En menos de dos semanas se realizará en Cali, Valle del Cauca, la Cumbre Mundial de Biodiversidad (COP16), en la cual se planteará y discutirá la compleja pregunta en torno a cómo la humanidad está conservando la naturaleza y las diferentes formas de vida en medio de la sexta extinción masiva que atraviesa el planeta.
Si bien la gran parte de la atención se ha puesto en las acciones y los planes que están implementando los Estados para cumplir con el Acuerdo Mundial de Biodiversidad, el sector privado también está llamado a cumplir un papel importante en las estrategias para conservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que esta ofrece. Esto se debe a que, en el despliegue de sus operaciones diarias, las compañías deben tomar decisiones que afectan de varias maneras el entorno. Por ejemplo, la utilización de ciertas tecnologías pueden mitigar el efecto de proyectos como represas o en la construcción de torres de energía.
En este panorama, el Grupo Empresarial Argos tiene mucho qué decir, pues en las últimas décadas ha desarrollado una estrategia que lo ha consolidado como uno de los conglomerados líderes en sostenibilidad en Colombia y el mundo.
Muestra de esto son los resultados de la última medición realizada en 2024 por S&P Global, una firma internacional, que ratificó el liderazgo de Grupo Argos, Cementos Argos y Celsia en materia de sostenibilidad al otorgarles calificaciones sobresalientes que superan los 82 puntos sobre 100. De esta manera, en los últimos 12 años las compañías del grupo empresarial han sido reconocidas por el desempeño y la gestión de sus asuntos ambientales, sociales y de gobierno corporativo entre más de 3.500 compañías a nivel mundial.
Al preguntarle a Ana María Uribe, gerente de Sostenibilidad del Grupo Argos, sobre cuál ha sido el factor detrás de la integración de la biodiversidad y la naturaleza en sus operaciones diarias, respondió que tiene que ver con un concepto que siempre ha estado presente en la compañía: la creación de valor.
“Desde que inició la empresa se tuvo el convencimiento de que era necesario generar valor en diferentes campos, sea en asuntos sociales o, en este caso, ambientales, todo esto en la búsqueda de ese equilibrio con el planeta y los territorios”, explicó Uribe. “Realmente, siempre hemos trabajado con la biodiversidad, pero en los últimos años lo que ha cambiado es que le hemos puesto esa etiqueta”.
Con esa concepción, el Grupo Empresarial Argos ha desarrollado proyectos que van desde iniciativas de reforestación y la gestión de especies de fauna y flora, hasta la gestión de cuencas hidrográficas y, entre otras, la investigación y educación ambiental.
La sostenibilidad como un pilar
Antes de adentrarse en las formas en las que el Grupo Argos ha encontrado una sinergia innovadora con la sostenibilidad, hay que revisar cómo esta desempeña un papel central en sus operaciones diarias.
“Para entender esto, puede servir revisar un proyecto nuestro, como puede ser una hidroeléctrica. Para construirla hay que cumplir con varios elementos regulatorios dispuestos por autoridades ambientales y corporaciones regionales, los cuales siempre abordan la biodiversidad. Además de esto, desde hace años, tenemos una política de sostenibilidad que nos lleva, con una serie de filtros internos, a asegurar un menor impacto en la naturaleza, y es allí donde nacen nuestras iniciativas”, indicó Uribe, gerente de Sostenibilidad del Grupo Argos.
Para poner en perspectiva el alcance de esta política interna, el Grupo Argos ha desarrollado, por ejemplo, proyectos e iniciativas de compensación ambiental voluntaria a partir de soluciones basadas en la naturaleza que, a la fecha, han permitido la recuperación obligatoria de más de 8.400 hectáreas de forma consolidada y la intervención voluntaria de más de 20.000 hectáreas en Colombia con el trabajo de la Fundación Grupo Argos.
Además de esto, las diferentes compañías del grupo tienen una estrategia de sostenibilidad transversal que contempla la operación responsable como un pilar de sus operaciones. Este planteamiento ha permitido aportar a la protección de 250 especies de fauna y flora en más de 20 departamentos del país.
Una de las formas en las que estas estrategias han beneficiado a la biodiversidad ocurrió recientemente en una represa eléctrica en Calima, Valle del Cauca, operada por Celsia. En este punto se presentaba un problema de erosión en una ladera cercana que afectaba la producción, pues los sedimentos reducían la producción de energía.
“En esta zona iniciamos un proceso de restauración ecológica para frenar la erosión, cuando en medios de monitoreos los técnicos en campo se dieron cuenta de que había una orquídea que no conocíamos. Al investigar, nos dimos cuenta de que no solo era una flor única en el mundo. Esto nos hizo cambiar todo nuestro plan de reforestación para asegurarnos de la conservación de esta especie”, señaló Uribe, gerente de Sostenibilidad del Grupo Argos.
Frente a esto último, la organización definió un modelo que le permite identificar y reconocer las especies de flora nativas de los ecosistemas a intervenir y aportar así a la conservación del bosque andino, bosque húmedo tropical, bosque seco tropical, páramos y manglares en Antioquia, Atlántico, Bolívar, Sucre, Tolima, Risaralda y Valle del Cauca.
