Que la celebración de Navidad y fin de año no implique un costo extra para el planeta
La forma en la que vivimos esta época del año tiene un efecto en la naturaleza, por eso es importante que el impacto que generemos sea el menor posible. Acá una serie de recomendaciones al elegir los regalos, preparar la cena y decorar la casa.
La acelerada y desmedida forma en que producimos y consumimos ha causado graves consecuencias en el planeta, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, causados principalmente por el cambio del uso del suelo, un término que se refiere a la transformación de ecosistemas para que se puedan realizar actividades como la ganadería, agricultura e, incluso, la expansión de ciudades.
Ya vienen las festividades de fin de año, una época en la que, por lo general, se consume y produce más. Lo que comemos, lo que regalamos, cómo nos vestimos y cómo decoramos puede llegar a tener impactos más negativos en el ambiente si no somos conscientes de las consecuencias que tienen prácticas como desperdiciar alimentos o utilizar plásticos de un solo uso.
Es por esto que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés) dio a conocer una serie de recomendaciones para disfrutar de las festividades disminuyendo el impacto sobre la naturaleza. (Lea: Colombia, un país anfibio que tiene sus especies de agua dulce en peligro)
¿Qué tener en cuenta al escoger un regalo?
WWF Colombia recomienda tener en cuenta tres aspectos antes de elegir el regalo que vamos a dar: su utilidad, sus materiales y el empaque. Muchas veces es mejor regalar un recuerdo memorable o una experiencia, y no un objeto que terminará contaminando el planeta.
Una visita a entornos naturales puede ser una buena opción. Colombia es uno de los países más ricos en diversidad biológica y cultural en el mundo, y tiene 43 Parques Nacionales Naturales que la resguardan.
Algunos de los que se pueden visitar son Chingaza, para quienes están en Bogotá; la sierra de La Macarena, ubicada en el Meta, es uno de los destinos más apetecidos a escala nacional, especialmente porque allí es donde se encuentra Caño Cristales; Utría en la costa norte del Pacífico colombiano, en el departamento del Chocó; o Gorgona, un pequeño paraíso de diversidad conformado por las islas Gorgona y Gorgonilla.
En caso de que decidan dar un objeto, es importante tener en cuenta los materiales con los que fue fabricado, especialmente si es de papel o madera. Recordemos que entre 2017 y 2020 la deforestación solo en la región amazónica en Colombia representó del 61 al 70 % de la pérdida total de bosque en el país. El sello FSC es una de las certificaciones que les permite a los consumidores saber si los objetos de madera que están comprando provienen de bosques en el que se aseguran buenas prácticas. (Lea también: Situación de la cadena del valor del queso en el departamento del Caquetá)
El oro no es una buena opción. Para obtener un gramo de este metal se necesitan más de 1.000 litros de agua, la misma cantidad que una persona emplea para su higiene y consumo responsable durante diez días. Hay que sumar que para la extracción del oro en algunos casos se emplea mercurio, pese a que está prohibido por la ley colombiana. Esto afecta en gran medida a las especies que viven en el agua, e incluso puede afectar a los humanos, ya que al consumir peces contaminados con mercurio, por ejemplo, este elemento puede llegar a nuestro organismo. Según Luis Álvaro Pardo Becerra, director de la Agencia Nacional de Minería (ANM), el 80 % de la minería que se desarrolla en Colombia se hace de manera ilegal.
Por otra parte, “el empaque dice mucho. El mejor residuo es aquel que no se genera e infortunadamente el mal manejo de nuestros desechos está llenando el océano de plástico y aumentando la temperatura del planeta a ritmos peligrosos”, dice WWF. Según la ONU, en el mundo se producen más de 200 millones de toneladas de desechos plásticos al año, una cifra en la que los colombianos aportamos cerca de 1,5 millones, de acuerdo con los datos de la Procuraduría General.
Esta es una situación preocupante teniendo en cuenta que el porcentaje de reciclaje es mínimo y la mayoría de estos residuos terminan afectando a las especies que viven en los ecosistemas de agua, e incluso en nuestra comida. Cada persona estaría consumiendo cinco gramos de microplástico —lo que pesa una tarjeta de crédito— a la semana, según un estudio realizado por WWF y la Universidad de Newcastle, Australia, en 2019.
Al hacer compras sería ideal llevar bolsas reutilizables, escoger regalos con muy poco empaque, o sin este, y preferiblemente comprar productos locales, teniendo en cuenta que a menor distancia se requieren menos paquetes para proteger el objeto. Para empacar, lo ideal es optar por reutilizar bolsas de regalo que ya tenga en casa o empacar con tela. Es importante evitar el uso de moños, cintas plásticas y tarjetas con apariencia metálica o escarcha. (Lea: Cinco infaltables en materia de agua y energía de aquí a 2026)
Antes de preparar la cena
Cuatro de cada 10 alimentos producidos en el mundo nunca llegan a ser consumidos. A eso debemos sumarle que, en Colombia, las frutas y los vegetales son los alimentos que más se desperdician. Nuestro sistema alimentario ya ha causado el 80 % de la deforestación y el 70 % de la pérdida de biodiversidad en ecosistemas terrestres. Por esto, al elegir qué preparar para la cena de Navidad o de Año Nuevo es importante pensar, principalmente, en no desperdiciar.
