2024, un año clave para el agua, la biodiversidad y las energías renovables
Los Encuentros por el Agua y la Energía Renovable 2024 tendrán un enfoque especial: la biodiversidad. Luego de 13 años de implementación, estos espacios de diálogo se consolidan como una plataforma del más alto nivel para abordar los retos en materia gestión del agua dulce y la energía renovable en el país. Con la participación de distintos actores de la sociedad, los encuentros se realizarán en Medellín, Villavicencio, Manizales, Leticia, Bucaramanga y Bogotá D.C.
Laura Garzón Acosta - WWF / Cristina Esguerra Miranda - TNC
Los colombianos ya no son ajenos a las problemáticas ambientales que enfrenta el país. Solo en los últimos meses, los medios de comunicación y los gobiernos locales y nacionales han informado sobre cómo la intensificación de los fenómenos climáticos ha generado incendios en varias regiones y ha alertado por los menores aportes a los embalses, que podría generar desabastecimientos de agua y energía. (Lea: Otra deuda con las mujeres: reconocer su aporte en la conservación de la biodiversidad)
Esa conciencia sobre la importancia de hacer frente a la crisis climática global y nacional, ha llevado al país a impulsar importantes campañas internacionales como el Desafío de Agua Dulce, que busca apoyar a los gobiernos a integrar en sus planes y estrategias nacionales la restauración de 300.000 km de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales en mal estado.
Ante estos retos y propuestas, los Encuentros por el Agua y la Energía Renovable se consolidan como un espacio para abrir discusiones técnicas que ayuden a proponer soluciones. En 2023, por ejemplo, cumplieron la importante tarea de llevar el último Estudio Nacional de Agua (ENA) a las regiones -documento que ayuda a orientar la gestión del agua en los próximos años-, y de recoger los mensajes más relevantes de los actores locales para darles eco a nivel nacional. Además, enfatizaron la urgencia de discutir estos temas y seguir trabajando con las regiones para avanzar en el manejo responsable de las fuentes de agua dulce.
En 2024 se buscará concretar un compromiso colectivo regional e intersectorial que aporte a la meta en conservación de los ecosistemas para la adecuada gestión del agua y la biodiversidad, y la transición energética justa a través del fortalecimiento del diálogo en territorios como Antioquia, Orinoquia, Caldas, Amazonas, Santander y Bogotá.
“El desafío está en crear y promover espacios de toma de decisiones en torno al agua, en donde se diriman los conflictos que se tejen alrededor de este recurso; se escuche a todos los actores para lograr consensos y soluciones inclusivas, y en donde se genere nuevo conocimiento para las comunidades de cara a las presiones climáticas que cada vez son más feroces”, señaló Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia. (Lea: Mujeres y páramos, una relación que fortalece la conservación de este ecosistema)
Para la directora de The Nature Conservancy (TNC) para Colombia, Claudia Vásquez, “los Encuentros por el Agua son fundamentales porque abren discusiones sobre temas en los que es importante seguir avanzando. La protección de los ecosistemas de agua dulce y su biodiversidad, y la transición energética, son clave para preservar la seguridad hídrica y energética del país. Son puntos que deben adquirir más relevancia en los debates y políticas públicas. Por ello, este año los encuentros se llevarán a cabo en más regiones de Colombia, lo que los enriquece sumando nuevos actores y les dará un carácter más nacional”.
En 2024, además, hay dos temas que abrirán las discusiones de los encuentros a la estrecha relación entre agua, cambio climático y biodiversidad: la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16), que se realizará en Cali, Colombia, y la actualización del Plan Nacional de Biodiversidad, de acuerdo con los compromisos del Marco Global de Biodiversidad Kunming- Montreal adoptado en la COP15 -que se dará a conocer a finales de año-. Esto, por supuesto, será fundamental para seguir uniendo las diferentes temáticas en que suelen dividirse las conversaciones internacionales sobre problemáticas ambientales, y abordarlas como un todo.
