La apuesta de la juventud guaviarense por la sostenibilidad y la paz
Información Institucional
Redacción BIBO
Jóvenes, hombres y mujeres han venido participando en modelos productivos amigables con el medio ambiente en el Guaviare. Son más de 2000 jóvenes campesinos, indígenas y excombatientes los que creen y crean más de 21 emprendimientos sostenibles, que hoy representan a la Amazonía Joven.
El departamento del Guaviare ha sido sujeto de expoliación por cuenta de economías extractivas como la ganadería extensiva, la explotación de maderas y otros cultivos comerciales; así como de economías ilegales como el cultivo de coca, la minería ilegal o el tráfico de avi-fauna. Como consecuencia la deforestación, la pérdida de la biodiversidad, la precarización social y el florecimiento de grupos armados ilegales, trasformó a estos corredores biológicos de la Amazonía en corredores estratégicos del conflicto armado. (Le podría interesar: El camino hacia un campo colombiano más sostenible)
Este es el escenario de reconstrucción que, ha dado paso al encuentro, el diálogo y la transformación colectiva de un territorio que ahora se empeña en brindar oportunidades para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Allí la juventud, que se resiste a repetir la historia, ha sido protagonista del cambio.
Tal es el caso de Francisco Gamboa Hurtado, un joven excombatiente que lidera la comunidad Noble y de paz Marco Aurelio Buendía. Él, al igual que su comunidad, ha venido trabajando en diversos proyectos productivos con los que buscan obtener su sustento, además de tener una segunda oportunidad para ellos y sus familias.
“Con ayuda de la FAO, a través del proyecto Amazonía Joven que nos financia el Fondo Europeo para la Paz, logramos poner en marcha emprendimientos y labores que no habíamos podido desarrollar adecuadamente. Uno de ellos fue el ovino caprino, que es liderado por la Asociación de Mujeres Portadoras de Paz (ASOMUPAZ)”, dijo Gamboa. (También puede leer: FIMA: una oportunidad para mitigar el cambio climático)
Gamboa relató que “en el caso de la porcicultura son los jóvenes quienes están al frente de ese proyecto que apoya Amazonía Joven. Recibimos capacitaciones y una gran infraestructura de porquerizas, lo que ha generado la participación de muchachos/as mayores de 14 años. En un proceso de economía circular, se crían los cerdos y se utilizan el estiércol y desechos orgánicos para la preparación de abonos que se comercializan en la misma región; junto con la venta de los cerdos han permitido generar mayores ingresos para sus comunidades”.
El caso de los jóvenes de la comunidad de ex combatientes que lidera Gamboa, da muestra de lo exitoso del proceso en este departamento, que pasó de ser corredor de la violencia a empezar a ser un territorio de paz. El proyecto “Amazonía Joven”, vinculó a colonos campesinos, comunidades indígenas y excombatientes en torno al propósito de establecer modelos productivos amigables con el medio ambiente, que les permitiera mejorar sus medios de vida y dar mayor valor a los recursos naturales del Guaviare, puerta de entrada a la Amazonía Colombiana, mientras se conservan. (Le sugerimos: ¿Qué comer para no comernos el planeta?)
Cerca de 2000 personas hicieron parte del proceso a través de diferentes emprendimientos de producción sostenible. Celebraron 155 “Pactos de Conservación Ambiental” con los que se protegieron más de 3.600 ha., y 288 predios incorporaron medidas de conservación para reducir la deforestación y restaurar la selva amazónica propia de la región. Implementaron 42 ha. de sistemas agroforestales y silvopastoriles, conformaron 3 viveros comunitarios y 3 planes para la conservación y recuperación de cuencas hídricas.
Es de destacar que emprendieron diferentes alternativas de trabajo colectivo como la recuperación de tradiciones indígenas, entre ellas, las rutas de caza de los Nukak Makú. Asimismo, la construcción de huertas familiares y comunitarias para aumentar su autonomía alimentaria y generar de paso valor agregado en la transformación de frutos amazónicos, logrando pasar al comercio directo de su producción.
Otros de los beneficiados fueron los pueblos indígenas, un ejemplo, es Nancy Del Pilar Padua, del pueblo Tukano, quien vive en el resguardo indígena La Asunción desde hace 14 años, se ha caracterizado por ser una mujer que trabaja por el bien de su comunidad y ha tratado de capacitarse para poder apoyar a su resguardo. Durante 2018 empezó a participar en Amazonía Joven, para lo que organizó una propuesta junto a varios de sus compañeros, para aprovechar los frutos de la selva que les rodea.
“Decidimos no tumbar más árboles y sembrar ají, lulos amazónicos, chontaduro y cocona. Cuando iniciamos éramos solo tres, ahora somos 10 mujeres y cinco hombres. Hemos recibido capacitaciones y estamos transformado el Ají acá en el resguardo, lo empacamos en frascos de vidrio y ahora es una fuente de ingresos adicional con la que contamos”, contó Padua.
