¿Por qué los ríos son más que fuentes de agua?
Información institucional.
Los ríos son la más importante fuente de agua dulce, de la cual dependen 2 billones de personas para hidratarse. Sin embargo, estos traen otros beneficios que superan el valor del agua que cargan. Aquí te contamos cuál es su importancia y qué amenazas enfrentan.
El Amazonas, el Nilo, el Ganges y el Mississippi son algunos de los ríos más importantes a nivel mundial. Su curso de agua, marca el desarrollo y la identidad de los lugares que recorren, pero también el bienestar de los seres humanos de muchas formas. El aprovisionamiento de agua es una de sus principales funciones, pues se estima que 2 billones de personas dependen de los ríos para tomar agua directamente de ellos. También son una fuente de energía hidroeléctrica, ya que estos proveen el 17% de la energía generada a nivel global. Sin embargo, estos cumplen otras funciones vitales.
Empecemos por la alimentación, donde el 25% de la población mundial depende de la irrigación de estas fuentes de agua para el desarrollo de sus cultivos. A través de los sistemas de irrigación, los ríos proveen agua a 190 millones de hectáreas de tierras, las cuales son responsables de un cuarto de la producción global de comida. Pero también son una importante fuente de alimento, especialmente de proteína animal, gracias a la pesca, pues al menos 12 millones de toneladas de peces de agua dulce son capturados anualmente. Los ríos dan vida a algunas de las empresas pesqueras más productivas, pero también son una importante fuente de ingreso económico para las comunidades locales que dependen del acceso a esta proteína de bajo costo.
Estas, a su vez, se benefician de la riqueza de sus deltas, aquella formación geográfica que se encuentra en sus desembocaduras al mar. Su alta cantidad de nutrientes hace de los deltas una de las regiones agrícolas más productivas, por lo cual se estima que 500 millones de personas se sustentan a partir de los sedimentos que allí se encuentran. La arena, arcilla y gravilla que conforman los deltas brindan estabilidad a los ríos, pero también son una fuente de material de construcción. Los ríos tienen el poder de convertir las piedras en arena y grava para después almacenarlos por tamaño en pequeñas parcelas, y ser extraída para minería.
Las llanuras aluviales y los sedimentos también brindan estabilidad y previenen el riesgo de inundaciones en las ciudades. Y no olvidemos otras funciones vitales como la biodiversidad que generan y contienen, ríos como el Bita, ubicado en la Orinoquía colombiana, donde viven al menos 1,474 especies de plantas, 254 de peces, 201 de aves y 63 de mamíferos. La cuenca del río Bita fue nombrado como uno de los pocos sitios Ramsar en el mundo que incluyen una cuenca fluvial completa que fluye libremente.
Y este es un aspecto fundamental, pues solo un tercio de los 177 ríos más largos del mundo (de aproximadamente 1.000 km o más) continúan fluyendo libremente sin obstáculos como carreteras, represas o hidroeléctricas. Actividades asociadas al desarrollo de infraestructura, la construcción y la producción de energía han interrumpido el libre flujo de los ríos, y con ello, el desarrollo de sus funciones ambientales.
Actividades que alteran el flujo de los ríos
¿Cómo se ve un río que fluye libremente? Su caudal y conectividad no han sido alterados por la actividad humana; el agua, el cieno (aquel lodo blanco que forma los depósitos de los ríos) y otros elementos que conforman los ríos pueden desplazarse sin obstáculos. Los animales que viven en ellos, delfines, tortugas y peces migratorios, pueden nadar río arriba y abajo libremente, y el río puede ensancharse y contraerse de forma natural, fertilizando sus valles aledaños cuando llegan los períodos de lluvias y conectándose con sus humedales vecinos permitiendo las famosas subiendas o piracemos de peces.
Sin embargo, la mayoría de los ríos no se ven así. Gran parte de los ríos más grandes del mundo han sido alterados de alguna forma. ¿Qué actividades impiden que los ríos fluyan libremente? El desarrollo de infraestructura y la urbanización están catalogados como las principales amenazas para los ríos. La proliferación de la infraestructura de manejo del agua como la construcción de canales y diques conlleva a la fragmentación de los ríos, desconectándolos de sus llanuras y afectando las rutas usadas por los peces migratorios y por otras especies. La fragmentación de los ríos ha hecho que muchos de ellos mueran y ya no puedan llegar a los océanos.
La mega infraestructura que se construye para almacenar y retener agua que será utilizada en la generación de hidroenergía, el control de inundaciones o sistemas de riego, ha traído grandes beneficios para las economías, pero tiene un alto costo para las demás funciones naturales que cumplen los ríos. Si una presa se construye en el lugar erróneo, animales como los bocachicos, grandes bagres o el delfín de río no pueden migrar para alimentarse, reproducirse o buscar un nuevo hábitat, amenazando así las poblaciones de animales y las comunidades de personas que dependen de ellos.
A estas amenazas se suma el irracional uso de los ríos como parte del alcantarillado de las ciudades y sus sistemas de manejo de residuos, lo cual resulta en la contaminación del agua y, por consiguiente, incrementa los costos económicos de su purificación o potabilización para que luego podamos beberla. Por ello es necesario un manejo que se base en el entendimiento y respeto el valor de los ríos, comprender que estos pueden tener beneficios mucho más sostenibles. Así, es posible proteger e incrementar los servicios ecosistémicos que nos brindan como disponer de agua potable, la provisión de sedimentos y minerales, la pesca, la regulación de inundaciones, la captura de nutrientes y carbono, la producción de fibra y otros servicios culturales y recreacionales.
