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Hace un año, el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD por sus siglas en inglés), publicó un documento que presentaba 21 acuerdos que harían parte del nuevo marco mundial para gestionar la naturaleza hasta el 2030. Los proyectos son fundamentales para proteger la pérdida de biodiversidad, que algunos científicos han denominado la sexta extinción masiva en la Tierra.
Hoy, cuando se cumple el primer aniversario de esa publicación, un grupo de más de 50 científicos de 23 países presentó ante distintos gobiernos en el mundo, un análisis de las propuestas realizadas. La principal conclusión, según los expertos, es que las acciones serían insuficientes para revertir la pérdida de biodiversidad. (También puede leer: Un glaciar que resiste ante el cambio climático)
El análisis fue coordinado por bioDISCOVERY, un programa de la organización Future Earth, y GEO BON, la Red de Observación de la Biodiversidad del Grupo de Observaciones de la Tierra. La evaluación llega a pocos meses de que se celebre la 15° Conferencia de las partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15), en donde se discutirán y adoptarán los 21 proyectos presentados a inicio del 2021.
El primer punto de los proyectos, señala que, para el 2030, al menos el 30 % de las zonas terrestres y martinas de todo el mundo deberán estar protegidas y conservadas. Sin embargo, para Paul Leadley, líder de la evaluación y profesor de la Universidad de París-Saclay, esta propuesta “está muy lejos de lo que se necesita para detener e invertir la pérdida de biodiversidad, lo que se llama ´doblar la curva’ de la biodiversidad”.
Otras de las medidas que se discuten en el marco de la CBD tienen que ver con reducir en un 50 % la tasa de introducción de especies exóticas e invasoras, reducir a la mitad la cantidad de nutrientes que se pierden en el medio ambiente, a dos tercios los plaguicidas que se utilizan y eliminar la contaminación por plástico. (Le puede interesar: La contaminación química habría superado los límites de seguridad para la humanidad)
Pero, a criterio de los expertos, a pesar de las buenas intenciones, no hay objetivos específicos y haría falta mayor planificación para ejecutar los proyectos. Lynne Shannon, copresidenta de bioDISCOVERY y profesora de la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, señaló que “no hay un vínculo uno a uno desde cualquier objetivo de acción a un hito u objetivo específico”.
Por eso, los más de 50 científicos que participaron en la evaluación, hicieron una serie de recomendaciones para que los tomadores de decisiones puedan revisarlas antes del 25 de abril, día que iniciará la COP15 en Kunming, China.
La primera de ellas apunta a “una acción exitosa y coordinada a través de un conjunto diverso e interconectado de cambios ‘transformadores’, incluyendo reducciones masivas de los subsidios agrícolas y pesqueros perjudiciales, profundas reducciones en el consumo excesivo y mantener el cambio climático en 1,5°C”. (También puede leer: Es probable que erupción del Hunga Tonga no enfríe temporalmente el clima global)
La segunda recomendación tiene que ver con financiamiento para realizar mejores seguimientos. Según el comunicado publicado por los científicos, la mayor parte de los casi mil millones de registros que existen y están relacionados con biodiversidad no marina, se recogieron en países desarrollados y a no más de 2,5 kilómetros de distancia de una carretera. Tan solo el 7 % del planeta está muestreado.
La última recomendación la resume la colombiana María Cecilia Londoño, quien participó en la investigación y trabaja en el Instituto Humboldt: “Cuanto antes actuemos, mejor. El tiempo que transcurre entre la acción y los resultados positivos para la biodiversidad puede ser de décadas, por lo que debemos actuar de inmediato y mantener nuestros esfuerzos si queremos alcanzar los objetivos mundiales para 2050″.