La reconstrucción del tejido social ha sido clave para mejorar la vida de los jóvenes protagonistas de este proceso. Con su anhelo de no repetir la historia de sus familias, emprendieron la reconstrucción de la memoria histórica del departamento. Gracias a este proceso, identificaron acciones, y con esta recuperaron prácticas ancestrales para conservar la biodiversidad, riqueza natural que ahora quieren dejar a futuras generaciones.
Se debe resaltar que, este tipo de ideas de negocios sostenibles, son lo que se podrán conocer en la Feria Internacional del Medio Ambiente (FIMA), que promueve acciones de sostenibilidad y cuidado medioambiental en la sociedad actual, fortaleciendo sinergias entre profesionales, compradores y expositores para mostrar los productos y servicios ambientales dirigidos al sector productivo, logrando ser el punto de encuentro ideal de los diferentes actores de la cadena.
Por último, es de resaltar que, así como éstas, hay otras comunidades que estuvieron en medio del conflicto armado y que ahora están buscando la forma de recuperar la paz, lo que no ha sido un objetivo no solo de ellos, sino de los colombianos, instituciones nacionales y locales, y de los acompañantes internacionales. En este periodo han sido varios los avances; sin embargo, siguen presentes algunos puntos a desarrollar para alcanzar la meta.
Uno de esos apoyos es el de la Unión Europea que, de manera continua, contribuye a la construcción de paz y apoya, con especial atención, estos emprendimientos que conjugan desarrollo local sostenible y paz, ya que son claves para construir la paz en los territorios rurales afectados por la violencia, en zonas marginadas del país. Tan especial es su apuesta que en 2016 creó el “Fondo Europeo para la Paz”, a través del cual ha llegado a 26 departamentos y 117 municipios, con el objeto de contribuir a la implementación de los puntos 1 “Reforma Rural Integral” y 3.2. “Reincorporación social y economica de los excombatientes”, del Acuerdo de Paz
Es de destacar que para hacerlo ha establecido varias alianzas en el país, una de ella con la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la que a su vez se articulan acciones con diferentes instituciones del gobierno nacional, en busca de crear oportunidades, equidad y desarrollo sostenible.
En el caso de Amazonía Joven “Corredores amazónicos sostenibles para la paz”, liderados por jóvenes, el Fondo Europeo para la Paz apoyó su implementación con la FAO, Hilfswerk, DEISPAZ y la Gobernación del Guaviare en los municipios de San José del Guaviare, El Retorno y Calamar, y los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Colinas y Charras, con una inversión de $795.500.000.
Es de resaltar que, este tipo de negocios sostenibles como éste se podrán conocer en la Feria Internacional del Medio Ambiente (FIMA) del 29 de septiembre al 2 de octubre, en el pabellón 6 de CORFERIAS.
Jóvenes, hombres y mujeres han venido participando en modelos productivos amigables con el medio ambiente en el Guaviare. Son más de 2000 jóvenes campesinos, indígenas y excombatientes los que creen y crean más de 21 emprendimientos sostenibles, que hoy representan a la Amazonía Joven.
El departamento del Guaviare ha sido sujeto de expoliación por cuenta de economías extractivas como la ganadería extensiva, la explotación de maderas y otros cultivos comerciales; así como de economías ilegales como el cultivo de coca, la minería ilegal o el tráfico de avi-fauna. Como consecuencia la deforestación, la pérdida de la biodiversidad, la precarización social y el florecimiento de grupos armados ilegales, trasformó a estos corredores biológicos de la Amazonía en corredores estratégicos del conflicto armado. (Le podría interesar: El camino hacia un campo colombiano más sostenible)
Este es el escenario de reconstrucción que, ha dado paso al encuentro, el diálogo y la transformación colectiva de un territorio que ahora se empeña en brindar oportunidades para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Allí la juventud, que se resiste a repetir la historia, ha sido protagonista del cambio.
Tal es el caso de Francisco Gamboa Hurtado, un joven excombatiente que lidera la comunidad Noble y de paz Marco Aurelio Buendía. Él, al igual que su comunidad, ha venido trabajando en diversos proyectos productivos con los que buscan obtener su sustento, además de tener una segunda oportunidad para ellos y sus familias.
“Con ayuda de la FAO, a través del proyecto Amazonía Joven que nos financia el Fondo Europeo para la Paz, logramos poner en marcha emprendimientos y labores que no habíamos podido desarrollar adecuadamente. Uno de ellos fue el ovino caprino, que es liderado por la Asociación de Mujeres Portadoras de Paz (ASOMUPAZ)”, dijo Gamboa. (También puede leer: FIMA: una oportunidad para mitigar el cambio climático)
Gamboa relató que “en el caso de la porcicultura son los jóvenes quienes están al frente de ese proyecto que apoya Amazonía Joven. Recibimos capacitaciones y una gran infraestructura de porquerizas, lo que ha generado la participación de muchachos/as mayores de 14 años. En un proceso de economía circular, se crían los cerdos y se utilizan el estiércol y desechos orgánicos para la preparación de abonos que se comercializan en la misma región; junto con la venta de los cerdos han permitido generar mayores ingresos para sus comunidades”.
