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Cazadores furtivos mataron la semana pasada al menos a cinco elefantes en Chad para apoderarse de sus colmillos, así lo dieron a conocer las autoridades y la ONG SOS Elefantes, de este país ubicado en el centro-norte de África, que expresó su preocupación por una “reanudación repentina” de esa actividad ilícita.
De las decenas de miles de animales que vivían en territorio chadiano hace 30 años, quedan menos de 1.500, aunque las últimas cacerías importantes para hacerse con el marfil de sus colmillos databan de 2017, señala la ONG. (Lea: Gripe aviar: tres cóndores de California mueren por este virus en Estados Unidos)
“Al menos cinco elefantes fueron abatidos la semana pasada por cazadores furtivos” en la zona de Beinamar, a unos 400 kilométros al sur de N’Djamena, la capital del país, dijo a AFP Adam Ahmat Assane, secretario general de esa organización no gubernamental.
“Hubo elefantes muertos, pero aún no se comunicó cuántos. Nuestras fuerzas están persiguiendo a los cazadores que los mataron”, señaló el director del departamento de Recursos naturales, Hamid Mahamat Hissein Itno.
La cacería fue llevada a cabo por “jinetes armados” y los cadáveres de los elefantes habían sido “decapitados” y “sin colmillos”, precisó la ONG en un comunicado. (Lea: Otro gran reto: movilizar las vacas que viven cerca del volcán del Ruiz)
La entidad expresa su “preocupación por esta reanudación repentina de esta agresión grave a la fauna silvestre de Chad”. Según la ONG, esta práctica había disminuido “progresivamente desde hace unos diez años”, después que el presidente de este país, Idriss Féby Itni, quien falleció hace dos años en combate frente a los rebeldes, adoptó disposiciones de gran severidad”, añadió la ONG.
Una investigación publicada en la revista Nature, en 2021, explica que la caza furtiva de elefantes registró un pico en 2011, pero disminuyó significativamente en 2017, debido a la caída de la demanda en China, país donde se declaró ilegal el comercio de marfil hace cinco años. (Lea también: Los pingüinos son claves en el reciclaje de hierro en las aguas de la Antártida)
Debido a esta práctica, que tuvo un auge en 2005 en África, se estima que la población de elefantes de sabana (Loxodonta africana) en este continente se había reducido aproximadamente a un tercio en 2014.
Según un estudio de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, más conocida como CITES, en el último siglo, las poblaciones de esta especie de mamíferos han sido gravemente reducidas, pasando de los doce millones a tan solo 400.000 ejemplares.
Aunque la caza furtiva para comercializar el marfil del elefante fue prohibida hace más de dos décadas, la problemática continúa.