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¿Cómo es posible que animales que respiran por los pulmones tomen siestas a más de 300 metros de profundidad en el océano? Ese es el caso de los elefantes marinos (Mirounga angustirostris), que deben sumergirse para dormir durante intervalos de 10 minutos y evitar ser cazados por depredadores. Esto les daría un total de 2 horas de sueño al día mientras viajan en aguas profundas.
Este hallazgo, publicado en la revista Science, fue realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Oceanografía de California, liderado por la doctora Jessica Kendall-Bar. Ella y su grupo desarrollaron un sistema para grabar la actividad eléctrica del cerebro de los elefantes marinos, junto a su ritmo cardiaco y movimientos (Lea también: Saber dónde restaurar, clave para recuperar los bosques del país).
El sistema consiste en un gorro que fue colocado en 13 de estos mamíferos que nadaban en las aguas de la Bahía de Monterrey, en California. En él, fueron almacenados datos de profundidad y detección de movimiento que permitieron rastrear su comportamiento bajo el agua junto a su actividad cerebral.
“Es un logro increíble haber registrado datos de tan alta calidad en un mamífero salvaje que se mueve libremente en un entorno tan extremo. No solo pudimos identificar los períodos en los que las focas dormían, sino que también pudimos distinguir las diferentes fases principales del sueño, es decir, el sueño de ondas lentas (SWS) y el sueño de movimientos oculares rápidos (REM)”, dijo Ritika Mukherji, estudiante del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Oxford, quien también participó del descubrimiento.
Anteriormente, el sueño de los elefantes marinos representaba una incógnita para los expertos: estos animales tenían alta actividad física durante sus viajes en aguas profundas. Los investigadores se preguntaban cuándo y cómo dormían para tener la energía necesaria (No se pierda: El algodón, un producto por recuperar en Colombia)
Los resultados mostraron que las focas duermen durante unos 10 minutos a la vez durante inmersiones profundas de 30 minutos. Durante la primera etapa de sueño profundo, las focas aún tenían control de su postura y mantuvieron un deslizamiento controlado hacia abajo. Sin embargo, después de unos minutos, pasaron a un sueño todavía más profundo, conocido como REM. En él, perdieron su postura, se pusieron de cabeza y cayeron en lo que los investigadores denominaron como una “espiral de sueño”. Diez minutos después, despertaron y recobraron su movimiento.
El estudio también habría determinado que, para compensar la privación de sueño de estos animales mientras están en aguas profundas, donde son vulnerables a ataques de predadores. Una vez están en tierra seca, los elefantes marinos duermen 10 horas diarias.