El 2024: Un año para conocer nuestros compromisos con la biodiversidad
A través de 29 editoriales periodísticos, BIBO, la campaña ambiental de El Espectador explicó este año diez de las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad, el acuerdo de más de 190 países que busca detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030.
Género, zonas verdes, gestión de especies silvestres y planificación espacial, son temas muy diferentes, pero que tienen algo en común: todos son importantes para detener y revertir la pérdida de biodiversidad que enfrenta el planeta. Cerca de un millón de especies de plantas y animales amenazadas, y la pérdida del 85 % de los humedales del planeta, son algunas de las cifras que ayudan a dimensionar esta problemática.
Por esto, este año, en BIBO, la campaña ambiental de El Espectador, los temas que abordamos fueron algunas de las metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Este documento, con 23 metas, fue aprobado en diciembre de 2022, por más de 190 países, incluido Colombia, para, en términos generales, hacerle frente a la pérdida de naturaleza actual.
Desde entonces, el trabajo de esta campaña ambiental ha sido explicar en qué consisten, cómo cumplirlas en el contexto colombiano y qué tanto hemos avanzado en cada una de estas. Este año, explicamos diez metas a través de 29 editoriales periodísticos publicados cada jueves en nuestra página web y la versión impresa. Estas se suman a las nueve que abordamos en 2023, para un total de 19 de las 23 metas.
El próximo año nuestro trabajo será explicar las metas que hacen falta y abordar más temas que nos ayuden a sensibilizar y educar a los colombianos sobre la conexión que hay entre el bienestar de la naturaleza y el bienestar humano.
El rol de las mujeres en la conservación
Meta: “Los países deben garantizar la igualdad de género en la implementación del Marco, para que todas las mujeres y niñas tengan las mismas oportunidades y capacidades para contribuir al cumplimiento de las demás metas”.
Históricamente los impactos ambientales como el aumento de las temperaturas, la recurrencia de las sequías y la escasez de alimentos han afectado de manera desproporcionada a las mujeres. Muestra de esto, por ejemplo, es que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 80 % de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima son mujeres y niñas.
Más zonas verdes y azules dentro de las ciudades
Meta: “Aumentar significativamente la superficie, calidad y conectividad de los espacios verdes (parques metropolitanos o corredores verdes), y azules (rondas de los ríos) en las zonas urbanas y densamente pobladas”.
Actualmente, el 56 % de la población humana global habita en zonas urbanas, pero se espera que en 2050 este porcentaje aumente al 70 %. Es decir, que en 26 años, aproximadamente 6.000 millones de personas vivirán en las ciudades del mundo.
La biodiversidad en el centro de la toma de decisiones
Meta: “Los procesos de planificación, ordenamiento territorial y generación de programas de desarrollo en todos los niveles de gobierno deben tener en cuenta la biodiversidad”.
En general, se busca que la integración de la naturaleza responda a un concepto conocido como la jerarquía de la mitigación, que busca que las decisiones de los planificadores estén alineadas con evitar impactos el ecosistema y que se piense en compensar los daños inevitables, así como avanzar en los procesos de compensación.
Las empresas también son importantes
Meta: “Las empresas, en particular, las transnacionales, deben evaluar, divulgar y reducir los riesgos e impactos negativos relacionados con la biodiversidad, y además, proporcionar la información necesaria a los consumidores, para promover modalidades de consumo sostenibles”.
Se estima que $44 billones de dólares (USD), que representan alrededor del 50 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, dependen de la biodiversidad y los servicios que esta brinda, según datos del Foro Económico Mundial. Para cumplir la meta uno de los principales retos es pasar de acciones voluntarias a compromisos concretos por parte de las empresas.
Usar las especies de manera sostenible
Meta: “Garantizar que la gestión y el uso de especies silvestres sean sostenibles, proporcionando así beneficios sociales, económicos y ambientales para las personas, en especial aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y que más dependen de la biodiversidad”.
Colombia es uno de los pocos países megadiversos que hay en el planeta. Cada uno de ellos alberga al menos el 10 % de toda la biodiversidad global. El nuestro es el que tiene mayor cantidad de especies de aves, orquídeas, y mariposas. También ocupa el segundo lugar en mayor variedad de anfibios, peces de agua dulce, palmas y murciélagos. Sin embargo, parte de esa biodiversidad está en riesgo, pues hay 2.104 especies amenazadas, según el Ministerio de Ambiente.
Incentivos que le hacen daño a la biodiversidad
Meta: “Eliminar o reformar aquellos incentivos económicos, legales e institucionales, que favorecen el desarrollo, pero que a su vez afectan a la biodiversidad. Estos son conocidos como incentivos perjudiciales o perversos para la biodiversidad”.
En 2020, los gobiernos destinaban unos US$500.000 millones al año en apoyos potencialmente perjudiciales para la biodiversidad, solo en el sector agrícola. En el sector pesquero los subsidios alcanzan un valor de US$7.000 millones a US$35.000 millones por año, que se consideran perjudiciales para el medio ambiente marino, principalmente debido a la contaminación y la sobreexplotación.
