Antioqueños y organizaciones privadas se unieron para conservar el río Claro
Información institucional | En la cuenca de río Claro, en Antioquia, la Fundación Grupo Argos promueve el cuidado del agua y de especies en vía de extinción.
Un territorio que se destaca en Colombia por ser epicentro de ecosistemas valiosos y con una gran diversidad de especies de fauna y flora nativas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, es la cuenca de río Claro en Antioquia, una región conformada por más de 85 mil hectáreas y uno de los ecosistemas más importantes del Magdalena Medio y del país.
En los últimos años, esta región ha despertado el interés de turistas nacionales y extranjeros quienes llegan a la región atraídos por su naturaleza, un hecho que además de representar una oportunidad para el territorio, también supone un reto para sus habitantes, quienes viven principalmente de la agricultura, la pesca y la ganadería. Desde 2018 y ante la transformación del territorio, la Fundación Grupo Argos en alianza con el Instituto Humboldt, Cornare, Fundación Natura, Portafolio Verde y Casas Familiares Rurales desarrollan el programa Huella Viva para aportar al desarrollo sostenible y a la calidad de vida de las comunidades que habitan en esta cuenca por medio de acciones de conservación, restauración, producción sostenible y ciencia participativa.
(Lea: Los retos para financiar las metas que buscan detener la pérdida de biodiversidad)
Más de 3 mil hectáreas protegidas, 44 acuerdos de conservación firmados y 11 mil árboles sembrados y 16 mil registros de fauna en cámaras trampa instaladas en conjunto con la comunidad, son el resultado de un trabajo integral implementado por la Fundación y sus aliados para ejecutar actividades bajo una metodología participativa e integrada gestionando la biodiversidad de la cuenca para lograr la conservación de fragmentos de bosque, la restauración para la conectividad ecológica, la implementación de procesos de producción sostenible y de la ciencia participativa como una alternativa para que las comunidades conozcan y se apropien de su territorio.
Y para proteger una de las cuencas hidrográficas más importantes en el país se hace imperativo trabajar de la mano de las comunidades, por ello, Huella Viva impulsa procesos de participación comunitaria apoyada en la investigación científica con el objetivo de lograr que las personas que viven cerca de la cuenca fortalezcan sus capacidades, participen en la toma de decisiones sobre su territorio y transiten en el proceso de encontrar nuevas fuentes de ingresos con la implementación de proyectos como apicultura y viveros, entre otros, que promueven el cuidado ambiental y el buen manejo de los recursos naturales en la región.
(Lea también; Cambiar los incentivos perjudiciales por positivos, la oportunidad de la agricultura)
En 2023 este programa cerró una importante alianza con la Fundación Suiza Franklinia para aportar a la conservación de ocho especies de árboles endémicos de Colombia tales como la Matisia serpicostata (Zapote de Monte), Melicoccus antioquensis (Mamoncillo de Monte), Rhodostemonodaphne antioquensis (Chupo Colorado), Caryodaphnopsis cogolloi (Yumbé), Cybianthus cogolloi – Primulaceae, Simira hirsuta –Rubiaceae, Duguetiacolombiana (Guanabanito) y Pseudoxandra sclerocarpa(Garrapato) de los cuales cinco se encuentran únicamente en la cuenca del río Claro en el Oriente antioqueño.
Procesos como estos son la muestra de cómo la comunidad puede gestionar y apropiarse de la de biodiversidad de su territorio y cómo las organizaciones privadas pueden impulsar procesos de transformación a partir del reconocimiento de las necesidades y realidades de las personas.
Un territorio que se destaca en Colombia por ser epicentro de ecosistemas valiosos y con una gran diversidad de especies de fauna y flora nativas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, es la cuenca de río Claro en Antioquia, una región conformada por más de 85 mil hectáreas y uno de los ecosistemas más importantes del Magdalena Medio y del país.
En los últimos años, esta región ha despertado el interés de turistas nacionales y extranjeros quienes llegan a la región atraídos por su naturaleza, un hecho que además de representar una oportunidad para el territorio, también supone un reto para sus habitantes, quienes viven principalmente de la agricultura, la pesca y la ganadería. Desde 2018 y ante la transformación del territorio, la Fundación Grupo Argos en alianza con el Instituto Humboldt, Cornare, Fundación Natura, Portafolio Verde y Casas Familiares Rurales desarrollan el programa Huella Viva para aportar al desarrollo sostenible y a la calidad de vida de las comunidades que habitan en esta cuenca por medio de acciones de conservación, restauración, producción sostenible y ciencia participativa.
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Más de 3 mil hectáreas protegidas, 44 acuerdos de conservación firmados y 11 mil árboles sembrados y 16 mil registros de fauna en cámaras trampa instaladas en conjunto con la comunidad, son el resultado de un trabajo integral implementado por la Fundación y sus aliados para ejecutar actividades bajo una metodología participativa e integrada gestionando la biodiversidad de la cuenca para lograr la conservación de fragmentos de bosque, la restauración para la conectividad ecológica, la implementación de procesos de producción sostenible y de la ciencia participativa como una alternativa para que las comunidades conozcan y se apropien de su territorio.
Y para proteger una de las cuencas hidrográficas más importantes en el país se hace imperativo trabajar de la mano de las comunidades, por ello, Huella Viva impulsa procesos de participación comunitaria apoyada en la investigación científica con el objetivo de lograr que las personas que viven cerca de la cuenca fortalezcan sus capacidades, participen en la toma de decisiones sobre su territorio y transiten en el proceso de encontrar nuevas fuentes de ingresos con la implementación de proyectos como apicultura y viveros, entre otros, que promueven el cuidado ambiental y el buen manejo de los recursos naturales en la región.
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En 2023 este programa cerró una importante alianza con la Fundación Suiza Franklinia para aportar a la conservación de ocho especies de árboles endémicos de Colombia tales como la Matisia serpicostata (Zapote de Monte), Melicoccus antioquensis (Mamoncillo de Monte), Rhodostemonodaphne antioquensis (Chupo Colorado), Caryodaphnopsis cogolloi (Yumbé), Cybianthus cogolloi – Primulaceae, Simira hirsuta –Rubiaceae, Duguetiacolombiana (Guanabanito) y Pseudoxandra sclerocarpa(Garrapato) de los cuales cinco se encuentran únicamente en la cuenca del río Claro en el Oriente antioqueño.
Procesos como estos son la muestra de cómo la comunidad puede gestionar y apropiarse de la de biodiversidad de su territorio y cómo las organizaciones privadas pueden impulsar procesos de transformación a partir del reconocimiento de las necesidades y realidades de las personas.