Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Según un nuevo estudio, esto puede estar relacionado con las fuertes dinámicas poblacionales (y migratorias), aunadas al crecimiento exponencial de la urbanización. ¿Qué otros datos encontraron?
“Hoy, más del 75% de la población colombiana vive en las ciudades, territorios que son altamente biodiversos y que requieren una mirada estratégica, una planificación y un ordenamiento para poder mantener sus áreas verdes; las cuales ofrecen beneficios para mejorar la adaptación al cambio climático y conservar espacios tan estratégicos como los humedales que nos ayudan a tener mejor respuesta frente a los eventos de lluvia o sequía”; dice Hernando García Martínez, Director general del Instituto Humboldt.
Este es, precisamente, uno de los objetivos y compromisos que asumió, desde hace años, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA): establecer planes de manejo para que los municipios y la ciudad de Medellín sigan conservando sus espacios públicos verdes, fundamentales para la salud ecosistémica. (Lea: Los puntos claves del Tratado que busca proteger la biodiversidad de las aguas internacionales)
Bajo este contexto, en el año 2006, el AMVA, en cumplimiento de sus funciones como autoridad ambiental urbana, construyó el primer Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes Urbanos (PMEPVU). Este Plan, que se destacó por su gran fortaleza técnica, ha servido de base para salvaguardar estos espacios, entendiéndolos como elementos estructurantes de los territorios y de altísima importancia en la gestión de los riesgos naturales, así como fundamentales para la resiliencia climática.
Años más tarde, se decidió actualizar dicho Plan Maestro y, para ello, se estableció una alianza estratégica con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, entidad que se ha planteado para el 2030 fortalecer el trabajo con autoridades ambientales, sectores productivos, gremios y empresas, con el objetivo de generar experiencias innovadoras en la gestión de la biodiversidad.
Es así como, ambas entidades, suscribieron un convenio el 14 de diciembre de 2021 para aunar esfuerzos técnicos y administrativos para la actualización del Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes Urbanos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, con un horizonte a corto (2024), mediano (2028) y largo plazo (2032). (Lea: Tayrona: más que un parque ecoturístico, un lugar ancestral)
Para dar a conocer los avances de la investigación, representantes de ambas entidades; así como funcionarios de administraciones municipales, académicos, colectivos ambientales y ciudadanos; se reunieron el 26 de julio en la ciudad de Medellín, en un evento social en el que se analizaron los avances y pérdidas que se han registrado desde el 2006.
Retos para conservar los espacios verdes
Durante este tiempo de trabajo en la región, se logró desarrolla un exhaustivo trabajo de revisión y análisis de información que permitió identificar las pérdidas, ganancias, potencialidades y los retos frente a los espacios verdes urbanos. Estos son algunos de los hallazgos más importantes:
- El indicador per cápita de espacio público verde para la región, pasó de 5,9 m2/hab en 2006 a 4,8 m2/hab en 2022, esto quiere decir que hubo una disminución, lo cual puede estar relacionado con las fuertes dinámicas poblaciones (y migratorias) que ha experimentado la región en los últimos años, junto al crecimiento exponencial de la urbanización, que no ha estado a la par de la generación de suelo verde.
- Estos elementos llevan a proyectar un indicador per cápita de espacios públicos verdes urbanos a 2032 de 4,1 m2/hab, el cual podrá ser menor en la medida que no se realice una gestión adecuada de los espacios verdes que aún persisten y que no se desarrollen estrategias para generar suelo verde urbano y periurbano.
- Esta realidad regional se replica en casi todos los municipios del Valle de Aburrá, donde la pérdida de espacios verdes es sostenida y con casos tan importantes como el de Sabaneta, donde se pasó de un indicador de espacio público verde per cápita de 12,06 m2/hab en 2006 a 4,99 m2/hab en 2022.
- Con respecto al indicador de espacios verdes urbanos que incluye los espacios privados, se muestra otra perspectiva. Para el Valle de Aburrá, si se contaran los espacios verdes privados, el indicador ascendería a los 16,7 m2/hab, ubicando a la región por encima de muchas ciudades latinoamericanas y por encima de las principales ciudades colombianas. Pero, si no se gestionan adecuadamente estos espacios privados, para el 2032, este indicador unificado podría caer más de 2 puntos porcentuales, hasta llegar a 14,1 m2/hab.
- Del total de espacios verdes en la región, solo el 24% corresponde a espacios verdes públicos.
- Entre el año 2007 y el 2022, se sembraron más de 153 mil árboles. Además, el número de especies arbóreas que existen en los espacios verdes urbanos del Valle de Aburrá prácticamente se duplicaron entre 2006 y 2022, pasando de 407 a 767 especies en 2022. Medellín sobresale como el municipio con mayor número de siembras en los diferentes períodos de tiempo.
- Las especies más sembradas en estos años fueron: el Guayacán amarillo, el Níspero del Japón, el Guayacán rosado, el Ébano, el Casco de vaca y el Carbonero.
- Las especies introducidas disminuyeron su proporción entre el 2006 y el 2022, dando paso a una predominancia de especies nativas.
Retos y realidades
De cara al futuro, es vital propender por: optimizar la planificación del verde urbano, ejercer un mejor control urbanístico; controlar el deterioro y la ocupación indebida de los espacios verdes urbanos y lograr que la comunidad se apropie de estos lugares. (Lea: Con su dieta usted también puede ayudar a cambiar el planeta)
También está, dentro de las metas, conseguir que los espacios verdes no se pierdan debido a los procesos de urbanización, mejorar la equidad en la distribución del verde en las ciudades; fomentar el conocimiento de los servicios que prestan estos espacios en la ciudad y aplicar mejores instrumentos económicos y de gestión que permitan mejorar los espacios en términos de cantidad y calidad.
Para que haya éxito en la gestión de estos espacios verdes urbanos, urge que este Plan Maestro sea conocido y apropiado por los diferentes actores de la región y que puedan convertirse en replicadores del mismo, para garantizar su apropiación, implementación y la sostenibilidad de las acciones en el tiempo; un compromiso que se mantiene sostenidamente desde el AMVA y el Instituto Humboldt.