Travesía al límite de Colombia para salvar a los delfines de agua dulce
Un grupo de 27 científicos recorrió alrededor de 135 kilómetros del río Guainía hasta el tramo en que se convierte en río Negro, cerca a la frontera con Venezuela y Brasil, en búsqueda de una de las especies icónicas de la Amazonia que enfrenta amenazas como la presencia de mercurio. Una nueva especie de marsupial fue uno de los hallazgos más importantes.
“Los delfines de río son una de las especies más carismáticas e interesantes que habitan las cuencas del Amazonas y el Orinoco. Son testigos de los procesos de evolución y transformación de estas regiones a lo largo de varios millones de años, y se han convertido en los predadores tope de los ecosistemas acuáticos”, afirma Fernando Trujillo González, director científico de la Fundación Omacha. (Le sugerimos: La foto de un delfín de río colombiano que participa en concurso internacional)
Estos cetáceos se han adaptado a los cambios que han experimentado sus ecosistemas y han logrado conquistar diferentes hábitats que incluyen, además de los canales principales de los ríos y tributarios, algunas lagunas y bosques inundados. Según Trujillo González, estas especies son el equivalente al jaguar en las tierras firmes, y al igual que éste, desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas regulando las poblaciones de peces y eliminando a los enfermos y más débiles.
Ante la importancia de esta especie animal en el ecosistema ambiental colombiano, un grupo de 27 científicos de distintas profesiones navegaron por el río Guainía como parte de la Expedición Guainía 2021, un recorrido de cerca de 135 kilómetros que llegó hasta las aguas del río Casiquiare, que se convierte en el río Negro, muy cerca de la frontera con Venezuela y Brasil, con el fin de obtener información científica de distintas especies, estimar la abundancia de delfines de río, hacer un análisis sociocultural y evaluar la contaminación por mercurio en peces de consumo humano y murciélagos. (Le puede interesar: Un acuerdo sin precedentes para conservar los delfines de río en Suramérica)
Aunque la expedición tenía como objetivo recoger información de las especies presentes en el río Guainía, uno de los mayores intereses de los investigadores era conocer la presencia de delfines de agua dulce en esta cuenca, así como ocurre en los ríos Amazonas, Orinoco y Arauca. “En los últimos cuatro años los delfines de río pasaron de categoría vulnerable y de datos deficientes a en peligro, esto generó una alarma internacional sobre las amenazas que están enfrentando estos animales en toda la cuenca del Amazonas y el Orinoco”, explica Trujillo González.
Debido a las amenazas que enfrentan estos cetáceos, organizaciones de varios países de Sudamérica vienen realizando expediciones para entender cómo están y cuál es el grado de amenaza de los delfines. El programa denominado Iniciativa de Delfines de Río de Sudamérica (SARDI, por su sigla en inglés), con el que han logrado recolectar datos científicos en aguas de la Amazonia y la Orinoquia para aportar al conocimiento y conservación de estos pequeños cetáceos, es una de ellas. La Expedición Guainía 2021 se realizó como parte de los esfuerzos de esta iniciativa.
Según Trujillo González, en esta parte del Guainía nunca habían muestreado delfines, pues no sabían si iban a encontrarlos. “Hicimos esta expedición y logramos encontrar 36 delfines y dos crías de delfines rosados (Inia geoffrensis). Fue una gran sorpresa, porque los hallamos en grupos de más o menos seis o siete individuos. Son buenas noticias, por un lado, porque es un área donde la pesca no es tan recurrente; es decir no hay amenaza directa, pero malas noticias porque no hay tantos peces, que son el alimento de los delfines y de las comunidades humanas que viven allí”.
Los datos preliminares de la expedición muestran cuatro familias de mariposas, 106 especies de peces (incluida una nueva especie para la ciencia), 26 de anfibios, 19 de reptiles, 18 de murciélagos, una especie de marsupial (que es un nuevo registro para Colombia), 211 de aves (27 de ellas claves para el aviturismo, como el águila harpía y una nueva especie registrada para el país) y 540 especies de plantas, incluyendo un nuevo género y tres nuevas especies para la ciencia que serán identificadas en la Colección del Herbario Amazónico Colombiano (COAH) del Instituto Sinchi. También, el equipo tomó muestras de tejidos de 80 peces y 20 murciélagos, para futuros estudios de presencia de mercurio.
