Agrobiodiversidad en Montes de María: una historia de resiliencia
Información institucional | Luego de vivir la violencia y el desplazamiento propios del conflicto armado, los Montes de María renacen como un territorio emprendedor. El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCiencias), el Instituto Humboldt, pasantes de la Universidad de Sucre y las comunidades montemarianas, se aliaron para realizar una expedición con el objetivo de identificar el potencial de su agroBiodiversidad. Un año después se dan a conocer los resultados.
Instituto Humboldt
“Quien posee un pedazo de tierra, es como quien tiene viva a su madre. Siempre que uno llega donde ella, no se va con las manos vacías. Igual sucede con la tierra: usted la siembra y en cualquier momento ella le ofrece algo para comer. Por eso, le tenemos un amor tan grande a nuestra tierra”, cuenta Porfirio Jiménez, miembro del comité de trabajo Asociación Integral Campesinos de Cañito, ASICAC, quien participó de la “Expedición agroBiodiversidad en Montes de María: Territorios de paz”.
Jiménez es un ejemplo de los cientos de campesinos que, durante la década de los 70, vivieron una época de bonanza, pero que, en los años 90, tuvieron que transitar por la violencia y el desplazamiento; hechos que modificaron su identidad cultural y sus medios de vida. (Lea: El sendero de la biodiversidad)
Pese a este periodo de conflicto, en el 2005, cuando el gobierno colombiano comenzó a brindar garantías para el retorno; en la comunidad montemariana se inició un largo proceso de reparación y reasignación de predios. Hoy, Montes de María, región que se ubica entre los departamentos de Sucre y Bolívar, se vislumbra productiva.
Recorriendo los Montes de María
La “Expedición AgroBiodiversidad en Montes de María: Territorios de Paz”, nace con el objetivo de indagar y conocer la biodiversidad que está asociada a los agroecosistemas de Montes de María, para poder promover iniciativas productivas sostenibles e innovadoras en contextos de cambio climático y transformación de ecosistemas”, cuenta Fabián Camilo Garzón, investigador del Centro Estudios Socioecológicos y Cambio Global del Instituto Humboldt.
Este trabajo contó con la participación de varios actores. El Instituto Humboldt estuvo al frente de la supervisión, coordinación técnica, análisis de la información e implementación de acciones; mientras que MinCiencias, a través de su programa Colombia BIO, fue el financiador. (Lea: En marcha, plan nacional para enfrentar efectos del fenómeno de El Niño en Colombia)
Las comunidades locales, por su parte, ocuparon un papel central en el proyecto y participaron en todas las actividades como pares de los investigadores del Instituto Humboldt. La Expedición contó con la participación de 26 organizaciones y más de 200 personas, en la que las mujeres y los jóvenes desempeñaron un rol protagónico. Pasantes de la Universidad de Sucre acompañaron las brigadas durante la Expedición, apoyaron el procesamiento del material colectado y el análisis, como insumo para sus trabajos de grado.
“Este proyecto tiene un sello muy especial porque nos acerca a los paisajes productivos y culturales de la región. Es un aprendizaje sobre cómo el cuidado de la tierra y de nuestros cultivos se convierte en el cuidado mismo de la naturaleza”, indicó Hernando García Martínez, Director General del Instituto Humboldt.
De la tierra a la mesa: Montes de María, un territorio agrobiodiverso
La Expedición se desarrolló en tres grandes fases. En la primera, se diseñó el muestreo biológico a realizar durante la Expedición y se priorizaron las especies de importancia para las comunidades.
La segunda fase fue la Expedición, que se realizó entre marzo y abril del 2023, y tuvo tres componentes: biológico, social y bioeconómico. Durante esta, se realizó el muestreo de plantas e insectos en los agroecosistemas de los municipios de San Juan Nepomuceno, San Jacinto, Carmen de Bolívar (Bolívar) y Ovejas (Sucre) y se levantó información etnobotánica y de transformación del paisaje, que aportó a la valoración del uso de la agroBiodiversidad
Finalmente, la tercera y última fase del trabajo se enfocó en los encuentros junto al fogón o cocinatorios, en los que se realizó un diálogo de saberes sobre las prácticas de manejo y la agroBiodiversidad alimentaria, para entender cómo las familias campesinas aprovechan los distintos recursos de la biodiversidad para asegurar su subsistencia y desarrollar sus medios de vida.