En el caso de Odinsa, la empresa de concesiones de Grupo Argos, la compañía ha implementado pasos de fauna para garantizar la seguridad de especies claves, como la danta, puma y distintas aves y reptiles. Asimismo, en la concesión Pacífico 2 se han construido 25 pasos de fauna, y para este año se proyecta la construcción de 10 adicionales (seis subterráneos y cuatro aéreos), distribuidos en los municipios de La Pintada, Támesis, Tarso, Jericó, Fredonia, Venecia y Santa Bárbara, en Antioquia.
De esta manera, según indica el Grupo Argos, se tienen registros de animales, como el mono aullador, martejas o cotorras cabeciazules, que pueden encontrarse conviviendo de forma sana y en equilibrio con la actividad productiva de las compañías.
Grupo Argos también ha puesto en marcha un plan de restauración de manglar con el que llegará este año a un millón de plántulas de manglar de especies nativas, como mangle rojo (Rhizophora mangle), mangle negro (Avicenia germinans) y mangle zaragoza (Conocarpus erectus), sembradas en tres departamentos del país en los últimos cinco años. De hecho, estos esfuerzos los han consolidado a nivel nacional, al ser, por ejemplo, la organización privada que más ha aportado a la restauración de manglar en Colombia.
Además de esto, a través de la Fundación Grupo Argos, se ha trabajado en mejorar la seguridad hídrica de las comunidades rurales en el país. Esto se ha logrado a través de ocho programas de conservación ambiental, donde la mitad de ellos están concentrados en la protección del recurso hídrico en Antioquia, Valle del Cauca y Tolima.
En estas iniciativas también se han implementado procesos de monitoreo participativo, donde han logrado más de 23.009 registros de fauna silvestre en cámaras trampa.
Educación e investigación como catalizadores
Otro de los pilares de la estrategia de sostenibilidad y de gestión de biodiversidad ha sido la promoción de la educación ambiental. Un ejemplo de esto es lo desarrollado por el Centro de Investigación y Conservación de los Bosques del Río Cauca (CIRCA), que es el primer centro de investigación y conservación de los bosques tropicales en Antioquia. Este centro fue inaugurado en el municipio de La Pintada en 2023 y busca aportar, a la protección del bosque seco tropical, considerado como uno de los más amenazados del país.
El CIRCA tiene el objetivo de producir 500.000 plántulas de especies nativas por año, impulsar mayor conciencia alrededor de la importancia del ecosistema de bosque seco tropical y otros ecosistemas en el río Cauca, y promover la investigación y educación a través de alianzas con universidades.
Por su parte, como explicó Ana María Uribe, gerente de Sostenibilidad del Grupo Argos, si bien gran parte de la investigación del grupo nació durante los trámites de licenciamiento ambiental, en el que se tiene que describir la biodiversidad presente en el área de influencia del proyecto, estos estudios han sido detonantes para capacitar al personal que ejecuta las obras.
“Nuestros colaboradores que están en terreno son los que más interactúan con la naturaleza, y toman decisiones en el camino. Antes, cuando se encontraban una serpiente, nos preguntaban si la mataban. Hoy están capacitados para saber cómo reaccionar y conservar la vida que hay en estos ecosistemas”, precisó Uribe.
Esta recopilación de la información sobre los ecosistemas también ha desembocado en productos como un libro sobre las aves de la Isla de Barú, cerca de Cartagena, que busca darles información a los guías turísticos de la zona para mostrar la biodiversidad que hay en la isla. Con esto, además, se busca mejorar la empleabilidad de las comunidades en las zonas de influencia del proyecto.
En términos de educación, durante los últimos 10 años el programa Verde Vivo, de la Fundación Grupo Argos, se ha enfocado en consolidar la necesidad de conocimiento ambiental y relacionarlo con el interés de los jóvenes.
A través de esta estrategia, a la cual están adscritos más de 350 colegios en 38 municipios de Colombia y una red de más de 90.000 estudiantes, el programa busca que las comunidades del país tomen acción frente a los desafíos climáticos y generen conciencia, conjuntamente, sobre el cuidado de los recursos naturales.
Esta estrategia incluye también la construcción de viveros comunitarios, huertas escolares, material pedagógico, acciones de monitoreo de agua y biodiversidad, acciones de gestión de residuos sólidos, entre otras, que brindan nuevas estrategias para la conservación y restauración de ecosistemas en 13 departamentos del país.
“La educación es la base de cualquier propuesta de biodiversidad, pues deja tomar decisiones informadas que les permitan actuar en función de los ecosistemas y en beneficio de sus comunidades”, aseguró Uribe.
Para esta iniciativa, la Fundación también cuenta con una plataforma de contenidos exclusivos que sirven como fuente de consulta para los docentes en el país, y cuya metodología se apoya, además, de conferencias en línea con expertos nacionales e internacionales.
Uno de los proyectos en los que está trabajando es sobre cómo certificar el impacto positivo en la biodiversidad en las zonas de influencia. Se tienen pilotos, por ejemplo, en los que se miran los mapas históricos de los cambios en la biodiversidad en los últimos 30 años para asegurar los compromisos con su cuidado. Se trata de un proyecto en desarrollo para mejorar el impacto asegurado de los proyectos.
Con estas acciones, el Grupo Argos ha transformado la gestión de la biodiversidad en una forma de contribuir a la transformación de los territorios, desde la premisa de la creación de valor cuyo potencial completo está aún por conocerse.
*Contenido realizado en alianza con el Grupo Argos.