La fórmula para que Colombia logre una agricultura sostenible
Información institucional
Hace unos días la organización WWF publicó los resultados de una encuesta que revelaba el poco conocimiento que tienen los colombianos sobre el verdadero impacto de la producción agrícola en el ambiente. De 1.950 personas de ocho de las principales ciudades del país, solo el 8% intuía que estos alimentos pueden generar graves efectos. Pareciera, se leía en el informe, que los colombianos están haciendo una falsa asociación que sugiere que “lo más natural no causa daño ambiental”.
Aunque para algunos es difícil hacer esa conexión, este es un problema que cada vez inquieta más a gobernantes y científicos. La agricultura y el cambio en el uso del suelo son, de hecho, los responsables del 22% de las emisiones de CO2 que llegan a la atmósfera, un fenómeno que, poco a poco, está desatando episodios climáticos cada vez más extremos.
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¿Cómo reducir esa cifra, revelada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en su último informe? ¿Qué puede hacer un país como Colombia para producir alimentos de manera más “limpia”? ¿Cuál camino puede seguir?
Resolver esos interrogantes no es una tarea sencilla, pero desde hace un tiempo varias entidades y organizaciones empezaron a sumar esfuerzos para construir una ruta que le permita al país lograr un desarrollo rural sostenible. En palabras de Furio Massolino, coordinador del programa ”Desarrollo Rural con Enfoque Territorial DRET II”, “para producir conservando y conservar produciendo”.
El DRET II es cofinanciado por la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y busca, entre otras, brindar asistencia técnica al Ministerio de Ambiente y al Ministerio de Agricultura para que Colombia logre un sistema agrícola sostenible y fortalecer a los productores para que transiten hacia unos procesos más limpios, apoyado, por ejemplo, en la economía circular.
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El concepto de economía circular alude al máximo aprovechamiento de los recursos alargando su ciclo de vida, es decir aprovechando incluso los residuos para convertirlos en un nuevo recurso.
Justamente, la economía circular y la carbono neutralidad son las dos estrategias impulsadas por el país para hacerle frente a estas emisiones de los diferentes sectores incluido el rural. Por ello, en días pasados se realizó la primera “EXPO Circular y Carbono Neutral 2022″, la cual reunió varias experiencias que muestran diversas estrategias para reducir las emisiones de gases efecto invernadero.
Un gran reto a futuro
En “EXPO Circular y Carbono Neutral 2022″, que se llevó a cabo el 27, 28 y 29 de julio en la Cámara de Comercio de Bogotá, Gilles Bertrand, embajador de la Unión Europea en Colombia, resumió las razones por las cuales es indispensable que el país haga un esfuerzo por estimular la economía circular y la sostenibilidad.
“El consumo mundial de materias como la biomasa, los combustibles fósiles, los metales y los minerales se duplicará en los próximos cuarenta años y la generación anual de residuos se incrementará en un 70 % de aquí a 2050″, dijo Bertrand en las palabras de apertura del evento. “Esa es una de las razones por la que la Unión Europea decidió embarcarse en la construcción del Pacto Verde Europeo como nuestra principal estrategia de competitividad y para una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y para una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y competitiva y no dejando a nadie atrás”.
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“Es fundamental hablar de economía circular en un momento en el que enfrentamos una pandemia como la del hambre, con más de 800 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y una tendencia al aumento ¿Qué más importante que vincular los temas de producción agropecuaria, de producción en las áreas rurales con la economía circular? Es una necesidad de tener articulación entre prácticas agrícolas con gestión ambiental”, añadió, por su parte, Alan Bojanic, representante de la FAO en Colombia.
Por su parte, Mario Beccia, director de la AICS, indicó que Colombia tiene unas condiciones muy favorables para ser una especie de piloto para lograr un desarrollo rural sostenible que permita proteger el medio ambiente.
¿Cómo? Hay algunos ejemplos concretos que pueden ayudar a comprender mejor esa idea. El DRET II, junto con el Minambiente y el Minagricultura, ya actualizó las seis guías ambientales para la producción de café, cacao, banano, aguacate, pasiflora y papa. En su elaboración también participaron gremios productivos, exportadores, corporaciones autónomas, asociaciones y autoridades ambientales.
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Otra muestra que permite entender en qué consiste este proyecto es el trabajo que se está realizando para impulsar los usos comerciales y nuevos modelos de negocio que se pueden desprender de la biomasa residual generada en los sectores avícola, porcícola y de caña panelera.
Para ponerlo en cifras, hasta el momento, gracias al DRET II, se han priorizado 28 asistencias técnicas a los Ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente, incluyendo 12 direcciones y 12 organizaciones de la sociedad civil y más de 40 profesionales contratados.
En la Expo Circular y Carbono Neutral participaron alrededor de ochenta experiencias de diferentes regiones del país que están trabajando en proyectos de economía circular. Durante su intervención el ministro de Ambiente, Carlos Correa, recordó que Colombia ya planteó una serie de compromisos en la Ley de Acción Climática que ayudarán a guiar el rumbo del país. Uno de ellos es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 51% al 2030. Pero reconoció que para lograrlo es vital continuar luchando contra uno de los principales problemas que agobian al país: la deforestación.
Reviva aquí la primera EXPO Circular y Carbono Neutral.