WWF recomienda comprar solo lo necesario para preparar la receta elegida. Una buena idea es comprar alimentos que se produzcan en Colombia. La razón es sencilla: transportar los alimentos desde su origen hasta el supermercado genera gases de efecto invernadero y cuanto más lleguen a la atmósfera, el cambio climático se agudizará.
Si sobra comida, lo ideal es almacenarla de forma que se conserve bien, en recipientes o empaques reutilizables, para que luego se pueda usar en otra receta o sencillamente consumirla después. Tengan en cuenta que con la cantidad de comida que se pierde y desperdicia en Colombia se podría alimentar a la población de Bogotá durante todo un año, según las estimaciones del Departamento Nacional de Planeación (2016). (Lea también: Un año para entender que necesitamos un planeta sano)
El día de la celebración
Las luces, el árbol de Navidad, los detalles rojos y verdes, se han convertido en insignias de estas fechas para miles de familias. Aunque las tendencias cambian, es importante no desechar la decoración año tras año. “Si vas a comprar un árbol navideño sintético, asegúrate de usarlo al menos por 10 años y de que sea reciclable. La creatividad ayudará a que tu decoración no acabe en la basura y perjudique a la naturaleza”, recomienda WWF.
Usar manteles y servilletas desechables no es una buena idea. Lo ideal sería decorar con manteles de tela, que tienen un ciclo de vida más largo que los de papel o plástico, y no utilizar comida como decoración si no la van a consumir.
Las luces LED son una buena opción para quienes deseen iluminar su casa, pues consumen menos energía y duran más. Sin embargo, es importante no dejarlas encendidas durante toda la noche.
Un último truco de WWF tiene que ver con la ropa que usamos para estas fechas. Aunque tradicionalmente en Colombia la gente suele comprar prendas para estrenar en Navidad y Año Nuevo, sería ideal revisar el armario antes. La producción de ropa tiene un alto impacto en la naturaleza, puesto que fabricar un par de jeans, por ejemplo, le cuesta al planeta 8.000 litros de agua; una camiseta, 4.100 litros; y una chaqueta de cuero o unos zapatos, 8.500 litros.
La acelerada y desmedida forma en que producimos y consumimos ha causado graves consecuencias en el planeta, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, causados principalmente por el cambio del uso del suelo, un término que se refiere a la transformación de ecosistemas para que se puedan realizar actividades como la ganadería, agricultura e, incluso, la expansión de ciudades.
Ya vienen las festividades de fin de año, una época en la que, por lo general, se consume y produce más. Lo que comemos, lo que regalamos, cómo nos vestimos y cómo decoramos puede llegar a tener impactos más negativos en el ambiente si no somos conscientes de las consecuencias que tienen prácticas como desperdiciar alimentos o utilizar plásticos de un solo uso.
Es por esto que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés) dio a conocer una serie de recomendaciones para disfrutar de las festividades disminuyendo el impacto sobre la naturaleza. (Lea: Colombia, un país anfibio que tiene sus especies de agua dulce en peligro)
¿Qué tener en cuenta al escoger un regalo?
WWF Colombia recomienda tener en cuenta tres aspectos antes de elegir el regalo que vamos a dar: su utilidad, sus materiales y el empaque. Muchas veces es mejor regalar un recuerdo memorable o una experiencia, y no un objeto que terminará contaminando el planeta.
Una visita a entornos naturales puede ser una buena opción. Colombia es uno de los países más ricos en diversidad biológica y cultural en el mundo, y tiene 43 Parques Nacionales Naturales que la resguardan.
Algunos de los que se pueden visitar son Chingaza, para quienes están en Bogotá; la sierra de La Macarena, ubicada en el Meta, es uno de los destinos más apetecidos a escala nacional, especialmente porque allí es donde se encuentra Caño Cristales; Utría en la costa norte del Pacífico colombiano, en el departamento del Chocó; o Gorgona, un pequeño paraíso de diversidad conformado por las islas Gorgona y Gorgonilla.
