Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
A principios de mayo, el gobierno ecuatoriano anunció el canje de deuda por naturaleza más grande del mundo. El país se ahorró 1.100 millones de dólares de la deuda externa que tiene, a cambio de invertir 450 millones en la protección de las Islas Galápagos.
En palabras del ministro de Economía de Ecuador, Pablo Arosemena, esto significa que se canjeó deuda actual “de un valor aproximado de 1.630 millones USD, por una nueva deuda de 656 millones de USD”. Con este beneficio, podrán fortalecer las áreas protegidas de Galápagos, priorizar labores que permitan asegurar la integridad de los ecosistemas marinos claves del archipiélago, incluyendo especies migratorias en peligro crítico como los tiburones ballena y martillo, y tortugas marinas. (Lea: La clave para evitar la extinción de un ave que solo habita en Colombia)
Pero, ¿qué significa el canje de deuda por naturaleza? Según Andrea Prada, especialista en Finanzas Sostenibles de WWF Colombia, los países en el mundo, especialmente los que están en vía de desarrollo, adquieren deudas con países más desarrollados, o con bancas multilaterales como el Banco Mundial, e incluso privados, para cubrir las necesidades del país.
“Partiendo de que los países están endeudados, lo que hacen es tratar de reducir esa deuda o pedir beneficios en los términos de los créditos que tienen, como refinanciar la deuda, o mejorar los intereses o condiciones de los mismos. Esos beneficios los reciben a cambio de generar actividades que protejan el ambiente”, explica.
Este concepto ya lleva varios años implementándose al rededor del mundo. Los canjes fueron populares en los años 80, cuando se declaró la crisis de deuda externa de América Latina. En ese entonces, los países de esta región tenían deudas bastante altas. (Lea: En Colombia hay más de 7.000 plantas útiles, ¿para qué sirven?)
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para finales de 1990, cinco países de la región ya habían realizado once canjes de deuda por naturaleza. “Los proyectos de protección del medio ambiente con este mecanismo han tenido, por lo general, características bastante similares. Tienden a estar vinculados a la protección de terrenos conocidos por su riqueza biológica e incluso por la presencia de especies amenazadas por extinción”, indica la organización.
Colombia no ha sido ajena a este mecanismo de financiación. En 1993, Estados Unidos y Colombia firmaron un acuerdo de alivio de deuda por 42 millones de dólares, en el marco de la Iniciativa de las Américas, del entonces presidente George H. W. Bush, según explica Natalia Arango, directora ejecutiva de Fondo Acción.
Los recursos de ese acuerdo se utilizarían para promover actividades destinadas a preservar, proteger o manejar los recursos naturales y biológicos del país de manera sostenible mediante el apoyo a iniciativas de la sociedad civil con la participación directa de las comunidades locales.
“En 2004 ya se dio el primer canje de deuda entre los dos países, allí se perdonaron 10 millones de dólares, que contó con la participación de las ONG, Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), The Nature Conservancy (TNC) y Conservación Internacional (CI)”, explica Prada. (Lea: Es hora de replantear nuestra relación con la naturaleza)
La inversión de 10 millones de dólares ha permitido trabajar en tres áreas forestales estratégicas del país: Vichada, Arauca, Casanare, Santander y Boyacá, interviniendo un área de más de 900.000 hectáreas, generando más de 900 acuerdos de conservación.
Tanto el dinero del alivio de deuda como el del canje, han sido administrados por Fondo Acción, una organización que nació en el año 2000. “Durante siete años, los recursos los administró Ecofondo.
Una estrategia en la que todas las partes ganan
Los países al rededor del mundo han adquirido compromisos ambientales. Uno de los más recientes es el Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica. En este 196 países, entre ellos Colombia, se comprometieron, entre otras cosas, a proteger el 30 % del territorio terrestre, y el 30 % del territorio marino. Lograrlo requiere de varios factores, uno de ellos es el financiero.
“La mayoría de las acciones están enfocadas en términos de conservación y protección de áreas. Eso es algo costoso y que no tiene recursos. El canje permite que los países tengan unos recursos adicionales para poder financiar esto, y no deba salir de impuestos adicionales, sino simplemente con una refinanciación de la deuda externa”, agrega Andrea Prada.
En miras a cumplir con estos y otros objetivos, durante el encuentro de Ministros y Ministras de Ambiente de América Latina y el Caribe y la Unión Europea, la ministra colombiana, Susana Muhamad, propuso un apoyo de la banca multilateral para trabajar en la promoción del canje de deuda por naturaleza. La idea planteada es que durante una década los países tengan la posibilidad de centrar una parte de sus presupuestos en acción climática y protección ambiental.
*Nota: Esta nota fue modificada para corregir los datos sobre el primer canje de deuda de Colombia. Los anteriores tenían imprecisiones en la fecha y el monto.