A nivel nacional, la actualización del Plan Nacional de Biodiversidad busca impulsar el cumplimiento de las metas Globales, que incluyen la movilización de recursos y mecanismos financieros que contribuyan a cerrar la brecha financiera para la gestión de la biodiversidad en Colombia, y fortalecer los procesos de planificación nacional y local. Bajo este contexto, los encuentros serán una oportunidad para la generación de aportes que enriquezcan este ejercicio del gobierno nacional.
El sector privado juega un papel protagónico en esta agenda, considerando que más del 50 % del PIB mundial depende moderada o altamente de la biodiversidad y los servicios que generan las empresas.
Según Ximena Barrera Rey, Directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF, “hay un creciente reconocimiento del sector privado en que la pérdida de biodiversidad es un riesgo empresarial y la necesidad de tomar medidas proactivas para evaluar, comprometerse, transformar y divulgar las dependencias, riesgos e impactos relacionados con la naturaleza y generar oportunidades para liderar una transición hacia una economía positiva para la naturaleza. Esto les permitirá prepararse para cumplir con futuras políticas y regulaciones, aportando al cumplimiento de los compromisos del marco Global de Biodiversidad”, aseguró.
Para esto la ANDI, con el apoyo de Business for Nature y Conservación Internacional, a través de un proyecto GEF, viene desarrollando una hoja de ruta biodiversidad empresa, con el fin de generar un diálogo con el gobierno nacional a través de un Grupo Consultivo con participación del sector empresarial y organizaciones como WWF con el fin de establecer acciones y compromisos del empresarial que aporten a las metas de restauración, conservación de ecosistemas de agua dulce, impulso de la economía hacia la transformación productiva y competitiva basada en la biodiversidad, entre otras acciones.
Colombia sede de la COP16
Este año Colombia será la sede del evento de biodiversidad más importante del mundo. La COP16 -que se llevará a cabo en Cali entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre- será la primera cumbre desde que en 2022 se alcanzó un histórico acuerdo para frenar la creciente pérdida de biodiversidad del planeta: el Marco Global para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, que plantea cuatro grandes objetivos para proteger la naturaleza y vivir en armonía con ella para el 2050.
Además, tiene 23 metas puntuales que trazan la ruta para conseguirlo. Entre estas últimas están, por ejemplo, la conservación de, al menos, el 30 por ciento de los ecosistemas terrestres, marítimos y de agua dulce -más conocida como meta del 30x30-, y la integración de los propósitos de conservación y restauración de la biodiversidad en las políticas públicas y los procesos de desarrollo de los países.
Para Colombia, este encuentro significa la posibilidad de lucir su enorme riqueza natural: es el país más biodiverso del mundo por kilómetro cuadrado. También es una oportunidad para reflexionar sobre cómo debe implementarse, monitorearse y reportarse esa importante tarea de conservar la naturaleza, que permitirá al mundo desarrollarse de manera sostenible y responder a la crisis climática. (Lea: FAO insta a desarrollar innovaciones para la conversación de bosques)
“La pérdida de biodiversidad no significa solamente que las futuras generaciones no van a poder conocer especies de enorme belleza como la mariposa morpho azul (Morpho menelaus) sino que genera un desequilibrio en el planeta. Por ello es tan importante entender los ecosistemas como un todo y ver cómo se conectan entre sí. Esa visión más amplia y sistémica que propone esta agenda de biodiversidad es fundamental para preservar la armonía del planeta”, explica Catalina Góngora, asesora de política pública de TNC.
En estas discusiones sobre cómo frenar la pérdida de biodiversidad y desarrollar las economías de manera sostenible, el tema de cómo manejar y preservar los ecosistemas de agua dulce es fundamental.
“Al alterar el régimen hidrológico de los ríos (disminuyendo su flujo o modificando su conexión con las ciénagas, como en el caso del Magdalena) y al cambiar la calidad del agua de las fuentes de agua dulce, se va perdiendo la biodiversidad de estos ecosistemas. Es un efecto similar a la acidificación de los océanos de la que tanto se habla”, dice Thomas Walschburger, asesor senior de ciencias de TNC. Estas conversaciones -que están en el corazón de los Encuentros por el Agua- son clave para profundizar en la implementación y el monitoreo de metas como la del 30x30.
