Camino a la Cumbre Amazónica: los retos de ocho países para conservar la Amazonía
Información institucional.
Mónica Cortés- Fundación Nautura
Entre el 6 y el 8 de julio, en la precumbre, se pusieron sobre la mesa temas relacionados con deforestación, crímenes ambientales transnacionales y otros.
El bioma amazónico alberga el 10% de la biodiversidad mundial, lo que lo convierte en un reservorio de servicios ecosistémicos vitales como el agua, el alimento o las materias primas, de los que dependen comunidades indígenas y campesinas. Es centro de conocimientos ancestrales, culturas y un laboratorio vivo de investigación y ciencia que, a través del río más largo del planeta, conecta ocho países: Brasil, Ecuador, Perú, Guyana, Surinam, Venezuela, Bolivia y Colombia.
Según los expertos, esta región, estratégica para la conservación de la naturaleza, se acerca al punto de no retorno; es decir, aquel en el que los bosques tropicales estarán tan degradados que causarán afectaciones irreversibles para la vida. (Lea: Así fue el monitoreo al embalse Topocoro, una tarea con participación comunitaria)
Para evitar esto, comunidades locales, ONG, empresas, académicos, científicos, autoridades locales y otros actores claves, se reunieron en Leticia (Colombia) para recibir a los ministros de ambiente de los ocho países que conforman la región amazónica, a los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Brasil, Lula da Silva, para debatir sobre las metas para la conservación y regeneración de la Amazonía.
Entre el 6 y el 8 de julio “Camino a la Cumbre amazónica”, se pusieron sobre la mesa temas relacionados con deforestación, crímenes ambientales transnacionales, restauración ecológica, bioeconomía, gestión de la información, derechos de los pueblos indígenas, entre otros; que se convierten en la antesala de la Cumbre de presidentes amazónicos, que se llevará a cabo en Belén do Pará (Brasil), entre el 8 y el 9 de agosto.
En el marco de este encuentro se llevaron a cabo dos momentos importantes para la construcción de un documento que aporte rutas de acción para la conservación de la región. En primer lugar, una serie de espacios de debate en los que participaron comunidades indígenas, organizaciones de la sociedad civil, representantes de comunidades campesinas y de proyectos que están aportando a frenar la degradación y pérdida de esta selva húmeda. (Lea: Leones marinos se han vuelto agresivos con las personas en California, ¿por qué?)
Uno de esos espacios, fue el conversatorio organizado por World Wildlife Fund Colombia (WWF), The Nature Conservancy (TNC), Wildlife Consevation Society Colombia (WCS) y Fundación Natura, sobre los Acuerdos Público-Privados Comunitarios (APPC), en el que se generaron reflexiones sobre el papel de esta herramienta para la conservación y el desarrollo de la región, destacando su importancia ya que facilita la articulación de capacidades, conocimientos, recursos y experiencia, para el beneficio de los territorios y las comunidades locales.
En segundo lugar, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia convocó unas plenarias para construir propuestas concretas y priorizar temas a través de seis aspectos: deforestación, crímenes ambientales, acciones para frenar la llegada al punto de no retorno, gobernabilidad, ejes internaciones de trabajo en el bioma, ciencia y conocimiento. En estos espacios “Fundación Natura realizó aportes a las discusiones a partir de su experiencia en temas de conservación, restauración, sistemas productivos, fortalecimiento de la gobernanza, inclusión del enfoque de género y construcción de paz. Todo esto enmarcado en su apuesta por la transformación del vínculo de la sociedad con la naturaleza hacia modos más sostenibles”, resaltó Ana Cevelyn, jefe de proyecto de Fundación Natura, quien destacó la importancia de participar y trabajar con otras organizaciones, pues “la Amazonía nos necesita a todos trabajando en red y aportando desde diversas experticias y conocimientos”.
40 años aportando al desarrollo de la Amazonía
En cuatro décadas de trayectoria, Fundación Natura ha aportado a la conservación y restauración de este ecosistema a través de procesos y proyectos en los que se ha articulado de manera efectiva con las comunidades. “Nuestra historia en la Amazonía comienza en la década de los noventa, con el apoyo para el manejo, la administración y la conservación de los Parques Nacionales Naturales, inicialmente con La Paya (Putumayo) y Cahuinarí (Amazonas)”, aseguró Clara Solano, Directora ejecutiva de Fundación Natura.
