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Las iniciativas con enfoque territorial que marcaron la Zona Verde de la COP16

En la Zona Verde de la COP16 se vivieron experiencias y encuentros cuyos resultados siguen consolidando la protección de la biodiversidad y el crecimiento sostenible en el país. Varios de estos eventos fueron apoyados por el Programa DRET II, que viene desarrollando proyectos sostenibles desde hace cuatro años en el país.

28 de noviembre de 2024 - 01:00 p. m.
Emprendimientos en la Zona Verde de la COP16.
Emprendimientos en la Zona Verde de la COP16.
Foto: Programa DRET II
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Uno de los logros —quizá no tan visibilizados — de la COP16 que se realizó en Cali (Valle del Cauca), más allá de las negociaciones y los reportes sobre el (preocupante) estado de la naturaleza, fue generar un espacio de intercambio, discusión y participación en torno a la protección de la biodiversidad, y de los modelos exitosos con este fin que han surgido en los diferentes rincones del planeta.

El epicentro de este encuentro de experiencias fue la Zona Verde de la COP16, cuyas actividades fueron visitadas, según cifras del Ministerio de Ambiente, por cerca de un millón de personas. Estas se congregaron principalmente en el Bulevar del Río, donde se realizaron experiencias interactivas, conferencias y, entre otros, espacios para conectar a diferentes actores en torno a la biodiversidad y la sostenibilidad.

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Los temas y asuntos de estas diferentes actividades fueron variados, pues, como se ha aprendido en las últimas décadas, las estrategias para el cuidado de la naturaleza tienen que ir más allá de la mera actividad de conservación directa de los ecosistemas para ser exitosas.

Precisamente, entre los diferentes actores que participaron en estos espacios, una iniciativa internacional buscó destacar un enfoque con el que se han desarrollado proyectos y políticas públicas en Colombia que combinan con éxito dos elementos que no siempre han ido de la mano: el desarrollo y el cuidado del medioambiente.

Se trata de la propuesta del Programa de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II) que, con recursos de la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha implementado pilotos y experiencias de co-creación comunitaria e institucional para la construcción de políticas públicas de los sectores ambiente y agricultura, avanzar en el crecimiento sostenible del país y mejorar la participación de las comunidades locales.

“Esto fue lo que buscamos mostrar y plasmar en la Zona Verde de la COP16, que tenía justamente el objetivo de facilitar esa participación popular en las decisiones de la cumbre global de biodiversidad. Un ejemplo de esto se vio en la Maloca de la Organización de los Pueblos Indígenas (OPIAC), en la que se visibilizaron proyectos e iniciativas impulsadas por comunidades étnicas”, indicó Furio Massolino, director del DRET II.

En este espacio, que vibró durante su inauguración con el baile del ‘Carrizo’—realizado tradicionalmente para celebrar la llegada de las cosechas— fue el escenario de más de 30 eventos para reconocer y exponer la labor de las comunidades étnicas en el cuidado de la naturaleza.

El Programa DRET II apoyó a los eventos en la Maloca —que para las comunidades indígenas significa un espacio de congregación— con la realización de varios paneles que versaron sobre los proyectos acompañados por el Programa, así como la exposición de negocios verdes que se han fortalecido con el apoyo de la iniciativa de cooperación internacional, que trabaja en coordinación con los ministerios de Agricultura y de Ambiente.

Uno de los eventos más significativos fue un panel en que se abordó el rol de las mujeres indígenas en la conservación de la biodiversidad. Como explica Nancy Moreno, directora de Mujer Rural del Ministerio de Agricultura, en este espacio se dialogó sobre los procesos que organizaciones de mujeres adelantan en sus territorios y sobre cómo, desde la institucionalidad, se puede seguir impulsando estos esfuerzos locales.

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“Fue un placer participar y poder escuchar de primera mano la manera en que organizaciones de mujeres vienen realizando iniciativas para mejorar el medioambiente, el agua y el territorio. Tuvimos también discusiones sobre cómo podemos seguir reivindicando el trabajo de las mujeres y de las organizaciones cada vez de mejor manera”, explicó Moreno, quien destacó cómo, en alianza con el Programa DRET II, se ha trabajado en mejorar la oferta del Estado para las mujeres rurales y consolidar el reconocimiento de la economía del cuidado en el campo.

Por su parte, uno de los objetivos de estos encuentros fue promover el intercambio de miembros de las comunidades con los altos funcionarios y delegados de los gobiernos que estaban encargados de las negociaciones en la Zona Azul de la COP16. Con esto se buscó aumentar la incidencia de las organizaciones étnicas y campesinas en las propuestas globales para proteger la biodiversidad.

Por ejemplo, en medio la largas y complicadas negociaciones que se desarrollaron en la Zona Azul de la COP16, la directora general de Ambiente de la Unión Europea, Florika Fink-Hooijer visitó la Feria de Economías de la Biodiversidad COP16 para conocer las propuestas de las comunidades que viven en territorios biodiversos.