La transición energética en los Encuentros por el Agua
Las conversaciones también girarán en torno a los retos de la transición energética justa y los compromisos del país dentro de las contribuciones nacionales determinadas que contemplan el aumento de capacidad instalada de energías renovables para alcanzar una meta de reducción de gases de efecto invernadero en un 51 %, aportando a la descarbonización de los procesos productivos, de manera que no superemos la temperatura media global de 1.5°C.
Según explica Dean Cooper, líder global de energía de WWF, el cambio climático está causando estragos en todo el mundo y, junto con la pérdida de hábitat y la sobreexplotación, es una de las principales causas de reducción de la biodiversidad. “Esta pérdida de la biodiversidad y la absorción, así como el almacenamiento de carbono natural, que permiten los ecosistemas saludables, exacerba la crisis climática y amenazan la salud y el bienestar de la humanidad”.
Este crecimiento de capacidad instalada de energías renovables debe darse reduciendo los impactos en la naturaleza. Colombia es un país privilegiado por su amplia disponibilidad hídrica, “lo que ha propiciado el desarrollo energético y económico, dándonos acceso a una de las matrices más confiables y limpias del mundo, a pesar de que eventos como El Niño y La Niña, cada vez más fuertes e inesperados, tienen un gran impacto en su disponibilidad”, afirma Camilo Marulanda López, Gerente de ISAGEN. Además, asegura que en cinco años se invertirán más de US$1.000 millones en al menos 1.000 megavatios nuevos de fuentes renovables.
Los Encuentros por el Agua y la Energía Renovable han permitido profundizar y ampliar este tipo de discusiones a nivel nacional y regional. Por eso, este año se tomó la decisión de sumar dos regiones estratégicas por su enorme biodiversidad y riqueza hídrica, el Amazonas y la Orinoquía. Con ellas abordo, y con las conversaciones nacionales e internacionales sobre biodiversidad como telón de fondo, comienzan nuevamente los encuentros para ocuparse de manera conjunta de temas tan importantes como el agua, la biodiversidad y la transición energética.
Los colombianos ya no son ajenos a las problemáticas ambientales que enfrenta el país. Solo en los últimos meses, los medios de comunicación y los gobiernos locales y nacionales han informado sobre cómo la intensificación de los fenómenos climáticos ha generado incendios en varias regiones y ha alertado por los menores aportes a los embalses, que podría generar desabastecimientos de agua y energía. (Lea: Otra deuda con las mujeres: reconocer su aporte en la conservación de la biodiversidad)
Esa conciencia sobre la importancia de hacer frente a la crisis climática global y nacional, ha llevado al país a impulsar importantes campañas internacionales como el Desafío de Agua Dulce, que busca apoyar a los gobiernos a integrar en sus planes y estrategias nacionales la restauración de 300.000 km de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales en mal estado.
Ante estos retos y propuestas, los Encuentros por el Agua y la Energía Renovable se consolidan como un espacio para abrir discusiones técnicas que ayuden a proponer soluciones. En 2023, por ejemplo, cumplieron la importante tarea de llevar el último Estudio Nacional de Agua (ENA) a las regiones -documento que ayuda a orientar la gestión del agua en los próximos años-, y de recoger los mensajes más relevantes de los actores locales para darles eco a nivel nacional. Además, enfatizaron la urgencia de discutir estos temas y seguir trabajando con las regiones para avanzar en el manejo responsable de las fuentes de agua dulce.
En 2024 se buscará concretar un compromiso colectivo regional e intersectorial que aporte a la meta en conservación de los ecosistemas para la adecuada gestión del agua y la biodiversidad, y la transición energética justa a través del fortalecimiento del diálogo en territorios como Antioquia, Orinoquia, Caldas, Amazonas, Santander y Bogotá.
