Diez datos sobre la minería en fondos marinos y sus peligros
Se espera que la demanda por minerales y metales aumente, especialmente, en el contexto de la transición energética. Y aunque la minería en fondos marinos parece una solución para suplir esa demanda, representa un grave riesgo ambiental.
Los fondos marinos son conocidos como la última frontera del planeta, pues, aunque cubren cerca de la mitad de la superficie terrestre, son un espacio prácticamente desconocido. Lo que sí se sabe es que, a pesar de las condiciones extremas de estos ecosistemas, la vida que albergan es increíblemente rica y compleja, además son cruciales para el bienestar de los océanos y el planeta.
Sin embargo, sobre estos ecosistemas se cierne la amenaza de la minería. Actualmente, la demanda por diferentes tipos de metales y minerales está aumentando, especialmente, por aquellos necesarios para construir baterías eléctricas de vehículos, paneles solares y turbinas de viento, es decir, para las tecnologías que protagonizan la transición energética.
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En este panorama, se ha despertado un gran interés alrededor de la minería en los fondos marinos. No obstante, diferentes científicos y organizaciones advierten que esta práctica podría ocasionar un desastre ambiental y afectar gravemente a millones de personas que dependen de los océanos. Además, comprometería su capacidad para contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Al momento, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) es el organismo que regula estos ecosistemas y sus recursos minerales en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional de los países, es decir, en aguas internacionales. A 2021, la ISA había celebrado contratos de 15 años para la exploración de minerales y metales en los fondos marinos con 30 contratistas.
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El informe de WWF “Demasiado profundo: lo que sabemos y no sabemos sobre la minería de los fondos marinos” destaca muchas de las características únicas de los fondos marinos y los peligros que representa la minería en estos espacios. Aquí te contamos todo lo que deberías saber.
1. Son ecosistemas altamente biodiversos
Científicos creen que las aguas profundas pueden ser tan diversas como los bosques húmedos tropicales. Cerca del 90% de las especies animales estudiadas allí son nuevas para la ciencia.
2. Son claves para la medicina y las ciencias
Los descubrimientos sobre la vida en aguas profundas están creando nuevas oportunidades para la medicina y dando pistas sobre el inicio de la vida en la Tierra. Por ejemplo, la prueba usada para diagnosticar el COVID-19 fue desarrollada a partir de una enzima aislada proveniente de un microbio que fue encontrado en fuentes hidrotermales de aguas profundas.
3. Los metales y minerales en los que está interesada la minería son esenciales para la vida en los fondos marinos
El ojo está puesto principalmente en tres recursos minerales marinos: nódulos polimetálicos, los sulfuros polimetálicos y las costras cobálticas. El lugar en que yacen estos minerales son el hábitat de una gran variedad de vida microbiana y de otras formas de vida mayores. De hecho, los minerales mismos son esenciales en los ecosistemas de aguas profundas.
Ante la ausencia de luz solar, los microorganismos de las profundidades marinas usan la energía proveniente de las reacciones químicas para absorber carbono y formar compuestos orgánicos, a través de un proceso llamado quimiosíntesis. Estos procesos son claves en la cadena alimenticia de todo el ecosistema marino e influencian la habilidad de los océanos de circular nutrientes, balancear las concentraciones químicas y absorber dióxido de carbono de la atmosfera (una función clave para la mitigación del cambio climático).
4. Los fondos marinos son poco resilientes
Hasta el momento, los ecosistemas de aguas profundas han experimentado poca perturbación por actividades humanas. Sin embargo, la ciencia señala que tienen poca resiliencia debido a que las especies viven largos años, se demoran en llegar a su edad reproductiva y su tasa de fertilidad es baja. Por ello, es poco probable que los hábitats destruidos puedan recuperarse en escalas de tiempo humanas.
5. La minería arrasaría rápidamente kilómetros de fondos marinos
Se espera que cada operación minera desmonte de manera efectiva entre 8.000 y 9.000 kilómetros cuadrados de fondos marinos en el transcurso de una licencia de 30 años, lo que equivale a un área de un tercio del tamaño de Bélgica.
6. Posibles vertimientos de sustancias tóxicas
Los vertimientos de aguas, sedimentos y metales residuales por barcos durante la explotación minera podrían recorrer cientos de kilómetros de distancia afectando ecosistemas de varias profundidades. Los metales que contienen pueden ser tóxicos para algunas formas de vida marina y, posiblemente, podrían entrar en la cadena alimenticia marina.