Día uno
Hace unos días la organización WWF publicó los resultados de una encuesta que revelaba el poco conocimiento que tienen los colombianos sobre el verdadero impacto de la producción agrícola en el ambiente. De 1.950 personas de ocho de las principales ciudades del país, solo el 8% intuía que estos alimentos pueden generar graves efectos. Pareciera, se leía en el informe, que los colombianos están haciendo una falsa asociación que sugiere que “lo más natural no causa daño ambiental”.
Aunque para algunos es difícil hacer esa conexión, este es un problema que cada vez inquieta más a gobernantes y científicos. La agricultura y el cambio en el uso del suelo son, de hecho, los responsables del 22% de las emisiones de CO2 que llegan a la atmósfera, un fenómeno que, poco a poco, está desatando episodios climáticos cada vez más extremos.
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¿Cómo reducir esa cifra, revelada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en su último informe? ¿Qué puede hacer un país como Colombia para producir alimentos de manera más “limpia”? ¿Cuál camino puede seguir?
Resolver esos interrogantes no es una tarea sencilla, pero desde hace un tiempo varias entidades y organizaciones empezaron a sumar esfuerzos para construir una ruta que le permita al país lograr un desarrollo rural sostenible. En palabras de Furio Massolino, coordinador del programa ”Desarrollo Rural con Enfoque Territorial DRET II”, “para producir conservando y conservar produciendo”.
El DRET II es cofinanciado por la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y busca, entre otras, brindar asistencia técnica al Ministerio de Ambiente y al Ministerio de Agricultura para que Colombia logre un sistema agrícola sostenible y fortalecer a los productores para que transiten hacia unos procesos más limpios, apoyado, por ejemplo, en la economía circular.
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El concepto de economía circular alude al máximo aprovechamiento de los recursos alargando su ciclo de vida, es decir aprovechando incluso los residuos para convertirlos en un nuevo recurso.
Justamente, la economía circular y la carbono neutralidad son las dos estrategias impulsadas por el país para hacerle frente a estas emisiones de los diferentes sectores incluido el rural. Por ello, en días pasados se realizó la primera “EXPO Circular y Carbono Neutral 2022″, la cual reunió varias experiencias que muestran diversas estrategias para reducir las emisiones de gases efecto invernadero.
Un gran reto a futuro
En “EXPO Circular y Carbono Neutral 2022″, que se llevó a cabo el 27, 28 y 29 de julio en la Cámara de Comercio de Bogotá, Gilles Bertrand, embajador de la Unión Europea en Colombia, resumió las razones por las cuales es indispensable que el país haga un esfuerzo por estimular la economía circular y la sostenibilidad.
“El consumo mundial de materias como la biomasa, los combustibles fósiles, los metales y los minerales se duplicará en los próximos cuarenta años y la generación anual de residuos se incrementará en un 70 % de aquí a 2050″, dijo Bertrand en las palabras de apertura del evento. “Esa es una de las razones por la que la Unión Europea decidió embarcarse en la construcción del Pacto Verde Europeo como nuestra principal estrategia de competitividad y para una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y para una economía climáticamente neutra, eficiente en el uso de los recursos y competitiva y no dejando a nadie atrás”.
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“Es fundamental hablar de economía circular en un momento en el que enfrentamos una pandemia como la del hambre, con más de 800 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y una tendencia al aumento ¿Qué más importante que vincular los temas de producción agropecuaria, de producción en las áreas rurales con la economía circular? Es una necesidad de tener articulación entre prácticas agrícolas con gestión ambiental”, añadió, por su parte, Alan Bojanic, representante de la FAO en Colombia.
Por su parte, Mario Beccia, director de la AICS, indicó que Colombia tiene unas condiciones muy favorables para ser una especie de piloto para lograr un desarrollo rural sostenible que permita proteger el medio ambiente.
¿Cómo? Hay algunos ejemplos concretos que pueden ayudar a comprender mejor esa idea. El DRET II, junto con el Minambiente y el Minagricultura, ya actualizó las seis guías ambientales para la producción de café, cacao, banano, aguacate, pasiflora y papa. En su elaboración también participaron gremios productivos, exportadores, corporaciones autónomas, asociaciones y autoridades ambientales.
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Otra muestra que permite entender en qué consiste este proyecto es el trabajo que se está realizando para impulsar los usos comerciales y nuevos modelos de negocio que se pueden desprender de la biomasa residual generada en los sectores avícola, porcícola y de caña panelera.
Para ponerlo en cifras, hasta el momento, gracias al DRET II, se han priorizado 28 asistencias técnicas a los Ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente, incluyendo 12 direcciones y 12 organizaciones de la sociedad civil y más de 40 profesionales contratados.
En la Expo Circular y Carbono Neutral participaron alrededor de ochenta experiencias de diferentes regiones del país que están trabajando en proyectos de economía circular. Durante su intervención el ministro de Ambiente, Carlos Correa, recordó que Colombia ya planteó una serie de compromisos en la Ley de Acción Climática que ayudarán a guiar el rumbo del país. Uno de ellos es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 51% al 2030. Pero reconoció que para lograrlo es vital continuar luchando contra uno de los principales problemas que agobian al país: la deforestación.
Reviva aquí la primera EXPO Circular y Carbono Neutral.
Día uno