Las muestras de una agricultura más ecológica

Otro de los enfoques que se mostraron durante las actividades de la Zona Verde tuvo que ver con un concepto que podría pronto convertirse en una política pública nacional en Colombia: la agroecología. En torno a este enfoque productivo se presentaron los resultados de iniciativas como ‘La Chagra Biodiversa’, un emprendimiento agrícola, gastronómico y de conservación apoyado por Parques Nacionales Naturales que busca mejorar el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria de comunidades indígenas en zonas de influencia de las áreas protegidas del país.

En esa misma línea, se presentaron las conclusiones de un piloto que se desarrolló en el Valle del Cauca, en donde comunidades campesinas construyeron la política pública departamental de agroecología que fue recientemente aprobada y respaldada por una ordenanza de la Asamblea Departamental.

“A lo largo del Programa logramos con una sólida base científica y social aplicar la agroecología e integrarla a la realidad económica y social de Colombia. Es fundamental que la investigación se aterrice en el ámbito rural, donde productoras y

productores sean verdaderos protagonistas y los encargados de materializar este cambio”, explicó Alberto Menghini, jefe de Cooperación de la Unión Europea en Colombia. “Los resultados y la participación de los negocios verdes que apoyamos en la COP16, demuestran que el desarrollo rural sostenible e inclusivo es el camino para fortalecer la política nacional vinculada a la reforma agraria”.

Esto último es soportado por las cifras oficiales del evento que muestran que, en la Zona Verde, los emprendimientos movilizaron más de $502 millones de pesos. De estos, la mayoría eran iniciativas vinculadas con la agroindustria y el biocomercio.

Entre estos stands, el Programa apoyó a 47 emprendimientos que promocionaron productos como mieles 100% naturales, aceites medicinales y cosméticos de copaiba, ajíes amazónicos, artesanías wayuu, cacao y chocolates de Santander, entre otros.

Para José Manuel Perea, jefe de la Oficina de Negocios Verdes del Ministerio de Ambiente, estos resultados hacen parte de los avances que se han hecho en el país en lo que él denomina como una “nueva economía” que se destaca por ser construida desde las comunidades y sus necesidades.

“Lo que mostramos en la COP16 es cómo se pueden fortalecer las cadenas de valor desde una perspectiva comunitaria y con un mejor relacionamiento interministerial. Esta sinergia ha permitido posicionar las apuestas productivas de las comunidades con proyectos resilientes al cambio climático y que protegen nuestra biodiversidad”, indicó Perea, que durante uno de los eventos destacó que la filosofía y metodología del Programa DRET dejan varias lecciones de cómo el Gobierno Nacional puede seguir mejorando su presencia en los territorios.

En esa misma línea se encuentra Agustín Zimmermann, representante de la FAO en Colombia, quien aseguró que el encuentro en la zona verde también sirvió para compartir aprendizajes y recomendaciones que guiarán el desarrollo de territorios rurales hacia un futuro más equitativo y ecológicamente viable.

“Esta alianza impulsó la implementación de 18 proyectos piloto regionales en 20 departamentos del país con los que trabajamos temas como agroecología, asociatividad, comercialización, mujer rural, negocios verdes, economía circular, esquemas de pagos por servicios ambientales (PSA), soberanía alimentaria y saberes ancestrales. El intercambio de experiencias internacionales y el énfasis en el diálogo interministerial agricultura-ambiente se consolidaron como pilares para garantizar la sostenibilidad de los avances alcanzados”, agregó Zimmermann.

Entre los otros retos que destaca el Programa en su implementación en el país es el impulso y apoyo en el diseño de 13 leyes y políticas nacionales, como la Ley de Mujer Rural, planes de agroecología departamentales, economías verdes, y la Ley de Compra Pública Local Agroalimentaria, entre otros, beneficiando a más de 244,000 productores rurales en Colombia.

Una experiencia de 360 grados

Otra de las experiencias destacadas que se presenciaron en la Zona Verde fue la experiencia única de visitar los Parques Nacionales de Colombia a la distancia. Se trató de un domo con videos de 360 grados que permitió “un viaje a la diversidad de la vida”, en un recorrido hacia las áreas protegidas colombianas.

Esta experiencia, que contó con el apoyo del Gobierno Nacional y el Programa DRET II, fue visitada por cerca de 10.000 personas. “Fue una experiencia innovadora que buscaba embarcar a los espectadores en un viaje hacia la riqueza natural y cultural que protegemos desde la entidad. La experiencia y la retroalimentación que recibimos mostró el gran amor que despiertan las áreas protegidas del país que tenemos que conocer y conservar”, indicó Luisz Olmedo Martínez como nuevo director de Parques Nacionales Naturales (PNN).

Además de esta experiencia, en general, las propuestas del DRET II exhibidas en la Zona Verde mostraron una mirada global y completa sobre cómo el enfoque territorial es uno de los caminos para conservar la biodiversidad y mejorar la calidad de vida en las zonas rurales, cuyos habitantes, con la creación del nuevo órgano subsidiario de pueblos indígenas y comunidades locales en el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), consolidarán cada vez más su incidencia en la forma en la que protegemos la vida en el planeta.

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