Más adelante, se gestó una iniciativa arriesgada y, por lo tanto, innovadora para la época. Se trató del proyecto Charapa, un trabajo por el uso y manejo de la tortuga de río más grande y con mayores amenazas, al ser utilizada como alimento y materia prima del sector cosmético. Durante ocho años se desarrolló un plan de conservación, monitoreo y uso de esta especie, asociado al plan de manejo del PNN Cahuinarí. (Lea: Con su dieta usted también puede ayudar a cambiar el planeta)
Con el objetivo de seguir en el territorio y poder aportar a la conservación de una de las selvas húmedas más biodiversas e importantes del planeta, se han implementado otros procesos como “la Plataforma de información y diálogo de la Amazonía (PID Amazonía), donde logramos hacer una conjunción de alianzas con organizaciones locales que trabajan proyectos de conservación, manejo, agrosilvicultura, divulgación y paz”, agregó Solano. Además del trabajo de gobernanza forestal intercultural con comunidades indígenas y campesinas que conviven en la zona más deforestada del país: el municipio de Solano, Caquetá. Y el “fortalecimiento de la gobernanza de los pueblos indígenas, la restauración de ecosistemas boscosos, la implementación de sistemas productivos sostenibles, el conocimiento sobre mercados voluntarios de carbono y de manera especial sobre la estrategia REDD+ y la construcción paz bajo enfoque étnico”, resaltó Ana Cevelyn.
Con el aporte de Fundación Natura, no solo al evento Camino a la Cumbre Amazónica, sino también a los procesos para la conservación de la Amazonía colombiana, se destaca la importancia de la articulación y el trabajo en el territorio para gestar planes y proyectos, basados en las necesidades de la diversidad de comunidades que habitan este territorio y las problemáticas propias del ecosistema.
Algunas de las conclusiones del evento que se discutirán posteriormente en la Cumbre de presidentes amazónicos, están relacionadas con la necesidad de construir lazos y estrategias que comuniquen a los distintos países, ya que “es clave para combatir el crimen organizado que está en incremento en todos los países, dado que las organizaciones encargadas del control de este delito operan dentro de sus límites, pero las condiciones de frontera son permeables y los criminales saltan de un lado a otro. Y si bien hay cooperación entre países es necesario desarrollar ejercicios para el protocolo de intercambio de información, tecnologías y trazabilidad del crimen, principalmente asociado al oro y al delito transnacional de comercio ilegal de flora, fauna y madera”, afirmó Clara Solano.
Sumado a esto, la directora aseguró que el gran tema de la cumbre fue la bioeconomía, pues es necesario seguir haciendo uso sostenible de la biodiversidad y aprovechar al máximo el conocimiento científico, local y tradicional, enfocándose en los sistemas de aprovechamiento de los productos no maderables, para que estos resguarden los bosques y mantengan la salud de los ecosistemas.
“Otro tema fue la posición fuerte de no a la minería, a la extracción petrolera y al uso de los metales pesados que permiten que la minería sea más eficiente, con el debate sobre no estigmatizar el uso y aprovechamiento de los minerales”, agregó Clara. (Lea también: Lo que debe saber sobre el tratado que busca eliminar la contaminación plástica)
Los diferentes actores y sectores reunidos en este espacio apoyan el llamado de las organizaciones indígenas a continuar con el fortalecimiento de su autonomía y gobernanza, y ratifican que los territorios amazónicos son los mejor conservados, ya que cuentan con gobernanzas más estables y en mejores condiciones. Esto empodera y habilita para que las comunidades indígenas sean reconocidas como principales actores en el cuidado del bioma amazónico, sin desconocer a comunidades campesinas y sectores productivos.
Finalmente, es de resaltar que el financiamiento climático también será un compromiso que llegará a la Cumbre de presidentes en Brasil, pues se espera asegurar las salvaguardas ambientales y sociales para cualquier proyecto, ya que los fondos ambientales que están constituyendo los países son importantes, pero se requiere un llamado a democratizar y entender estos marcos de cooperación financiera.
