Aprueban acuerdo ‘histórico’ para la biodiversidad. ¿Qué implica para Colombia?
Tras más de dos años de retraso por la pandemia, el mundo ya tiene un nuevo acuerdo para frenar la pérdida de biodiversidad para el 2030. Una guía para entender qué fue lo que se decidió en Montreal.
María Camila Bonilla
Enviada especial-Montreal, Canadá
En la madrugada de este 19 de diciembre, casi un día antes de lo esperado, más de 190 países alcanzaron un acuerdo sin precedentes para proteger la biodiversidad mundial en la COP15 de Canadá. Desde el 7 de diciembre, los negociadores habían estado reunidos en Montreal, Canadá, para pactar las nuevas metas para revertir la pérdida de especies y ecosistemas durante los próximos siete años.
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En la madrugada de este 19 de diciembre, casi un día antes de lo esperado, más de 190 países alcanzaron un acuerdo sin precedentes para proteger la biodiversidad mundial en la COP15 de Canadá. Desde el 7 de diciembre, los negociadores habían estado reunidos en Montreal, Canadá, para pactar las nuevas metas para revertir la pérdida de especies y ecosistemas durante los próximos siete años.
Tras algunos días de tropiezos en las negociaciones —particularmente en el camino para conseguir más recursos para las acciones relacionadas con la protección de la biodiversidad— los países cantaron victoria sobre las 3:30 a.m.. Pero el momento del ‘triunfo’ no estuvo libre de polémica. La República Democrática del Congo, por ejemplo, manifestó estar inconforme con la decisión sobre la financiación. Momentos después, la presidencia china (encargada de liderar esta COP) simplemente declaró que el marco estaba aprobado. (También puede leer: En la cumbre de Canadá quieren “poner en cintura” a los hipopótamos de Pablo Escobar)
“Es un mensaje muy importante para el planeta que nos hayamos podido poner de acuerdo en cosas muy grandes, poder proponer mecanismos innovadores, llegar a consensos. Yo creo, obviamente, que la mayoría de las personas pudimos haber esperado mucho más, pero, en medio de la diversidad de las situaciones de los países, tener un acuerdo de las bases comunes es bastante importante. Luego nos quedará la tarea de la implementación”, dijo Sandra Vilardy, viceministra de Políticas y Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente, a El Espectador.
Estas son las claves del documento llamado “Marco global de biodiversidad Kunming-Montreal”, compuesto por 23 metas.
Los grandes objetivos para detener la pérdida de biodiversidad
Una de las principales metas pare frenar el cambio climático es prevenir que el mundo se caliente más de 1.5°C para finales de siglo. Pero en el caso de la biodiversidad, no había un objetivo similar, según organizaciones como WWF. Esto podría dificultar medir el avance real de acciones para conservar ecosistemas y especies.
Pero el nuevo acuerdo se encaminó a resolver este desafío, al plantear varias metas cuantificables para revertir la pérdida de biodiversidad para 2030. ¿Por qué ese año en particular? “La lógica de fondo de este texto es que tenemos hasta 2030 para detener la pérdida de especies y ecosistemas, para lograr un cambio positivo para 2050. Si no logramos el primer objetivo en ocho años, ya no lograremos un cambio positivo, no hay vuelta atrás”, explica Catalina Góngora, especialista de Política Pública de The Nature Conservancy (TNC) Colombia.
El anterior acuerdo para proteger la biodiversidad mundial, las llamadas “metas Aichi”, falló en lograr su propósito. En su evaluación de implementación, se encontró que ninguna meta se había cumplido completamente. El diagnóstico fue que, entre muchas otras fallas, a ese acuerdo le faltaron indicadores cuantificables para medir el progreso. (Le puede interesar: Colombia lanza alianza para acelerar la financiación para la biodiversidad)
En ese sentido, dice Góngora, el primer gran acierto del nuevo pacto de Montreal es que sí incluye varios indicadores porcentuales en metas específicas, como en la meta tres, que busca conservar el 30 % de territorios terrestres y marinos para 2030, o la meta 19, que plantea cuánta plata extra tendrán que dar los países con más recursos para proteger la biodiversidad. “Esto ayudará para que el mundo realmente tenga una ambición muy clara de qué se debe hacer”.
