Tierras indígenas, claves para metas climáticas en Colombia
Un informe realizado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) señaló que para cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados celsius, la comunidad internacional debe tomar en cuenta a los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Las comunidades indígenas podrían ser claves para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados celsius. Así lo ha determinado un estudio publicado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y Climate Focus. (Lea: Líderes indígenas de nueve países piden la protección del 80 % de la Amazonía)
De acuerdo con el documento, Brasil, Colombia, México y Perú no podrán cumplir con sus objetivos climáticos para 2030 si no protegen las tierras de las comunidades indígenas. Principalmente, porque en estos países las tierras de los indígenas y de otras comunidades locales capturan más del doble de carbono que las no indígenas.
El informe señala que por hectárea, al menos el 80% de las tierras forestales de los pueblos indígenas en los cuatro países son sumideros netos de CO2, “secuestrando anualmente al menos 30 Mg de CO2e/ha de media”. Es decir, el 92% de estas tierras boscosas sirven como sumideros netos (almacenan más carbono del que emiten) debido a sus prácticas tradicionales y sostenibles y al hecho de que en gran parte son bosques vírgenes.
Los autores señalan que estas tierras representan el 28 % del carbono almacenado en los bosques a nivel mundial. Anualmente, secuestran una cantidad de CO2e equivalente, por término medio, al 30% de los objetivos incondicionales de los cuatro países para 2030.
Por eso, explican los investigadores, que si no se aplican medidas para proteger estas tierras “se tendrían que llevar a cabo acciones drásticas, prácticamente imposibles en otros sectores”. (Puede leer: José Eduban Coicué, el líder indígena Kiwnas que defiende al río Putumayo)
Perú, por ejemplo, “tendría que retirar todo su parque automotor para compensar la pérdida de solo la mitad de los servicios de captura de carbono que proporcionan los bosques que están en manos de los pueblos indígenas y comunidades locales”, afirma Darragh Conway, consultor jurídico principal de Climate Focus.
Brasil y Colombia, por su parte, tendrían que retirar el 80% de su flota de vehículos y México el 35% para compensarlo. En los cuatro países estas tierras están bajo la amenaza constante de la ganadería, la minería y la tala, muchas de las cuales son ilegales y están vinculadas a la corrupción y la colusión entre gobiernos y actores ilegales, advierte el estudio.
Los autores instan a los gobiernos a acelerar la titulación y garantizar que las comunidades indígenas y locales tengan plenos derechos sobre la tierra que poseen, así como a respetar su derecho “al consentimiento libre, previo e informado” antes de llevar a cabo proyectos en su territorio. (Puede leer: Debate sobre La Lindosa: ¿De cuándo es el arte rupestre de la Amazonia colombiana?)
Los cuatro países se quedan cortos a la hora de tomar en cuenta estas tierras en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), es decir, en sus planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
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Las comunidades indígenas podrían ser claves para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados celsius. Así lo ha determinado un estudio publicado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y Climate Focus. (Lea: Líderes indígenas de nueve países piden la protección del 80 % de la Amazonía)
De acuerdo con el documento, Brasil, Colombia, México y Perú no podrán cumplir con sus objetivos climáticos para 2030 si no protegen las tierras de las comunidades indígenas. Principalmente, porque en estos países las tierras de los indígenas y de otras comunidades locales capturan más del doble de carbono que las no indígenas.
El informe señala que por hectárea, al menos el 80% de las tierras forestales de los pueblos indígenas en los cuatro países son sumideros netos de CO2, “secuestrando anualmente al menos 30 Mg de CO2e/ha de media”. Es decir, el 92% de estas tierras boscosas sirven como sumideros netos (almacenan más carbono del que emiten) debido a sus prácticas tradicionales y sostenibles y al hecho de que en gran parte son bosques vírgenes.
Los autores señalan que estas tierras representan el 28 % del carbono almacenado en los bosques a nivel mundial. Anualmente, secuestran una cantidad de CO2e equivalente, por término medio, al 30% de los objetivos incondicionales de los cuatro países para 2030.
Por eso, explican los investigadores, que si no se aplican medidas para proteger estas tierras “se tendrían que llevar a cabo acciones drásticas, prácticamente imposibles en otros sectores”. (Puede leer: José Eduban Coicué, el líder indígena Kiwnas que defiende al río Putumayo)
Perú, por ejemplo, “tendría que retirar todo su parque automotor para compensar la pérdida de solo la mitad de los servicios de captura de carbono que proporcionan los bosques que están en manos de los pueblos indígenas y comunidades locales”, afirma Darragh Conway, consultor jurídico principal de Climate Focus.
Brasil y Colombia, por su parte, tendrían que retirar el 80% de su flota de vehículos y México el 35% para compensarlo. En los cuatro países estas tierras están bajo la amenaza constante de la ganadería, la minería y la tala, muchas de las cuales son ilegales y están vinculadas a la corrupción y la colusión entre gobiernos y actores ilegales, advierte el estudio.
Los autores instan a los gobiernos a acelerar la titulación y garantizar que las comunidades indígenas y locales tengan plenos derechos sobre la tierra que poseen, así como a respetar su derecho “al consentimiento libre, previo e informado” antes de llevar a cabo proyectos en su territorio. (Puede leer: Debate sobre La Lindosa: ¿De cuándo es el arte rupestre de la Amazonia colombiana?)
Los cuatro países se quedan cortos a la hora de tomar en cuenta estas tierras en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), es decir, en sus planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
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