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La contaminación por plásticos se ha convertido en una de las principales amenazas de los océanos del mundo. Se estima que actualmente, 11 millones de toneladas de residuos plásticos entran a los océanos, lo que equivale a arrojar al mar un camión lleno de plástico por minuto, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Desde la década de 1970, la tasa de producción de plástico ha crecido más rápido que la de cualquier otro material, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que indica además que, si continúan las tendencias históricas de crecimiento, se estima que la producción mundial de plástico primario alcance los 1.100 millones de toneladas en 2050. (Lea: Enciclopedia de aves más grande del mundo habilitó acceso gratuito para colombianos)
Estos datos también los respalda una revisión de más de 2.590 estudios, hecha por el Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina (AWI, por sus siglas en alemán), donde se evidencia que la producción de este material se duplicaría con creces para 2040, lo que provocará que los desechos plásticos en el océano se cuadrupliquen para 2050. Pero, ¿dónde empieza esta problemática?
Según un estudio publicado en 2021, en la revista Science Advance, el 80 % de los plásticos que llegan a los océanos provienen de mil ríos alrededor del mundo. El documento menciona que estas fuentes hídricas transportan entre 0,8 millones y 2,7 millones de toneladas de residuos plásticos por año, y los pequeños ríos urbanos, considerados como espacios azules necesarios ante el rápido crecimiento de las ciudades, “están entre los más contaminantes”.
“Se estima que el 75 % de los plásticos que se encuentran en los océanos provienen de fuentes terrestres, donde la mayoría de los centros de consumo, especialmente de plásticos de un solo uso, están en las ciudades”, menciona María Alejandra González, coordinadora de Políticas de Plásticos de WWF en Latinoamérica y el Caribe.
Ante este panorama, desde hace dos años los países miembros de las Naciones Unidas están trabajando en la construcción de un tratado global que busca eliminar la contaminación por plásticos. Se trata de un acuerdo internacional que debe contener obligaciones globales para proteger el medio ambiente y la salud humana, incluido prohibiciones y eliminaciones progresivas de los plásticos más nocivos y evitables, y sus químicos asociados.
Adicional a esto, uno de los compromisos que adquirieron 194 países -incluido Colombia- en diciembre de 2022, tras firmar el Marco Global de Biodiversidad Kunming- Montreal, es a aumentar significativamente tanto el área, como la calidad de los espacios verdes y azules, entre los que resaltan las cuencas de los ríos que están en zonas urbanas o densamente pobladas, y que se ven afectadas por la contaminación. (Lea: Ante el crecimiento de las ciudades, las zonas urbanas verdes y azules son cada vez más necesarias)
Un tratado internacional para implementar desde 2025
Como parte del proceso de construcción del tratado, del 23 al 29 de abril, 192 países se reunirán en Ottawa, Canadá, para la cuarta ronda de negociación del documento, en una reunión conocida como Comité Intergubernamental de Negociación (INC-4). “En la tercera ronda de negociación (INC-3) se propuso el primer texto borrador con las medidas y obligaciones que debería tener el tratado. Este documento incluyó medidas a lo largo de todo el ciclo de vida de los plásticos, es decir, desde controles a la producción primaria de polímeros plásticos, pasando por la regulación para químicos nocivos y productos plásticos problemáticos y evitables”, explica González.
En el borrador también hay medidas que están direccionadas a que estos productos tengan un mejor diseño que les permitan tener una circularidad no tóxica para poder aumentar efectivamente las tasas de reuso, recuperación y reciclaje, pues de los 7.000 millones de toneladas de desechos plásticos generados a nivel mundial hasta el momento, menos del 10 % se ha reciclado, según el programa de la ONU para el medio ambiente.
Otro punto que contempla el texto borrador es un paquete de medidas que están más enfocadas en la gestión de los residuos sólidos y en cómo abordar la contaminación plástica existente. “Lo que se espera de esta cuarta ronda de negociación es que los Estados avancen en las negociaciones sobre el texto actual, priorizando las opciones de medidas de transformación y de mayor impacto para detener la contaminación por plásticos y proteger la naturaleza y las personas”, agrega la vocera de WWF. (Lea: Un paso decisivo para lograr sistemas alimentarios sostenibles en Colombia)
¿Qué más debe tener el tratado de plásticos?
Para el Fondo Mundial para la Naturaleza uno de los aspectos más importantes es que las medidas que se tomen sean de obligatorio cumplimiento. Pues, mencionan que, a pesar del aumento en las acciones voluntarias de países y empresas, la contaminación por plásticos continuó su tendencia creciente. “Modelos recientes confirman que sin un conjunto completo de reglas globales vinculantes, los volúmenes de plástico mal gestionado casi se duplicarían, pasando de 110 millones de toneladas en 2019 a 205 millones de toneladas para 2040″, dice la organización.
En otras palabras, un nuevo tratado con acciones solamente voluntarias haría lo contrario de poner fin a la contaminación por plásticos. “Es probable que resulte en niveles más altos de contaminación. Proponer activamente un enfoque puramente voluntario para el tratado —o aceptarlo pasivamente— aumentaría la certeza de los daños irreparables de la contaminación por plásticos para nuestro medio ambiente y nuestra salud. Esto es inaceptable”, agregan.
Ahora, en el contenido hay otros aspectos que se deberían tener en cuenta, si realmente se quiere buscar una solución a la problemática. Según González, los países deben priorizar las acciones más efectivas como la prohibición y eliminación progresiva de aquellos productos plásticos y sustancias químicas o polímeros que son los más nocivos y de alto riesgo, incluyendo algunos plásticos de un solo uso. Otro es que se prioricen medidas que estén enfocadas en cómo mejorar el diseño de los productos plásticos que deben seguir entrando a los mercados por dos razones: una, porque tienen una función fundamental dentro de la economía, o dos, porque no tiene una alternativa viable aún.
El otro punto clave es la financiación. La vocera de WWF explica que el tratado final debe establecer los medios de implementación necesarios para garantizar el cumplimiento de todas las obligaciones de los Estados. Esto, dice, hace referencia a mecanismos robustos de financiamiento, procesos de acceso transparentes y eficientes para que los países accedan a estos, y también a la transferencia de tecnología y creación de capacidades.
Los Estados tienen la meta de lograr este acuerdo internacional para finales de este año. Para González, el rol de las autoridades locales en la implementación de las medidas que se definan será crucial, pues “el escenario que tenemos hoy es que la población global, sobre todo la urbana, va a seguir creciendo, por tanto, de continuar con los actuales patrones de producción y consumo la mayoría de los residuos plásticos se van a generar en las ciudades, y es aquí donde tenemos el mayor potencial para la transición la economía circular”.