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El cambio climático, los incendios forestales y los recientes racionamientos de agua en Colombia —uno de los países con las mayores reservas de agua dulce en el mundo— se han convertido en una muestra de la importancia del manejo y el cuidado de los recursos hídricos a nivel nacional, así como la necesidad para garantizar la protección de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades.
Estos desafíos son notorios hace décadas en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidades estima que 1.840 millones de personas en el mundo al año —casi un cuarto de la humanidad— ven afectado su suministro de agua por solo un factor: las sequías. “Estos fenómenos operan en silencio, a menudo pasan desapercibidos y no provocan una respuesta pública y política inmediata”, expresó Ibrahim Thiaw, jefe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, en el prólogo de un informe sobre esta problemática publicado en 2023.
Y no se trata solo de un problema de acceso, sino de la calidad del agua. En Colombia, cerca de 60 % de las personas que viven en zonas rurales no cuentan con acceso a agua potable, según cifras del Gobierno Nacional, en lo que sigue siendo una considerable brecha social.
Para atender esta situación y apoyar en los esfuerzos para garantizar la seguridad hídrica del país, la Fundación Grupos Argos ha desarrollado durante la última década programas y estrategias para la protección y restauración de cuencas hídricas estratégicas del país, así como para garantizar el acceso a agua segura para el consumo de las personas.
“Con una inversión anual que supera los $33 mil millones, la Fundación Grupo Argos lidera ocho programas ambientales enfocados en la conservación del agua y la biodiversidad, así como tres programas de transformación territorial, buscando impulsar el crecimiento económico y el desarrollo sostenible en 20 departamentos del país”, afirma María Camila Villegas, directora ejecutiva de la Fundación Grupo Argos, la plataforma de inversión social y ambiental voluntaria de las compañías del grupo empresarial que lleva el mismo nombre.
En un hito reciente, a través de sus programas de siembra, por ejemplo, se han plantado, desde 2016, más de cinco millones de árboles nativos, en programas que han generado, a su vez, más de 1.630 empleos. Además, solo en la conservación de ecosistemas de manglares y de bosques andinos y secos tropicales situados cerca de ríos del país, este grupo invirtió más de $17 mil millones en programas de cinco departamentos del país en 2023.
Estos proyectos muestran lo que ha sido el modelo de intervención de la Fundación Grupos Argos, que tiene el objetivo de proteger los recursos hídricos desde su nacimiento en la montaña hasta su desembocadura en los mares. Para esto se aplica una metodología con un enfoque social y ecológico, donde las variables principales son la cuenca, la biodiversidad, el cambio climático y el impacto social y económico.
En estos se manejan múltiples modelos que tienen en cuenta diversas correlaciones ecológicas. Por ejemplo, la restauración de los bosques busca mantener los servicios ecosistémicos que brindan los árboles a los ríos, y viceversa, además de conservar a las especies que constituyen los hábitats acuáticos.
“Es un modelo enfocado en la conservación y la protección de las fuentes de agua, con acciones que incluyen la restauración de los bosques, la gestión de la biodiversidad, el monitoreo e investigación, la consolidación de sistemas productivos sostenibles, procesos de educación ambiental y soluciones de acceso a agua segura que mejoran la calidad de vida de las comunidades”, indica Villegas, de la Fundación Grupo Argos.
Estas estrategias han dado resultados contundentes. Como se puede ver en el mapa que acompaña estas páginas, se ha logrado la restauración y la conservación de 22.700 hectáreas en Antioquia, Atlántico, Bolívar, Sucre, Tolima y Valle del Cauca, lo que equivale al área del municipio de Yumbo (Valle del Cauca).
Para potenciar estas apuestas, en 2023, se consolidó una alianza con la empresa global de tecnología climática Terraformation, con el objetivo de acelerar y escalar estos proyectos de restauración hacia la generación de bonos de carbono en el Suroeste de Antioquia con una inversión que asciende a los más de 3,8 millones de dólares. Esta alianza impulsará la siembra de 2,3 millones de árboles en los próximos tres años, que capturarán más de 438 mil toneladas de Co2e en los próximos 40 años y permitirá a las comunidades percibir el 55 % de los ingresos económicos que se obtengan por la venta de los bonos de carbono.
