Global Gateway: la propuesta que busca innovar el financiamiento climático en Colombia
La asociación Unión Europea-América Latina y Caribe (EU-LAC) viene implementando estrategias para movilizar a mayor escala los recursos disponibles para enfrentar el cambio climático con un más impacto. ¿De qué se trata?
El financiamiento climático, en 2024, será uno de los campos claves para consolidar y reunir esfuerzos ante el reto sin precedentes que enfrenta la humanidad con el aumento de las temperaturas y las modificaciones en los patrones climáticos en el mundo.
Con una economía global cada vez más interconectada, todos los sectores se ven interpelados a dar de su parte para mitigar los efectos del calentamiento global y promover la acción climática. Y en esta labor el sector de las finanzas verdes será particularmente importante.
El desafío que enfrenta es enorme. Para lograr la transición verde que se propone a nivel mundial para el 2030, se necesitan entre cinco y siete billones de dólares, según se determinó en la COP28. Además, de acuerdo con la Iniciativa sobre Política Climática (Climate Policy Initiative, en inglés), para limitar el aumento de la temperatura en 1,5 grados se necesitan más de 4.000 millones de dólares anuales de financiación para el clima de aquí al 2030.
Por esta razón, durante la última cumbre climática en Dubái (Emiratos Árabes) en 2023, los países en desarrollo hicieron un llamado para aumentar los fondos de inversión y cooperación internacional, así como su efectividad.
Para atender esta situación y mejorar los esfuerzos ya existentes, a medida que se acerca la fecha límite de las metas climáticas (que se vencen en siete años), la Unión Europea ha desplegado la estrategia Global Gateway, y junto a América Latina y El Caribe impulsa iniciativas innovadoras de financiación en la lucha contra el cambio climático para movilizar en forma de recursos e inversiones que se utilizarán para acelerar y consolidar la acción climática y consolidar un crecimiento sostenible en el continente y en Colombia.
Pero ¿cómo funciona? ¿cuáles son sus objetivos y cuál es su potencial en el país?
En busca de la rentabilidad y el impacto ambiental
“La estrategia de Global Gateway es la oferta de la Unión Europea para reducir la brecha de inversión mundial, en donde los principales actores involucrados ―presupuesto nacional, cooperación internacional y sector privado― convergen en intereses y objetivos en una apuesta para unir en un solo marco fondos para atraer la inversión privada global y nacional. Lo que se busca es mover de manera efectiva los grandes fondos que tenemos disponibles”, indica Alberto Menghini, Jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea para Colombia.
A través de esta estrategia, el objetivo a nivel mundial es movilizar y apalancar 300 mil millones de euros a nivel global, y de estos 45 mil millones en Latinoamérica, a través de inversiones y/o préstamos de distintos tipos que provienen tanto del sector público como del privado (bancos, fondos de pensiones, etc.), en un modelo mixto conocido como ‘Blended Finance’ (financiamiento mixto); un instrumento financiero que busca atraer los recursos necesarios públicos y privados trabajando juntos, en este caso, para la acción climática. Como precisa la Unión Europea, en Colombia la inversión se centrará en mejorar la conectividad en todo el territorio, en el sector de transporte sostenible, así como en la transición energética (energía eólica y exploración de hidrógeno verde). Aun así, el potencial campo de acción es extenso al poder apoyar e impulsar proyectos dedicados a la protección del medioambiente y emprendimientos que ofrezcan productos y servicios sostenibles.
La vertiente de apoyo al financiamiento climático de Global Gateway es ya una realidad en Colombia a través, entre otros, de tres mecanismos de financiamiento sostenible para abordar y apoyar distintos campos del financiamiento climático, como la protección y preservación de los recursos hídricos, con los llamados Bonos Azules, así como incentivos a la agricultura sostenible a través del Fairtrade Access Fund, pero también inversiones sostenibles de alto impacto con plataformas virtuales como HECO Invest, que busca, a través de tecnologías avanzadas y herramientas de inteligencia artificial, conectar a inversionistas con proyectos de alto impacto dirigidos a la conservación y mejoramiento de los medios de vida de las comunidades.
