El Fondo Colombia Sostenible y su apuesta por la restauración ecológica participativa
El próximo jueves 18 de mayo, de 9 a.m. a 10 a.m. se llevará a cabo el evento “Restauración ecológica participativa, procesos para la conservación en Parques Nacionales Naturales de la Sierra de la Macarena” organizado por el Fondo Colombia Sostenible (FCS).
Fondo Colombia Sostenible
Desde el 2016, este Fondo multidonante que financia proyectos en pro de la reducción de la deforestación, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo rural sostenible, compartirá, junto con Parques Nacionales Naturales de Colombia y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Colombia, experiencias exitosas del proyecto “Restauración y Conservación de los Ecosistemas Transformados del PNN Serranía de la Macarena’, implementadas en el marco de acuerdos comunitarios, que buscaron contribuir a la resolución de conflictos socioambientales que se han presentado en esta área protegida.
Este importante evento, contará con la participación de personalidades como Alejandra Sánchez y Andrés Salazar, especialistas ambiental y en Planeación y Monitoreo de la Unidad Técnica Coordinadora (UTC) del Fondo Colombia Sostenible (FCS), Carolina Jarro, Subdirectora de Gestión y Manejo de Parques Nacionales Naturales, Juan Francisco García, coordinador del proyecto desde WWF y Melquisedec Quinceno, participante del proyecto, quienes conversarán sobre los resultados del proyecto, sus retos y aprendizajes, entre los que se destacan, los conflictos que ha tenido que enfrentar Parques Nacionales Naturales desde el rol que desempeña como autoridad ambiental y la importancia de trabajar con las familias que habitan la zona para preservar el territorio.
La Sierra de la Macarena, Parque Nacional Natural con más de 605.793 hectáreas de bosque y con una extraordinaria riqueza en flora y fauna, es uno de los territorios del país, junto con su zona de afluencia, donde se han presentado grandes problemáticas asociadas a la pérdida de coberturas naturales. Lo anterior, debido a conflictos socioambientales que han generado la fragmentación de más de 54.600 hectáreas de ecosistemas estratégicos, con afectaciones a familias que habitan esta zona. (También puede leer: Estas ranas de Puerto Rico han cambiado su sonido debido a las altas temperaturas)
En este contexto, el proyecto financiado por el Fondo Colombia Sostenible, con recursos de los gobiernos de Noruega, Suecia y Suiza, bajo la administración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la ejecución de WWF, con una inversión de US $700.000 desde diciembre de 2018, priorizó la firma de 52 acuerdos comunitarios, suscritos entre Parques Nacionales Naturales, Cormacarena y estas familias campesinas de las veredas Buenavista y Guadualito del municipio de Vista Hermosa y Los Alpes, Bajo Curía y Bocas del Sanza del municipio de San Juan de Arama, en el departamento del Meta.
Estos acuerdos comprendieron un total de 66 fincas ubicadas en el PNN y en el Distrito de Manejo Integrado Macarena Norte, con cerca de 1.520,85 hectáreas, de las cuales se destinaron conforme a la zonificación de las áreas de intervención, 687,50 hectáreas para la conservación y la preservación de los bosques, 281,22 hectáreas para la restauración pasiva o activa y la rehabilitación ecológica, 369,77 hectáreas para la recuperación y el manejo sostenible de los sistemas productivos y 182,36 hectáreas para el aprovechamiento y uso sostenible.
Así mismo, en el proceso de implementación se ejecutaron diversas acciones para la conservación de la biodiversidad, la promoción de alternativas productivas desde la conservación y el mejoramiento del buen vivir como aislamiento de bosques y/o fuentes hídricas y la implementación de una ruta para el fortalecimiento de las cadenas de valor de los productos naturales no maderables del bosque que contribuyan con la generación de ingresos para las familias campesinas participantes en el proyecto. De manera complementaria, se implementaron estufas ecoeficientes, baños ecológicos, huertas caseras, generación de energía limpia, entre otros, para mejorar las condiciones de vida de estas personas.
Para ello, fue necesario realizar el diagnóstico y análisis ambiental y socioeconómico del territorio, identificar la viabilidad de productos naturales no maderables del bosque, y desarrollar múltiples espacios para la planificación predial y la concertación de acuerdos con cada familia participante, que además de contribuir a la conservación del territorio, mejoraran su calidad de vida, en respuesta a sus intereses, condiciones y realidades locales. (Le puede interesar: Una nueva era para Colombia en la gestión del agua y las energías renovables)
“La gobernanza para la conservación de los territorios parte de procesos planificados, participativos y consensuados entre las comunidades, las instituciones, las organizaciones y otros actores con presencia en ellos, en donde se reconozcan las realidades ambientales y socioeconómicas, los roles y responsabilidades, y las oportunidades que giran en torno a las acciones de restauración y uso sostenible de la biodiversidad. Con la implementación de acuerdos comunitarios, el empoderamiento de las comunidades locales y los insumos para el desarrollo de cadenas de valor sostenibles, este proyecto contribuye con herramientas específicas para fortalecer la gobernanza de esta área protegida en armonía con los fines del Fondo Colombia Sostenible”, enfatiza Alejandra Sánchez, especialista ambiental del FCS.
