadores que se han encargado de estudiar esa región, y del cual hace parte Armenteras, también se pronunció hace un par de días sobre la grave situación de la zona. Ane Alencar, del Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia (IPAM) en Brasil, explicó en el comunicado que al abrirse el dosel, es decir la parte superior del bosque, y caer los árboles, aumenta el material combustible en el suelo, como las hojas, creando “una receta perfecta para incendios que se desbordan”.

                                                                                                                                  Lea también: Evaluaron la salud de los delfines de río en la Amazonía en medio de la sequía

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Para Germán Mejía, biólogo con maestría en gestión ambiental e integrante de la organización Amazon Conservation Team, debido a la deforestación, fenómenos que siempre han ocurrido, como el Niño, se exacerban, pues “al reducirse la selva amazónica, su capacidad para regular el clima y el agua disminuye”. Entonces, la sequía y los incendios también se vuelven más extremos. Todo esto, a ojos de Roa, es una “cascada de eventos desafortunados”.

                                                                                                                                  La conexión de la selva y de la crisis

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Le puede interesar: La contaminación del aire en Guaviare podría ser similar a la de Bogotá

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                                                                                                                                  Luego, explica Roa, estas precipitaciones terminan por “escurrirse” e ir de vuelta a la Amazonia. Son los llamados “ríos voladores”, “uno de los fenómenos climáticos más maravillosos del planeta”, los calificó Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) en una columna de opinión publicada en la página web de esta organización.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Un asunto global

                                                                                                                                  “Este es un fenómeno que no podemos decir que es solo nuestro, es mundial”, expresa José Bastos. En efecto, de la regulación hídrica y climática que ejerce la Amazonia dependen millones de personas en el planeta. Por ejemplo, de acuerdo con la FCDS, esta región produce diariamente 20 millones de toneladas de agua que abastecen a grandes ciudades de Suramérica como Quito, Lima, São Paulo, La Paz, Buenos Aires y Montevideo.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En Bogotá, dice Mejía, lo que está sucediendo con el racionamiento también es consecuencia de que “si se queman los bosques allá abajo, no hay quien retenga el agua y, por lo tanto, no va a haber lluvia”. Además, si el bioma amazónico, como un sistema integrado, deja de funcionar, también habrá implicaciones en el clima global, afirma Armenteras.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Necesitamos entender las causas reales de este problema, bien sean sociales, políticas, demográficas, que provocan estos motores de deforestación, y esas razones las tenemos que atacar con educación, con trabajo, con gobierno en el territorio”, dice.

                                                                                                                                  Le puede interesar: El internet de la Amazonia brasilera en manos del impredecible Elon Musk

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Por su parte, Armenteras hace énfasis en que, antes que atender incendios, la prioridad debería ser prevenirlos a través de unas medidas de conservación más estrictas y la reducción de la deforestación ilegal en la Amazonia.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  En video: Gastronomía ancestral amazónica: gusanos, hormigas, casabe y tucupí

                                                                                                                                  Desde Leticia, Bastos pide apoyo a Perú y Brasil, pues cuando las llamas se expanden rápidamente, los incendios se pueden volver transnacionales. Se requiere trabajar en conjunto, dice, pues “el aire no tiene frontera, los árboles no tienen frontera, el río no tiene frontera”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜

                                                                                                                                  Por Catalina Sanabria Devia

                                                                                                                                  Periodista con interés en temas de género, medio ambiente y construcción de paz. Ha colaborado en medios como Rutas del Conflicto y Mongabay Latam. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (2022) y el Premio al Periodismo Social y Ambiental de Constructora Capital (2023).@catalina_sanabrlsanabria@elespectador.com
                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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