En caso de que decidan dar un objeto, es importante tener en cuenta los materiales con los que fue fabricado, especialmente si es de papel o madera. Recordemos que entre 2017 y 2020 la deforestación solo en la región amazónica en Colombia representó del 61 al 70 % de la pérdida total de bosque en el país. El sello FSC es una de las certificaciones que les permite a los consumidores saber si los objetos de madera que están comprando provienen de bosques en el que se aseguran buenas prácticas. (Lea también: Situación de la cadena del valor del queso en el departamento del Caquetá)
El oro no es una buena opción. Para obtener un gramo de este metal se necesitan más de 1.000 litros de agua, la misma cantidad que una persona emplea para su higiene y consumo responsable durante diez días. Hay que sumar que para la extracción del oro en algunos casos se emplea mercurio, pese a que está prohibido por la ley colombiana. Esto afecta en gran medida a las especies que viven en el agua, e incluso puede afectar a los humanos, ya que al consumir peces contaminados con mercurio, por ejemplo, este elemento puede llegar a nuestro organismo. Según Luis Álvaro Pardo Becerra, director de la Agencia Nacional de Minería (ANM), el 80 % de la minería que se desarrolla en Colombia se hace de manera ilegal.
Por otra parte, “el empaque dice mucho. El mejor residuo es aquel que no se genera e infortunadamente el mal manejo de nuestros desechos está llenando el océano de plástico y aumentando la temperatura del planeta a ritmos peligrosos”, dice WWF. Según la ONU, en el mundo se producen más de 200 millones de toneladas de desechos plásticos al año, una cifra en la que los colombianos aportamos cerca de 1,5 millones, de acuerdo con los datos de la Procuraduría General.
Esta es una situación preocupante teniendo en cuenta que el porcentaje de reciclaje es mínimo y la mayoría de estos residuos terminan afectando a las especies que viven en los ecosistemas de agua, e incluso en nuestra comida. Cada persona estaría consumiendo cinco gramos de microplástico —lo que pesa una tarjeta de crédito— a la semana, según un estudio realizado por WWF y la Universidad de Newcastle, Australia, en 2019.
Al hacer compras sería ideal llevar bolsas reutilizables, escoger regalos con muy poco empaque, o sin este, y preferiblemente comprar productos locales, teniendo en cuenta que a menor distancia se requieren menos paquetes para proteger el objeto. Para empacar, lo ideal es optar por reutilizar bolsas de regalo que ya tenga en casa o empacar con tela. Es importante evitar el uso de moños, cintas plásticas y tarjetas con apariencia metálica o escarcha. (Lea: Cinco infaltables en materia de agua y energía de aquí a 2026)
Antes de preparar la cena
Cuatro de cada 10 alimentos producidos en el mundo nunca llegan a ser consumidos. A eso debemos sumarle que, en Colombia, las frutas y los vegetales son los alimentos que más se desperdician. Nuestro sistema alimentario ya ha causado el 80 % de la deforestación y el 70 % de la pérdida de biodiversidad en ecosistemas terrestres. Por esto, al elegir qué preparar para la cena de Navidad o de Año Nuevo es importante pensar, principalmente, en no desperdiciar.
WWF recomienda comprar solo lo necesario para preparar la receta elegida. Una buena idea es comprar alimentos que se produzcan en Colombia. La razón es sencilla: transportar los alimentos desde su origen hasta el supermercado genera gases de efecto invernadero y cuanto más lleguen a la atmósfera, el cambio climático se agudizará.
Si sobra comida, lo ideal es almacenarla de forma que se conserve bien, en recipientes o empaques reutilizables, para que luego se pueda usar en otra receta o sencillamente consumirla después. Tengan en cuenta que con la cantidad de comida que se pierde y desperdicia en Colombia se podría alimentar a la población de Bogotá durante todo un año, según las estimaciones del Departamento Nacional de Planeación (2016). (Lea también: Un año para entender que necesitamos un planeta sano)
El día de la celebración
Las luces, el árbol de Navidad, los detalles rojos y verdes, se han convertido en insignias de estas fechas para miles de familias. Aunque las tendencias cambian, es importante no desechar la decoración año tras año. “Si vas a comprar un árbol navideño sintético, asegúrate de usarlo al menos por 10 años y de que sea reciclable. La creatividad ayudará a que tu decoración no acabe en la basura y perjudique a la naturaleza”, recomienda WWF.
Usar manteles y servilletas desechables no es una buena idea. Lo ideal sería decorar con manteles de tela, que tienen un ciclo de vida más largo que los de papel o plástico, y no utilizar comida como decoración si no la van a consumir.
Las luces LED son una buena opción para quienes deseen iluminar su casa, pues consumen menos energía y duran más. Sin embargo, es importante no dejarlas encendidas durante toda la noche.
Un último truco de WWF tiene que ver con la ropa que usamos para estas fechas. Aunque tradicionalmente en Colombia la gente suele comprar prendas para estrenar en Navidad y Año Nuevo, sería ideal revisar el armario antes. La producción de ropa tiene un alto impacto en la naturaleza, puesto que fabricar un par de jeans, por ejemplo, le cuesta al planeta 8.000 litros de agua; una camiseta, 4.100 litros; y una chaqueta de cuero o unos zapatos, 8.500 litros.