“Estamos en una situación a nivel planetario en el que se hace cada vez más importante que gobiernos y sector privado se unan para realmente atender las necesidades de financiamiento”, explica David Dewez, Managing Director de Incofin y Fund Manager del Fondo de Acceso al Comercio Justo (FAF, por sus siglas en inglés). “Lo que estamos viendo es que tanto gobiernos como el sector privado de muchos países y la banca de desarrollo multinacional, algunas veces de manera separada y en muchos casos de manera conjunta, están trabajando en proyectos que vayan en ese sentido de mejorar las posibilidades de financiamiento. Se trata de un momento de inflexión.”
La estrategia busca innovar en las formas de cooperación existentes en las que interactúan inversores, instituciones financieras, organizaciones ambientales y sociales, emprendimientos sostenibles, así como gobiernos para canalizar la transición hacia sistemas más sostenibles, y darles una mayor sostenibilidad y rentabilidad para todos los involucrados.
¿Cómo asegurar la rentabilidad y la sostenibilidad?
Una de las principales propuestas de Global Gateway es lograr un impacto ambiental y una rentabilidad financiera, una utilidad para quienes se deciden dirigir sus recursos hacia este tipo de inversiones verdes.
En el caso del Fondo de Acceso al Comercio Justo, de Incofin, un fondo de inversiones que se enfoca en financiar a empresas vinculadas con pequeños productores, en particular aquellos que exportan productos como café o cacao en el caso de Colombia. Este fondo, que tiene un tamaño de alrededor de USD 70 millones, y que en los últimos 12 años ha invertido más de USD 53 millones en Colombia, propone, al tiempo, a sus inversionistas “una rentabilidad justa” según describe David Dewez, su director.
En esta misma línea se encuentra otra de las estrategias, los Bonos Azules, liderados por el banco BBVA, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el fondo LAGreen, lanzados en el país en 2023, con una inversión inicial de 50 millones de dólares. Estos bonos buscan financiar proyectos cuya finalidad es de protección de los recursos hídricos con la construcción de plantas de tratamiento de agua potable (PTAR), acueductos y alcantarillados, y la reducción del vertimiento de plásticos y químicos en mares y ríos.
Como explica David Pacheco, director de Sostenibilidad del BBVA Colombia, “queremos promover la sostenibilidad como un gran negocio tanto para las grandes empresas como para las pequeñas y medianas que toman la decisión de por ejemplo hacer un recambio tecnológico con el cual van a reducir, un mínimo del 25% en el consumo de energía, con lo que van a aumentar su productividad, pero también se abrirán mercados internacionales que cada vez más se están regulando hacia proveedores con menores impactos”.
Un elemento central en la propuesta de Global Gateway es promover unas reglas de juego que promuevan la inversión en proyectos sostenibles, garantizadas por actores como la UE, bancos y fondos privados, pero al tiempo que fortalezcan las iniciativas y un mercado en general más sostenible y confiable frente a sus propuestas para enfrentar el cambio climático.
“En el último año, en Colombia, lo que hemos venido haciendo es apoyar la implementación de la taxonomía verde de Colombia, que es una articulación y definición de lo que llamamos una inversión verde de pleno título para evitar fenómenos como el greenwashing o el ‘impact washing’, indica Menghini. “Las buenas noticias es que encontramos una muy buena compatibilidad entre la Unión Europea y Colombia, por lo que tenemos el marco para desarrollarlo”.
Para lograr esto, Menghini asegura que se está haciendo una selección de proyectos de inversión para la estructuración de bonos verdes y de bonos azules (los cuales deben su color dependiendo del tipo de proyectos que apoyan), en la que se identificó una cartera de inversiones que cumple con criterios sólidos, pero también un sistema de monitoreo y verificación para medir el impacto de los proyectos y los recursos invertidos.
En el caso del impulso a la agricultura sostenible, “la FAF, apoyada por Iniciativa de Financiación Agrícola de la Unión Europea, principalmente financia cadenas con certificaciones como ‘Fairtrade’, ‘Rainforest’ u otras reconocidas a nivel internacional por sus criterios de sostenibilidad social y medioambiental”, indica Dewez, director de Incofin.
Otro aspecto importante a atender dentro de la estrategia, son los emprendimientos sostenibles, aunque algunos ya se encuentran en capacidad de recibir recursos reembolsables, es preciso, continuar robusteciéndolas. Por eso, parte de la estrategia también ha consistido en robustecer al sector sostenible en general. Esto ha sido parte del trabajo que se ha adelantado con la estrategia de sostenibilidad financiera que ha sido desarrollada en el marco del proyecto Herencia Colombia que hace parte del programa Paisajes Sostenibles, desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Colombia, Parques Nacionales Naturales de Colombia, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Invemar, Instituto Humboldt y WWF Colombia.
