Los pingüinos son claves en el reciclaje de hierro en las aguas de la Antártida
Las poblaciones de barbijo aportan al océano más de 500 toneladas anuales de este metal a través del guano. Los resultados de una investigación, liderada por Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía del CSIC, ayudarán a entender la influencia de esta especie en el funcionamiento ecológico de las aguas superficiales del océano Antártico, señalan los autores.
Los pingüinos cumplen un papel fundamental en el suministro de metales reciclados a las aguas superficiales del océano Antártico. Esa es la conclusión a la que ha llegado una investigación dirigida por un equipo del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) del CSIC.
El estudio, publicado en Nature Communications, estima que la especie de pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus) aporta 521 toneladas al año de hierro reciclado a las aguas superficiales antárticas, a través del guano (sustrato resultante de la acumulación de heces). Esto supone unos tres miligramos de hierro por gramo de guano. (Lea: Otro gran reto: movilizar 65 mil animales que viven cerca al volcán del Ruiz)
Las trazas de metales como el hierro poseen una gran relevancia en el funcionamiento ecológico del océano Antártico, ya que promueven el crecimiento del fitoplancton y la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera. Es por ello que, en los últimos años, los científicos se han afanado en conocer los procesos que regulan la cantidad y distribución de este metal.
Hasta ahora, los estudios habían demostrado que otros organismos, como el krill o las ballenas, juegan un papel crucial en los ciclos biogeoquímicos del hierro, pero esta investigación es pionera en abordar y acreditar la influencia que los pingüinos tienen también en la regeneración de este metal.
“Los resultados del estudio no solo contribuyen a lograr un mejor conocimiento del ciclo biogeoquímico del hierro en el océano Antártico, sino que destacan la función clave de las poblaciones de pingüinos en él, influyendo en sus concentraciones ambientales y en su funcionamiento ecológico”, explica Antonio Tovar-Sánchez, coautor del trabajo. (Lea también: Gripe aviar: tres cóndores de California mueren por este virus en Estados Unidos)
Los investigadores destacan también hace 40 años las cifras de aportación de hierro podrían ser el doble que las actuales, ya que, según señalan estudios recientes, las poblaciones de pingüinos han disminuido alrededor de un 50 % desde entonces.
“Este descenso tendría una repercusión directa sobre las tasas de producción primaria y secuestro de carbono”, apunta el investigador del ICMAN y autor principal Oleg Belyaev.
Una metodología innovadora
El estudio se ha centrado en la colonia de pingüinos barbijo Collado Vapor ubicada al oeste de la isla Decepción. La metodología implicó tres fases: en primer lugar, se recogieron muestras de guano mediante un sistema de recolección que permitía obtener guano fresco sin interferencia con el suelo para su posterior caracterización química. (Lea: Continúa la alerta naranja por actividad del volcán nevado del Ruiz)
Además, se realizó un censado de la pingüinera a través de imágenes de drones y el uso de softwares de aprendizaje profundo, con el objetivo de estimar el número de ejemplares de esta especie. Por último, se recolectaron muestras de agua costera mediante la tecnología Awa, un sistema de recogida automática de aguas operado por drones que permitió llegar a zonas que eran inaccesibles desde embarcación.
Este trabajo, desarrollado por cuatro investigadores del ICMAN y una investigadora de la Universidad de Cádiz, es fruto de la participación del proyecto PiMetAn en la XXXIV Campaña Antártica. El equipo estuvo en la Base Antártica Española Gabriel de Castilla de la isla Decepción desde el 23 de enero hasta el 26 de febrero de 2021.
Los pingüinos cumplen un papel fundamental en el suministro de metales reciclados a las aguas superficiales del océano Antártico. Esa es la conclusión a la que ha llegado una investigación dirigida por un equipo del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) del CSIC.
El estudio, publicado en Nature Communications, estima que la especie de pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus) aporta 521 toneladas al año de hierro reciclado a las aguas superficiales antárticas, a través del guano (sustrato resultante de la acumulación de heces). Esto supone unos tres miligramos de hierro por gramo de guano. (Lea: Otro gran reto: movilizar 65 mil animales que viven cerca al volcán del Ruiz)
Las trazas de metales como el hierro poseen una gran relevancia en el funcionamiento ecológico del océano Antártico, ya que promueven el crecimiento del fitoplancton y la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera. Es por ello que, en los últimos años, los científicos se han afanado en conocer los procesos que regulan la cantidad y distribución de este metal.
Hasta ahora, los estudios habían demostrado que otros organismos, como el krill o las ballenas, juegan un papel crucial en los ciclos biogeoquímicos del hierro, pero esta investigación es pionera en abordar y acreditar la influencia que los pingüinos tienen también en la regeneración de este metal.
“Los resultados del estudio no solo contribuyen a lograr un mejor conocimiento del ciclo biogeoquímico del hierro en el océano Antártico, sino que destacan la función clave de las poblaciones de pingüinos en él, influyendo en sus concentraciones ambientales y en su funcionamiento ecológico”, explica Antonio Tovar-Sánchez, coautor del trabajo. (Lea también: Gripe aviar: tres cóndores de California mueren por este virus en Estados Unidos)
Los investigadores destacan también hace 40 años las cifras de aportación de hierro podrían ser el doble que las actuales, ya que, según señalan estudios recientes, las poblaciones de pingüinos han disminuido alrededor de un 50 % desde entonces.
“Este descenso tendría una repercusión directa sobre las tasas de producción primaria y secuestro de carbono”, apunta el investigador del ICMAN y autor principal Oleg Belyaev.
Una metodología innovadora
El estudio se ha centrado en la colonia de pingüinos barbijo Collado Vapor ubicada al oeste de la isla Decepción. La metodología implicó tres fases: en primer lugar, se recogieron muestras de guano mediante un sistema de recolección que permitía obtener guano fresco sin interferencia con el suelo para su posterior caracterización química. (Lea: Continúa la alerta naranja por actividad del volcán nevado del Ruiz)
Además, se realizó un censado de la pingüinera a través de imágenes de drones y el uso de softwares de aprendizaje profundo, con el objetivo de estimar el número de ejemplares de esta especie. Por último, se recolectaron muestras de agua costera mediante la tecnología Awa, un sistema de recogida automática de aguas operado por drones que permitió llegar a zonas que eran inaccesibles desde embarcación.
Este trabajo, desarrollado por cuatro investigadores del ICMAN y una investigadora de la Universidad de Cádiz, es fruto de la participación del proyecto PiMetAn en la XXXIV Campaña Antártica. El equipo estuvo en la Base Antártica Española Gabriel de Castilla de la isla Decepción desde el 23 de enero hasta el 26 de febrero de 2021.