Seguir transformando el vínculo de la sociedad con la naturaleza debe ser la meta que una a las regiones.
Entre el 6 y el 8 de julio, en la precumbre, se pusieron sobre la mesa temas relacionados con deforestación, crímenes ambientales transnacionales y otros.
El bioma amazónico alberga el 10% de la biodiversidad mundial, lo que lo convierte en un reservorio de servicios ecosistémicos vitales como el agua, el alimento o las materias primas, de los que dependen comunidades indígenas y campesinas. Es centro de conocimientos ancestrales, culturas y un laboratorio vivo de investigación y ciencia que, a través del río más largo del planeta, conecta ocho países: Brasil, Ecuador, Perú, Guyana, Surinam, Venezuela, Bolivia y Colombia.
Según los expertos, esta región, estratégica para la conservación de la naturaleza, se acerca al punto de no retorno; es decir, aquel en el que los bosques tropicales estarán tan degradados que causarán afectaciones irreversibles para la vida. (Lea: Así fue el monitoreo al embalse Topocoro, una tarea con participación comunitaria)
Para evitar esto, comunidades locales, ONG, empresas, académicos, científicos, autoridades locales y otros actores claves, se reunieron en Leticia (Colombia) para recibir a los ministros de ambiente de los ocho países que conforman la región amazónica, a los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Brasil, Lula da Silva, para debatir sobre las metas para la conservación y regeneración de la Amazonía.
Entre el 6 y el 8 de julio “Camino a la Cumbre amazónica”, se pusieron sobre la mesa temas relacionados con deforestación, crímenes ambientales transnacionales, restauración ecológica, bioeconomía, gestión de la información, derechos de los pueblos indígenas, entre otros; que se convierten en la antesala de la Cumbre de presidentes amazónicos, que se llevará a cabo en Belén do Pará (Brasil), entre el 8 y el 9 de agosto.
En el marco de este encuentro se llevaron a cabo dos momentos importantes para la construcción de un documento que aporte rutas de acción para la conservación de la región. En primer lugar, una serie de espacios de debate en los que participaron comunidades indígenas, organizaciones de la sociedad civil, representantes de comunidades campesinas y de proyectos que están aportando a frenar la degradación y pérdida de esta selva húmeda. (Lea: Leones marinos se han vuelto agresivos con las personas en California, ¿por qué?)
Uno de esos espacios, fue el conversatorio organizado por World Wildlife Fund Colombia (WWF), The Nature Conservancy (TNC), Wildlife Consevation Society Colombia (WCS) y Fundación Natura, sobre los Acuerdos Público-Privados Comunitarios (APPC), en el que se generaron reflexiones sobre el papel de esta herramienta para la conservación y el desarrollo de la región, destacando su importancia ya que facilita la articulación de capacidades, conocimientos, recursos y experiencia, para el beneficio de los territorios y las comunidades locales.
En segundo lugar, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia convocó unas plenarias para construir propuestas concretas y priorizar temas a través de seis aspectos: deforestación, crímenes ambientales, acciones para frenar la llegada al punto de no retorno, gobernabilidad, ejes internaciones de trabajo en el bioma, ciencia y conocimiento. En estos espacios “Fundación Natura realizó aportes a las discusiones a partir de su experiencia en temas de conservación, restauración, sistemas productivos, fortalecimiento de la gobernanza, inclusión del enfoque de género y construcción de paz. Todo esto enmarcado en su apuesta por la transformación del vínculo de la sociedad con la naturaleza hacia modos más sostenibles”, resaltó Ana Cevelyn, jefe de proyecto de Fundación Natura, quien destacó la importancia de participar y trabajar con otras organizaciones, pues “la Amazonía nos necesita a todos trabajando en red y aportando desde diversas experticias y conocimientos”.
40 años aportando al desarrollo de la Amazonía
En cuatro décadas de trayectoria, Fundación Natura ha aportado a la conservación y restauración de este ecosistema a través de procesos y proyectos en los que se ha articulado de manera efectiva con las comunidades. “Nuestra historia en la Amazonía comienza en la década de los noventa, con el apoyo para el manejo, la administración y la conservación de los Parques Nacionales Naturales, inicialmente con La Paya (Putumayo) y Cahuinarí (Amazonas)”, aseguró Clara Solano, Directora ejecutiva de Fundación Natura.