Los ecosistemas culinarios son un concepto muy potente para generar espacios de intercambio y conservación de saberes en torno a la alimentación, al uso de la biodiversidad y a la gobernanza. Al respecto, la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación destacó “En esta expedición dialogaron los sistemas de conocimiento con los saberes locales de la comunidad en torno a la recuperación de los sistemas alimentarios, el reconocimiento de la biodiversidad y la posibilidad de potenciar estos conocimientos mediante el desarrollo de emprendimientos locales.”
Además, agregó: “ha sido un espacio de articulación en un territorio emblemático para la construcción de paz. Así mismo, esta expedición también contribuyó a recuperar el tejido social comunitario y a la articulación del conocimiento para dignificar las condiciones de vida en este territorio”.
Este proyecto, que se cerró el 2 de noviembre, entrega los resultados a la comunidad y al país; lo cual le permitirá a los montemarianos valorar aún más la importancia de la biodiversidad y sus funciones y promover la conservación del bosque seco tropical y de los valores culturales asociados a este ecosistema:
- Durante la expedición, se registraron 271 especies de plantas y 173 especies de insectos; de las cuales, 66 son hormigas, más de 67 de mariposas, 22 de escarabajos coprófagos y 18 de abejas.
- Se registraron 13 variedades de yuca.
- Las especies cultivadas más representativas de los Montes de María son: yuca, ñame, plátano, aguacate, maíz, café, cacao, mango y fríjol.
- Las especies de árboles con mayor importancia, por sus múltiples usos, son: el matarratón (Gliriciduia sepium), la vara de humo (Cordia alliodora), el uvito (Cordia dentata), el guácimo (Guazuma ulmifolia), el orejero (Enterolobium cyclocarpum).
- Se identificaron especies en alguna categoría de amenaza según la UICN: Peltogyne purpurea (vara de león) en estado Vulnerable y Swietenia macrophylla (caoba) En Peligro Crítico.
- Se encontró una relación positiva entre la agroBiodiversidad y el estado de conservación del paisaje. Los agroecosistemas -caracterizados por sistemas productivos con arreglos de especies diversificados y contiguos a parches de bosque seco-, albergan un alto número de especies de plantas e insectos.
- Se promueve la conservación del bosque seco tropical, en donde se encuentran ubicados los Montes de María, un ecosistema muy importante en términos de biodiversidad, porque allí queda uno de los relictos de bosque seco tropical más grande del país (este es el ecosistema más afectado en Colombia; con una pérdida de hasta el 92 %). También es un ecosistema que tiene la particularidad de soportar los cambios estacionales, es decir, altas temperaturas e inviernos intensos.
- Los policultivos son los sistemas productivos con la mayor diversidad de plantas y, asociados a ellas, existe una alta diversidad de insectos.
- La diversidad trófica de insectos en los agroecosistemas es un insumo valioso para la gestión integral de los bosques secos tropicales.
- Durante la Expedición, se identificó la producción melífera como una alternativa económica sostenible, además de bajo impacto ambiental, que tiene un alto potencial para generar ingresos a las comunidades montemarianas.
- La implementación de modelos agroforestales genera altos rendimientos de productos alimenticios para el autoconsumo y la comercialización, al tiempo que aporta a la conservación del bosque seco.
- Gracias a las buenas prácticas de manejo por parte de las comunidades y a esfuerzos institucionales de los últimos 20 años, en San Juan Nepomuceno y San Jacinto, se ha encontrado un equilibrio entre la conservación del bosque seco y la producción de alimentos.
- En Montes de María existe una fuerte relación entre la agrobiodiversidad y la soberanía alimentaria, que surge gracias al conocimiento tradicional sobre el uso y prácticas de manejo en los agroecosistemas.
