Encendedores domésticos afectan la salud y contaminan el aire más de lo que se creía
Una investigación alerta que son una fuente casi que desconocida de carbono negro, por lo que contaminan el aire en los hogares y potencian el cambio climático. Los científicos encontraron que estos encendedores caseros, que se utilizan para encender chimeneas y asadores, incluso en pequeñas cantidades y durante poco tiempo, emiten más carbono que todos los combustibles de biomasa juntos.
Una investigación internacional liderada por la Universidad de Galway (Irlanda) analizó los impactos de los encendedores domésticos en la salud y el clima, y encontró resultados hasta ahora desconocidos para la ciencia.
Uno de los detalles que más alertó a los científicos es que son una fuente casi que desconocida de carbono negro, por lo que contaminan el aire en los hogares y potencian el cambio climático.
El estudio fue publicado en Climate and Atmospheric Scienc y se centró en Dublín, Irlanda, donde los niveles de contaminación se asemejan a los de Beijing y Nueva Delhi, pese a que es conocida como una ciudad “limpia”.
(Lea: “Los bonos de carbono son una nueva fiebre del oro”: Bernardo Strassburg)
Los investigadores encontraron que estos encendedores caseros que se utilizan para encender chimeneas y estufas, incluso en pequeñas cantidades y durante poco tiempo, emiten más carbono que todos los combustibles de biomasa juntos.
De acuerdo con Jurgita Ovadnevaite, subdirectora del Centro de Estudios sobre el Clima y la Contaminación del Aire del Instituto Ryan de la Universidad de Galway y coordinadora de la investigación, “el carbono negro es uno de los principales contaminantes que afectan la calidad del aire, actuando como un factor climático. Si bien el efecto se reveló en Irlanda, su impacto es relevante para otros países europeos, el Reino Unido y todo el mundo, especialmente ahora con un repunte en el uso de estufas de combustible sólido debido a la crisis de energía”.
Solo en Europa hay 70 millones de estufas de leña, chimeneas abiertas y otros aparatos de calefacción de combustible sólido.
(Lea: El cambio climático podría provocar más muertes por conflictos en los países)
“Las partículas contaminantes del aire potencialmente tóxicas, como el carbono negro, no solo afectan la salud de las personas, sino que también desempeñan un papel importante en el cambio climático y la incertidumbre de las predicciones climáticas. Desafortunadamente, no hay ningún lado positivo en esta nube sobre la salud humana y cambio climático hasta que la promoción de los incendios de biomasa sólida y el uso de encendedores para la ignición sean reemplazados por una política de cobeneficios”, agregó Ovadnevaite.
Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire es el mayor riesgo para la salud ambiental y causa más de 7 millones de muertes prematuras por año.
(Lea: La quinta parte de las especies conocidas se encuentra en sitios que protege la Unesco)
Para Chunshui Lin, autor principal del artículo, “este estudio demuestra lo crítico que es aumentar las redes reguladoras de la calidad del aire con instrumentación sofisticada que pueda proporcionar información sobre las fuentes de contaminación del aire y pueda identificar a los principales culpables de la contaminación del aire y revelar sus efectos tanto en la calidad del aire como en el clima”.
Los investigadores también advirtieron que los compuestos carbonosos no se miden de forma rutinaria en las redes reguladoras de la calidad del aire, y es necesario que se estudien y comprendan mejor para desarrollar nuevas estrategias de control de la contaminación y mitigación del cambio climático.
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Una investigación internacional liderada por la Universidad de Galway (Irlanda) analizó los impactos de los encendedores domésticos en la salud y el clima, y encontró resultados hasta ahora desconocidos para la ciencia.
Uno de los detalles que más alertó a los científicos es que son una fuente casi que desconocida de carbono negro, por lo que contaminan el aire en los hogares y potencian el cambio climático.
El estudio fue publicado en Climate and Atmospheric Scienc y se centró en Dublín, Irlanda, donde los niveles de contaminación se asemejan a los de Beijing y Nueva Delhi, pese a que es conocida como una ciudad “limpia”.
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Los investigadores encontraron que estos encendedores caseros que se utilizan para encender chimeneas y estufas, incluso en pequeñas cantidades y durante poco tiempo, emiten más carbono que todos los combustibles de biomasa juntos.
De acuerdo con Jurgita Ovadnevaite, subdirectora del Centro de Estudios sobre el Clima y la Contaminación del Aire del Instituto Ryan de la Universidad de Galway y coordinadora de la investigación, “el carbono negro es uno de los principales contaminantes que afectan la calidad del aire, actuando como un factor climático. Si bien el efecto se reveló en Irlanda, su impacto es relevante para otros países europeos, el Reino Unido y todo el mundo, especialmente ahora con un repunte en el uso de estufas de combustible sólido debido a la crisis de energía”.
Solo en Europa hay 70 millones de estufas de leña, chimeneas abiertas y otros aparatos de calefacción de combustible sólido.
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“Las partículas contaminantes del aire potencialmente tóxicas, como el carbono negro, no solo afectan la salud de las personas, sino que también desempeñan un papel importante en el cambio climático y la incertidumbre de las predicciones climáticas. Desafortunadamente, no hay ningún lado positivo en esta nube sobre la salud humana y cambio climático hasta que la promoción de los incendios de biomasa sólida y el uso de encendedores para la ignición sean reemplazados por una política de cobeneficios”, agregó Ovadnevaite.
Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire es el mayor riesgo para la salud ambiental y causa más de 7 millones de muertes prematuras por año.
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Para Chunshui Lin, autor principal del artículo, “este estudio demuestra lo crítico que es aumentar las redes reguladoras de la calidad del aire con instrumentación sofisticada que pueda proporcionar información sobre las fuentes de contaminación del aire y pueda identificar a los principales culpables de la contaminación del aire y revelar sus efectos tanto en la calidad del aire como en el clima”.
Los investigadores también advirtieron que los compuestos carbonosos no se miden de forma rutinaria en las redes reguladoras de la calidad del aire, y es necesario que se estudien y comprendan mejor para desarrollar nuevas estrategias de control de la contaminación y mitigación del cambio climático.
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