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Detener la deforestación, proteger a los líderes ambientales, acelerar la transición hacia energías renovables y conservar la Amazonia, son algunos de los desafíos a los que se enfrentará el nuevo presidente. Acá un abrebocas.
1. Deforestación:
¿En qué estamos?
● El 52% del territorio colombiano está cubierto por bosques, que se encuentran principalmente en resguardos indígenas y tierras colectivas de comunidades afrodescendientes. Pero estos bosques están en riesgo: según el más reciente informe anual del IDEAM (2020), el país perdió 171.685 hectáreas (ha).
● Aunque los datos consolidados del primer semestre de 2021 muestran una reducción del 34% con respecto al año anterior, la deforestación sigue avanzando y hay una combinación de factores internos y externos que la dinamizan. La apropiación de tierras, la extracción ilícita de minerales, los cultivos de uso ilícito, la débil planificación y gestión del ordenamiento ambiental y territorial son algunas de sus causas.
● La Amazonia, que comprende los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Sur del Meta, Putumayo y Vaupés, es la región más afectada.
● Dos de los 24 lugares altamente amenazados por la deforestación en el mundo, están en Colombia: la Amazonia y el Chocó Darién, compartido con Ecuador.
Retos
● ¿Cómo se puede vincular mejor a las comunidades en las estrategias de protección considerando que en muchas de las áreas protegidas habitan comunidades campesinas o indígenas?
● En 2019 la Contraloría General de la República identificó la ocupación de tierras baldías mediante la legalización de predios como otro de los motores de la deforestación. Otro reto está en identificar quiénes están detrás de la apropiación de tierras.
● ¿Cómo enfrentar la deforestación más allá de estrategias como la Operación Artemisa, que judicializan al eslabón más bajo de la tala de bosques, los campesinos?
(Le puede interesar: Bosques, los nuevos indicadores de la salud humana)
2. Minería y transición energética
¿En qué estamos?
● La minería —centrada en carbón, oro y níquel— sigue ocupando uno de los principales renglones de la economía nacional, pues genera divisas y ha dinamizado las economías de algunos departamentos altamente dependientes de estas rentas y de las regalías. Sin embargo, basar la economía en proyectos de minería a gran escala, además de constituirse en un dinamizador de profundos conflictos territoriales, tiene incalculables consecuencias en términos ambientales y sociales.
● El mercado mundial del carbón —principal mineral producido en Colombia— se venía cerrando en Europa y Estados Unidos, previo al inicio de la guerra de Ucrania, lo que hace necesario establecer acciones para buscar transiciones a otras actividades productivas en los departamentos productores y la diversificación en la canasta exportadora del país.
● Colombia se comprometió a reducir en 51% sus emisiones de gases efecto invernadero para 2030, por lo que es clave no incentivar la dependencia a los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) y avanzar hacia energías de fuentes renovables: eólica o solar, por ejemplo.
Retos
● Asegurar una transición hacia energías renovables, puesto que su mayor inclusión en la matriz de energía es muy reciente. Para 2019, el país solo tenía el 0,2 % de energías renovables no convencionales en la matriz energética.
● Desarrollar una estrategia costo-efectiva de salida de los hidrocarburos considerando el cumplimiento de los compromisos internacionales, con acciones que generen el menor costo social y un impacto positivo acorde con nuestra responsabilidades y posibilidades.
● Contar con un marco legislativo y reglamentario correspondiente que permita gestionar los pasivos ambientales: si bien más del 70% de los pasivos ambientales del país son generados por actividades mineras y petroleras, no hay un marco legislativo ni reglamentario para su gestión, ni para adecuados cierres mineros (estos pasivos son focos de contaminación y afectación a la salud y al ambiente).
3. Amazonia
¿En qué estamos?
● La Amazonia se extiende en 10 departamentos, es hogar de 64 de los 115 pueblos indígenas de Colombia, así como de comunidades campesinas.
● Buena parte de la deforestación del país se concentra en esta región. En 2020, de acuerdo a las últimas cifras disponibles del IDEAM, Colombia perdió 171.685 hectáreas de bosque y el 63% ocurrió en la Amazonia.
● En los departamentos de Guaviare, Caquetá, Meta y Putumayo, en la zona conocida como el arco de la deforestación, se concentra el grueso de la problemática.
● Entre 2019 y 2020 el incremento de la deforestación en la región fue del 48%, representando la mayor extensión de área deforestada desde el 2006.
● La Amazonía vive una crisis de seguridad sin precedentes que tiene en riesgo a las comunidades amazónicas.
● El acaparamiento de tierras y el aumento de actividades como la ganadería, la minería ilegal y los cultivos de uso ilícito son algunas de las amenazas que enfrenta la región.
Retos
● Avanzar con la implementación del primer Pacto Intergeneracional por la Vida de la Amazonia Colombiana, orientado a alcanzar la cero deforestación en la Amazonia a 2030.
● Hacer frente a la deforestación y las actividades ilegales desde un enfoque de construcción de paz con perspectiva ambiental.
● Mitigar los impactos de la degradación ambiental en las comunidades indígenas que habitan la zona.
● Reconocer y fortalecer el papel de los pueblos indígenas y comunidades campesinas como tomadores de decisiones en la Amazonia, así como participantes activos de la protección del bosque amazónico.
4. Líderes ambientales en riesgo
¿En qué estamos?
● Según el informe más reciente de Global Witness, en 2020 Colombia fue el país donde más líderes ambientales fueron asesinados, registrando 65 homicidios, más de la mitad de los que se reportaron mundialmente.
● De acuerdo con los datos de la organización, Cauca, con 20 casos, fue la zona más peligrosa, seguida de Chocó, con ocho, y Norte de Santander, con siete.
● La protección de la tierra y la sustitución de cultivos ilícitos fueron catalogadas como las dos actividades más riesgosas para los líderes y lideresas del país.
● Cifras de Indepaz señalan que 611 líderes ambientales han sido asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz hasta 2021.
● En 2021, el Congreso colombiano dejó hundir el Acuerdo de Escazú, que busca fortalecer la protección de líderes ambientales y la justicia ambiental. A principios de 2022, llegó de nuevo al Congreso, donde está a la espera de culminar los cuatro debates que debe pasar para ser aprobado.
Retos
● La protección efectiva de los líderes y lideresas en los territorios.
● El fortalecimiento de las instituciones estatales a cargo de la administración de recursos naturales y acceso a tierras.
● La creación de nuevas disposiciones legales para limitar el accionar de actores corruptos y de crimen organizado que se aprovechan de las debilidades o vacíos jurídicos para su accionar ilegal.
● Ratificar el Acuerdo de Escazú para permitir una mejor protección de los defensores del medio ambiente y la inclusión de las comunidades locales en la gobernanza ambiental.
● Establecer cómo los acuerdos adquiridos internacionalmente incidirán en la forma en que se investigan crímenes relacionados con líderes ambientales
● Mitigar el impacto de la presencia de grupos paramilitares y criminales en distintas zonas del país, donde los liderazgos ambientales pueden resultar más vulnerables a sus agresiones.