“El desafío está en crear y promover espacios de toma de decisiones en torno al agua, en donde se diriman los conflictos que se tejen alrededor de este recurso; se escuche a todos los actores para lograr consensos y soluciones inclusivas, y en donde se genere nuevo conocimiento para las comunidades de cara a las presiones climáticas que cada vez son más feroces”, señaló Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia. (Lea: Mujeres y páramos, una relación que fortalece la conservación de este ecosistema)
Para la directora de The Nature Conservancy (TNC) para Colombia, Claudia Vásquez, “los Encuentros por el Agua son fundamentales porque abren discusiones sobre temas en los que es importante seguir avanzando. La protección de los ecosistemas de agua dulce y su biodiversidad, y la transición energética, son clave para preservar la seguridad hídrica y energética del país. Son puntos que deben adquirir más relevancia en los debates y políticas públicas. Por ello, este año los encuentros se llevarán a cabo en más regiones de Colombia, lo que los enriquece sumando nuevos actores y les dará un carácter más nacional”.
En 2024, además, hay dos temas que abrirán las discusiones de los encuentros a la estrecha relación entre agua, cambio climático y biodiversidad: la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16), que se realizará en Cali, Colombia, y la actualización del Plan Nacional de Biodiversidad, de acuerdo con los compromisos del Marco Global de Biodiversidad Kunming- Montreal adoptado en la COP15 -que se dará a conocer a finales de año-. Esto, por supuesto, será fundamental para seguir uniendo las diferentes temáticas en que suelen dividirse las conversaciones internacionales sobre problemáticas ambientales, y abordarlas como un todo.
A nivel nacional, la actualización del Plan Nacional de Biodiversidad busca impulsar el cumplimiento de las metas Globales, que incluyen la movilización de recursos y mecanismos financieros que contribuyan a cerrar la brecha financiera para la gestión de la biodiversidad en Colombia, y fortalecer los procesos de planificación nacional y local. Bajo este contexto, los encuentros serán una oportunidad para la generación de aportes que enriquezcan este ejercicio del gobierno nacional.
El sector privado juega un papel protagónico en esta agenda, considerando que más del 50 % del PIB mundial depende moderada o altamente de la biodiversidad y los servicios que generan las empresas.
Según Ximena Barrera Rey, Directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF, “hay un creciente reconocimiento del sector privado en que la pérdida de biodiversidad es un riesgo empresarial y la necesidad de tomar medidas proactivas para evaluar, comprometerse, transformar y divulgar las dependencias, riesgos e impactos relacionados con la naturaleza y generar oportunidades para liderar una transición hacia una economía positiva para la naturaleza. Esto les permitirá prepararse para cumplir con futuras políticas y regulaciones, aportando al cumplimiento de los compromisos del marco Global de Biodiversidad”, aseguró.
Para esto la ANDI, con el apoyo de Business for Nature y Conservación Internacional, a través de un proyecto GEF, viene desarrollando una hoja de ruta biodiversidad empresa, con el fin de generar un diálogo con el gobierno nacional a través de un Grupo Consultivo con participación del sector empresarial y organizaciones como WWF con el fin de establecer acciones y compromisos del empresarial que aporten a las metas de restauración, conservación de ecosistemas de agua dulce, impulso de la economía hacia la transformación productiva y competitiva basada en la biodiversidad, entre otras acciones.
Colombia sede de la COP16
Este año Colombia será la sede del evento de biodiversidad más importante del mundo. La COP16 -que se llevará a cabo en Cali entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre- será la primera cumbre desde que en 2022 se alcanzó un histórico acuerdo para frenar la creciente pérdida de biodiversidad del planeta: el Marco Global para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, que plantea cuatro grandes objetivos para proteger la naturaleza y vivir en armonía con ella para el 2050.
