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La moción, propuesta por la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y varias organizaciones civiles, tuvo el respaldo de 61 Estados y agencias gubernamentales reunidas en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN que se celebra en la ciudad francesa de Marsella.
Oficialmente hubo 42 abstenciones y ningún voto en contra, pero los organizadores no han querido comunicar, por el momento, quiénes la apoyaron, y si entre estos están o no los países de la región amazónica.
Esta iniciativa “amplía la conversación sobre la crisis planetaria y las decisiones del futuro”, declaró Gregorio Díaz Mirabal, coordinador general de la COICA, organización que reúne a 511 pueblos indígenas de Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Venezuela, Surinam, Colombia, Guyana y Guyana Francesa.
“Requerimos medidas urgentes desde la especificidad y diversidad de los ecosistemas y quienes habitan en ellos. De lo contrario, la inercia de la política global nos llevará a un escenario apocalíptico”, señaló Mirabal.
Claudette Labonté, coordinadora de Mujer y Familia de esta misma organización consideró que “hoy hemos hecho historia. Los pueblos indígenas de la Amazonía estamos en la UICN para seguir la votación de esta moción. Hemos puesto sobre la mesa una opción que nace desde los pueblos indígenas”.
En el texto de la moción 129 se hace un llamamiento para la aplicación del Acuerdo de Durban, un instrumento de la UICN que fue adoptado en 2003 para permitir a los pueblos indígenas y comunidades locales ser los propios administradores de las áreas protegidas.
Y solicitan a los miembros de este organismo internacional que apoyen las metas de conservación basadas en áreas para garantizar la integridad del ecosistema, detener la deforestación y el cambio de uso de suelo, así como evitar llegar a un “punto de no retorno”. En la actualidad, se estima que un 17 % del bosque amazónico ha sufrido deforestación y degradación.
Los pueblos indígenas reclaman a los Estados y organismos gubernamentales de la UICN con esta moción promover esfuerzos para restaurar al menos la mitad de las áreas forestales degradadas en la cuenca amazónica para 2025. Además, les instan a promulgar moratorias sobre las actividades industriales que se llevan a cabo en los bosques primarios, así como a promover proyectos climáticos diseñados para mantener o restaurar la integridad de los ecosistemas.