Astroecología: el software que ayuda a combatir la caza furtiva
El equipo ha desarrollado un programa que modela los efectos de la vegetación que bloquea el calor corporal, permitiendo la detección de animales ocultos por árboles u hojas.
Beatriz de Vera / Agencia N+1
Detener la caza furtiva, que amenaza a especies raras y en peligro de extinción, es ahora también trabajo de la astrofísica. Un equipo formado por astrofísicos y ecólogos de la Universidad John Moores (LJMU, Reino Unido), ha encontrado la manera de detectar e identificar automáticamente animales, incluso por la noche, cuando ocurre la mayor actividad de caza furtiva. El proyecto ha sido presentado en la Semana Europea de Astronomía y Ciencias Espaciales (EWASS, por sus siglas en inglés) en Liverpool (Reino Unido).
Los animales y los humanos en las imágenes térmicas brillan de la misma manera, igual que las estrellas y galaxias en el espacio, por lo que se han combinado la experiencia técnica de los astrónomos con los conocimientos de conservación de los ecologistas para desarrollar un sistema que encuentre a los animales o a los cazadores furtivos de forma automática. El software y las técnicas astrofísicas se aplican a imágenes infrarrojas térmicas capturadas por drones, que inspeccionan grandes áreas de terreno de difícil acceso, permitiendo a los ecologistas llegar a áreas complicadas y monitorizar la vida silvestre sin molestar a los animales.
El proyecto se basa en algoritmos de aprendizaje automático y herramientas de detección astronómica desarrolladas a través del software de código abierto, Astropy. Después de un proyecto piloto inicial para probar el concepto con imágenes infrarrojas de vacas y humanos filmadas por drones en una granja en Wirral, el equipo de LJMU ha trabajado con Knowsley Safari y Chester Zoo para construir bibliotecas de imágenes para capacitar el software para reconocer diferentes tipos de animales en distintos tipos de paisaje y vegetación.
El equipo ha desarrollado un software que modela los efectos de la vegetación que bloquea el calor corporal, permitiendo la detección de animales ocultos por árboles u hojas. El sistema ahora se está perfeccionando y actualizando para compensar los efectos atmosféricos, el clima y otros factores ambientales.
La prueba de campo se realizó en Sudáfrica, en septiembre del año pasado, con conejos ribereños, una de las especies de mamíferos más amenazadas del mundo. Estos animales son muy pequeños, así que el dron tuvo que volar bastante bajo, a una altura de 20 metros, lo que limitaba el área cubierta. Aún así, los investigadores lograron cinco avistamientos. En mayo, los astro-ecólogos buscarán orangutanes en Malasia y monos araña en México, y un mes más tarde, delfines de río en Brasil.
Detener la caza furtiva, que amenaza a especies raras y en peligro de extinción, es ahora también trabajo de la astrofísica. Un equipo formado por astrofísicos y ecólogos de la Universidad John Moores (LJMU, Reino Unido), ha encontrado la manera de detectar e identificar automáticamente animales, incluso por la noche, cuando ocurre la mayor actividad de caza furtiva. El proyecto ha sido presentado en la Semana Europea de Astronomía y Ciencias Espaciales (EWASS, por sus siglas en inglés) en Liverpool (Reino Unido).
Los animales y los humanos en las imágenes térmicas brillan de la misma manera, igual que las estrellas y galaxias en el espacio, por lo que se han combinado la experiencia técnica de los astrónomos con los conocimientos de conservación de los ecologistas para desarrollar un sistema que encuentre a los animales o a los cazadores furtivos de forma automática. El software y las técnicas astrofísicas se aplican a imágenes infrarrojas térmicas capturadas por drones, que inspeccionan grandes áreas de terreno de difícil acceso, permitiendo a los ecologistas llegar a áreas complicadas y monitorizar la vida silvestre sin molestar a los animales.
El proyecto se basa en algoritmos de aprendizaje automático y herramientas de detección astronómica desarrolladas a través del software de código abierto, Astropy. Después de un proyecto piloto inicial para probar el concepto con imágenes infrarrojas de vacas y humanos filmadas por drones en una granja en Wirral, el equipo de LJMU ha trabajado con Knowsley Safari y Chester Zoo para construir bibliotecas de imágenes para capacitar el software para reconocer diferentes tipos de animales en distintos tipos de paisaje y vegetación.
El equipo ha desarrollado un software que modela los efectos de la vegetación que bloquea el calor corporal, permitiendo la detección de animales ocultos por árboles u hojas. El sistema ahora se está perfeccionando y actualizando para compensar los efectos atmosféricos, el clima y otros factores ambientales.
La prueba de campo se realizó en Sudáfrica, en septiembre del año pasado, con conejos ribereños, una de las especies de mamíferos más amenazadas del mundo. Estos animales son muy pequeños, así que el dron tuvo que volar bastante bajo, a una altura de 20 metros, lo que limitaba el área cubierta. Aún así, los investigadores lograron cinco avistamientos. En mayo, los astro-ecólogos buscarán orangutanes en Malasia y monos araña en México, y un mes más tarde, delfines de río en Brasil.