Lo que dejó el gran encuentro de jóvenes emprendedores rurales
Las juventudes campesinas, étnicas y diversas de Colombia mostraron los productos que crearon en sus territorios e hicieron propuestas para el Plan Nacional de Desarrollo.
Por primera vez en la historia, se llevó a cabo en Colombia el Encuentro Presencial de la Mesa de Empleo y Emprendimiento Juvenil Rural (MEEJR), una iniciativa que reunió a más de 80 organizaciones de diferentes regiones del país en la Universidad Libre, sede El Bosque, en Bogotá. El evento giró en torno a la necesidad de mejorar la calidad de vida de la población campesina y étnica, consolidar vías de incidencia en la política pública de juventud rural, así como recoger visiones del territorio en el marco de la estructuración del nuevo Plan Nacional de Desarrollo.
(Puede ver: Fotos: así fue el primer encuentro de jóvenes emprendedores rurales de Colombia)
“Esta y muchas iniciativas más están lideradas por 950 organizaciones de juventud rural campesina, étnica y diversa de los 32 departamentos. Aunque inicialmente solo teníamos presencia en Caquetá, Meta y Norte de Santander, años después logramos triplicar nuestro alcance y liderazgo. Esto no hubiera sido posible sin ayuda del Gobierno Nacional y de la cooperación internacional como el Programa Desarrollo Rural con Enfoque Territorial DRET II de la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)”, señaló Ana María Toro, coordinadora de la MEEJR y asesora de la Dirección Nacional de Planeación (DNP).
La apertura del encuentro contó con una plenaria a la que asistieron los jóvenes emprendedores, la cooperación internacional y entidades del Estado. De allí salieron puntos importantes como la necesidad de generar diálogos de política pública basados en la gestión del conocimiento, así como la urgencia de que las organizaciones se vinculen a ejercicios académicos, para que puedan transformar sus territorios y repensar el desarrollo rural sostenible.
Los negocios de los jóvenes rurales
En el segundo día, cada joven mostró su emprendimiento y su apuesta para mejorar la calidad de vida en las regiones. En la feria de negocios fue una constante ver a todas las personas compartiendo, desde una simple conversación hasta una muestra de sus productos.
“Yo me vinculé a la mesa de emprendimiento con una iniciativa de turismo comunitario que se llama Cocha Tour, en la laguna de La Cocha (Nariño). Después de mucho trabajo, hoy ofrecemos nueve alternativas, en donde seguimos apostándole al empleo, a no salir de nuestras tierras y a dar a conocer las estrategias que estamos desarrollando”, dijo Davis Ruiz, técnico de turismo comunitario de PDT Nariño. Según comenta, su objetivo es que dejen de ser invisibles, ser vistos como “objetos de cambio” y generar procesos de reconciliación en su departamento. “No queremos dejar nuestra identidad, por encajar en una sociedad. Es mejor que la sociedad aprenda de nuestros saberes”, agregó.
También se vio una gran variedad de emprendimientos con productos del agro. Tal es el caso de Asogranos del Caguán, un proyecto de jóvenes que nació en Caquetá para llevar a cabo el relevo natural del campo. “El agro se está envejeciendo y nuestros jóvenes se están yendo. Por eso estamos trabajando en fortalecer los procesos, para que no nos dé miedo decir que somos productores (…) Nosotros ofrecemos cacao amargo, chocolate amargo, cocadas de cacao, arequipe de cacao y vino de cacao; todos ellos completamente artesanales”, explicó Yory Acuña, representante del emprendimiento, a la vez que aseguró que su objetivo es impactar positivamente en la mayor cantidad de núcleos familiares posible.
Este día cerró con un conversatorio abierto en el que estuvieron presentes los jóvenes rurales, representantes de entidades del Estado, así como delegados de cooperación internacional. El panel inició con una obra de teatro a cargo de la Corporación La Casa de Colores, en la que hicieron un homenaje a las víctimas del conflicto armado, con base en el informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV).
Allí, las organizaciones de juventudes rurales plantearon una serie de barreras presentes para triunfar con sus emprendimientos, como los costos de los productos, la dificultad para ser reconocidos en las mesas de diálogo, la falta de incentivos tributarios para sus negocios, así como la escasez de vías de comunicación para acudir a los diálogos vinculantes. Ante esto, las diversas entidades del Estado que hicieron presencia en el encuentro, al igual que los miembros de cooperación internacional, mostraron su intención de aportar al avance de políticas públicas para jóvenes rurales.
