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En materia de restauración ecológica una de las principales estrategias a nivel global es es la siembra de árboles de especies nativas, una iniciativa que influye de forma directa a la recuperación de los ecosistemas degradados por la intervención humana o por los efectos del cambio climático.
Experiencias globales demuestran que para que el impacto de las siembras sea efectivo, estas deben partir de una metodología participativa que reconozca el entorno, las comunidades locales, las especies que lo habitan y el estado de la biodiversidad en los territorios para habilitar soluciones y alternativas de largo plazo.
La Fundación Grupo Argos es una de las organizaciones que lideran esfuerzos de siembra de especies nativas a través del programa Sembrando Futuro, para el cual desarrolló una estrategia de intervención integral que implementa soluciones basadas en la naturaleza, lo que implica usar alternativas propias de los ecosistemas para mitigar la pérdida de la biodiversidad y recuperar las alteraciones generadas por las acciones humanas.
Este enfoque beneficia al mismo tiempo la integridad ecológica y a las comunidades que conviven en los entornos degradados, aportando a solucionar los desafíos sociales más urgentes, como la amenaza de la disponibilidad de agua.
Recientemente este programa alcanzó los cinco millones de árboles de especies nativas sembrados en los últimos cuatro años, contribuyendo a la conservación y restauración de más de 2.600 hectáreas de ecosistemas como el bosque seco tropical, bosque húmedo, bosque andino y mangar en los departamentos de Antioquia, Atlántico, Bolívar, Sucre, Tolima y Valle del Cauca. Así mismo, gracias al enfoque de soluciones basadas en la naturaleza, estos esfuerzos también han contribuido a la protección de 23 cuencas hidrográficas, entre otras: cuencas de los ríos Claro, Nare, Cartama, San Antonio y San Juan en Antioquia; Saldaña en el Tolima, y los ríos Coronado y Amaime en el Valle del Cauca.
Uno de los aspectos más valiosos de este programa es que promueve la participación de las comunidades locales como un actor clave en el proceso, abarcando desde la postulación de predios que serán parte de los procesos de restauración hasta la firma de acuerdos de conservación que, además de asegurar el cuidado los árboles sembrados, tienen un efecto directo en la economía local al impulsar la creación de negocios y empleos verdes, directos e indirectos, brindando alternativas de producción rentables y sostenibles para muchas familias. A la fecha, la Fundación Grupo Argos ha generado más 1.700 empleos con su programa Sembrando Futuro.
Más allá de la siembra de árboles: la inclusión de familias campesinas en el mercado de los bonos de carbono
En 2023 la Fundación Grupo Argos consolidó una alianza con la empresa global de tecnología climática Terraformation para acelerar los procesos de restauración ecológica de ecosistemas estratégicos y escalar los proyectos de restauración hacia la generación de bonos de carbono en el Suroeste de Antioquia con una inversión que asciende a los más de USD 3,8 millones.
Esta alianza impulsará la siembra de 2,3 millones de árboles en los próximos tres años, que capturarán más de 438.000 toneladas de CO2e en los próximos 40 años, además de garantizar la sostenibilidad y escalabilidad del programa, elevándolo al siguiente nivel al integrarlo al mercado global voluntario de bonos de carbono.
Los procesos de siembra generarán más de 150 empleos directos y más de 1.200 indirectos en los próximos cinco años y las personas encargadas de esta labor serán los habitantes del Suroeste antioqueño, dueños de los predios y organizaciones locales dedicadas a la conservación. Es importante resaltar que el 55% de los ingresos económicos que se obtengan por la venta de los bonos de carbono beneficiarán mayoritariamente a los dueños de los predios ubicados en el Suroeste antioqueño.
Para el 2030 la Fundación tiene la meta de sembrar 10 millones de árboles, contribuyendo significativamente a la conservación de la biodiversidad, la captura de carbono y el incremento de la cobertura boscosa en unas 20.000 hectáreas, alineándonos así con los objetivos de cambio climático del país y tomando acción para la protección de su biodiversidad.