Los retos mundiales frente al cambio climático
OPINIÓN.
Clara Solano, Directora ejecutiva de Fundación Natura
Escribo esta columna desde Dubái en plena COP 28 y estoy acá porque este 2023 es el año que produce el primer balance global sobre el avance del Acuerdo de París, que permite ver los esfuerzos realizados de manera individual por cada país y, por otro lado, aquellos colectivos; y así ajustar la ambición para limitar el calentamiento a 1.5 grados centígrados en los próximos años.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM y la Fundación Natura, constituyeron una alianza para apoyar la elaboración del Tercer Informe de Actualización de Cambio Climático de Colombia (BUR3), el cual entrega, adicionalmente, el primer Inventario Departamental de Carbono Negro y Gases Precursores. Este informe es el reporte bienal que entrega cada país sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las acciones que se han tomado para minimizarlos. (Lea: Planes para fin de año: los cinco parques naturales que puede visitar este fin de año)
La COP 28 inició con noticias desalentadoras, para no pasar de 1.5°C se requiere que las emisiones globales de GEI se reduzcan un 43% para 2030 con respecto a 2019, sin embargo, el informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático-CMNUCC, teniendo en cuenta las contribuciones determinadas nacionales (CDN), estima que las emisiones de GEI se reducirán solo un 0,3%; es decir que según este panorama no lo vamos a lograr.
Es importante recordar que ya estamos viviendo los efectos de cambio climático, por ejemplo, el clima que conocíamos se ha transformado afectando la biodiversidad, generando extinciones masivas, desmejorando las contribuciones de la naturaleza a la sociedad, impactando la producción de alimentos, el acceso al agua limpia, la seguridad climática, la salud pública, entre otros efectos devastadores para la vida.
Lo anterior pone una gran presión sobre los nuevos acuerdos que los países deben construir en esta COP28 y cumplir posteriormente. Entre muchos, voy a citar cuatro temas que para la Fundación Natura son relevantes:
1. La relación entre crisis climática y crisis por pérdida de biodiversidad es clara, lo que obliga a los países a comprometerse más con la protección, restauración y gestión sostenible de los ecosistemas, sus componentes y funciones. Pero esta visión no es solo pensando en los sumideros de carbono, sino en el mantenimiento de toda la bioculturalidad existente.
Las comunidades locales y pueblos indígenas son los principales custodios de los ecosistemas más conservados del mundo y, a su vez, los más vulnerables frente al cambio climático. Por otro lado, es imprescindible la restauración de las zonas más degradadas, que además se traslapan con la mayor densidad de poblaciones que requieren el mantenimiento de servicios como agua, calidad de aire, alimentos, entre otros. (Lea: Reducción de la deforestación y acción climática, balance de ambiente en el país)
2. La financiación climática global es definitiva para apoyar los tres programas pilares: mitigación, adaptación y pérdidas y daños; pero debe ser suficiente y dirigida con la menor intermediación posible, además de disponerse en mayor proporción a las organizaciones locales nacionales, comunidades indígenas y comunidades rurales,
3. La eliminación gradual de los combustibles fósiles, incluidos petróleo y gas, garantizando una transición justa, no solo es un debate de las elites y las gerencias de las grandes compañías, este es un proceso que debe ser construido desde los territorios, generando acuerdos justos y en atención a las tensiones sociales e inequidades que existen en los territorios.
Países que dependen del petróleo no podrán cumplir este plan tan rápidamente. Para Colombia, que tiene muchas oportunidades de desarrollo (agrícolas, turísticos y otros servicios), el 55% y 60% de la balanza comercial son exportaciones de carbón y petróleo respectivamente; que en el caso del petróleo son cerca de USD$ 18 billones anuales.
Teniendo tantas diferencias entre, por un lado, los países petroleros y, por el otro, los más biodiversos, tenemos una dependencia económica que nos pone retos muy grandes en esta transición que se propone.
4. En el 2025 se comunicarán las nuevas CDN y cada país, entre 2020 y 2025, debe actuar y mejorar. Sin embargo, ¿es un tiempo real para ajustar?
Según el informe BUR3 para el 60,6% del total de las emisiones de GEI la deforestación aporta un 31,2%, la fermentación entérica un 14,0%, la quema de
combustible en transporte terrestre un 9,8% y la gestión del bosque natural que permanece un 5,6%.
Si Colombia continúa gestionando la disminución en la deforestación tendrá un importante avance y si acelera los proyectos de su matriz energética a eólicos y fotovoltaicos y usa el gas como punto clave en la transición, dará pasos gigantes.
Estos puntos son, sin duda, parte de la agenda de esta nueva década de Fundación Natura y estamos preparados para asumirla y continuar nuestro aporte al desarrollo sostenible de Colombia. Como sociedad civil tenemos el compromiso de trabajar en alianza, articulando la ciencia y los conocimientos tradicionales y locales y trabajando por la paz con múltiples sectores de la sociedad colombiana, siempre transformando el vínculo entre la sociedad y la naturaleza.