Durante su primera fase, se capacitaron 14 emprendimientos facilitando su desarrollo y madurez con el propósito de asegurar mejores capacidades en la gestión socio empresarial, proporcionando a estas iniciativas las herramientas necesarias para cumplir con los requisitos y estándares que les permita, a futuro, acceder a recursos financieros, contribuyendo así a su sostenibilidad a largo plazo.
“Contamos un portafolio de 14 emprendimientos (10 en Caribe y 4 en Andes), 4 de ellos están siendo acelerados para convertirse en proyectos financiables (2 en el Caribe y 2 en los Andes), desarrollando sus planes de negocios y de inversión con el apoyo de HECO y se están estableciendo alianzas adicionales para movilizar más recursos para ellos. Uno de los casos es la “Cuenta del Mar”, con Bancolombia, que atraerá recursos financieros adicionales para la restauración de manglares (7 hectáreas en total), l fortalecimiento comunitario y de los medios de vida”, indica Sandra Valenzuela, directora de WWF Colombia.
Según indica Valenzuela, la puesta en marcha del programa permitirá:
· Impulsar la conservación y la inclusión social
· Unir tecnología e inversión para un futuro sostenible
· Impactar positivamente en las comunidades vulnerables
· Contribuir en el fortalecimiento de las economías locales verdes
· Aportar en la mitigación del cambio climático
· Movilizar recursos financieros para reducir la brecha financiera para la gestión de áreas protegidas y corredores de conservación
“Se trata de una estrategia de sostenibilidad financiera, liderada por WWF con el apoyo de socios como 2811 y Terrasos, dirigida a la movilización de recursos financieros -públicos y privados- que contribuya al cierre de la brecha financiera para la consolidación efectiva de corredores de conservación y áreas protegidas de las cuales hacen parte”, indica Valenzuela.
Esta estrategia, cuenta con el desarrollo de la plataforma Invest, que será lanzada este año para contribuir a dinamizar la inversión de impacto en Colombia dirigida a la conservación, buscando conectar a inversionistas de impacto positivo con iniciativas sostenibles específicas y con un impacto garantizado.
Proyecciones
En el poco tiempo que se ha desarrollado, la estrategia ya mostró resultados prometedores y se proyecta para impactar sitios claves en el país. “El año pasado logramos cerrar con aproximadamente siete billones de pesos en inversión disponible. Con el sector privado hemos hecho acuerdos con dos empresas privadas para el desarrollo de dos plantas de tratamiento de aguas residuales, y en el pipeline de proyectos, es decir, los que tenemos mapeados para el futuro, queremos trabajar con Aguas de Cartagena, empresas en Barranquilla, Barrancabermeja y unos proyectos de acueductos regionales en Boyacá”, indica David Pacheco, director de sostenibilidad de BBVA Colombia.
Por su parte, aunque por el momento esta estrategia se concentra en apoyar financieramente a cadenas productivas certificadas, en el caso de Incofin y Fondo de Acceso al Comercio Justo, su director, David Dewez, explica como buscan abrirse “a la agricultura sostenible no certificada pues somos conscientes de que hay cadenas de valor que por sus características no están certificadas. En el caso de Colombia a explorar otras cadenas productivas que hoy no estamos financiando, pero que nos interesaría, como la del palmito, asaí, aguacate, entre otras. Eso sí, siempre y cuando sean sostenibles a nivel medioambiental y social”.
En este punto es clave destacar que los emprendimientos interesados en estas estrategias pueden acceder a este tipo de mecanismos a través de ferias de emprendimiento o contactándose con la oficina de cooperación de la Unión Europea, la cual “siempre tiene sus puertas abiertas”, según asegura Menghini, jefe de Cooperación de la Delegación de la UE para Colombia.
“En general, en América Latina tenemos un marco regulatorio lo suficientemente sólido para que podamos tener ese tipo de instituciones e inversiones. En los últimos tres años nuestro fondo de inversión ha logrado movilizar financiamiento de la EU e inversores privados del exterior, realizando múltiples inversiones en áreas como infraestructura en proyectos hídricos, mitigación al cambio climático, eficiencia energética, entre otros. Un mayor empuje por parte del sector público desde la región puede ayudar a catalizar la inversión de recursos del sector privado local”, concluye Manuel Suárez, oficial de Inversiones del fondo LAGreen, credo por la Unión Europea y gestionado por Finance in Motion. “Hay que resaltar y tener clara la oportunidad que tenemos entre manos.”
