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Los incendios forestales en Colombia, que se han reactivado en gran magnitud en los últimos días, están marcando una tendencia preocupante en el país. Según cifras de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), el área afectada por este tipo de conflagraciones se duplicó en 2024, con más de 137.459 que registran daños a causa de estas emergencias. Desde el 1 de enero a la fecha, Colombia ha registrado un total de 2.279 incendios forestales en 30 departamentos.
En lo corrido del año, Cundinamarca es el departamento más afectado con 485 incendios y 4.426,35 hectáreas dañadas, seguido por Huila, con 314 incendios afectando 16.192,8 hectáreas, y Antioquia, con 231 incendios en 3.463 hectáreas.
“El cambio de condiciones climáticas hacia un clima más seco y cálido propiciado por la variabilidad climática ha contribuido significativamente al aumento de las áreas afectadas”, indicó la UNGRD, sobre estas cifras.
Para ponerlo en perspectiva, entre el 1 de enero y el 17 de septiembre de 2023, Colombia registró 2.303 incendios forestales en 31 departamentos, con un total de 51.004,3 hectáreas afectadas. Los departamentos más impactados en ese momento fueron Cundinamarca, con 321 incendios y 3.936,6 hectáreas quemadas, Huila con 195 incendios afectando 5.637,2 hectáreas, y Tolima, que sufrió 145 incendios en 4.215,8 hectáreas.
En 2024, 381 municipios del país se encuentran en algún nivel de alerta por incendios forestales, de acuerdo con el más reciente reporte del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM): 74 en alerta roja, 184 en alerta naranja y 123 en alerta amarilla. Del total de estos municipios, 212 están ubicados en la región Andina, 135 en el Pacífico y los 34 restantes se reparten entre la Amazonia, el Caribe y la Orinoquía.
Aunque el director nacional de la UNGRD, Carlos Carrillo, asegura que la actual situación “no está fuera de control” y destacó la respuesta que ha tenido el sistema de gestión del riesgo en Tolima y Huila, donde se concentran la mayoría de los incendios, sí reconoció que las capacidades son limitadas. En diálogo con este diario, Carrillo recordó que la mayoría de los cuerpos de bomberos en el país trabajan sin los equipos adecuados y de manera voluntaria, por lo que llamó la atención para que se invierta mayor dinero en estos cuerpos.
Pero, al director de la entidad, que es la encargada de gestionar la preparación y respuesta a las emergencias ocasionadas por eventos climáticos en el país, le preocupa otro asunto que ha pasado un poco desapercibido en las últimas semanas: el fenómeno de La Niña. La semana pasada, el IDEAM dio a conocer que existe un 71 % de probabilidad de que este fenómeno, que ocasiona lluvias por encima de los promedios históricos en gran parte del país, se configure entre septiembre y noviembre de este año.
En pocas palabras, dice Carrillo, la plata que se necesita para atender las emergencias que se generarán —inundaciones, deslizamientos, entre otras—, no alcanza. En sus cálculos, el país necesitaría entre 7 y 10 billones de pesos para hacerle frente a estos eventos. Pero la nación no cuenta con ese dinero, por lo que la UNGRD le pidió al Ministerio de Hacienda una adición presupuestal por $700.000 millones que, hasta el momento, no ha sido respondida. Aun si La Niña, que se espera se extienda hasta el primer trimestre del próximo año, es débil, Carrillo es consciente de que el país no está preparado para los meses de lluvia que se avecinan.
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