Para Saulo Usma, especialista de agua dulce en WWF Colombia y líder de la expedición, encontrar delfines de río en Colombia es muy importante, más cuando estos animales solo viven en dos continentes: Asia y América. “La presencia de estas especies nos da la indicación de que ese ecosistema tiene buena salud ecológica; es como ver a un puma o un jaguar en la selva. Si está el depredador tope, que es la punta de la pirámide, es porque hay buen alimento para ellos. Esto no indica que, a pesar de los procesos mineros, aún hay tiempo de rescatar estos ríos”, asegura Usma.
Una de las grandes amenazas que pudieron detectar los científicos durante la expedición fue la presencia de mercurio, resultante de la extracción de oro. En los resultados de las expediciones realizadas en las cuencas del Amazonas, Orinoquia, Arauca y Guainía, en la que detectaron mayor presencia de mercurio fue en la del río Orinoco. En el muestreo se pudo detectar que los delfines hembras tenían más de este químico, lo que preocupa a los investigadores frente a la reproducción y conservación de estas especies.
Según Usma, “esta zona es fronteriza con Venezuela y sabemos que hacia ese lado las selvas y los ecosistemas están siendo explotadas por la minería de oro y por el uso excesivo de mercurio, y como muchos de los peces no reconocen fronteras, ellos siguen recorriendo lado a lado el río, en especial los peces migradores. Sin embargo, seguimos haciendo muestreo de este componente que es una amenaza latente, no solo para peces, sino también para las personas, porque al ser un metal tóxico, luego de que entra a nuestro cuerpo no podemos sacarlo, y causa una serie de problemas en el organismo”.
Otras grandes amenazas que presentan estos cetáceos son la actividad pesquera, la deforestación de los ecosistemas, las malas prácticas turísticas y la contaminación del agua.
Para desarrollar la expedición, el grupo viajó del 8 al 22 de octubre y visitaron durante dos semanas a las comunidades indígenas de Frito, Punta Barbosa, Ducutipabo y San Rafael, cuyos habitantes acogieron al grupo para guiarlo y apoyar el trabajo de investigación con su saber local. Allí los grupos de expertos durmieron en hamacas o carpas y organizaron sus respectivas salidas a campo por río o por la selva, según el grupo de especies que estudiaron, para luego organizar sus muestras de material científico, entre otras actividades.
En la Expedición Guainía 2021 participaron especialistas de la Gobernación del Guainía, Corporación Ambiental CDA, Instituto Sinchi, Universidad del Tolima, Universidad del Cauca, Pontificia Universidad Javeriana, SENA Guainía, Fundación Omacha, Fundación Proterra, Fundación Paisajes Rurales, Manakin Nature Tours y WWF Colombia. De igual manera, participó un representante indígena de la Mesa Ramsar de la Estrella Fluvial Inírida.
“Los delfines de río son una de las especies más carismáticas e interesantes que habitan las cuencas del Amazonas y el Orinoco. Son testigos de los procesos de evolución y transformación de estas regiones a lo largo de varios millones de años, y se han convertido en los predadores tope de los ecosistemas acuáticos”, afirma Fernando Trujillo González, director científico de la Fundación Omacha. (Le sugerimos: La foto de un delfín de río colombiano que participa en concurso internacional)
Estos cetáceos se han adaptado a los cambios que han experimentado sus ecosistemas y han logrado conquistar diferentes hábitats que incluyen, además de los canales principales de los ríos y tributarios, algunas lagunas y bosques inundados. Según Trujillo González, estas especies son el equivalente al jaguar en las tierras firmes, y al igual que éste, desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas regulando las poblaciones de peces y eliminando a los enfermos y más débiles.
Ante la importancia de esta especie animal en el ecosistema ambiental colombiano, un grupo de 27 científicos de distintas profesiones navegaron por el río Guainía como parte de la Expedición Guainía 2021, un recorrido de cerca de 135 kilómetros que llegó hasta las aguas del río Casiquiare, que se convierte en el río Negro, muy cerca de la frontera con Venezuela y Brasil, con el fin de obtener información científica de distintas especies, estimar la abundancia de delfines de río, hacer un análisis sociocultural y evaluar la contaminación por mercurio en peces de consumo humano y murciélagos. (Le puede interesar: Un acuerdo sin precedentes para conservar los delfines de río en Suramérica)
Aunque la expedición tenía como objetivo recoger información de las especies presentes en el río Guainía, uno de los mayores intereses de los investigadores era conocer la presencia de delfines de agua dulce en esta cuenca, así como ocurre en los ríos Amazonas, Orinoco y Arauca. “En los últimos cuatro años los delfines de río pasaron de categoría vulnerable y de datos deficientes a en peligro, esto generó una alarma internacional sobre las amenazas que están enfrentando estos animales en toda la cuenca del Amazonas y el Orinoco”, explica Trujillo González.