El financiamiento climático, en 2024, será uno de los campos claves para consolidar y reunir esfuerzos ante el reto sin precedentes que enfrenta la humanidad con el aumento de las temperaturas y las modificaciones en los patrones climáticos en el mundo.
Con una economía global cada vez más interconectada, todos los sectores se ven interpelados a dar de su parte para mitigar los efectos del calentamiento global y promover la acción climática. Y en esta labor el sector de las finanzas verdes será particularmente importante.
El desafío que enfrenta es enorme. Para lograr la transición verde que se propone a nivel mundial para el 2030, se necesitan entre cinco y siete billones de dólares, según se determinó en la COP28. Además, de acuerdo con la Iniciativa sobre Política Climática (Climate Policy Initiative, en inglés), para limitar el aumento de la temperatura en 1,5 grados se necesitan más de 4.000 millones de dólares anuales de financiación para el clima de aquí al 2030.
Por esta razón, durante la última cumbre climática en Dubái (Emiratos Árabes) en 2023, los países en desarrollo hicieron un llamado para aumentar los fondos de inversión y cooperación internacional, así como su efectividad.
Para atender esta situación y mejorar los esfuerzos ya existentes, a medida que se acerca la fecha límite de las metas climáticas (que se vencen en siete años), la Unión Europea ha desplegado la estrategia Global Gateway, y junto a América Latina y El Caribe impulsa iniciativas innovadoras de financiación en la lucha contra el cambio climático para movilizar en forma de recursos e inversiones que se utilizarán para acelerar y consolidar la acción climática y consolidar un crecimiento sostenible en el continente y en Colombia.
Pero ¿cómo funciona? ¿cuáles son sus objetivos y cuál es su potencial en el país?
En busca de la rentabilidad y el impacto ambiental
“La estrategia de Global Gateway es la oferta de la Unión Europea para reducir la brecha de inversión mundial, en donde los principales actores involucrados ―presupuesto nacional, cooperación internacional y sector privado― convergen en intereses y objetivos en una apuesta para unir en un solo marco fondos para atraer la inversión privada global y nacional. Lo que se busca es mover de manera efectiva los grandes fondos que tenemos disponibles”, indica Alberto Menghini, Jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea para Colombia.
A través de esta estrategia, el objetivo a nivel mundial es movilizar y apalancar 300 mil millones de euros a nivel global, y de estos 45 mil millones en Latinoamérica, a través de inversiones y/o préstamos de distintos tipos que provienen tanto del sector público como del privado (bancos, fondos de pensiones, etc.), en un modelo mixto conocido como ‘Blended Finance’ (financiamiento mixto); un instrumento financiero que busca atraer los recursos necesarios públicos y privados trabajando juntos, en este caso, para la acción climática. Como precisa la Unión Europea, en Colombia la inversión se centrará en mejorar la conectividad en todo el territorio, en el sector de transporte sostenible, así como en la transición energética (energía eólica y exploración de hidrógeno verde). Aun así, el potencial campo de acción es extenso al poder apoyar e impulsar proyectos dedicados a la protección del medioambiente y emprendimientos que ofrezcan productos y servicios sostenibles.
La vertiente de apoyo al financiamiento climático de Global Gateway es ya una realidad en Colombia a través, entre otros, de tres mecanismos de financiamiento sostenible para abordar y apoyar distintos campos del financiamiento climático, como la protección y preservación de los recursos hídricos, con los llamados Bonos Azules, así como incentivos a la agricultura sostenible a través del Fairtrade Access Fund, pero también inversiones sostenibles de alto impacto con plataformas virtuales como HECO Invest, que busca, a través de tecnologías avanzadas y herramientas de inteligencia artificial, conectar a inversionistas con proyectos de alto impacto dirigidos a la conservación y mejoramiento de los medios de vida de las comunidades.
“Estamos en una situación a nivel planetario en el que se hace cada vez más importante que gobiernos y sector privado se unan para realmente atender las necesidades de financiamiento”, explica David Dewez, Managing Director de Incofin y Fund Manager del Fondo de Acceso al Comercio Justo (FAF, por sus siglas en inglés). “Lo que estamos viendo es que tanto gobiernos como el sector privado de muchos países y la banca de desarrollo multinacional, algunas veces de manera separada y en muchos casos de manera conjunta, están trabajando en proyectos que vayan en ese sentido de mejorar las posibilidades de financiamiento. Se trata de un momento de inflexión.”
