Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En las tierras de Guasca (Cundinamarca), Arcabuco (Boyacá), La Unión (Antioquia), Ibagué (Tolima) y La Nemocón (Cundinamarca) se encuentran cinco Reservas Naturales de la Sociedad Civil (RNSC) de Corona, que a la fecha suman un total de 90,3 hectáreas. Estas áreas aportan de manera significativa a la captura de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la preservación de fuentes hídricas y la conservación de la biodiversidad de estos territorios.
En conjunto con un equipo de expertos Corona llevó a cabo una evaluación de servicios ecosistémicos de cada una de las reservas que permitió estimar varias métricas de su impacto ambiental positivo.
(Lea: Así puede participar en la construcción del Plan de Acción de Biodiversidad de Colombia)
Gracias a este análisis se pudo evidenciar, que entre otras cosas, la cobertura boscosa de la reserva “La Cabaña” del municipio de Arcabuco, captura alrededor de 150 toneladas de CO2 por hectárea cada año, monto superior al índice promedio nacional de 104,05 TonCO2/ha*año (SIAC, IDEAM).
También se pudo ver que la tasa de captura de carbono de las 90,3 hectáreas del conjunto de reservas de Corona puede compensar las emisiones anuales de la operación industrial de la planta de colorificio de Sabaneta Antioquia que en el año 2023 ascendieron a cerca de 6.700 TonCO2.
Para el caso de la reserva “Lusitania” ubicada La Unión, esta puede llegar a retener más de 1.680 metros cúbicos (m3) de agua en sus casi 20 hectáreas, lo que en un indicador per capita, teniendo en cuenta la población de la zona, permite afirmar que hay un rendimiento hídrico de 178 m3 de agua/persona*hectárea, siendo igualmente superior al índice promedio nacional de 48,4 m3 de agua/persona*ha (SIAC, IDEAM).
(Lea: Así va el programa que garantiza la financiación de las áreas protegidas del país)
Es de destacar que en cada una de las reservas se implementa un Plan de Manejo Ambiental (PMA) basado en los parámetros establecidos por Parques Naturales Nacionales de Colombia, lo que ha permitido proteger más de 600 especies de flora y fauna, siendo las más relevantes el zorro perruno, la tingua, las serpientes cazadoras y algunas en peligro de extinción como el Chirlobirlo (Sturnella Magna), el cucarachero de pantano (Cistothorus apolinari) y diferentes especies de lagartijas.
Además, se ha capacitado a más de 300 personas de las comunidades aledañas en protección ambiental fortaleciendo así su conexión y compromiso con la preservación del entorno.
Este es un esfuerzo más de Corona por mitigar el impacto de sus operaciones y hacer que sus procesos estén alineados con la meta de descarbonización y los objetivos de protección de la biodiversidad del país.