Más adelante, se gestó una iniciativa arriesgada y, por lo tanto, innovadora para la época. Se trató del proyecto Charapa, un trabajo por el uso y manejo de la tortuga de río más grande y con mayores amenazas, al ser utilizada como alimento y materia prima del sector cosmético. Durante ocho años se desarrolló un plan de conservación, monitoreo y uso de esta especie, asociado al plan de manejo del PNN Cahuinarí. (Lea: Con su dieta usted también puede ayudar a cambiar el planeta)
Con el objetivo de seguir en el territorio y poder aportar a la conservación de una de las selvas húmedas más biodiversas e importantes del planeta, se han implementado otros procesos como “la Plataforma de información y diálogo de la Amazonía (PID Amazonía), donde logramos hacer una conjunción de alianzas con organizaciones locales que trabajan proyectos de conservación, manejo, agrosilvicultura, divulgación y paz”, agregó Solano. Además del trabajo de gobernanza forestal intercultural con comunidades indígenas y campesinas que conviven en la zona más deforestada del país: el municipio de Solano, Caquetá. Y el “fortalecimiento de la gobernanza de los pueblos indígenas, la restauración de ecosistemas boscosos, la implementación de sistemas productivos sostenibles, el conocimiento sobre mercados voluntarios de carbono y de manera especial sobre la estrategia REDD+ y la construcción paz bajo enfoque étnico”, resaltó Ana Cevelyn.
Con el aporte de Fundación Natura, no solo al evento Camino a la Cumbre Amazónica, sino también a los procesos para la conservación de la Amazonía colombiana, se destaca la importancia de la articulación y el trabajo en el territorio para gestar planes y proyectos, basados en las necesidades de la diversidad de comunidades que habitan este territorio y las problemáticas propias del ecosistema.
Algunas de las conclusiones del evento que se discutirán posteriormente en la Cumbre de presidentes amazónicos, están relacionadas con la necesidad de construir lazos y estrategias que comuniquen a los distintos países, ya que “es clave para combatir el crimen organizado que está en incremento en todos los países, dado que las organizaciones encargadas del control de este delito operan dentro de sus límites, pero las condiciones de frontera son permeables y los criminales saltan de un lado a otro. Y si bien hay cooperación entre países es necesario desarrollar ejercicios para el protocolo de intercambio de información, tecnologías y trazabilidad del crimen, principalmente asociado al oro y al delito transnacional de comercio ilegal de flora, fauna y madera”, afirmó Clara Solano.
Sumado a esto, la directora aseguró que el gran tema de la cumbre fue la bioeconomía, pues es necesario seguir haciendo uso sostenible de la biodiversidad y aprovechar al máximo el conocimiento científico, local y tradicional, enfocándose en los sistemas de aprovechamiento de los productos no maderables, para que estos resguarden los bosques y mantengan la salud de los ecosistemas.
“Otro tema fue la posición fuerte de no a la minería, a la extracción petrolera y al uso de los metales pesados que permiten que la minería sea más eficiente, con el debate sobre no estigmatizar el uso y aprovechamiento de los minerales”, agregó Clara. (Lea también: Lo que debe saber sobre el tratado que busca eliminar la contaminación plástica)
Los diferentes actores y sectores reunidos en este espacio apoyan el llamado de las organizaciones indígenas a continuar con el fortalecimiento de su autonomía y gobernanza, y ratifican que los territorios amazónicos son los mejor conservados, ya que cuentan con gobernanzas más estables y en mejores condiciones. Esto empodera y habilita para que las comunidades indígenas sean reconocidas como principales actores en el cuidado del bioma amazónico, sin desconocer a comunidades campesinas y sectores productivos.
Finalmente, es de resaltar que el financiamiento climático también será un compromiso que llegará a la Cumbre de presidentes en Brasil, pues se espera asegurar las salvaguardas ambientales y sociales para cualquier proyecto, ya que los fondos ambientales que están constituyendo los países son importantes, pero se requiere un llamado a democratizar y entender estos marcos de cooperación financiera.
Seguir transformando el vínculo de la sociedad con la naturaleza debe ser la meta que una a las regiones.