Escribo esta columna desde Dubái en plena COP 28 y estoy acá porque este 2023 es el año que produce el primer balance global sobre el avance del Acuerdo de París, que permite ver los esfuerzos realizados de manera individual por cada país y, por otro lado, aquellos colectivos; y así ajustar la ambición para limitar el calentamiento a 1.5 grados centígrados en los próximos años.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales-IDEAM y la Fundación Natura, constituyeron una alianza para apoyar la elaboración del Tercer Informe de Actualización de Cambio Climático de Colombia (BUR3), el cual entrega, adicionalmente, el primer Inventario Departamental de Carbono Negro y Gases Precursores. Este informe es el reporte bienal que entrega cada país sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las acciones que se han tomado para minimizarlos. (Lea: Planes para fin de año: los cinco parques naturales que puede visitar este fin de año)
La COP 28 inició con noticias desalentadoras, para no pasar de 1.5°C se requiere que las emisiones globales de GEI se reduzcan un 43% para 2030 con respecto a 2019, sin embargo, el informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático-CMNUCC, teniendo en cuenta las contribuciones determinadas nacionales (CDN), estima que las emisiones de GEI se reducirán solo un 0,3%; es decir que según este panorama no lo vamos a lograr.
Es importante recordar que ya estamos viviendo los efectos de cambio climático, por ejemplo, el clima que conocíamos se ha transformado afectando la biodiversidad, generando extinciones masivas, desmejorando las contribuciones de la naturaleza a la sociedad, impactando la producción de alimentos, el acceso al agua limpia, la seguridad climática, la salud pública, entre otros efectos devastadores para la vida.
Lo anterior pone una gran presión sobre los nuevos acuerdos que los países deben construir en esta COP28 y cumplir posteriormente. Entre muchos, voy a citar cuatro temas que para la Fundación Natura son relevantes:
1. La relación entre crisis climática y crisis por pérdida de biodiversidad es clara, lo que obliga a los países a comprometerse más con la protección, restauración y gestión sostenible de los ecosistemas, sus componentes y funciones. Pero esta visión no es solo pensando en los sumideros de carbono, sino en el mantenimiento de toda la bioculturalidad existente.
Las comunidades locales y pueblos indígenas son los principales custodios de los ecosistemas más conservados del mundo y, a su vez, los más vulnerables frente al cambio climático. Por otro lado, es imprescindible la restauración de las zonas más degradadas, que además se traslapan con la mayor densidad de poblaciones que requieren el mantenimiento de servicios como agua, calidad de aire, alimentos, entre otros. (Lea: Reducción de la deforestación y acción climática, balance de ambiente en el país)
2. La financiación climática global es definitiva para apoyar los tres programas pilares: mitigación, adaptación y pérdidas y daños; pero debe ser suficiente y dirigida con la menor intermediación posible, además de disponerse en mayor proporción a las organizaciones locales nacionales, comunidades indígenas y comunidades rurales,
3. La eliminación gradual de los combustibles fósiles, incluidos petróleo y gas, garantizando una transición justa, no solo es un debate de las elites y las gerencias de las grandes compañías, este es un proceso que debe ser construido desde los territorios, generando acuerdos justos y en atención a las tensiones sociales e inequidades que existen en los territorios.
Países que dependen del petróleo no podrán cumplir este plan tan rápidamente. Para Colombia, que tiene muchas oportunidades de desarrollo (agrícolas, turísticos y otros servicios), el 55% y 60% de la balanza comercial son exportaciones de carbón y petróleo respectivamente; que en el caso del petróleo son cerca de USD$ 18 billones anuales.
Teniendo tantas diferencias entre, por un lado, los países petroleros y, por el otro, los más biodiversos, tenemos una dependencia económica que nos pone retos muy grandes en esta transición que se propone.
4. En el 2025 se comunicarán las nuevas CDN y cada país, entre 2020 y 2025, debe actuar y mejorar. Sin embargo, ¿es un tiempo real para ajustar?
Según el informe BUR3 para el 60,6% del total de las emisiones de GEI la deforestación aporta un 31,2%, la fermentación entérica un 14,0%, la quema de
combustible en transporte terrestre un 9,8% y la gestión del bosque natural que permanece un 5,6%.
Si Colombia continúa gestionando la disminución en la deforestación tendrá un importante avance y si acelera los proyectos de su matriz energética a eólicos y fotovoltaicos y usa el gas como punto clave en la transición, dará pasos gigantes.
Estos puntos son, sin duda, parte de la agenda de esta nueva década de Fundación Natura y estamos preparados para asumirla y continuar nuestro aporte al desarrollo sostenible de Colombia. Como sociedad civil tenemos el compromiso de trabajar en alianza, articulando la ciencia y los conocimientos tradicionales y locales y trabajando por la paz con múltiples sectores de la sociedad colombiana, siempre transformando el vínculo entre la sociedad y la naturaleza.