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El Cóndor y los parameros en Santander

Información institucional | En Santander hay una comunidad campesina que aprendió a coexistir con el cóndor de los Andes mientras trabaja por empoderar a la comunidad local y nacional en su proceso, y transformar sus sistemas productivos a sostenibles con el ambiente.

Andrea Carolain Flórez Ortíz
25 de octubre de 2023 - 06:59 p. m.
La Asociación Campesina Coexistiendo con el Cóndor trabaja en pro de la conservación del cóndor en los santanderes.
La Asociación Campesina Coexistiendo con el Cóndor trabaja en pro de la conservación del cóndor en los santanderes.
Foto: Darwin Ortega
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Los santanderes hacen parte del complejo de páramo El Almorzadero, situado en la cordillera oriental con una extensión de aproximadamente 125.201 hectáreas. Allí habitan familias campesinas que subsisten gracias a las actividades agrícolas y pecuarias que logran desarrollar de forma empírica y tradicional, muchas veces sin ningún tipo de capacitación y apoyo técnico por parte de entidades estatales o privadas.

Esto, genera, en ocasiones, afectación al ecosistema y sus recursos, particularmente en el manejo extensivo de los rebaños de vacas, ovejas y cabras, que se ha relacionado de forma directa con el sobre pastoreo, además de permitir perdidas de sus ejemplares por ataques de fauna silvestre y perros ferales. Todo esto finalmente desencadena en la disminución de la economía familiar por ser una de sus únicas fuentes de sustento. (Lea: Una comunidad con alas de Cóndor)

Un paramero según la Real Academia Española es una persona “que conoce la vida en el páramo”. Pero, según nuestro que decir santandereano un paramero debe no solo conocer el páramo, sino saber vivir allí bajo sus incomparables paisajes, duros climas y distante desarrollo social. Esto es la Asociación Campesina Coexistiendo con el Cóndor- ACAMCO, una agremiación de parameros legalizada desde el 2019, pero que trabaja desde hace cerca de ocho años en los municipios de Cerrito y San Andrés, en Santander.

ACAMCO ha sido un ejemplo de comunidad organizada que en respuesta a una problemática entre la fauna silvestre, en ese momento el cóndor de los Andes (Vultur gryphus), y especies de granja, le ha apostado a trabajar en sistemas sostenibles con el ambiente y con su economía, prometiendo ser referente replicable en ecosistemas con similares condiciones socio ambientales.

La asociación inició su metamorfosis con la convicción de once familias y el apoyo de la Fundación Parque Jaime Duque como financiador, el SENA Centro Agroempresarial y Turístico de los Andes como ente de formación para el trabajo, y la Fundación Neotropical con el apoyo profesional, en un proyecto de reconversión de su sistema ganadero ovino extensivo por uno de semi-estabulación como alternativa para la reducción y mitigación del conflicto con el cóndor de los andes. (Lea: Santanderes, a sumar esfuerzos para no quedarse sin agua)

Para este cambio, primero se logró construir once apriscos (lugar en donde los pastores recogen el ganado), encerrar potreros para el cuidado de las crías de ovejas y cabras, quienes eran los más susceptibles de ataques, y construir tres plataformas para el monitoreo del cóndor.

El resultado fue disminuir las pérdidas por depredación de un 60 %, a menos de un 10% en el año; la firma de los primeros acuerdos de producción – conservación entre los vinculados y la idea de proyectar más fases que permitieran la transformación a sistemas de producción sostenibles, mejorando la calidad de vida de las familias campesinas, mientras conservaban la vida del páramo.

Como segunda y tercera fase se desarrollaron estrategias para tecnificar los sistemas de producción ovina, logrando cercados para control de pastoreo con mejoramiento de praderas que produjeran mejores resultados en menor área.