Debido a las amenazas que enfrentan estos cetáceos, organizaciones de varios países de Sudamérica vienen realizando expediciones para entender cómo están y cuál es el grado de amenaza de los delfines. El programa denominado Iniciativa de Delfines de Río de Sudamérica (SARDI, por su sigla en inglés), con el que han logrado recolectar datos científicos en aguas de la Amazonia y la Orinoquia para aportar al conocimiento y conservación de estos pequeños cetáceos, es una de ellas. La Expedición Guainía 2021 se realizó como parte de los esfuerzos de esta iniciativa.
Según Trujillo González, en esta parte del Guainía nunca habían muestreado delfines, pues no sabían si iban a encontrarlos. “Hicimos esta expedición y logramos encontrar 36 delfines y dos crías de delfines rosados (Inia geoffrensis). Fue una gran sorpresa, porque los hallamos en grupos de más o menos seis o siete individuos. Son buenas noticias, por un lado, porque es un área donde la pesca no es tan recurrente; es decir no hay amenaza directa, pero malas noticias porque no hay tantos peces, que son el alimento de los delfines y de las comunidades humanas que viven allí”.
Los datos preliminares de la expedición muestran cuatro familias de mariposas, 106 especies de peces (incluida una nueva especie para la ciencia), 26 de anfibios, 19 de reptiles, 18 de murciélagos, una especie de marsupial (que es un nuevo registro para Colombia), 211 de aves (27 de ellas claves para el aviturismo, como el águila harpía y una nueva especie registrada para el país) y 540 especies de plantas, incluyendo un nuevo género y tres nuevas especies para la ciencia que serán identificadas en la Colección del Herbario Amazónico Colombiano (COAH) del Instituto Sinchi. También, el equipo tomó muestras de tejidos de 80 peces y 20 murciélagos, para futuros estudios de presencia de mercurio.
Para Saulo Usma, especialista de agua dulce en WWF Colombia y líder de la expedición, encontrar delfines de río en Colombia es muy importante, más cuando estos animales solo viven en dos continentes: Asia y América. “La presencia de estas especies nos da la indicación de que ese ecosistema tiene buena salud ecológica; es como ver a un puma o un jaguar en la selva. Si está el depredador tope, que es la punta de la pirámide, es porque hay buen alimento para ellos. Esto no indica que, a pesar de los procesos mineros, aún hay tiempo de rescatar estos ríos”, asegura Usma.
Una de las grandes amenazas que pudieron detectar los científicos durante la expedición fue la presencia de mercurio, resultante de la extracción de oro. En los resultados de las expediciones realizadas en las cuencas del Amazonas, Orinoquia, Arauca y Guainía, en la que detectaron mayor presencia de mercurio fue en la del río Orinoco. En el muestreo se pudo detectar que los delfines hembras tenían más de este químico, lo que preocupa a los investigadores frente a la reproducción y conservación de estas especies.
Según Usma, “esta zona es fronteriza con Venezuela y sabemos que hacia ese lado las selvas y los ecosistemas están siendo explotadas por la minería de oro y por el uso excesivo de mercurio, y como muchos de los peces no reconocen fronteras, ellos siguen recorriendo lado a lado el río, en especial los peces migradores. Sin embargo, seguimos haciendo muestreo de este componente que es una amenaza latente, no solo para peces, sino también para las personas, porque al ser un metal tóxico, luego de que entra a nuestro cuerpo no podemos sacarlo, y causa una serie de problemas en el organismo”.
Otras grandes amenazas que presentan estos cetáceos son la actividad pesquera, la deforestación de los ecosistemas, las malas prácticas turísticas y la contaminación del agua.
Para desarrollar la expedición, el grupo viajó del 8 al 22 de octubre y visitaron durante dos semanas a las comunidades indígenas de Frito, Punta Barbosa, Ducutipabo y San Rafael, cuyos habitantes acogieron al grupo para guiarlo y apoyar el trabajo de investigación con su saber local. Allí los grupos de expertos durmieron en hamacas o carpas y organizaron sus respectivas salidas a campo por río o por la selva, según el grupo de especies que estudiaron, para luego organizar sus muestras de material científico, entre otras actividades.
En la Expedición Guainía 2021 participaron especialistas de la Gobernación del Guainía, Corporación Ambiental CDA, Instituto Sinchi, Universidad del Tolima, Universidad del Cauca, Pontificia Universidad Javeriana, SENA Guainía, Fundación Omacha, Fundación Proterra, Fundación Paisajes Rurales, Manakin Nature Tours y WWF Colombia. De igual manera, participó un representante indígena de la Mesa Ramsar de la Estrella Fluvial Inírida.