“Tenemos que volver a Colombia una potencia agrícola. Por eso hay que tener en la mira la reforma rural integral, con garantías de seguridad jurídica; solo así podemos mantener la función productiva de la tierra. Nosotros estamos abiertos a que sean ustedes quienes nos enseñen las particularidades de sus regiones”, manifestó José Augusto Acosta, gestor de la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
El aporte de los jóvenes rurales al PND
Los aportes de las y los jóvenes de la MEEJR al Plan Nacional de Desarrollo giraron en torno a cuatro ejes temáticos. En primer lugar, la gestión del conocimiento y la revolución digital, con la que se busca apostarle a la innovación en los procesos de los jóvenes. El segundo punto se refiere a las alternativas al desarrollo, para fortalecer la agricultura campesina familiar y comunitaria, en donde se incluyan los proyectos turísticos y de servicios. En tercer lugar, la soberanía y seguridad alimentaria, con el fin de reforzar las políticas públicas y garantizar el acceso a derechos. Finalmente, la transformación de los estereotipos de género, teniendo en cuenta los intereses de la comunidad LGBTI.
“Queremos que la transformación de los estereotipos de género comience a darse con mayor fuerza en la ruralidad, para incidir en el trabajo del cuidado como un trabajo colectivo, no como parte de la feminidad”, señaló Ana María Toro, coordinadora de la MEEJR, quien mencionó que el trabajo con las organizaciones continuará para tener una propuesta consolidada a más tardar el 15 de noviembre. “Los insumos que salgan de este proceso se van a articular con las mesas de diálogo ya establecidas por el Gobierno para el Plan Nacional de Desarrollo”, agregó.
Además, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo y el DNP presentaron el proyecto “Juventudes: El Campo en Movimiento”, que busca contribuir a la implementación de la política nacional de emprendimiento y empleabilidad para mejorar el acceso a oportunidades en el campo.
Esta iniciativa tiene una inversión estimada de $13.000 millones con miras al año 2025. Sus principales beneficiarios (más de 17 mil, aproximadamente), serán organizaciones campesinas, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueras, ambientalistas, de pescadores, comercializadoras, entre muchas otras asociaciones que quieran mostrar otra cara del agro a Colombia y al mundo.
Por primera vez en la historia, se llevó a cabo en Colombia el Encuentro Presencial de la Mesa de Empleo y Emprendimiento Juvenil Rural (MEEJR), una iniciativa que reunió a más de 80 organizaciones de diferentes regiones del país en la Universidad Libre, sede El Bosque, en Bogotá. El evento giró en torno a la necesidad de mejorar la calidad de vida de la población campesina y étnica, consolidar vías de incidencia en la política pública de juventud rural, así como recoger visiones del territorio en el marco de la estructuración del nuevo Plan Nacional de Desarrollo.
(Puede ver: Fotos: así fue el primer encuentro de jóvenes emprendedores rurales de Colombia)
“Esta y muchas iniciativas más están lideradas por 950 organizaciones de juventud rural campesina, étnica y diversa de los 32 departamentos. Aunque inicialmente solo teníamos presencia en Caquetá, Meta y Norte de Santander, años después logramos triplicar nuestro alcance y liderazgo. Esto no hubiera sido posible sin ayuda del Gobierno Nacional y de la cooperación internacional como el Programa Desarrollo Rural con Enfoque Territorial DRET II de la Unión Europea (UE), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)”, señaló Ana María Toro, coordinadora de la MEEJR y asesora de la Dirección Nacional de Planeación (DNP).
La apertura del encuentro contó con una plenaria a la que asistieron los jóvenes emprendedores, la cooperación internacional y entidades del Estado. De allí salieron puntos importantes como la necesidad de generar diálogos de política pública basados en la gestión del conocimiento, así como la urgencia de que las organizaciones se vinculen a ejercicios académicos, para que puedan transformar sus territorios y repensar el desarrollo rural sostenible.
Los negocios de los jóvenes rurales
En el segundo día, cada joven mostró su emprendimiento y su apuesta para mejorar la calidad de vida en las regiones. En la feria de negocios fue una constante ver a todas las personas compartiendo, desde una simple conversación hasta una muestra de sus productos.