Ya en el 2019 se logran tres grandes sucesos. El primero fue la incorporación de energía fotovoltaica a las casas de socios que no contaban con suministro eléctrico, la construcción de tres viveros comunitarios de alta montaña, así como cercar y aislar nacimientos, humedales y lagunas e iniciar procesos de restauración estratégica con el apoyo de Aciencia Cierta Eco de Colciencias y la Universidad Industrial de Santander – sede Málaga. (Lea: El reto de conservar el mono araña)

El segundo alcance, con la Fundación Parque Jaime Duque, fue la creación de la línea “Mi Hogar, mi Tradición” un módulo de construcción diseñado para ampliar y mejorar las viviendas de los campesinos que se convirtieron en guardianes del páramo y el cóndor, con el fin también de proyectar realizar ecoturismo.

Finalmente, el tercer suceso fue la conmemoración del II Festival del Cóndor y primero de identidad cerritana, enmarcado en la visibilización de los resultados logrados al momento y en el empoderamiento de la protección del cóndor a locales y nacionales.

Un antes y después tras la pandemia

El tiempo de pandemia y post pandemia marca un hito en el desarrollo del proceso y con ello un gran aprendizaje en las familias vinculadas y en las instituciones acompañantes. Para ese momento, con el apoyo de la Fundación Parque Jaime Duque se establece actividades que buscan asegurar la soberanía alimentaria y la diversificación de los sistemas de producción, trabajando en el establecimiento de huertas familiares bajo invernadero y la implementación de sistemas de producción de cerdos, pollos de engorde, gallinas ponedoras, conejos y truchas para autoconsumo. Todos en instalaciones definidas y brindando bienestar animal.

En 2021 se desarrolla el primer censo nacional del Cóndor, dirigido por la Fundación Neotropical. Como resultado se logra registrar en total de manera simultánea 63 individuos de cóndor, lo que es desalentador por el bajo número, pero refleja que la mayoría de los avistamientos durante el censo se registraron en áreas protegidas o en zonas muy cercanas a éstas. Esto demuestra que los esfuerzos de conservación que se adelantan en estos sitios sí están sirviendo para el mantenimiento de las especies y tendrían que ser tenidos en cuenta en el fortalecimiento y las estrategias que se implementen para la conservación del cóndor.

Con el transcurrir, se sigue avanzando en actividades que le aporten al proceso y dinamice sus resultados, como el desarrollo de investigación en torno a utilización de ensilajes para aumento de la productividad, incorporación de sistemas silvopastoriles, caracterización de fauna y flora propia de páramo, levantamientos topográficos para identificación de coberturas vegetales, zonificación de los predios y construcción de planes de manejo ambiental.

Actualmente, ACAMCO está conformada por diecinueve familias empoderadas que logran sumar entre sus reservas 1.360 hectáreas del páramo El Almorzadero, destinadas a trabajar por el desarrollo de actividades agropecuarias de manera sostenible, implementando acciones integrales que les permita la permanencia en el territorio coexistiendo con las dinámicas propias de la zona de páramo, la transferencia tecnológica, la restauración y la conservación de ecosistemas estratégicos garantizando la autonomía alimentaria, el relevo generacional, la unión familiar y la protección de la flora y fauna mediante las prácticas del buen vivir. (Lea: Biodiversidad y nuevas perspectivas de desarrollo)

Para esto, la asociación acuerda reunirse de manera mensual para dar cumplimiento a un plan de capacitaciones programado desde inicio de año y trabajar conjuntamente en la reserva visitada. De manera paralela, en respuesta al querer aprender por parte de los más chicos, se desarrolla el Club de Ciencias “Niños, niñas y jóvenes coexistiendo con el Cóndor”, un espacio de capacitación, juegos y esparcimiento en pro de la conservación y relevo generación a largo plazo.

El monitoreo del cóndor ha continuado gracias a la Fundación, lo que suma y le aporta a la asociación para contribuir desde lo particular a un objetivo común y paso a paso luchar por cumplir un sueño de producir y conservar en ecosistemas estratégicos. A pesar de las adversidades y criticas de contradictores, el seguir uniendo esfuerzos y no parar ha rendido frutos. El futuro nos plantea nuevos retos y los resultados obtenidos hasta el momento solo nos compromete a mejorar cada día asegurando la continuidad de estos procesos, la conservación del ecosistema y de nuestra casa común

Por Andrea Carolain Flórez Ortíz

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