Para 2030, año que marca la fecha límite para el cumplimiento de las metas para conservar y frenar la pérdida de biodiversidad en el planeta, la Fundación tiene el objetivo de sembrar 10 millones de árboles de especies nativas sembradas en cerca de 20 mil hectáreas de áreas degradas en ecosistemas estratégicos que contribuirán a la captura de carbono de más de 300 mil toneladas de CO₂ y permitirán la generación de más de 3.700 empleos.
Agua segura para las comunidades
Mantener los recursos hídricos, además de beneficiar a los ecosistemas, también es un indicador del bienestar y calidad de vida de las comunidades. En este aspecto, en Colombia existe una importante brecha entre las personas de las ciudades, que pueden contar con sistemas de acueducto y alcantarillado, y aquellas en las zonas rurales, en donde existe una menor infraestructura de saneamiento disponible.
“Casi cinco millones de personas en el país están expuestas a agua sin ningún tipo de tratamiento. Ante este panorama, durante los últimos cuatro años hemos aportado al cierre de esta brecha en las zonas rurales de Colombia con la entrega de soluciones innovadoras y costo eficientes de agua segura en 142 municipios de 18 departamentos de Colombia”, explica la Fundación Grupo Argos.
En total, esta estrategia, según cifras de la Fundación, ha beneficiado a más de 100 mil personas en las zonas que puede ver en el mapa que acompaña estas páginas. Pero, ¿cómo se aplica esta estrategia?
Uno de los primeros pasos es identificar las necesidades de acceso al agua, saneamiento e higiene mediante encuestas en los territorios para conocer el estado de las familias, las sedes educativas y su calidad de agua. Con esta información se crean e implementan soluciones adaptadas para cada territorio que incluyen jornadas formativas en salud, buenas prácticas de higiene, cuidado y conservación del agua.
Y, para asegurar la efectividad de las medidas, posteriormente se hace un seguimiento a la calidad del agua que consumen las familias, así como el uso y la apropiación de las soluciones.
“Gracias a las visitas periódicas de seguimiento y a los estudios y mediciones de impacto que hemos realizado, evidenciamos, por ejemplo, que las soluciones que entregamos a las comunidades permiten eliminar el 100 % de las bacterias que afectan la salud de las personas y reducir, promedio, $300 mil mensuales en gastos asociados a la compra y tratamiento del agua”, explica Villegas, de la Fundación Grupos Argos, quien agrega que la educación ambiental ha sido la línea base del éxito de sus programas conservación.
En los últimos diez años, en esa línea, se ha desarrollado un programa de educación ambiental en la que participan más de 350 colegios rurales en 84 municipios de 13 departamentos de Colombia que conforman una red de más de 90 mil estudiantes y 3.500 docentes. Este programa, denominado ‘Verde Vivo’, invita a sus participantes a tomar acciones por el clima y trabajar de forma conjunta para generar consciencia sobre el cuidado de los recursos naturales.
Esta iniciativa educativa ha dejado un impacto latente en los territorios. Así lo demuestra un estudio realizado por la Fundación que encontró que tras su participación en la estrategia el 92,5 % de las personas se encuentran motivados a trabajar en el cuidado del agua, el manejo de residuos, siembra de viveros y huertas, cuidados de los animales y otras acciones en favor del medioambiente.
“Creo que uno de los principales aprendizajes que nos han dejado estos procesos ha sido comprender el poder del trabajo en equipo, de sumar esfuerzos, capacidades y conocimiento con otros para multiplicar el impacto positivo de los programas. En esto, el rol de las comunidades en su propio desarrollo ha sido fundamental para, teniendo en cuenta sus necesidades y expectativas, proponer programas y proyectos que verdaderamente agreguen valor y sean sostenibles en el tiempo”, analiza Villegas, de la Fundación Grupos Argos.
Los resultados de estas estrategias toman una mayor relevancia en el marco de la celebración de la cumbre global de biodiversidad en Cali, COP 16, en la que discutirán sobre las acciones para proteger la vida en el planeta. Para la Fundación Grupo Argos, el fortalecimiento de las capacidades comunitarias y educativas con estrategias integrales es una de las fórmulas exitosas en las que el sector privado puede aportar la conservación de la naturaleza junto con el crecimiento de las comunidades.
*Este artículo fue realizado en alianza con la Fundación Grupo Argos.