El caso de los jóvenes de la comunidad de ex combatientes que lidera Gamboa, da muestra de lo exitoso del proceso en este departamento, que pasó de ser corredor de la violencia a empezar a ser un territorio de paz. El proyecto “Amazonía Joven”, vinculó a colonos campesinos, comunidades indígenas y excombatientes en torno al propósito de establecer modelos productivos amigables con el medio ambiente, que les permitiera mejorar sus medios de vida y dar mayor valor a los recursos naturales del Guaviare, puerta de entrada a la Amazonía Colombiana, mientras se conservan. (Le sugerimos: ¿Qué comer para no comernos el planeta?)
Cerca de 2000 personas hicieron parte del proceso a través de diferentes emprendimientos de producción sostenible. Celebraron 155 “Pactos de Conservación Ambiental” con los que se protegieron más de 3.600 ha., y 288 predios incorporaron medidas de conservación para reducir la deforestación y restaurar la selva amazónica propia de la región. Implementaron 42 ha. de sistemas agroforestales y silvopastoriles, conformaron 3 viveros comunitarios y 3 planes para la conservación y recuperación de cuencas hídricas.
Es de destacar que emprendieron diferentes alternativas de trabajo colectivo como la recuperación de tradiciones indígenas, entre ellas, las rutas de caza de los Nukak Makú. Asimismo, la construcción de huertas familiares y comunitarias para aumentar su autonomía alimentaria y generar de paso valor agregado en la transformación de frutos amazónicos, logrando pasar al comercio directo de su producción.
Otros de los beneficiados fueron los pueblos indígenas, un ejemplo, es Nancy Del Pilar Padua, del pueblo Tukano, quien vive en el resguardo indígena La Asunción desde hace 14 años, se ha caracterizado por ser una mujer que trabaja por el bien de su comunidad y ha tratado de capacitarse para poder apoyar a su resguardo. Durante 2018 empezó a participar en Amazonía Joven, para lo que organizó una propuesta junto a varios de sus compañeros, para aprovechar los frutos de la selva que les rodea.
“Decidimos no tumbar más árboles y sembrar ají, lulos amazónicos, chontaduro y cocona. Cuando iniciamos éramos solo tres, ahora somos 10 mujeres y cinco hombres. Hemos recibido capacitaciones y estamos transformado el Ají acá en el resguardo, lo empacamos en frascos de vidrio y ahora es una fuente de ingresos adicional con la que contamos”, contó Padua.
La reconstrucción del tejido social ha sido clave para mejorar la vida de los jóvenes protagonistas de este proceso. Con su anhelo de no repetir la historia de sus familias, emprendieron la reconstrucción de la memoria histórica del departamento. Gracias a este proceso, identificaron acciones, y con esta recuperaron prácticas ancestrales para conservar la biodiversidad, riqueza natural que ahora quieren dejar a futuras generaciones.
Se debe resaltar que, este tipo de ideas de negocios sostenibles, son lo que se podrán conocer en la Feria Internacional del Medio Ambiente (FIMA), que promueve acciones de sostenibilidad y cuidado medioambiental en la sociedad actual, fortaleciendo sinergias entre profesionales, compradores y expositores para mostrar los productos y servicios ambientales dirigidos al sector productivo, logrando ser el punto de encuentro ideal de los diferentes actores de la cadena.
Por último, es de resaltar que, así como éstas, hay otras comunidades que estuvieron en medio del conflicto armado y que ahora están buscando la forma de recuperar la paz, lo que no ha sido un objetivo no solo de ellos, sino de los colombianos, instituciones nacionales y locales, y de los acompañantes internacionales. En este periodo han sido varios los avances; sin embargo, siguen presentes algunos puntos a desarrollar para alcanzar la meta.
Uno de esos apoyos es el de la Unión Europea que, de manera continua, contribuye a la construcción de paz y apoya, con especial atención, estos emprendimientos que conjugan desarrollo local sostenible y paz, ya que son claves para construir la paz en los territorios rurales afectados por la violencia, en zonas marginadas del país. Tan especial es su apuesta que en 2016 creó el “Fondo Europeo para la Paz”, a través del cual ha llegado a 26 departamentos y 117 municipios, con el objeto de contribuir a la implementación de los puntos 1 “Reforma Rural Integral” y 3.2. “Reincorporación social y economica de los excombatientes”, del Acuerdo de Paz
Es de destacar que para hacerlo ha establecido varias alianzas en el país, una de ella con la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la que a su vez se articulan acciones con diferentes instituciones del gobierno nacional, en busca de crear oportunidades, equidad y desarrollo sostenible.
En el caso de Amazonía Joven “Corredores amazónicos sostenibles para la paz”, liderados por jóvenes, el Fondo Europeo para la Paz apoyó su implementación con la FAO, Hilfswerk, DEISPAZ y la Gobernación del Guaviare en los municipios de San José del Guaviare, El Retorno y Calamar, y los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Colinas y Charras, con una inversión de $795.500.000.
Es de resaltar que, este tipo de negocios sostenibles como éste se podrán conocer en la Feria Internacional del Medio Ambiente (FIMA) del 29 de septiembre al 2 de octubre, en el pabellón 6 de CORFERIAS.