Los ríos son la más importante fuente de agua dulce, de la cual dependen 2 billones de personas para hidratarse. Sin embargo, estos traen otros beneficios que superan el valor del agua que cargan. Aquí te contamos cuál es su importancia y qué amenazas enfrentan.
El Amazonas, el Nilo, el Ganges y el Mississippi son algunos de los ríos más importantes a nivel mundial. Su curso de agua, marca el desarrollo y la identidad de los lugares que recorren, pero también el bienestar de los seres humanos de muchas formas. El aprovisionamiento de agua es una de sus principales funciones, pues se estima que 2 billones de personas dependen de los ríos para tomar agua directamente de ellos. También son una fuente de energía hidroeléctrica, ya que estos proveen el 17% de la energía generada a nivel global. Sin embargo, estos cumplen otras funciones vitales.
Empecemos por la alimentación, donde el 25% de la población mundial depende de la irrigación de estas fuentes de agua para el desarrollo de sus cultivos. A través de los sistemas de irrigación, los ríos proveen agua a 190 millones de hectáreas de tierras, las cuales son responsables de un cuarto de la producción global de comida. Pero también son una importante fuente de alimento, especialmente de proteína animal, gracias a la pesca, pues al menos 12 millones de toneladas de peces de agua dulce son capturados anualmente. Los ríos dan vida a algunas de las empresas pesqueras más productivas, pero también son una importante fuente de ingreso económico para las comunidades locales que dependen del acceso a esta proteína de bajo costo.
Estas, a su vez, se benefician de la riqueza de sus deltas, aquella formación geográfica que se encuentra en sus desembocaduras al mar. Su alta cantidad de nutrientes hace de los deltas una de las regiones agrícolas más productivas, por lo cual se estima que 500 millones de personas se sustentan a partir de los sedimentos que allí se encuentran. La arena, arcilla y gravilla que conforman los deltas brindan estabilidad a los ríos, pero también son una fuente de material de construcción. Los ríos tienen el poder de convertir las piedras en arena y grava para después almacenarlos por tamaño en pequeñas parcelas, y ser extraída para minería.
Las llanuras aluviales y los sedimentos también brindan estabilidad y previenen el riesgo de inundaciones en las ciudades. Y no olvidemos otras funciones vitales como la biodiversidad que generan y contienen, ríos como el Bita, ubicado en la Orinoquía colombiana, donde viven al menos 1,474 especies de plantas, 254 de peces, 201 de aves y 63 de mamíferos. La cuenca del río Bita fue nombrado como uno de los pocos sitios Ramsar en el mundo que incluyen una cuenca fluvial completa que fluye libremente.
Y este es un aspecto fundamental, pues solo un tercio de los 177 ríos más largos del mundo (de aproximadamente 1.000 km o más) continúan fluyendo libremente sin obstáculos como carreteras, represas o hidroeléctricas. Actividades asociadas al desarrollo de infraestructura, la construcción y la producción de energía han interrumpido el libre flujo de los ríos, y con ello, el desarrollo de sus funciones ambientales.
Actividades que alteran el flujo de los ríos
¿Cómo se ve un río que fluye libremente? Su caudal y conectividad no han sido alterados por la actividad humana; el agua, el cieno (aquel lodo blanco que forma los depósitos de los ríos) y otros elementos que conforman los ríos pueden desplazarse sin obstáculos. Los animales que viven en ellos, delfines, tortugas y peces migratorios, pueden nadar río arriba y abajo libremente, y el río puede ensancharse y contraerse de forma natural, fertilizando sus valles aledaños cuando llegan los períodos de lluvias y conectándose con sus humedales vecinos permitiendo las famosas subiendas o piracemos de peces.
Sin embargo, la mayoría de los ríos no se ven así. Gran parte de los ríos más grandes del mundo han sido alterados de alguna forma. ¿Qué actividades impiden que los ríos fluyan libremente? El desarrollo de infraestructura y la urbanización están catalogados como las principales amenazas para los ríos. La proliferación de la infraestructura de manejo del agua como la construcción de canales y diques conlleva a la fragmentación de los ríos, desconectándolos de sus llanuras y afectando las rutas usadas por los peces migratorios y por otras especies. La fragmentación de los ríos ha hecho que muchos de ellos mueran y ya no puedan llegar a los océanos.
La mega infraestructura que se construye para almacenar y retener agua que será utilizada en la generación de hidroenergía, el control de inundaciones o sistemas de riego, ha traído grandes beneficios para las economías, pero tiene un alto costo para las demás funciones naturales que cumplen los ríos. Si una presa se construye en el lugar erróneo, animales como los bocachicos, grandes bagres o el delfín de río no pueden migrar para alimentarse, reproducirse o buscar un nuevo hábitat, amenazando así las poblaciones de animales y las comunidades de personas que dependen de ellos.
A estas amenazas se suma el irracional uso de los ríos como parte del alcantarillado de las ciudades y sus sistemas de manejo de residuos, lo cual resulta en la contaminación del agua y, por consiguiente, incrementa los costos económicos de su purificación o potabilización para que luego podamos beberla. Por ello es necesario un manejo que se base en el entendimiento y respeto el valor de los ríos, comprender que estos pueden tener beneficios mucho más sostenibles. Así, es posible proteger e incrementar los servicios ecosistémicos que nos brindan como disponer de agua potable, la provisión de sedimentos y minerales, la pesca, la regulación de inundaciones, la captura de nutrientes y carbono, la producción de fibra y otros servicios culturales y recreacionales.