- Se desarrolló un nuevo concepto: los ecosistemas culinarios, para entender el aporte de la agrobiodiversidad a los medios de vida de las comunidades, su seguridad y soberanía alimentarias y, por tanto, su bienestar.
“Quien posee un pedazo de tierra, es como quien tiene viva a su madre. Siempre que uno llega donde ella, no se va con las manos vacías. Igual sucede con la tierra: usted la siembra y en cualquier momento ella le ofrece algo para comer. Por eso, le tenemos un amor tan grande a nuestra tierra”, cuenta Porfirio Jiménez, miembro del comité de trabajo Asociación Integral Campesinos de Cañito, ASICAC, quien participó de la “Expedición agroBiodiversidad en Montes de María: Territorios de paz”.
Jiménez es un ejemplo de los cientos de campesinos que, durante la década de los 70, vivieron una época de bonanza, pero que, en los años 90, tuvieron que transitar por la violencia y el desplazamiento; hechos que modificaron su identidad cultural y sus medios de vida. (Lea: El sendero de la biodiversidad)
Pese a este periodo de conflicto, en el 2005, cuando el gobierno colombiano comenzó a brindar garantías para el retorno; en la comunidad montemariana se inició un largo proceso de reparación y reasignación de predios. Hoy, Montes de María, región que se ubica entre los departamentos de Sucre y Bolívar, se vislumbra productiva.
Recorriendo los Montes de María
La “Expedición AgroBiodiversidad en Montes de María: Territorios de Paz”, nace con el objetivo de indagar y conocer la biodiversidad que está asociada a los agroecosistemas de Montes de María, para poder promover iniciativas productivas sostenibles e innovadoras en contextos de cambio climático y transformación de ecosistemas”, cuenta Fabián Camilo Garzón, investigador del Centro Estudios Socioecológicos y Cambio Global del Instituto Humboldt.
Este trabajo contó con la participación de varios actores. El Instituto Humboldt estuvo al frente de la supervisión, coordinación técnica, análisis de la información e implementación de acciones; mientras que MinCiencias, a través de su programa Colombia BIO, fue el financiador. (Lea: En marcha, plan nacional para enfrentar efectos del fenómeno de El Niño en Colombia)
Las comunidades locales, por su parte, ocuparon un papel central en el proyecto y participaron en todas las actividades como pares de los investigadores del Instituto Humboldt. La Expedición contó con la participación de 26 organizaciones y más de 200 personas, en la que las mujeres y los jóvenes desempeñaron un rol protagónico. Pasantes de la Universidad de Sucre acompañaron las brigadas durante la Expedición, apoyaron el procesamiento del material colectado y el análisis, como insumo para sus trabajos de grado.
“Este proyecto tiene un sello muy especial porque nos acerca a los paisajes productivos y culturales de la región. Es un aprendizaje sobre cómo el cuidado de la tierra y de nuestros cultivos se convierte en el cuidado mismo de la naturaleza”, indicó Hernando García Martínez, Director General del Instituto Humboldt.
De la tierra a la mesa: Montes de María, un territorio agrobiodiverso
La Expedición se desarrolló en tres grandes fases. En la primera, se diseñó el muestreo biológico a realizar durante la Expedición y se priorizaron las especies de importancia para las comunidades.
La segunda fase fue la Expedición, que se realizó entre marzo y abril del 2023, y tuvo tres componentes: biológico, social y bioeconómico. Durante esta, se realizó el muestreo de plantas e insectos en los agroecosistemas de los municipios de San Juan Nepomuceno, San Jacinto, Carmen de Bolívar (Bolívar) y Ovejas (Sucre) y se levantó información etnobotánica y de transformación del paisaje, que aportó a la valoración del uso de la agroBiodiversidad
Finalmente, la tercera y última fase del trabajo se enfocó en los encuentros junto al fogón o cocinatorios, en los que se realizó un diálogo de saberes sobre las prácticas de manejo y la agroBiodiversidad alimentaria, para entender cómo las familias campesinas aprovechan los distintos recursos de la biodiversidad para asegurar su subsistencia y desarrollar sus medios de vida.
