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El PSA se ha convertido en una estrategia efectiva para evitar transformaciones sobre la cobertura ambiental. Consiste en un incentivo económico, en dinero o en especie, que reciben los propietarios, poseedores u ocupantes de una tierra, en compensación por sus actividades de preservación y restauración en áreas y ecosistemas estratégicos.
De acuerdo con técnicos de la Fundación, los PSA surgieron debido a que los campesinos en las zonas rurales no tienen incentivos para conservar. Por ello, este tipo de esquemas están pensados no solo para dar una contribución económica, sino para garantizar el acceso a las tierras y a la productividad agropecuaria.
En Sibaté y Pasca, la cooperación internacional aunó esfuerzos con la Asociación Aguasiso —que busca garantizar el agua potable en tres municipios de Cundinamarca— y el Ministerio de Ambiente, con el fin de implementar la Ruta Territorial “Alianza de Integración Regional para la caracterización de predios con potencial de ingreso al Esquema de Pago por Servicios Ambientales en el complejo del Páramos de Cruz Verde-Sumapaz”.
En términos generales, la iniciativa busca delimitar y definir áreas de intervención en 11.384 hectáreas de Sibaté y 1.482 de Pasca, con el fin de que los productores se organicen alrededor de la protección de los páramos y de las zonas abastecedoras de acueductos en poblaciones aledañas.
“De acuerdo con el estudio que se hace en cada predio, y a las diversas acciones productivas que desarrollan, tenemos diferentes incentivos como construir viveros. También se donan cercas eléctricas, postes, así como árboles, para que restauren con especies nativas o protejan los nacimientos que ya tienen”, señaló Angie Liliana Otálora, coordinadora del proyecto de parte de Aguasiso
En la misma línea, Furio Massolino, director del Programa DRET II, recalcó que el papel de las Rutas Territoriales del Programa es aterrizar en los territorios políticas públicas del Ministerio de Ambiente y del Ministerio de Agricultura, permitiendo llegar a las comunidades rurales con asistencia técnica, averiguar concretamente el funcionamiento de estas políticas y retroalimentando los ministerios con los resultados de estas iniciativas. “Estamos haciendo un experimento para que se pueda replicar en escala nacional. En el caso de esta política de PSA, la idea es de avanzar en la retribución a las personas que conservan el medio ambiente, o que producen conservándolo”.
Algunas de las problemáticas que busca mitigar este proyecto son la transformación de usos del suelo, la ampliación de la frontera agropecuaria, la carencia de instrumentos de planificación, el desconocimiento de estrategias de uso y manejo eficiente del agua, y el desarrollo de prácticas insostenibles. Para ello, se plantearon acciones enfocadas en la preservación, con el fin de evitar la transformación de la cobertura ambiental que no ha tenido intervención humana; la restauración pasiva, que consiste en el aislamiento de la zona a través de cercas tradicionales o eléctricas; y la restauración activa, por medio del enriquecimiento de bosques y riberas, la instalación de perchas y la creación de sistemas de recolección de agua lluvia y arreglos silvopastoriles.