“Provoca abrazar a los árboles”
Información institucional.
Cerrejón
En la hermosa Guajira, en áreas cercanas a Cerrejón, varias comunidades del departamento se aliaron con la empresa para conformar una red de viveros que protege el bosque seco tropical.
Como si se tratase de super héroes de la naturaleza, más de 350 guajiros lograron producir y plantar durante este año más de 550.000 árboles en un departamento en el que predomina uno de los ecosistemas más importantes del país y del mundo: el bosque seco tropical.
Alcanzar ese logro no ha sido un camino fácil. Lo primero, involucrar a los actores del territorio y fusionar el conocimiento técnico de Cerrejón con el tradicional o ancestral de las comunidades. Para eso, en 2016, la empresa inició la conformación de una red de viveros para la producción de plantas nativas del bosque seco tropical de la mano de cuatro asociaciones comunitarias: ALCEBA, Awavichor, Provincial y AGUAPACEBA.
(Lea: Las estrategias para mitigar la deforestación en los parques nacionales naturales)
“Al principio, comenzamos con la implementación de diferentes proyectos de conservación y protección de la microcuenca del arroyo Paladines, desarrollados por comités coordinadores locales integrados por indígenas y campesinos lideres de la zona. Antes éramos campesinos sencillos que vivíamos del campo, hoy tenemos ingresos por cuidar y restaurar el bosque, lo que además nos ha permitido fortalecer nuestros lazos de amistad con nuestros paisanos”, afirma Isolis Ojeda, representante legal de ALCEBA.
Para recorrer ese camino se comenzó un proceso de capacitación en procesos de producción y siembra de plantas nativas. Se buscaba consolidar un proyecto que permitiera generar empleos alineados a la sostenibilidad del bosque, así como empoderar a las generaciones actuales y futuras en el cuidado de los ecosistemas.
El proyecto ha generado espacios para el fortalecimiento social, ambiental y cultural para todos los miembros de las comunidades. Además, ha generado la vinculación de mano de obra local, lo que permite mejorar la calidad de vida de las familias. También, ha generado el aprendizaje de jóvenes en la recolección de semillas de árboles nativos, su almacenamiento y conservación.
(Le puede interesar: Las mejores fotos de aves en Australia en 2022)
Esta iniciativa ha logrado grandes resultados gracias a la aplicación del conocimiento de las comunidades en la recolección de semillas, la supervivencia de las plantas tanto de las producidas como de las sembradas, así como de la protección de los ecosistemas. El objetivo final es conectar más de 25.000 hectáreas de bosque entre la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá, generando un corredor biológico que los una, un proceso fundamental para en el país.
“En Cerrejón estamos comprometidos con desarrollar nuestras operaciones de forma sostenible, cuidando el medio ambiente, involucrando a las comunidades y aportando al desarrollo del país. Día a día trabajamos con el compromiso de crear un legado ambiental positivo para La Guajira, con la conformación del área de bosque seco tropical mejor conservada del Caribe colombiano y con la implementación de herramientas de conservación y restauración ecosistémica que involucre y empodere a las comunidades humanas que habitan y conviven con estos ecosistemas. Al mismo tiempo, a través de estas iniciativas, aseguramos la sostenibilidad del bosque con programas productivos, educativos y sensibilización ambiental”, afirma Luis Francisco Madriñán, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.
Un proyecto con enfoque de género
Los viveros son administrados por mujeres de las comunidades, quienes son las encargadas de liderar los diferentes procesos que se realizan. De esta forma se empoderan, tanto las generaciones actuales como futuras, y genera una cultura alrededor de la equidad y la diversidad dentro de las asociaciones.
Tal como lo manifiesta Ailin Acosta, coordinadora del vivero de Provincial: “no tengo palabras para describir lo que me hace sentir este proyecto. Es un reconocimiento no solo a nuestra labor, sino también a nuestra tierra, que nos necesita y que necesita de acciones y no de palabras. Principalmente, nuestro proyecto es sobre conservación de este bosque seco tropical, al que le urge, y más en La Guajira, ser salvado. Es un primer paso que estamos dando, el más importante para lograrlo”.
Por su parte, Isolis Ojeda refuerza: “nuestra lucha, nuestro amor y nuestro enfoque no ha sido en vano. Nosotros llevamos la naturaleza en la sangre, es una herencia que nos dejaron nuestros abuelos y nosotros también se los trasmitimos a nuestros descendientes. Ese es el legado que nosotros les dejaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos”.
(Lea: La líder ambiental que trabaja por proteger la Orinoquía)
Los desafíos sociales del proyecto integran a los diferentes actores del territorio para generar empleo e ingresos, al tiempo que se sensibilizan y empoderan mediante el establecimiento de proyectos sostenibles de alto impacto positivo en temas socio ambientales. Todo esto, relacionado con el óptimo uso de los servicios ecosistémicos que brinda la naturaleza.
El propósito de Cerrejón es conformar, en los próximos 10 años, la red de viveros comunitarios para la producción de plantas nativas del bosque seco más grande La Guajira y del Caribe. Con esta iniciativa se aporta a la generación de conocimiento, a la protección del bosque y de especies amenazadas como el jaguar, y también se abordan desafíos sociales, ambientales y económicos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la disponibilidad de agua o la desaparición de espacios culturales, entre otros.
“La satisfacción más grande para nosotros es poder ver que un área que estaba tan desolada ahora esta revitalizada. Por muy difícil que se vean las cosas nunca desfallezcan porque la gran dicha viene por el servicio cumplido de hacer las cosas con amor. Es muy bello llegar a la zona que estamos reforestando, ver esa montaña tan hermosa que provoca abrazar a los árboles. Me siento bien servida: después de tanta lucha aquí están los resultados”, finaliza Isolis Ojeda.