El compromiso de conservar el 30 % de ecosistemas terrestres, marinos y de costa en los próximos siete años fue reconocido como uno de los grandes triunfos del documento final, pues hace unos tres días no era seguro que todos los países accedieran a ese porcentaje. En esta meta también se incluyó una de las peticiones de los pueblos indígenas amazónicos, agrupados en la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA): la inclusión de sus territorios como áreas conservadas.
An Lambrechts, jefe de la delegación de Greenpeace en la COP15, celebró esta inclusión. “Los pueblos indígenas son los guardianes de la naturaleza más capaces y mejor informados. Existe un gran potencial para la protección de la biodiversidad si los pueblos indígenas desempeñan funciones de liderazgo. La protección basada en los derechos es el futuro de la conservación”, señaló. (Le recomendamos: El rol de Colombia en la reunión de biodiversidad más importante de la década)
Aunque al final de su presidencia Iván Duque anunció que el país había cumplido con la meta del 30x30, Vilardy indica que todavía quedan varios ecosistemas, como los acuáticos y terrestres, en donde el porcentaje no se ha cumplido. “Ahí queda mucho trabajo que hacer. Nos queda seguir mejorando las estrategias para ampliar áreas en zonas donde en la representatividad [de ecosistemas] nos quedan tareas. El Sistema Nacional de Áreas Protegidas nos da luces en dónde todavía tenemos pendientes”, señaló.
Varios también tienen dudas sobre cómo garantizar que el otro 70 % de la Tierra sea bien manejado. Ximena Barrera, directora de Relaciones Gubernamentales y Asuntos Internacionales de WWF Colombia, por ejemplo, dice que revertir la pérdida de biodiversidad para final de la década podría verse en riesgo si, nacionalmente, “no se tratan adecuadamente cuestiones tan importantes como la protección de ecosistemas intactos y la lucha contra la producción y consumo insostenibles.
Otra de las metas cuantificables es la segunda. Se refiere a que los países deben haber completado o iniciado la restauración de, al menos, el 30% de los ecosistemas terrestres, marinos, costeros y de aguas continentales degradados. “En Colombia, la inversión para la restauración ecológica no ha sido suficiente”, aseguró la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, a El Espectador.
A pesar de los esfuerzos del nuevo gobierno para recaudar entre $1.2 y 1.8 billones (pesos) anuales a través del sistema de regalías y medidas como el impuesto al carbono para la financiación ambiental, Muhamad indicó que, “al analizar cuánto cuesta, realmente, recuperar ecosistemas, sabemos que no es suficiente. Por ejemplo, solamente la restauración de caños, ciénagas y restauración ecológica de 40.000 hectáreas de La Mojana nos cuesta US $200 millones (dólares) y, si empezamos a ver la Amazonia y la diversidad de ecosistemas, esto realmente implicaría una inversión más seria”. (Puede leer: Las claves del discurso de la minambiente en la Conferencia sobre biodiversidad)
Por esta brecha en financiación es que el gobierno Petro ha llevado la propuesta de hacer canje de deuda externa por acciones por la naturaleza a varios espacios internacionales, incluyendo la COP15. La delegación colombiana quería que esta iniciativa quedara incluida en el acuerdo de biodiversidad, pero no prosperó.
“Vamos a empezar a escribir un documento, para empezar a mover en enero, con esa propuesta que hemos venido construyendo desde la COP27, de cómo la reforma del sistema financiero internacional, para relacionar la deuda con la capacidad de restauración ecológica y de acción climática durante los próximos siete años puede ser una estrategia muy contundente para generar una disponibilidad fiscal importante en todos los gobiernos y que pueda acelerar la acción”, indicó Muhamad.
¿Cuánta plata necesita la acción por la biodiversidad? ¿Quién la dará?
Uno de los datos más importantes que se revelaron durante la COP15 es que se necesitan US $700 mil millones más para que todos los países puedan cumplir con la ambición que requiere el nuevo acuerdo. La gran pregunta es cómo se conseguir ese dinero.