7. El ruido y las luces de esta industria podrían afectar gravemente a especies
Hay especies que se sumergen en las profundidades o viven allí, y que utilizan el ruido, la ecolocalización o la bioluminiscencia para comunicarse, encontrar presas y escapar de depredadores. Por ello, el ruido y las luces de la minería podrían alterar sus formas de vida. Por ejemplo, la comunicación de las ballenas y los delfines podría verse gravemente afectada.
8. Estaría en riesgo la economía oceánica de la que dependen millones de personas
Aunque la minería en fondos marinos es una industria valorada en 2.000 a 20.000 millones de dólares, esta pone en riesgo una economía mucho mayor que mueve entre 1,5 y 2,4 billones anualmente, y que depende del bienestar de los océanos. Por ejemplo, la alteración de los fondos marinos puede afectar las pesquerías mundiales, poniendo en riesgo la principal fuente de proteína de alrededor de 1.000 millones de personas y los medios de vida de alrededor de 200 millones de personas, la mayoría ubicadas en poblaciones costeras empobrecidas.
9. La minería en fondos marinos no es la única alternativa
Organizaciones y científicos señalan que hay otras alternativas para responder a la demanda de metales y minerales, combinando estrategias de innovación, reciclaje y reparación. Por ejemplo, algunos estudios señalan que es posible reducir la demanda para la mayoría de los minerales entre un 60% y 90%, si se aumenta el reciclaje y el uso eficiente de los materiales.
10. El mundo ya está buscando formas de proteger los fondos marinos
Actualmente, se están adelantando diversos esfuerzos por proteger los fondos marinos y, en general, la biodiversidad de las aguas internacionales. Uno de los más relevantes es el Tratado sobre Biodiversidad Marina en Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional que los países miembros de las Naciones Unidas están negociando. Se busca que este acuerdo global funcione como un instrumento jurídicamente vinculante que ayude a conservar y gestionar sosteniblemente las aguas internacionales, y las proteja de actividades como la minería en fondos marinos.
Asimismo, organizaciones como WWF abogan por una moratoria global a esta actividad hasta que no se comprendan completamente sus efectos y se exploren otras alternativas. También han propuesto que la minería en fondos marinos se prohíba en las legislaciones nacionales.
Los fondos marinos son conocidos como la última frontera del planeta, pues, aunque cubren cerca de la mitad de la superficie terrestre, son un espacio prácticamente desconocido. Lo que sí se sabe es que, a pesar de las condiciones extremas de estos ecosistemas, la vida que albergan es increíblemente rica y compleja, además son cruciales para el bienestar de los océanos y el planeta.
Sin embargo, sobre estos ecosistemas se cierne la amenaza de la minería. Actualmente, la demanda por diferentes tipos de metales y minerales está aumentando, especialmente, por aquellos necesarios para construir baterías eléctricas de vehículos, paneles solares y turbinas de viento, es decir, para las tecnologías que protagonizan la transición energética.
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En este panorama, se ha despertado un gran interés alrededor de la minería en los fondos marinos. No obstante, diferentes científicos y organizaciones advierten que esta práctica podría ocasionar un desastre ambiental y afectar gravemente a millones de personas que dependen de los océanos. Además, comprometería su capacidad para contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Al momento, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) es el organismo que regula estos ecosistemas y sus recursos minerales en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional de los países, es decir, en aguas internacionales. A 2021, la ISA había celebrado contratos de 15 años para la exploración de minerales y metales en los fondos marinos con 30 contratistas.
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El informe de WWF “Demasiado profundo: lo que sabemos y no sabemos sobre la minería de los fondos marinos” destaca muchas de las características únicas de los fondos marinos y los peligros que representa la minería en estos espacios. Aquí te contamos todo lo que deberías saber.
1. Son ecosistemas altamente biodiversos
Científicos creen que las aguas profundas pueden ser tan diversas como los bosques húmedos tropicales. Cerca del 90% de las especies animales estudiadas allí son nuevas para la ciencia.
2. Son claves para la medicina y las ciencias
Los descubrimientos sobre la vida en aguas profundas están creando nuevas oportunidades para la medicina y dando pistas sobre el inicio de la vida en la Tierra. Por ejemplo, la prueba usada para diagnosticar el COVID-19 fue desarrollada a partir de una enzima aislada proveniente de un microbio que fue encontrado en fuentes hidrotermales de aguas profundas.