En la hermosa Guajira, en áreas cercanas a Cerrejón, varias comunidades del departamento se aliaron con la empresa para conformar una red de viveros que protege el bosque seco tropical.
Como si se tratase de super héroes de la naturaleza, más de 350 guajiros lograron producir y plantar durante este año más de 550.000 árboles en un departamento en el que predomina uno de los ecosistemas más importantes del país y del mundo: el bosque seco tropical.
Alcanzar ese logro no ha sido un camino fácil. Lo primero, involucrar a los actores del territorio y fusionar el conocimiento técnico de Cerrejón con el tradicional o ancestral de las comunidades. Para eso, en 2016, la empresa inició la conformación de una red de viveros para la producción de plantas nativas del bosque seco tropical de la mano de cuatro asociaciones comunitarias: ALCEBA, Awavichor, Provincial y AGUAPACEBA.
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“Al principio, comenzamos con la implementación de diferentes proyectos de conservación y protección de la microcuenca del arroyo Paladines, desarrollados por comités coordinadores locales integrados por indígenas y campesinos lideres de la zona. Antes éramos campesinos sencillos que vivíamos del campo, hoy tenemos ingresos por cuidar y restaurar el bosque, lo que además nos ha permitido fortalecer nuestros lazos de amistad con nuestros paisanos”, afirma Isolis Ojeda, representante legal de ALCEBA.
Para recorrer ese camino se comenzó un proceso de capacitación en procesos de producción y siembra de plantas nativas. Se buscaba consolidar un proyecto que permitiera generar empleos alineados a la sostenibilidad del bosque, así como empoderar a las generaciones actuales y futuras en el cuidado de los ecosistemas.
El proyecto ha generado espacios para el fortalecimiento social, ambiental y cultural para todos los miembros de las comunidades. Además, ha generado la vinculación de mano de obra local, lo que permite mejorar la calidad de vida de las familias. También, ha generado el aprendizaje de jóvenes en la recolección de semillas de árboles nativos, su almacenamiento y conservación.
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Esta iniciativa ha logrado grandes resultados gracias a la aplicación del conocimiento de las comunidades en la recolección de semillas, la supervivencia de las plantas tanto de las producidas como de las sembradas, así como de la protección de los ecosistemas. El objetivo final es conectar más de 25.000 hectáreas de bosque entre la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá, generando un corredor biológico que los una, un proceso fundamental para en el país.
“En Cerrejón estamos comprometidos con desarrollar nuestras operaciones de forma sostenible, cuidando el medio ambiente, involucrando a las comunidades y aportando al desarrollo del país. Día a día trabajamos con el compromiso de crear un legado ambiental positivo para La Guajira, con la conformación del área de bosque seco tropical mejor conservada del Caribe colombiano y con la implementación de herramientas de conservación y restauración ecosistémica que involucre y empodere a las comunidades humanas que habitan y conviven con estos ecosistemas. Al mismo tiempo, a través de estas iniciativas, aseguramos la sostenibilidad del bosque con programas productivos, educativos y sensibilización ambiental”, afirma Luis Francisco Madriñán, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.
Un proyecto con enfoque de género
Los viveros son administrados por mujeres de las comunidades, quienes son las encargadas de liderar los diferentes procesos que se realizan. De esta forma se empoderan, tanto las generaciones actuales como futuras, y genera una cultura alrededor de la equidad y la diversidad dentro de las asociaciones.
Tal como lo manifiesta Ailin Acosta, coordinadora del vivero de Provincial: “no tengo palabras para describir lo que me hace sentir este proyecto. Es un reconocimiento no solo a nuestra labor, sino también a nuestra tierra, que nos necesita y que necesita de acciones y no de palabras. Principalmente, nuestro proyecto es sobre conservación de este bosque seco tropical, al que le urge, y más en La Guajira, ser salvado. Es un primer paso que estamos dando, el más importante para lograrlo”.
Por su parte, Isolis Ojeda refuerza: “nuestra lucha, nuestro amor y nuestro enfoque no ha sido en vano. Nosotros llevamos la naturaleza en la sangre, es una herencia que nos dejaron nuestros abuelos y nosotros también se los trasmitimos a nuestros descendientes. Ese es el legado que nosotros les dejaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos”.
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Los desafíos sociales del proyecto integran a los diferentes actores del territorio para generar empleo e ingresos, al tiempo que se sensibilizan y empoderan mediante el establecimiento de proyectos sostenibles de alto impacto positivo en temas socio ambientales. Todo esto, relacionado con el óptimo uso de los servicios ecosistémicos que brinda la naturaleza.
El propósito de Cerrejón es conformar, en los próximos 10 años, la red de viveros comunitarios para la producción de plantas nativas del bosque seco más grande La Guajira y del Caribe. Con esta iniciativa se aporta a la generación de conocimiento, a la protección del bosque y de especies amenazadas como el jaguar, y también se abordan desafíos sociales, ambientales y económicos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la disponibilidad de agua o la desaparición de espacios culturales, entre otros.
“La satisfacción más grande para nosotros es poder ver que un área que estaba tan desolada ahora esta revitalizada. Por muy difícil que se vean las cosas nunca desfallezcan porque la gran dicha viene por el servicio cumplido de hacer las cosas con amor. Es muy bello llegar a la zona que estamos reforestando, ver esa montaña tan hermosa que provoca abrazar a los árboles. Me siento bien servida: después de tanta lucha aquí están los resultados”, finaliza Isolis Ojeda.