“Yo me vinculé a la mesa de emprendimiento con una iniciativa de turismo comunitario que se llama Cocha Tour, en la laguna de La Cocha (Nariño). Después de mucho trabajo, hoy ofrecemos nueve alternativas, en donde seguimos apostándole al empleo, a no salir de nuestras tierras y a dar a conocer las estrategias que estamos desarrollando”, dijo Davis Ruiz, técnico de turismo comunitario de PDT Nariño. Según comenta, su objetivo es que dejen de ser invisibles, ser vistos como “objetos de cambio” y generar procesos de reconciliación en su departamento. “No queremos dejar nuestra identidad, por encajar en una sociedad. Es mejor que la sociedad aprenda de nuestros saberes”, agregó.
También se vio una gran variedad de emprendimientos con productos del agro. Tal es el caso de Asogranos del Caguán, un proyecto de jóvenes que nació en Caquetá para llevar a cabo el relevo natural del campo. “El agro se está envejeciendo y nuestros jóvenes se están yendo. Por eso estamos trabajando en fortalecer los procesos, para que no nos dé miedo decir que somos productores (…) Nosotros ofrecemos cacao amargo, chocolate amargo, cocadas de cacao, arequipe de cacao y vino de cacao; todos ellos completamente artesanales”, explicó Yory Acuña, representante del emprendimiento, a la vez que aseguró que su objetivo es impactar positivamente en la mayor cantidad de núcleos familiares posible.
Este día cerró con un conversatorio abierto en el que estuvieron presentes los jóvenes rurales, representantes de entidades del Estado, así como delegados de cooperación internacional. El panel inició con una obra de teatro a cargo de la Corporación La Casa de Colores, en la que hicieron un homenaje a las víctimas del conflicto armado, con base en el informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV).
Allí, las organizaciones de juventudes rurales plantearon una serie de barreras presentes para triunfar con sus emprendimientos, como los costos de los productos, la dificultad para ser reconocidos en las mesas de diálogo, la falta de incentivos tributarios para sus negocios, así como la escasez de vías de comunicación para acudir a los diálogos vinculantes. Ante esto, las diversas entidades del Estado que hicieron presencia en el encuentro, al igual que los miembros de cooperación internacional, mostraron su intención de aportar al avance de políticas públicas para jóvenes rurales.
“Tenemos que volver a Colombia una potencia agrícola. Por eso hay que tener en la mira la reforma rural integral, con garantías de seguridad jurídica; solo así podemos mantener la función productiva de la tierra. Nosotros estamos abiertos a que sean ustedes quienes nos enseñen las particularidades de sus regiones”, manifestó José Augusto Acosta, gestor de la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
El aporte de los jóvenes rurales al PND
Los aportes de las y los jóvenes de la MEEJR al Plan Nacional de Desarrollo giraron en torno a cuatro ejes temáticos. En primer lugar, la gestión del conocimiento y la revolución digital, con la que se busca apostarle a la innovación en los procesos de los jóvenes. El segundo punto se refiere a las alternativas al desarrollo, para fortalecer la agricultura campesina familiar y comunitaria, en donde se incluyan los proyectos turísticos y de servicios. En tercer lugar, la soberanía y seguridad alimentaria, con el fin de reforzar las políticas públicas y garantizar el acceso a derechos. Finalmente, la transformación de los estereotipos de género, teniendo en cuenta los intereses de la comunidad LGBTI.
“Queremos que la transformación de los estereotipos de género comience a darse con mayor fuerza en la ruralidad, para incidir en el trabajo del cuidado como un trabajo colectivo, no como parte de la feminidad”, señaló Ana María Toro, coordinadora de la MEEJR, quien mencionó que el trabajo con las organizaciones continuará para tener una propuesta consolidada a más tardar el 15 de noviembre. “Los insumos que salgan de este proceso se van a articular con las mesas de diálogo ya establecidas por el Gobierno para el Plan Nacional de Desarrollo”, agregó.
Además, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo y el DNP presentaron el proyecto “Juventudes: El Campo en Movimiento”, que busca contribuir a la implementación de la política nacional de emprendimiento y empleabilidad para mejorar el acceso a oportunidades en el campo.
Esta iniciativa tiene una inversión estimada de $13.000 millones con miras al año 2025. Sus principales beneficiarios (más de 17 mil, aproximadamente), serán organizaciones campesinas, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueras, ambientalistas, de pescadores, comercializadoras, entre muchas otras asociaciones que quieran mostrar otra cara del agro a Colombia y al mundo.