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Los pasos a seguir para que Colombia proteja sus humedales

Al menos, el 26 % del territorio nacional está ocupado por humedales, unos ecosistemas claves para la seguridad alimentaria y la regulación del clima. Sin embargo, gran parte de ellos ha sido transformado por actividades como la ganadería. ¿Cómo evitar que desaparezcan y conservarlos? Hay varias metas que ayudarían a proteger estos depósitos de agua.

31 de agosto de 2023 - 01:00 p. m.
En Colombia hay aproximadamente 31 millones de hectáreas de humedales.
En Colombia hay aproximadamente 31 millones de hectáreas de humedales.
Foto: Luis Fernando López
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Colombia es un país rico en agua. En su territorio hay 1.595 especies de peces de agua dulce, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), y más de 48.000 humedales inventariados. Se estima que en territorio nacional hay 89 tipos o macrohabitats de humedales, en los que resaltan los manglares del Caribe y el Pacífico, arrecifes, lagunas costeras y ciénagas; que junto a las otras categorías ocupan, aproximadamente, 31 millones de hectáreas, que representan el 26 % del territorio continental e insular.

Estos ecosistemas, que permiten la acumulación de agua de forma temporal o permanente, son claves, entre otras cosas, para la regulación climática y la seguridad alimentaria de las poblaciones del país. De acuerdo con el Instituto Alexander von Humboldt, los humedales se encuentran ubicados especialmente en la extensa Orinoquia, el Amazonas y en el área de la cuenca Magdalena-Cauca. (Lea: Santanderes, a sumar esfuerzos para no quedarse sin agua)

Pese a ser de los ecosistemas más vulnerables al cambio climático, los humedales son aliados estratégicos en la mitigación de gases efecto invernadero (GEI) y la adaptación frente a este fenómeno. WWF explica que estos lugares pueden almacenar 50 veces más carbono que las selvas tropicales.

Esto se refleja en que tienen la capacidad de mitigar las inundaciones causadas por fenómenos naturales como La Niña o sequías generadas por el fenómeno de El Niño. Sus condiciones les permiten acumular agua dulce, salada o salabre, convirtiéndolas en “esponjas” o, en otras palabras, en reservorios hídricos.

Sin embargo, sus beneficios van más allá de la regulación climática, algo que muchas veces pasa desapercibido. “Los humedales brindan servicios de abastecimiento de alimentos, agua dulce, materias primas, medicinas. También están ligados a la cultura porque son escenario de educación ambiental y conocimiento científico”, afirma Ronald Antonio Ayazo, investigador del Centro de Soluciones Basadas en Naturaleza del Instituto Humboldt. (Lea: Conservar el 30 % del área terrestre y marina: ¿lo logrará Colombia en siete años?)

En el país hay 284 municipios con 30 % o más de su territorio en área humedal, donde viven cerca de 16 millones de personas. Estas comunidades tienen como principales actividades económicas la pesca y la agricultura, actividades que provienen directamente de los humedales, indica el estudio “Los humedales y el bienestar humano -Indicadores de pobreza”, del Humboldt.

Aunque estas actividades, sumando la minería y la ganadería, aportan el 35% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, dichos municipios presentan las mayores tasas de analfabetismo y deserción escolar, una alta incidencia de paludismo, gastroenteritis, dengue y una alta mortalidad infantil.

Lo que resulta importante es que tales condiciones podrían estar relacionadas directamente con la degradación de los ecosistemas de humedal, el aumento de enfermedades por pérdida de calidad del agua, la disminución de la pesca, el aumento de los índices de desnutrición y la pérdida de biodiversidad. Esto afecta directa o indirectamente la oferta de servicios culturales, de abastecimiento y de regulación del ecosistema, según el estudio. (Lea: Manglares: el tesoro de las comunidades del Pacífico colombiano)

¿Qué está afectando los humedales?