3. Los metales y minerales en los que está interesada la minería son esenciales para la vida en los fondos marinos
El ojo está puesto principalmente en tres recursos minerales marinos: nódulos polimetálicos, los sulfuros polimetálicos y las costras cobálticas. El lugar en que yacen estos minerales son el hábitat de una gran variedad de vida microbiana y de otras formas de vida mayores. De hecho, los minerales mismos son esenciales en los ecosistemas de aguas profundas.
Ante la ausencia de luz solar, los microorganismos de las profundidades marinas usan la energía proveniente de las reacciones químicas para absorber carbono y formar compuestos orgánicos, a través de un proceso llamado quimiosíntesis. Estos procesos son claves en la cadena alimenticia de todo el ecosistema marino e influencian la habilidad de los océanos de circular nutrientes, balancear las concentraciones químicas y absorber dióxido de carbono de la atmosfera (una función clave para la mitigación del cambio climático).
4. Los fondos marinos son poco resilientes
Hasta el momento, los ecosistemas de aguas profundas han experimentado poca perturbación por actividades humanas. Sin embargo, la ciencia señala que tienen poca resiliencia debido a que las especies viven largos años, se demoran en llegar a su edad reproductiva y su tasa de fertilidad es baja. Por ello, es poco probable que los hábitats destruidos puedan recuperarse en escalas de tiempo humanas.
5. La minería arrasaría rápidamente kilómetros de fondos marinos
Se espera que cada operación minera desmonte de manera efectiva entre 8.000 y 9.000 kilómetros cuadrados de fondos marinos en el transcurso de una licencia de 30 años, lo que equivale a un área de un tercio del tamaño de Bélgica.
6. Posibles vertimientos de sustancias tóxicas
Los vertimientos de aguas, sedimentos y metales residuales por barcos durante la explotación minera podrían recorrer cientos de kilómetros de distancia afectando ecosistemas de varias profundidades. Los metales que contienen pueden ser tóxicos para algunas formas de vida marina y, posiblemente, podrían entrar en la cadena alimenticia marina.
7. El ruido y las luces de esta industria podrían afectar gravemente a especies
Hay especies que se sumergen en las profundidades o viven allí, y que utilizan el ruido, la ecolocalización o la bioluminiscencia para comunicarse, encontrar presas y escapar de depredadores. Por ello, el ruido y las luces de la minería podrían alterar sus formas de vida. Por ejemplo, la comunicación de las ballenas y los delfines podría verse gravemente afectada.
8. Estaría en riesgo la economía oceánica de la que dependen millones de personas
Aunque la minería en fondos marinos es una industria valorada en 2.000 a 20.000 millones de dólares, esta pone en riesgo una economía mucho mayor que mueve entre 1,5 y 2,4 billones anualmente, y que depende del bienestar de los océanos. Por ejemplo, la alteración de los fondos marinos puede afectar las pesquerías mundiales, poniendo en riesgo la principal fuente de proteína de alrededor de 1.000 millones de personas y los medios de vida de alrededor de 200 millones de personas, la mayoría ubicadas en poblaciones costeras empobrecidas.
9. La minería en fondos marinos no es la única alternativa
Organizaciones y científicos señalan que hay otras alternativas para responder a la demanda de metales y minerales, combinando estrategias de innovación, reciclaje y reparación. Por ejemplo, algunos estudios señalan que es posible reducir la demanda para la mayoría de los minerales entre un 60% y 90%, si se aumenta el reciclaje y el uso eficiente de los materiales.
10. El mundo ya está buscando formas de proteger los fondos marinos
Actualmente, se están adelantando diversos esfuerzos por proteger los fondos marinos y, en general, la biodiversidad de las aguas internacionales. Uno de los más relevantes es el Tratado sobre Biodiversidad Marina en Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional que los países miembros de las Naciones Unidas están negociando. Se busca que este acuerdo global funcione como un instrumento jurídicamente vinculante que ayude a conservar y gestionar sosteniblemente las aguas internacionales, y las proteja de actividades como la minería en fondos marinos.
Asimismo, organizaciones como WWF abogan por una moratoria global a esta actividad hasta que no se comprendan completamente sus efectos y se exploren otras alternativas. También han propuesto que la minería en fondos marinos se prohíba en las legislaciones nacionales.