Los ecosistemas culinarios son un concepto muy potente para generar espacios de intercambio y conservación de saberes en torno a la alimentación, al uso de la biodiversidad y a la gobernanza. Al respecto, la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación destacó “En esta expedición dialogaron los sistemas de conocimiento con los saberes locales de la comunidad en torno a la recuperación de los sistemas alimentarios, el reconocimiento de la biodiversidad y la posibilidad de potenciar estos conocimientos mediante el desarrollo de emprendimientos locales.”
Además, agregó: “ha sido un espacio de articulación en un territorio emblemático para la construcción de paz. Así mismo, esta expedición también contribuyó a recuperar el tejido social comunitario y a la articulación del conocimiento para dignificar las condiciones de vida en este territorio”.
Este proyecto, que se cerró el 2 de noviembre, entrega los resultados a la comunidad y al país; lo cual le permitirá a los montemarianos valorar aún más la importancia de la biodiversidad y sus funciones y promover la conservación del bosque seco tropical y de los valores culturales asociados a este ecosistema:
- Durante la expedición, se registraron 271 especies de plantas y 173 especies de insectos; de las cuales, 66 son hormigas, más de 67 de mariposas, 22 de escarabajos coprófagos y 18 de abejas.
- Se registraron 13 variedades de yuca.
- Las especies cultivadas más representativas de los Montes de María son: yuca, ñame, plátano, aguacate, maíz, café, cacao, mango y fríjol.
- Las especies de árboles con mayor importancia, por sus múltiples usos, son: el matarratón (Gliriciduia sepium), la vara de humo (Cordia alliodora), el uvito (Cordia dentata), el guácimo (Guazuma ulmifolia), el orejero (Enterolobium cyclocarpum).
- Se identificaron especies en alguna categoría de amenaza según la UICN: Peltogyne purpurea (vara de león) en estado Vulnerable y Swietenia macrophylla (caoba) En Peligro Crítico.
- Se encontró una relación positiva entre la agroBiodiversidad y el estado de conservación del paisaje. Los agroecosistemas -caracterizados por sistemas productivos con arreglos de especies diversificados y contiguos a parches de bosque seco-, albergan un alto número de especies de plantas e insectos.
- Se promueve la conservación del bosque seco tropical, en donde se encuentran ubicados los Montes de María, un ecosistema muy importante en términos de biodiversidad, porque allí queda uno de los relictos de bosque seco tropical más grande del país (este es el ecosistema más afectado en Colombia; con una pérdida de hasta el 92 %). También es un ecosistema que tiene la particularidad de soportar los cambios estacionales, es decir, altas temperaturas e inviernos intensos.
- Los policultivos son los sistemas productivos con la mayor diversidad de plantas y, asociados a ellas, existe una alta diversidad de insectos.
- La diversidad trófica de insectos en los agroecosistemas es un insumo valioso para la gestión integral de los bosques secos tropicales.
- Durante la Expedición, se identificó la producción melífera como una alternativa económica sostenible, además de bajo impacto ambiental, que tiene un alto potencial para generar ingresos a las comunidades montemarianas.
- La implementación de modelos agroforestales genera altos rendimientos de productos alimenticios para el autoconsumo y la comercialización, al tiempo que aporta a la conservación del bosque seco.
- Gracias a las buenas prácticas de manejo por parte de las comunidades y a esfuerzos institucionales de los últimos 20 años, en San Juan Nepomuceno y San Jacinto, se ha encontrado un equilibrio entre la conservación del bosque seco y la producción de alimentos.
- En Montes de María existe una fuerte relación entre la agrobiodiversidad y la soberanía alimentaria, que surge gracias al conocimiento tradicional sobre el uso y prácticas de manejo en los agroecosistemas.
- Se desarrolló un nuevo concepto: los ecosistemas culinarios, para entender el aporte de la agrobiodiversidad a los medios de vida de las comunidades, su seguridad y soberanía alimentarias y, por tanto, su bienestar.