La estrategia busca innovar en las formas de cooperación existentes en las que interactúan inversores, instituciones financieras, organizaciones ambientales y sociales, emprendimientos sostenibles, así como gobiernos para canalizar la transición hacia sistemas más sostenibles, y darles una mayor sostenibilidad y rentabilidad para todos los involucrados.
¿Cómo asegurar la rentabilidad y la sostenibilidad?
Una de las principales propuestas de Global Gateway es lograr un impacto ambiental y una rentabilidad financiera, una utilidad para quienes se deciden dirigir sus recursos hacia este tipo de inversiones verdes.
En el caso del Fondo de Acceso al Comercio Justo, de Incofin, un fondo de inversiones que se enfoca en financiar a empresas vinculadas con pequeños productores, en particular aquellos que exportan productos como café o cacao en el caso de Colombia. Este fondo, que tiene un tamaño de alrededor de USD 70 millones, y que en los últimos 12 años ha invertido más de USD 53 millones en Colombia, propone, al tiempo, a sus inversionistas “una rentabilidad justa” según describe David Dewez, su director.
En esta misma línea se encuentra otra de las estrategias, los Bonos Azules, liderados por el banco BBVA, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el fondo LAGreen, lanzados en el país en 2023, con una inversión inicial de 50 millones de dólares. Estos bonos buscan financiar proyectos cuya finalidad es de protección de los recursos hídricos con la construcción de plantas de tratamiento de agua potable (PTAR), acueductos y alcantarillados, y la reducción del vertimiento de plásticos y químicos en mares y ríos.
Como explica David Pacheco, director de Sostenibilidad del BBVA Colombia, “queremos promover la sostenibilidad como un gran negocio tanto para las grandes empresas como para las pequeñas y medianas que toman la decisión de por ejemplo hacer un recambio tecnológico con el cual van a reducir, un mínimo del 25% en el consumo de energía, con lo que van a aumentar su productividad, pero también se abrirán mercados internacionales que cada vez más se están regulando hacia proveedores con menores impactos”.
Un elemento central en la propuesta de Global Gateway es promover unas reglas de juego que promuevan la inversión en proyectos sostenibles, garantizadas por actores como la UE, bancos y fondos privados, pero al tiempo que fortalezcan las iniciativas y un mercado en general más sostenible y confiable frente a sus propuestas para enfrentar el cambio climático.
“En el último año, en Colombia, lo que hemos venido haciendo es apoyar la implementación de la taxonomía verde de Colombia, que es una articulación y definición de lo que llamamos una inversión verde de pleno título para evitar fenómenos como el greenwashing o el ‘impact washing’, indica Menghini. “Las buenas noticias es que encontramos una muy buena compatibilidad entre la Unión Europea y Colombia, por lo que tenemos el marco para desarrollarlo”.
Para lograr esto, Menghini asegura que se está haciendo una selección de proyectos de inversión para la estructuración de bonos verdes y de bonos azules (los cuales deben su color dependiendo del tipo de proyectos que apoyan), en la que se identificó una cartera de inversiones que cumple con criterios sólidos, pero también un sistema de monitoreo y verificación para medir el impacto de los proyectos y los recursos invertidos.
En el caso del impulso a la agricultura sostenible, “la FAF, apoyada por Iniciativa de Financiación Agrícola de la Unión Europea, principalmente financia cadenas con certificaciones como ‘Fairtrade’, ‘Rainforest’ u otras reconocidas a nivel internacional por sus criterios de sostenibilidad social y medioambiental”, indica Dewez, director de Incofin.
Otro aspecto importante a atender dentro de la estrategia, son los emprendimientos sostenibles, aunque algunos ya se encuentran en capacidad de recibir recursos reembolsables, es preciso, continuar robusteciéndolas. Por eso, parte de la estrategia también ha consistido en robustecer al sector sostenible en general. Esto ha sido parte del trabajo que se ha adelantado con la estrategia de sostenibilidad financiera que ha sido desarrollada en el marco del proyecto Herencia Colombia que hace parte del programa Paisajes Sostenibles, desarrollado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Colombia, Parques Nacionales Naturales de Colombia, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Invemar, Instituto Humboldt y WWF Colombia.