El dinero necesario para cumplir con el Marco
Meta: “Los países acordaron aumentar el dinero disponible de diferentes fuentes para movilizar al menos USD$200.000 millones anuales para 2030″.
La Conferencia de las Partes para la Convención sobre Diversidad Biológica (COP15), que se llevó a cabo en Montreal (Canadá) en 2022, analizó cuánto se gasta hoy en día en la protección de la biodiversidad y cuánto más se necesita, para determinar así la brecha de financiamiento actual. La conclusión es que se necesitan USD$534.000 millones anuales para 2030, puesto que la brecha de financiamiento de biodiversidad actual es de USD$700.000 millones anuales.
Repartir las ganancias de los recursos genéticos
Meta: “Los países deben adoptar medidas para garantizar la distribución de los beneficios de los recursos genéticos y de la información digital sobre secuencias de recursos genéticos”.
Todos los organismos vivos —plantas, animales y microbios—, tienen material genético que podría ser potencialmente útil a los humanos. A lo largo de la historia, las personas han utilizado toda esa información genética para desarrollar productos y servicios para el beneficio del ser humano. Sin embargo, al igual que muchos recursos clave en el mundo, los genéticos y sus beneficios no están distribuidos de manera uniforme.
Planificar el territorio sin dejar a un lado los ecosistemas
Meta: “Garantizar que todas las zonas estén sujetas a planificación espacial participativa integrada teniendo en cuenta dos aspectos: la biodiversidad y las comunidades”.
La propuesta de Colombia para cumplir con esta meta es que a 2030, al menos 19 millones de hectáreas con integridad de paisaje sean incluidas como determinantes de ordenamiento territorial para la toma de decisiones sobre gestión territorial. En otras palabras, se espera que ejercicios como la delimitación de la frontera agrícola, la actualización de los planes de ordenamiento territorial, entre otros, consideren la integridad de los paisajes terrestres y marino costeros.
El estudio de la parte más pequeña de los organismos
Meta: “Reforzar la seguridad de la biotecnología y distribuir los beneficios que genera este conjunto de técnicas que utiliza células vivas, cultivo de tejidos o moléculas derivadas de un organismo para obtener o modificar un producto”.
La biotecnología incluye una amplia gama de tecnologías como el mejoramiento genético de plantas y animales, caracterización y conservación de los recursos genéticos, diagnóstico de enfermedades de plantas y animales, desarrollo de vacunas o la producción de alimentos fermentados.
Género, zonas verdes, gestión de especies silvestres y planificación espacial, son temas muy diferentes, pero que tienen algo en común: todos son importantes para detener y revertir la pérdida de biodiversidad que enfrenta el planeta. Cerca de un millón de especies de plantas y animales amenazadas, y la pérdida del 85 % de los humedales del planeta, son algunas de las cifras que ayudan a dimensionar esta problemática.
Por esto, este año, en BIBO, la campaña ambiental de El Espectador, los temas que abordamos fueron algunas de las metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Este documento, con 23 metas, fue aprobado en diciembre de 2022, por más de 190 países, incluido Colombia, para, en términos generales, hacerle frente a la pérdida de naturaleza actual.
Desde entonces, el trabajo de esta campaña ambiental ha sido explicar en qué consisten, cómo cumplirlas en el contexto colombiano y qué tanto hemos avanzado en cada una de estas. Este año, explicamos diez metas a través de 29 editoriales periodísticos publicados cada jueves en nuestra página web y la versión impresa. Estas se suman a las nueve que abordamos en 2023, para un total de 19 de las 23 metas.
El próximo año nuestro trabajo será explicar las metas que hacen falta y abordar más temas que nos ayuden a sensibilizar y educar a los colombianos sobre la conexión que hay entre el bienestar de la naturaleza y el bienestar humano.
El rol de las mujeres en la conservación
Meta: “Los países deben garantizar la igualdad de género en la implementación del Marco, para que todas las mujeres y niñas tengan las mismas oportunidades y capacidades para contribuir al cumplimiento de las demás metas”.
Históricamente los impactos ambientales como el aumento de las temperaturas, la recurrencia de las sequías y la escasez de alimentos han afectado de manera desproporcionada a las mujeres. Muestra de esto, por ejemplo, es que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 80 % de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima son mujeres y niñas.
Más zonas verdes y azules dentro de las ciudades
Meta: “Aumentar significativamente la superficie, calidad y conectividad de los espacios verdes (parques metropolitanos o corredores verdes), y azules (rondas de los ríos) en las zonas urbanas y densamente pobladas”.
Actualmente, el 56 % de la población humana global habita en zonas urbanas, pero se espera que en 2050 este porcentaje aumente al 70 %. Es decir, que en 26 años, aproximadamente 6.000 millones de personas vivirán en las ciudades del mundo.
