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Los días han pasado tras el cierre de la COP16 en Cali, que superó todas las expectativas, en especial, en la denominada “zona verde”, la primera en organizarse en sede alguna de esta cumbre de la biodiversidad, y que se constituyó en un hito por la masiva asistencia durante diez días, calculada en 900.000 personas. En todos los puntos cardinales de esta ciudad hubo programación y se vibró con la naturaleza, generando sobre todo un sentido de pertenencia de los caleños por su tierra y elevando su autoestima.
Al cierre de la COP16, entre miles de caleños se multiplicó un aplauso, orgulloso y efusivo porque ésta fue una gesta de todos, de ese pueblo caleño, que superó el covid, la pandemia, y en especial, el éxodo de miles de sus familiares, amigos y vecinos en los años anteriores, en una diáspora que se desplazó hacia España, Australia, Canadá y Estados Unidos, principalmente.
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Cali entendió su compromiso y como sostuvo el alcalde Alejandro Eder, era una “responsabilidad con la historia”, así como lo fueron los Juegos Panamericanos de 1971 que motivaron desde esa época a que Cali se consolidara como la Capital Deportiva de América, después se le sumó el título de “Capital Mundial de la Salsa”, y hoy surge un nuevo reto de ciudad, “La Capital Mundial de la Biodiversidad”.
En esta COP16, el DAGMA (Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente), se puso el “overol” y desde que se conoció que Cali sería la sede de cumbre de biodiversidad más importante del mundo, trabajamos de forma decida con todas sus dependencias.
Esta cumbre generó un esfuerzo en el vivero distrital donde se produjeron todos los árboles, y plántulas que fueron sembrados meses atrás en una tarea de ornato y embellecimiento de las áreas verdes de esta ciudad.
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El equipo de Ecosistemas y UMATA lideró una campaña de sensibilización y educación ambiental para que miles de caleñas y caleños, en todas las comunas y corregimientos, supieran que era la COP16.
El Hogar de Paso de animales silvestres se constituyó en todo un referente de medios nacionales e internacionales con historias que trascendieron las fronteras.
Durante el evento, Cali midió su Índice de Biodiversidad de Singapur, alcanzando 83 de los 108 puntos posibles, dando pasos para ser una urbe pionera en la integración de la biodiversidad como eje del desarrollo urbano sostenible.
La COP16 posicionó a Cali a nivel internacional, con gobiernos de los cinco continentes, y estamos en el radar de la cooperación internacional, trabajando en múltiples acuerdos que beneficiarán a esta ciudad.
Ahora hay que mirar hacia adelante, consolidando el Ecoparque de la Biodiversidad, y el Museo del Agua, vinculado a la Red Global de la UNESCO, logros de una COP16, que transformo a la ciudad en sus propósitos y el orgullo por su naturaleza. Para el cierre de esta columna, Cali fue una de las tres ciudades finalistas en los World Smart City Awards 2024, premios que promueven las estrategias que impactan en la ciudadanía, y lo logramos con la red de bosques urbanos.
Después de la COP16 los retos para el DAGMA son mayores: sacar adelante el Plan Maestro Ambiental, con el que la ciudad pasará a ser una ‘Cali Sostenible’.
*Director del DAGMA.