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Desde el 2016, este Fondo multidonante que financia proyectos en pro de la reducción de la deforestación, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo rural sostenible, compartirá, junto con Parques Nacionales Naturales de Colombia y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Colombia, experiencias exitosas del proyecto “Restauración y Conservación de los Ecosistemas Transformados del PNN Serranía de la Macarena’, implementadas en el marco de acuerdos comunitarios, que buscaron contribuir a la resolución de conflictos socioambientales que se han presentado en esta área protegida.
Este importante evento, contará con la participación de personalidades como Alejandra Sánchez y Andrés Salazar, especialistas ambiental y en Planeación y Monitoreo de la Unidad Técnica Coordinadora (UTC) del Fondo Colombia Sostenible (FCS), Carolina Jarro, Subdirectora de Gestión y Manejo de Parques Nacionales Naturales, Juan Francisco García, coordinador del proyecto desde WWF y Melquisedec Quinceno, participante del proyecto, quienes conversarán sobre los resultados del proyecto, sus retos y aprendizajes, entre los que se destacan, los conflictos que ha tenido que enfrentar Parques Nacionales Naturales desde el rol que desempeña como autoridad ambiental y la importancia de trabajar con las familias que habitan la zona para preservar el territorio.
La Sierra de la Macarena, Parque Nacional Natural con más de 605.793 hectáreas de bosque y con una extraordinaria riqueza en flora y fauna, es uno de los territorios del país, junto con su zona de afluencia, donde se han presentado grandes problemáticas asociadas a la pérdida de coberturas naturales. Lo anterior, debido a conflictos socioambientales que han generado la fragmentación de más de 54.600 hectáreas de ecosistemas estratégicos, con afectaciones a familias que habitan esta zona. (También puede leer: Estas ranas de Puerto Rico han cambiado su sonido debido a las altas temperaturas)
En este contexto, el proyecto financiado por el Fondo Colombia Sostenible, con recursos de los gobiernos de Noruega, Suecia y Suiza, bajo la administración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la ejecución de WWF, con una inversión de US $700.000 desde diciembre de 2018, priorizó la firma de 52 acuerdos comunitarios, suscritos entre Parques Nacionales Naturales, Cormacarena y estas familias campesinas de las veredas Buenavista y Guadualito del municipio de Vista Hermosa y Los Alpes, Bajo Curía y Bocas del Sanza del municipio de San Juan de Arama, en el departamento del Meta.
Estos acuerdos comprendieron un total de 66 fincas ubicadas en el PNN y en el Distrito de Manejo Integrado Macarena Norte, con cerca de 1.520,85 hectáreas, de las cuales se destinaron conforme a la zonificación de las áreas de intervención, 687,50 hectáreas para la conservación y la preservación de los bosques, 281,22 hectáreas para la restauración pasiva o activa y la rehabilitación ecológica, 369,77 hectáreas para la recuperación y el manejo sostenible de los sistemas productivos y 182,36 hectáreas para el aprovechamiento y uso sostenible.
Así mismo, en el proceso de implementación se ejecutaron diversas acciones para la conservación de la biodiversidad, la promoción de alternativas productivas desde la conservación y el mejoramiento del buen vivir como aislamiento de bosques y/o fuentes hídricas y la implementación de una ruta para el fortalecimiento de las cadenas de valor de los productos naturales no maderables del bosque que contribuyan con la generación de ingresos para las familias campesinas participantes en el proyecto. De manera complementaria, se implementaron estufas ecoeficientes, baños ecológicos, huertas caseras, generación de energía limpia, entre otros, para mejorar las condiciones de vida de estas personas.
Para ello, fue necesario realizar el diagnóstico y análisis ambiental y socioeconómico del territorio, identificar la viabilidad de productos naturales no maderables del bosque, y desarrollar múltiples espacios para la planificación predial y la concertación de acuerdos con cada familia participante, que además de contribuir a la conservación del territorio, mejoraran su calidad de vida, en respuesta a sus intereses, condiciones y realidades locales. (Le puede interesar: Una nueva era para Colombia en la gestión del agua y las energías renovables)
“La gobernanza para la conservación de los territorios parte de procesos planificados, participativos y consensuados entre las comunidades, las instituciones, las organizaciones y otros actores con presencia en ellos, en donde se reconozcan las realidades ambientales y socioeconómicas, los roles y responsabilidades, y las oportunidades que giran en torno a las acciones de restauración y uso sostenible de la biodiversidad. Con la implementación de acuerdos comunitarios, el empoderamiento de las comunidades locales y los insumos para el desarrollo de cadenas de valor sostenibles, este proyecto contribuye con herramientas específicas para fortalecer la gobernanza de esta área protegida en armonía con los fines del Fondo Colombia Sostenible”, enfatiza Alejandra Sánchez, especialista ambiental del FCS.
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