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Detener y revertir la pérdida de biodiversidad, la visión para 2030 del Marco Global de Biodiversidad Kunming- Montreal, fue el tema central del Encuentro BIBO de este año, que tuvo lugar a inicios de esta semana en Bogotá. El evento promovido por El Espectador, a través de su campaña ambiental BIBO, reunió expertos, representantes del gobierno, ONG y académicos, quienes conversaron sobre la manera en la que Colombia puede cumplir con los compromisos adquiridos en el Marco.
“Hablar de Kunming-Montreal puede sonar muy lejano, pero en realidad es hablar de Colombia, el país de la biodiversidad. Cada acción por la protección y conservación de la biodiversidad es una acción contundente por la protección de la vida en el planeta”, sostuvo Hernando García, director del Instituto Alexander von Humboldt. (Lea: Oso andino: el “jardinero” de los bosques andinos está en peligro)
Dentro del encuentro, organizado en conjunto con WWF Colombia y el Instituto Humboldt, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, dio a conocer una serie de acciones que se implementarán en el país para cumplir con las 23 metas ambientales del Marco Kunming- Montreal. Durante su intervención, resaltó la importancia de la biodiversidad del país, como la estrategia principal para la adaptación al cambio climático.
En ese sentido, destacó que una de las respuestas para que la biodiversidad se convierta en un tema estratégico para el desarrollo del país es impulsar un nuevo sector económico: el turismo de naturaleza. Esto, dice, se hará a través de una campaña denominada ‘Colombia, el país de la belleza’, con el que el Gobierno Nacional aspira a llegar a 7,5 millones visitantes no residentes en 2026.
“Además, tenemos el Plan Nacional de Restauración, la actualización de la Política Nacional de Biodiversidad para adaptarlo al Marco Kunming- Montreal, donde se está trabajando sobre todo con el sector de agricultura para saber cómo se cambian esos incentivos que generan pérdida de biodiversidad; y simultáneamente trabajamos para que el sector ambiental tenga la fortaleza y capacidades que tienen otros sectores”, destacó Muhamad.
Triple crisis y sistema alimetario, el primer tema de conversación
Durante el Encuentro BIBO se desarrollaron dos paneles. El primero de ellos era “Triple crisis: oportunidades para acelerar la transformación de los sistemas alimentarios mediante la mejora de las sinergias entre el clima y la naturaleza”. En este espacio los expertos hablaron sobre el reto que tiene la humanidad en los próximos 30 años para satisfacer las necesidades alimentarias, al tiempo que se trabaja por mantener el calentamiento global por debajo de 1.5ºC. (Lea: Con su dieta usted también puede ayudar a cambiar el planeta)
María Ximena Barrera, directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF Colombia, explicó que “si no transformamos los sistemas alimentarios no vamos a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sabemos que una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la agricultura, en especial de la agricultura industrial y a gran escala”.
Por esto, durante este espacio se analizaron las oportunidades del sector agrícola del país para responder a las crisis del planeta. Sebastián Carranza, director de Cambio Climático y Gestión del Riesgo del MinAmbiente, mencionó por ejemplo, la importancia de “llegar de una manera ordenada y estructurada para proponer soluciones en el territorio” como una alternativa.
Sin embargo, esto también representa unos retos, como la importancia de superar la violencia, de conseguir unas gobernanzas más descentralizadas y basadas en tecnologías y saberes, donde converjan las diferentes maneras de conocimiento, de acuerdo con Carranza.
María Teresa Palacio, asesora del Plan de Acción de Biodiversidad del MinAmbiente, expuso por su parte que “el sector agropecuario juega un rol fundamental porque también es biodiversidad y agrobiodiversidad, algo que representa una de esas opciones para poder responder a los climas cambiantes”.
Otra gran oportunidad, según Palacio, es la agroecología, propuesta en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, que ayudará a reducir la contaminación, a través de la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes nitrogenados. (Lea: Agrobiodiversidad: una alternativa para garantizar la seguridad alimentaria)
Por su parte, Camila Cammaert, coordinadora de Sistemas Alimentarios de WWF Colombia, dio algunas recomendaciones concretas que las personas pueden implementar. “Cuando invitamos a que nuestras decisiones del día a día sean más conscientes, estamos dando información a la gente para que se involucren. Hay tres acciones que recalcamos: preferir lo local, comer más variado y no desperdiciar”.
La naturaleza como aliada del desarrollo económico
El segundo panel del evento tenía como objetivo discutir en torno a una pregunta: ¿cómo avanzar en un sistema económico que gestione eficiente y sosteniblemente la biodiversidad, para generar nuevos productos y procesos de valor agregado basados en el conocimiento y la innovación?
“En Colombia aparece el concepto de bioeconomía en 2018, con el Conpes de crecimiento verde. Acá el concepto involucra la biodiversidad. Eso nos genera un reto como país dado que somos megadiversos. Además, la bioeconomía acá tiene un enfoque regional, podemos decir que somos tantas bioeconomías como regiones”, explicó Felipe García, gerente de Economía y Finanzas de la Biodiversidad Instituto Humboldt. (Lea: Impulsar la ciencia e innovación, la clave para que Colombia sea potencia en bioeconomía)
De acuerdo con la Asociación Nacional de Industriales (Andi), más de 50 % de las empresas vinculadas a la agremiación están generando estrategias de innovación a partir de la sostenibilidad, en la mayoría de los casos basada en la biodiversidad. Un ejemplo son las empresas químicas dedicadas a la generación de envases y empaques que cada vez buscan generar productos más biodegradables.
“La perspectiva que tiene la Andi en la bioeconomía ha ido creciendo, ha sido una apuesta que ha venido tomando fuerza por varias zonas. Una es que cada vez más vemos cómo el mundo inversionista y el entorno exige modelos de negocio que conozcan los impactos y riesgos en la naturaleza. Cada vez hay más empresas pensando en cómo reducir sus impactos”, sostuvo Dora María Moncada, directora del Centro Nacional del Agua y la Biodiversidad de la ANDI.
En este espacio además de las voces de investigadores e instituciones, también estuvieron presentes representantes de negocios bioeconómicos como Edwin Chaparro, gerente de Inzunai Gift of Nature, un emprendimiento que nació en 2014, y que ha creado productos cosméticos y alimenticios basados en la biodiversidad.
Chaparro explica que la manera de buscar sus bioingredientes es escuchando a las comunidades, mirando los beneficios que tienen los productos, (normalmente frutos de la selva) que las personas han usado desde hace años. “El reto es ponerlos en el mercado. Si tenemos un mercado podemos darle sostenibilidad ambiental y económica a las comunidades y ecosistemas, sino no lo vamos a lograr”, sostiene el gerente.
Además de dicho reto, García del Humboldt, dice que hay que pensar en estrategias departamentales. “Tenemos unas ventajas comparativas, tenemos la biodiversidad, ahora hay que tener ventajas competitivas y ahí es donde entra la ciencia y la innovación, sistemas estratégicos de financiamiento, de mercado”.
Para concluir, María Cecilia Londoño, directora científica del Instituto Humboldt, resaltó algunos retos que hay a nivel de país para afrontar la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación. Entre estas está la alineación de políticas, que los diferentes entes trabajen en conjunto, conectar lo global con lo local, y mejorar el aprovechamiento forestal. “Uno de los mensajes positivos es que Colombia puede ser un país protagonista en bioeconomía, en superar la triple crisis planetaria y en cumplir las metas del Marco Kunming- Montreal porque tenemos la naturaleza como aliada”.