La biodiversidad en el centro de la toma de decisiones
Meta: “Los procesos de planificación, ordenamiento territorial y generación de programas de desarrollo en todos los niveles de gobierno deben tener en cuenta la biodiversidad”.
En general, se busca que la integración de la naturaleza responda a un concepto conocido como la jerarquía de la mitigación, que busca que las decisiones de los planificadores estén alineadas con evitar impactos el ecosistema y que se piense en compensar los daños inevitables, así como avanzar en los procesos de compensación.
Las empresas también son importantes
Meta: “Las empresas, en particular, las transnacionales, deben evaluar, divulgar y reducir los riesgos e impactos negativos relacionados con la biodiversidad, y además, proporcionar la información necesaria a los consumidores, para promover modalidades de consumo sostenibles”.
Se estima que $44 billones de dólares (USD), que representan alrededor del 50 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, dependen de la biodiversidad y los servicios que esta brinda, según datos del Foro Económico Mundial. Para cumplir la meta uno de los principales retos es pasar de acciones voluntarias a compromisos concretos por parte de las empresas.
Usar las especies de manera sostenible
Meta: “Garantizar que la gestión y el uso de especies silvestres sean sostenibles, proporcionando así beneficios sociales, económicos y ambientales para las personas, en especial aquellas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y que más dependen de la biodiversidad”.
Colombia es uno de los pocos países megadiversos que hay en el planeta. Cada uno de ellos alberga al menos el 10 % de toda la biodiversidad global. El nuestro es el que tiene mayor cantidad de especies de aves, orquídeas, y mariposas. También ocupa el segundo lugar en mayor variedad de anfibios, peces de agua dulce, palmas y murciélagos. Sin embargo, parte de esa biodiversidad está en riesgo, pues hay 2.104 especies amenazadas, según el Ministerio de Ambiente.
Incentivos que le hacen daño a la biodiversidad
Meta: “Eliminar o reformar aquellos incentivos económicos, legales e institucionales, que favorecen el desarrollo, pero que a su vez afectan a la biodiversidad. Estos son conocidos como incentivos perjudiciales o perversos para la biodiversidad”.
En 2020, los gobiernos destinaban unos US$500.000 millones al año en apoyos potencialmente perjudiciales para la biodiversidad, solo en el sector agrícola. En el sector pesquero los subsidios alcanzan un valor de US$7.000 millones a US$35.000 millones por año, que se consideran perjudiciales para el medio ambiente marino, principalmente debido a la contaminación y la sobreexplotación.
El dinero necesario para cumplir con el Marco
Meta: “Los países acordaron aumentar el dinero disponible de diferentes fuentes para movilizar al menos USD$200.000 millones anuales para 2030″.
La Conferencia de las Partes para la Convención sobre Diversidad Biológica (COP15), que se llevó a cabo en Montreal (Canadá) en 2022, analizó cuánto se gasta hoy en día en la protección de la biodiversidad y cuánto más se necesita, para determinar así la brecha de financiamiento actual. La conclusión es que se necesitan USD$534.000 millones anuales para 2030, puesto que la brecha de financiamiento de biodiversidad actual es de USD$700.000 millones anuales.
Repartir las ganancias de los recursos genéticos
Meta: “Los países deben adoptar medidas para garantizar la distribución de los beneficios de los recursos genéticos y de la información digital sobre secuencias de recursos genéticos”.
Todos los organismos vivos —plantas, animales y microbios—, tienen material genético que podría ser potencialmente útil a los humanos. A lo largo de la historia, las personas han utilizado toda esa información genética para desarrollar productos y servicios para el beneficio del ser humano. Sin embargo, al igual que muchos recursos clave en el mundo, los genéticos y sus beneficios no están distribuidos de manera uniforme.
Planificar el territorio sin dejar a un lado los ecosistemas
Meta: “Garantizar que todas las zonas estén sujetas a planificación espacial participativa integrada teniendo en cuenta dos aspectos: la biodiversidad y las comunidades”.
La propuesta de Colombia para cumplir con esta meta es que a 2030, al menos 19 millones de hectáreas con integridad de paisaje sean incluidas como determinantes de ordenamiento territorial para la toma de decisiones sobre gestión territorial. En otras palabras, se espera que ejercicios como la delimitación de la frontera agrícola, la actualización de los planes de ordenamiento territorial, entre otros, consideren la integridad de los paisajes terrestres y marino costeros.
El estudio de la parte más pequeña de los organismos
Meta: “Reforzar la seguridad de la biotecnología y distribuir los beneficios que genera este conjunto de técnicas que utiliza células vivas, cultivo de tejidos o moléculas derivadas de un organismo para obtener o modificar un producto”.
La biotecnología incluye una amplia gama de tecnologías como el mejoramiento genético de plantas y animales, caracterización y conservación de los recursos genéticos, diagnóstico de enfermedades de plantas y animales, desarrollo de vacunas o la producción de alimentos fermentados.