Hay pajareros que pasan años buscando al gallito de roca (Rupicola peruvianus), una especie propia de los Andes y que solo se encuentra en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Su distribución está restringida a unos pocos ecosistemas con altos niveles de conservación. (Le puede interesar: Los polinizadores silvestres están en riesgo, pero la polinización continúa, ¿por qué?)
En San José del Guaviare, la capital de uno de los departamentos de la Amazonia colombiana, hay puntos en los que pueden verse a diario. Es un ave tan apetecida por fotógrafos de naturaleza, observadores de aves y aficionados, que ya hay operadores turísticos que ofrecen paquetes enfocados exclusivamente en el avistamiento de esta y otras especies extrañas que se encuentran en Colombia.
Además de ser el país con más especies de aves, con unas 1.977 según la última actualización publicada, en el país se encuentra alrededor del 10 % de la diversidad de fauna y flora del mundo.
Las grandes extensiones de áreas con altos niveles de conservación, sin embargo, han estado vinculadas a comunidades afectadas históricamente por el conflicto armado y la pobreza. Además, amenazas ambientales como la deforestación, la ampliación de la frontera agrícola y los monocultivos, han contribuido a la degradación ambiental.
Como producto del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno Nacional y las Farc en 2016, estos territorios fueron incluidos dentro del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial. (Le recomendamos: Cacao amazónico: una apuesta para construir paz y recuperar bosques)
Como parte de su contribución a la construcción de paz en el país, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) lanzará este 26 de junio el Programa Destino Naturaleza, una iniciativa con la que se busca potenciar el turismo de naturaleza en diferentes regiones del país.
Con operadores turísticos locales, agencias especializadas de turismo y expertos en turismo y conservación, se estructuraron destinos en seis territorios del país: Montes de María, ubicados en el Caribe colombiano, entre Sucre y Bolívar; La Sierra Nevada, en Santa Marta, y la Serranía de Perijá, entre Cesar y Norte de Santander; los departamentos de Meta y Guaviare; Caquetá; Putumayo; y el centro y sur de la región Pacífica, al suroccidente del país.
Allí también estarán involucradas las entidades públicas encargadas de la gestión ambiental y del turismo, en aras de promover la formalización de las diferentes actividades que se involucran dentro de los destinos incluidos dentro del Programa. (También puede leer: Lo que genera el ruido del tráfico y las industrias en la fauna y las personas)
Además de los atractivos naturales y la pedagogía sobre la conservación ambiental, Destino Naturaleza también busca “visibilizar el patrimonio inmaterial de Colombia asociado a la historia, los mitos y las leyendas, los saberes locales, la gastronomía, la música, la literatura, y con esto inspirar a miles de viajeros a conocer la riqueza transformadora de estos territorios”, aseguró USAID.
Durante los cinco años en los que estará en ejecución el Programa, se espera mejorar la planeación sostenible en los territorios, así como cerrar la brecha existente en el acceso a recursos para las comunidades que se involucren como parte de la actividad turística.