Ayazo, del Instituto Humboldt, explica que el 50 % de la transformación de estos ecosistemas se debe, principalmente, a la ganadería, pero también hay otros motivos como la agricultura, deforestación, minería, construcción de obras civiles y la urbanización.

“Cuando desaparece un humedal desaparece un escenario para las aves migratorias y para muchos animales acuáticos, pero también afecta el aspecto social”, dice el investigador.

Por ello, conservar estos ecosistemas es clave, no solo para el ambiente, sino para las personas que habitan a su alrededor. En ese sentido, hay diferentes soluciones basadas en la naturaleza que ayudarán a protegerlos. Entre estas resaltan: las acciones dirigidas a la gestión, es decir, que las comunidades, empresas y demás actores sociales cambien o mejoren su manera de relacionarse con los humedales.

“Afortunadamente, la gente está siendo más consciente de la importancia de los humedales y han empezado a formarse grupos comunitarios que protegen su unidad, es algo positivo que hay que resaltar”, dice Ayazo. (Lea también: Una medición global revela el impacto de las hormigas invasoras en la naturaleza)

Además de las acciones de las comunidades, las medidas de conservación también son claves. Una de las estrategias más importantes es la designación de sitios Ramsar, que nació de la Convención que lleva el mismo nombre, el cual es un tratado internacional que se estableció hace más de 40 años para proteger los humedales.

En Colombia se han propuesto 12 sitios Ramsar y una ampliación para uno de ellos. De estos, 10 están oficialmente designados y corresponden aproximadamente al 3 % de los humedales del país. Dentro de estos están: la Laguna de la Cocha en Pasto, la Estrella Fluvial Inírida entre Guainía y Vichada, Laguna del Otún en Risaralda y el Sistema Lacustre de Chingaza, en Cundinamarca.

“Hay varios criterios que se tienen en cuenta al momento de designar un sitio Ramsar: porque se considera un sitio único o representativo o porque conserva diversidad biológica específica, de aves acuáticas, especialmente, o grupos de especies endémicas”, explica Ayazo. (Lea: En Colombia no estuvo el monstruo del Lago Ness, pero sí hubo uno parecido)

De acuerdo con el estudio del Instituto Humboldt, “Los Sitios Ramsar en Colombia”, el 5 % de la superficie de los humedales presentan una transformación muy alta, el 9 % una transformación alta y un 11 % una transformación media. El humedal más afectado es el sistema delta estuarino del río Magdalena y la Ciénaga Grande de Santa Marta que tiene el 25 % de su área (131.750 ha) con un muy alto grado de degradación.

Estas designaciones -si bien ayudan a conservar estos lugares y a cumplir la meta internacional de Colombia de proteger el 30 % de su área terrestre y marina-, no funcionarán por sí solas. Por eso, el investigador del Humboldt resalta la importancia de implementar acciones locales para asegurar verdaderamente la conservación.

Ahora bien, hay algunos humedales en los que no basta solo declarar un área protegida o un sitio Ramsar, pues el nivel de degradación requiere implementar soluciones de restauración que varían dependiendo del ecosistema. Incluso, Ayazo, menciona que cuando los humedales han sido completamente transformados, es necesario crear uno nuevo, que en muchos casos terminan siendo lagos artificiales, también considerados humedales.

En esto, el país también tiene el compromiso a nivel internacional y es restaurar al menos el 30 % de sus ecosistemas terrestres, marinos y costeros en los próximos siete años. Ambas metas (la de conservación y restauración) hacen parte del Marco Global de Biodiversidad que se firmó en Montreal, el año pasado. La función de Colombia ahora es buscar las estrategias locales y puntales para cumplirlas.

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ALF(22220)31 de agosto de 2023 - 03:01 p. m.
Completamente erróneo el dato de 25% del territorio continental cubierto de humedales. En Convenio RAMSAR se habla den2.5 millones de hectáreas...Si fuese el 25% serían más de 250 millones de hectáreas
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