Además, tiene 23 metas puntuales que trazan la ruta para conseguirlo. Entre estas últimas están, por ejemplo, la conservación de, al menos, el 30 por ciento de los ecosistemas terrestres, marítimos y de agua dulce -más conocida como meta del 30x30-, y la integración de los propósitos de conservación y restauración de la biodiversidad en las políticas públicas y los procesos de desarrollo de los países.
Para Colombia, este encuentro significa la posibilidad de lucir su enorme riqueza natural: es el país más biodiverso del mundo por kilómetro cuadrado. También es una oportunidad para reflexionar sobre cómo debe implementarse, monitorearse y reportarse esa importante tarea de conservar la naturaleza, que permitirá al mundo desarrollarse de manera sostenible y responder a la crisis climática. (Lea: FAO insta a desarrollar innovaciones para la conversación de bosques)
“La pérdida de biodiversidad no significa solamente que las futuras generaciones no van a poder conocer especies de enorme belleza como la mariposa morpho azul (Morpho menelaus) sino que genera un desequilibrio en el planeta. Por ello es tan importante entender los ecosistemas como un todo y ver cómo se conectan entre sí. Esa visión más amplia y sistémica que propone esta agenda de biodiversidad es fundamental para preservar la armonía del planeta”, explica Catalina Góngora, asesora de política pública de TNC.
En estas discusiones sobre cómo frenar la pérdida de biodiversidad y desarrollar las economías de manera sostenible, el tema de cómo manejar y preservar los ecosistemas de agua dulce es fundamental.
“Al alterar el régimen hidrológico de los ríos (disminuyendo su flujo o modificando su conexión con las ciénagas, como en el caso del Magdalena) y al cambiar la calidad del agua de las fuentes de agua dulce, se va perdiendo la biodiversidad de estos ecosistemas. Es un efecto similar a la acidificación de los océanos de la que tanto se habla”, dice Thomas Walschburger, asesor senior de ciencias de TNC. Estas conversaciones -que están en el corazón de los Encuentros por el Agua- son clave para profundizar en la implementación y el monitoreo de metas como la del 30x30.
La transición energética en los Encuentros por el Agua
Las conversaciones también girarán en torno a los retos de la transición energética justa y los compromisos del país dentro de las contribuciones nacionales determinadas que contemplan el aumento de capacidad instalada de energías renovables para alcanzar una meta de reducción de gases de efecto invernadero en un 51 %, aportando a la descarbonización de los procesos productivos, de manera que no superemos la temperatura media global de 1.5°C.
Según explica Dean Cooper, líder global de energía de WWF, el cambio climático está causando estragos en todo el mundo y, junto con la pérdida de hábitat y la sobreexplotación, es una de las principales causas de reducción de la biodiversidad. “Esta pérdida de la biodiversidad y la absorción, así como el almacenamiento de carbono natural, que permiten los ecosistemas saludables, exacerba la crisis climática y amenazan la salud y el bienestar de la humanidad”.
Este crecimiento de capacidad instalada de energías renovables debe darse reduciendo los impactos en la naturaleza. Colombia es un país privilegiado por su amplia disponibilidad hídrica, “lo que ha propiciado el desarrollo energético y económico, dándonos acceso a una de las matrices más confiables y limpias del mundo, a pesar de que eventos como El Niño y La Niña, cada vez más fuertes e inesperados, tienen un gran impacto en su disponibilidad”, afirma Camilo Marulanda López, Gerente de ISAGEN. Además, asegura que en cinco años se invertirán más de US$1.000 millones en al menos 1.000 megavatios nuevos de fuentes renovables.
Los Encuentros por el Agua y la Energía Renovable han permitido profundizar y ampliar este tipo de discusiones a nivel nacional y regional. Por eso, este año se tomó la decisión de sumar dos regiones estratégicas por su enorme biodiversidad y riqueza hídrica, el Amazonas y la Orinoquía. Con ellas abordo, y con las conversaciones nacionales e internacionales sobre biodiversidad como telón de fondo, comienzan nuevamente los encuentros para ocuparse de manera conjunta de temas tan importantes como el agua, la biodiversidad y la transición energética.