Los países “en desarrollo” pusieron dos propuestas sobre la mesa para abordar este asunto en el corto y largo plazo. A largo plazo, el bloque africano y Brasil plantearon crear un nuevo fondo para la biodiversidad. Los países con más recursos, como Canadá, Reino Unido y de la Unión Europea, dijeron que solo estarían dispuestos a discutir la creación del nuevo fondo hasta la siguiente cumbre, en dos años. Esto causó que un grupo de países, incluyendo a Colombia, Brasil, México, Perú y naciones africanas, abandonara la mesa de negociación. Al final, este fondo no fue incluido en el acuerdo. (También puede leer: La petición de los pueblos indígenas amazónicos para conservar el 30 % del mundo)
Pero la propuesta que sí quedó incluid fue la creación de un nuevo fondo, bajo el manejo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés), para la biodiversidad. Esta fue una iniciativa que, de hecho, llevó a la mesa la delegación colombiana y que terminó siendo respaldada por todos los países. “La idea es que esto sirva para acelerar la acción, al otorgar recursos en el corto plazo”, explicó hace unos días Laura Bermúdez, parte de la delegación nacional.
Manuel Rodríguez, CEO del GEF, confirmó que, en el marco de esta COP15, se le solicitó al GEF establecer un Fondo Mundial para la Biodiversidad “lo antes posible”.
Además de esto, dentro del texto quedó consignado que se movilizarán al menos US $200.000 millones anuales en financiación nacional e internacional para 2030 y que se aumentarán los recursos de países “desarrollados” a países “en desarrollo” hasta al menos US $20.000 millones de para 2025, y US $30.000 millones al año para 2030.
“Aunque claramente los países estaban pidiendo más financiación, es positivo que en el acuerdo haya quedado registrada una cifra específica”, dice Góngora, de TNC Colombia.
La eliminación de subsidios ‘perjudiciales’ para la biodiversidad
Aunque sí se propuso que los donantes debían dar más recursos, varios países también argumentaron que la plata que se necesita para proteger la biodiversidad ya existe, solo que está siendo invertida en otras partes. Uno de estos lugares son los “subsidios perjudiciales para la biodiversidad”. La Convención de Diversidad Biológica (CDB) pone como un ejemplo de estos subsidios “un programa de desarrollo rural que proporciona fertilizantes químicos subvencionados a los agricultores”.
Por eso, en a meta 18, se busca que, para 2025, se hayan identificado y eliminado o suprimido gradualmente, o reformado “los incentivos, incluidas las subvenciones, perjudiciales para la la biodiversidad, de manera proporcionada, justa, equitativa y eficaz”. Para el 2030, se deben haber reducido en al menos US $500.000 millones.
Dentro de esta discusión sobre los subsidios también cabe mencionar otra meta (la siete), que busca reducir los riesgos de polución, que incluye la reducción a la mitad del riesgo global que representan los pesticidas y productos químicos altamente peligrosos, “teniendo en cuenta la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia”. (Le recomendamos: Los indígenas de la Amazonia se toman la cumbre de biodiversidad en Canadá)
A pesar de que varios expertos han reconocido el logro que representa incluir esta meta, también cuestionaron el uso de la expresión “reducción del riesgo” de elementos como los pesticidas, pues puede resultar ambiguo.
En el caso colombiano, opina la ministra Muhamad, será una de las metas más desafiantes para implementar. “El tema de pesticidas y cambios que se requieren en las prácticas de agricultura para incluir a la biodiversidad y no afectarla implicará un cambio importante, pero lo vamos a trabajar muy de cerca con la ministra de Agricultura, Cecilia López. Tenemos un reto, tanto de regulación por parte nuestra: llegar un acuerdo del cambio productivo en la agricultura”, dijo a este diario.
El gran reto en Colombia, agrega Góngora, será cómo priorizar todas las acciones que requerirá el acuerdo y las propias ambiciones del gobierno. “Un país que le está apostando tanto a ser una potencia mundial basada en la naturaleza tiene muchos retos y puede ir mucho más allá en términos de ordenamiento territorial, de lograr que las áreas protegidas se puedan proteger, con sostenibilidad financiera a largo plazo y de garantizar que el ordenamiento territorial tenga en cuenta, para cualquier actividad de infraestructura y agricultura, qué activos ambientales tenemos que proteger”.
Esta historia fue producida como parte de la Beca COP15 de la CDB de 2022 organizada por Earth Journalism Network de Internews.
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