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El cambio climático favoreció en gran medida la devastadora sequía que azotó a la Amazonía en 2023. Así lo afirma un estudio realizado por científicos del World Weather Attribution, quienes quisieron evaluar el efecto de esta crisis en la sequía de la región.
Durante dicha temporada, entre junio y noviembre de 2023, aproximadamente 30 millones de personas que viven en la cuenca del Amazonas en varios países, incluidos Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia, resultaron afectadas al interrumpir el transporte y aislar a las comunidades. (Lea: Los 26 municipios que rompieron sus récords de temperatura en enero)
De acuerdo con el estudio, el gran sistema fluvial alimenta porciones significativas de la energía de los países afectados a través de energía hidroeléctrica: Brasil depende de este tipo de energía para el 80 % de su electricidad, Colombia el 79 %, Venezuela el 68 %, Ecuador y Perú el 55 %, y Bolivia el 32 %. En ese sentido, uno de las consecuencias de la sequía fue el corte de este servicio.
A esto se suma que la temporada trajo efectos como incendios forestales, disminución del agua y estragos en la fauna. Por esto, científicos de Brasil, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos quisieron evaluar si la sequía ha sido influenciada por el cambio climático y en qué medida, así como por la aparición del fenómeno de El Niño, el cual está asociado con la sequía en el Amazonas.
Según los investigadores, el calentamiento global hizo que la sequía fuese 30 veces más probable. Lo preocupante, dicen, es que esta situación empeorará a medida que el planeta se caliente, acercando a la Amazonía a un “punto de inflexión” climático. (Lea: Contraloría denuncia falta de mantenimiento en dispositivo clave contra incendios)
“El Niño redujo la cantidad de precipitaciones en la región, aproximadamente en la misma medida que el cambio climático; sin embargo, la fuerte tendencia a la sequía se debió casi en su totalidad al aumento de las temperaturas globales, por lo que la gravedad de la sequía que se está experimentando actualmente se debe en gran medida al cambio climático”, menciona el documento.
De acuerdo los científicos, a menos que el mundo deje rápidamente de quemar combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y de deforestar, estos acontecimientos serán aún más comunes en el futuro. Si las temperaturas aumentan 2°C por el encima del periodo preindustrial, un evento como este sería aún más probable que se presente cada 13 años, y no cada 50 años, como se estima que es ahora.