Durante su primera fase, se capacitaron 14 emprendimientos facilitando su desarrollo y madurez con el propósito de asegurar mejores capacidades en la gestión socio empresarial, proporcionando a estas iniciativas las herramientas necesarias para cumplir con los requisitos y estándares que les permita, a futuro, acceder a recursos financieros, contribuyendo así a su sostenibilidad a largo plazo.
“Contamos un portafolio de 14 emprendimientos (10 en Caribe y 4 en Andes), 4 de ellos están siendo acelerados para convertirse en proyectos financiables (2 en el Caribe y 2 en los Andes), desarrollando sus planes de negocios y de inversión con el apoyo de HECO y se están estableciendo alianzas adicionales para movilizar más recursos para ellos. Uno de los casos es la “Cuenta del Mar”, con Bancolombia, que atraerá recursos financieros adicionales para la restauración de manglares (7 hectáreas en total), l fortalecimiento comunitario y de los medios de vida”, indica Sandra Valenzuela, directora de WWF Colombia.
Según indica Valenzuela, la puesta en marcha del programa permitirá:
· Impulsar la conservación y la inclusión social
· Unir tecnología e inversión para un futuro sostenible
· Impactar positivamente en las comunidades vulnerables
· Contribuir en el fortalecimiento de las economías locales verdes
· Aportar en la mitigación del cambio climático
· Movilizar recursos financieros para reducir la brecha financiera para la gestión de áreas protegidas y corredores de conservación
“Se trata de una estrategia de sostenibilidad financiera, liderada por WWF con el apoyo de socios como 2811 y Terrasos, dirigida a la movilización de recursos financieros -públicos y privados- que contribuya al cierre de la brecha financiera para la consolidación efectiva de corredores de conservación y áreas protegidas de las cuales hacen parte”, indica Valenzuela.
Esta estrategia, cuenta con el desarrollo de la plataforma Invest, que será lanzada este año para contribuir a dinamizar la inversión de impacto en Colombia dirigida a la conservación, buscando conectar a inversionistas de impacto positivo con iniciativas sostenibles específicas y con un impacto garantizado.
Proyecciones
En el poco tiempo que se ha desarrollado, la estrategia ya mostró resultados prometedores y se proyecta para impactar sitios claves en el país. “El año pasado logramos cerrar con aproximadamente siete billones de pesos en inversión disponible. Con el sector privado hemos hecho acuerdos con dos empresas privadas para el desarrollo de dos plantas de tratamiento de aguas residuales, y en el pipeline de proyectos, es decir, los que tenemos mapeados para el futuro, queremos trabajar con Aguas de Cartagena, empresas en Barranquilla, Barrancabermeja y unos proyectos de acueductos regionales en Boyacá”, indica David Pacheco, director de sostenibilidad de BBVA Colombia.
Por su parte, aunque por el momento esta estrategia se concentra en apoyar financieramente a cadenas productivas certificadas, en el caso de Incofin y Fondo de Acceso al Comercio Justo, su director, David Dewez, explica como buscan abrirse “a la agricultura sostenible no certificada pues somos conscientes de que hay cadenas de valor que por sus características no están certificadas. En el caso de Colombia a explorar otras cadenas productivas que hoy no estamos financiando, pero que nos interesaría, como la del palmito, asaí, aguacate, entre otras. Eso sí, siempre y cuando sean sostenibles a nivel medioambiental y social”.
En este punto es clave destacar que los emprendimientos interesados en estas estrategias pueden acceder a este tipo de mecanismos a través de ferias de emprendimiento o contactándose con la oficina de cooperación de la Unión Europea, la cual “siempre tiene sus puertas abiertas”, según asegura Menghini, jefe de Cooperación de la Delegación de la UE para Colombia.
“En general, en América Latina tenemos un marco regulatorio lo suficientemente sólido para que podamos tener ese tipo de instituciones e inversiones. En los últimos tres años nuestro fondo de inversión ha logrado movilizar financiamiento de la EU e inversores privados del exterior, realizando múltiples inversiones en áreas como infraestructura en proyectos hídricos, mitigación al cambio climático, eficiencia energética, entre otros. Un mayor empuje por parte del sector público desde la región puede ayudar a catalizar la inversión de recursos del sector privado local”, concluye Manuel Suárez, oficial de Inversiones del fondo LAGreen, credo por la Unión Europea y gestionado por Finance in Motion. “Hay que resaltar y tener clara la oportunidad que tenemos entre manos.”